Si solo fuera Hope -Hosie 1

By Unplanetadeunicornio

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1579 Francia e Inglaterra, dos imponentes reinos que siempre estaban al pie de una guerra, llevaban enemistad... More

Libro 1 Capítulo 1
Libro 1 Capítulo 2
Libro 1 Capítulo 3
Libro 1 Capítulo 4
Libro 1 Capítulo 5
Libro 1 Capítulo 6
Libro 1 Capítulo 7
Libro 1 Capítulo 8
Libro 1 Capítulo 9
Libro 1 Capítulo 10
Libro 1 Capítulo 11
Libro 1 Capítulo 12
Libro 1 Capítulo 13
Libro 1 Capítulo 14
Libro 1 Capítulo 15
Libro 1 Capítulo 17
Libro 1 Capítulo 18
Libro 1 Capítulo 19
Libro 1 Capítulo 20
Libro 1 Capítulo 21
Libro 1 Capítulo 22
Libro 1 Capítulo 23
Libro 1 Capítulo 24
Libro 1 Capítulo 25
Libro 1 Capítulo 26
Libro 1 Capítulo 27
Libro 1 Capítulo 28
Libro 1 Capítulo 29
Libro 1 Capítulo 30
Libro 1 Capítulo 31
Libro 1 Capítulo 32
Libro 1 Capítulo 33
Libro 1 Capítulo 34
Libro 1 Capítulo 35
Libro 1 Capítulo 36
Libro 1 Capítulo 37
Libro 1 Capítulo 38
Libro 1 Capítulo 39
Libro 1 Capítulo 40
¡Noticia!

Libro 1 Capítulo 16

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By Unplanetadeunicornio




La mañana siguiente a su impulsiva acción fue un completo revuelo desde las primeras horas del día; justo cuando los soldados divisaron el cuerpo luego de un patrullaje cotidiano que resultó ser todo menos normal. Que un consejero de la corona hubiera accidentalmente caído desde el último piso de la corte había calado profundamente en los corazones de todos; excepto en el de Hope, quien pretendió sorprenderse del hecho cuando este fue cautelosamente informado en el gran salón por parte del secretario del rey Alaric.

Hope se había desligado de todo asunto relacionado al caso, podía ser una impulsiva pero no una estúpida. Ella no había estado en el último piso la noche anterior y jamás había mantenido conversación alguna con el tan despedido hombre; incluso más tarde tal vez daría una vuelta por el entierro para brindar sus condolencias a la esposa del sujeto.

No sentía remordimiento alguno, ya no sentía absolutamente nada. Había quitado tantas vidas, directa e indirectamente a lo largo de su corta existencia, que el simple hecho de sumar otra más a la famosa carreta ya no provocaba ningún tipo de emoción; lo que dos por tres consideraba penoso porque por lo menos quería sentir la adrenalina que provocaba el peligro de la acción. Por otro lado si se preocupara por cada una de aquellas personas a las que daba fin el dolor la habría consumido hacía muchísimo tiempo atrás, algo que claramente no podía permitirse ni en sus mejores sueños. Hope no podía romperse, Hope había sido creada para ser un pilar, un enorme pilar capaz de mantener un reino que por momentos le parecía quedar gigante tras la sombra del actual rey.

¿Podría ella llegar a ser un buen legado para los Mikaelson?¿Podría algún día llenar los zapatos de su grandísimo padre?

- ¿Has escuchado del accidente del consejero Duval? -

Hope no estaba ni interesa en saber o recordar aquel nombre, no podía permitírselo porque cosas como esas eran las que llevaban al remordimiento. Remordimiento, dicho sentimiento parecía un chiste para el linaje Mikaelson.

La chica asintió al angustiado guardia un tanto mayor que ella, tal vez cinco o seis años. La verdad era que no solía interactuar mucho con la seguridad del sitio, solo lo justo y necesario cuando se trataba de Josette.

- Una verdadera lástima -Le comentó sin preocuparse en fingir un tono de voz más dolido, más respetuoso o siquiera sorprendido.

A final de cuentas no era a él a quién tenía que convencer; en especial cuando el caso ya había sido tomado como un accidente.

Hope no había querido indagar pero sintió un increíble alivio cuando en el pasillo, sin intención alguna y mientras hacía su camino hasta el comedor, escuchó algunos rumores con respecto a que el asesor de la corona se encontraba bajo algunas sustancias estimulantes previo a su caída; lo que básicamente había ayudado a que creyeran en el accidente.

¿Entonces era eso lo que le había visto comer?¿Alguna clase de estupefaciente?

- ¿La Delfina? -El soldado preguntó haciéndola volver a la realidad, aquella que no quería enfrentar.

La realidad era Josette y Landon Kirby felizmente comprometidos, algo que a Hope no le agradaba ni de chiste. Valía recalcar que no tenía nada que ver con un país o con una corona, tenía que ver con los tediosos sentimientos que había desarrollado por la castaña.

¿Cómo había sido tan estúpida?¿Cómo se había permitido caer por una Saltzman?

- En sus aposentos, nos complacerá con su presencia en un rato -Le informó pese a que no era tarea de este conocer la posición o estado de la joven.

Hope enseguida supuso que no preguntaba por protocolo sino por cortesía y cariño, la joven era realmente querida por el personal del sitio. Aquel pensamiento le llevó a cuestionarse si el personal de servicio en la corte de Inglaterra le tenía aprecio alguno; algo que por lo menos no descubriría pronto.

Suspiró con pesar cuando aquel hilo mental le llevó a lo mismo de siempre; el tener que volver a casa en algún momento próximo o distante.

¿Cómo haría para volver a Inglaterra con las manos embarradas de una sangre que no quería derramar? Dios, su padre estaría muy decepcionado de ella.

- Probablemente la familia real asista al entierro del consejero Duval esta tarde -El guardia volvió a mencionar el hecho, ajustando su mano izquierda en el borde superior de su armadura para que la misma dejara de rozarle la piel expuesta del cuello.

Hope le dio un pequeño asentimiento de cabeza, llevando sus manos tras la espalda antes de preguntar aquello que bien venía rascando su preocupación.

- El rey solicitó mayor seguridad en la corte, ¿no es así? -

Observó cualquier otro sitio de forma desinteresada, como si con aquello pudiera disminuir la densidad del tema.

- Si, el capitán se está encargando de esos arreglos -El hombre le comentó sin vacilación alguna, claramente sin saber que Hope representaba una gran amenaza para el país que el mismo tanto amaba- Probablemente también se incremente la seguridad en el puerto, la movilización de tropas vecinas es un incentivo a ello -

Debía ponerse al tanto sobre los cambios en la seguridad del lugar o de otra forma estos podrían terminar por arruinar su misión ya destinada al fracaso; algo que de todas formas jamás admitiría por miedo a que el mero pensamiento fuera capaz de defraudar a su familia. Se encontraba en una cuerda floja con respecto a su misión en Francia, especialmente desde el inoportuno impulso que la había llevado a escribir aquella carta para posteriormente enviarla a manos de su padre en Inglaterra. Por otro lado, de forma bastante abrupta y decepcionante, Josette estaba disimuladamente ignorándola desde la llegada del Lord Pájaro de Jesús sabrá donde.

Hope hizo una rápida nota mental de expandir Inglaterra hasta donde el joven provenía; ella era igual de ambiciosa que su padre, Landon Kirby solo era una motivación para dicho deseo de invasión.

Una dama de Josette, quien Hope creía que provenía de Angulema y se llamaba Jade, se acercó hasta su posición medio minuto después para informarle que la joven princesa de Francia estaba pronta y a la espera de su seguridad personal. Ayer en la tarde también había sido abordada por una amiga personal de la joven, la misma la había buscado para comentarle que la Delfina iba a requerir de sus especiales servicios a las afueras de la corte en el día de mañana; lo que se traducía a hoy antes del mediodía.

Hope había creído que la voluntad de la princesa, de abandonar la seguridad del palacio, sería denegada a causa de los inesperados acontecimientos de esta mañana pero Jade apareció para demostrarle que nada había cambiado en absoluto. La corte creía que lo de Duval había sido un terrible accidente, no había amenaza alguna en ello.

- ¿Ha mencionado donde quiere ir? -La pelirroja preguntó a la joven, observando como su melena rubia se movía al compás de su caminar.

La relación de Hope y Josie se había limitado a escasas conversaciones; ninguna de estas tan profundas o cómodas como las que solían tener algunas semanas atrás cuando todo parecía florecer junto a la esperanzadora primavera. Con pena debía admitir que el intercambio de información entre ambas, sobre todo con respecto a la seguridad de la menor de ellas, se hacía como ahora mismo; mediante las damas de compañía de la castaña.

- No, señorita Marshall, no ha mencionado nada -Jade respondió dándole un fugaz vistazo por sobre su hombro, abriendo la puerta de la habitación de la Delfina después de dos ligeros toques en la madera de la misma.

Josette estaba cómodamente sentada frente al escritorio, una doncella le terminaba de trenzar el cabello mientras otra le decoraba el mismo con pequeñas flores blancas que Hope creía habían arrancado de uno de los múltiples jardines de la propiedad.

La pelirroja arrastró sus ojos por el cuerpo de la muchacha, analizándola de forma fugaz. No llevaba maquillaje, su vestido era negro con pequeños detalles dorados a la altura del torso. Estaba hermosa, como de tortuosa costumbre.

- Princesa -Se inclinó en una reverencia descuidada, observando como Jade abandonaba el sitio después de excusarse con su amiga.

Al parecer Jade iba a reunirse con otra amiga; con Penelope Park si el oído de Hope no había fallado en captar aquella pequeña e insignificante información con el fin de distraerse de la silueta de la Delfina.

- Hope -La castaña saludó de forma cortésmente, levantándose de su asiento una vez las dos jóvenes que la acompañaban terminaron su elaborado trabajo. La pelirroja trató de no hacer notar su sorpresa con el hecho de que Josie, después de varios días, volvía a llamarle por el nombre y no por el apellido- Muchas gracias, quedó perfecto -Agradeció despidiendo a los sirvientes con algo de prisa, como si algo estuviera pisándole los talones.

Las mujeres se retiraron de la habitación, dejándolas y cerrando la puerta tras de sí. Todo aquello ocurrió en escasos minutos, aun así parecieron eternas horas para Hope.

- ¿A dónde desea ir, Alteza? -

Que Hope no le dijera Jo o Josie, como la Delfina había estúpidamente esperado, había puesto en evidencia que la situación era mucho más frágil de lo que la misma creía. Su muy penoso esfuerzo de restablecer lo que tenían con Hope, debido a que a pesar de estar en la misma habitación parecían encontrarse en polos extremadamente opuestos del mundo, moría ahí con la increíble sequedad de la pelirroja.

La última semana se había hecho bastante complicada para ambas, jamás se habían sentido tan distantes y a medida que los días pasaban todo parecía ser más difícil de reparar. Hope no hablaba con Josette porque esta estaba muy ocupada con Lord Kirby, Josette no hablaba con Hope porque esta parecía increíblemente molesta por alguna extraña razón que desconocía.

Además la Delfina de Francia debía evitar seguir enamorándose de una joven que jamás iba a poder corresponderle; en especial cuando en estos momentos se encontraba sometida a un compromiso por beneficio. Josette no solo podía sino que también debía, especialmente para sí misma, hacer este pequeño esfuerzo de ver si su felicidad era posible junto a Landon; algo que todavía no lograba descubrir porque Hope siempre se venía a su mente cada vez que intentaba pensar en el chico y un buen futuro junto a este.

- Hasta las afueras del pueblo por un pedido especial de mi madre, la misma se encuentra ocupada -

La pelirroja no indagó en ello, su trabajo era obedecer y no preguntar.

Ensilló los caballos a las afueras del establo cuando Josette denegó el carruaje, en su defensa era un bonito día para cabalgar, y luego la ayudó a montarse en Lazuli; ignorando el intenso cosquilleo en su mano cuando sus cuerpos entraron en extremo contacto después de una interminable semana.

Perseo relinchó al percibir la inquietud de su dueña, Hope le dio una mirada mortal antes de montarse al mismo entre medio de maldiciones silenciosas. Se acomodó la ligera capa que traía antes de talonearlo con cuidado, comenzando así su camino por el sendero principal de la corte. La verja se abrió frente a las chicas y Josette fue la primera en salir, rápidamente seguida por la pelirroja. Los siguientes siete minutos se vieron bajo un silencio incómodo, algo a lo que no estaban acostumbradas.

- ¿Qué tal Lord Pirpy? -Hope sabía que ese no era su apellido pero la verdad era que muy poco le importaba ofender al mismo.

Landon Kirby bien podía respirar cómodamente por el poco tiempo que le quedaba de vida hasta que Hope decidiera movilizar tropas hasta su territorio, arrasando con todo lo que llevara su maldito y repugnante emblema.

¿De dónde es que el muchacho era?

- Es Lord Kirby -Josette corrigió asegurándose de que la chica no viera su sonrisa triunfal, esa que había nacido tras descubrir la forma agresiva en la que Hope había rodado los ojos con la mención del chico.

Hope parecía estar celosa, la princesa de Francia por fin lo había comprendido.

- Insignificante -La pelirroja murmuró para sí misma, haciendo una mueca burlesca que no pudo lograr contener.

Kirby, se burló mordiéndose la lengua. Ella misma se encargaría de borrar la existencia de aquel apellido, que a nadie le quedara duda.

Transitaban un sendero reconocido por los comerciantes y soldados, los árboles se alzaban con gran esplendor a sus lados. Tal vez podría colgar el cadáver del chico en alguna de las ramas, se veían bastante formidables.

- Es... -Josie dudó un par de segundos que se hicieron eternos, buscando las palabras correctas para poder responder con las mismas- Padre cree que podría ser un buen rey para Francia -No encontró las palabras correctas, de hecho no encontró nada que le resultara placentero para sí misma.

Por otro lado el corazón de Hope no hizo más que rebotar de forma poco alentadora, un extraño nudo atentando con sofocarla a la altura de su abdomen.

¿Por qué dolía tanto?

- Si quisiera saber lo que el rey piensa, Josette, le preguntaría al mismo -Hope remarcó son una lentitud abrumadora, su mirada pegada al frente porque en este momento no creía que sus ojos pudieran ocultar el dolor de su alma- Estoy preguntándote a ti, no me importa tu padre -

Eran palabras fuertes que bien podía haberse ahorrado, en especial porque estaba hablando con la hija del hombre. Aun así, y por primera vez en todo este tiempo, quería ser honesta con la joven; fingir que algo de Alaric le importaba habría sido una completa mentira.

Que se jodiera Alaric Saltzman, a Hope le importaba mierdas y algo dentro de ella quería que Josette se enterara de ello.

- Carece de algunas cosas que busco en una...¿pareja? -Josie cortó el hilo de sus pensamientos, arrastrándola a la realidad.

Hope se encogió de hombros ante la duda de la castaña, incapaz de poder aclarar a la misma. No podía leer su mente, no sabía lo que la chica quería al menos que esta se lo expresar.

- ¿Están comprometidos? -Cuestionó con su garganta balanceándose de forma peligrosa, su lengua pesando más de lo normal.

No había tenido el valor de mirarla a los ojos, en especial cuando sabía que la respuesta de Josette tenía la extraña habilidad de poder matarla.

Mierda, ella misma había otorgado aquella habilidad a la chica. Mierda, estaba realmente jodida.

- No -

La respuesta arribó a sus oídos medio segundo después, aun así creyó que la misma no sonaba tan segura como le hubiera gustado.

¿Este era su destino? Sufrir por el amor de una joven que parecía gozar de su pena mientras la miraba desde los brazos de alguien más

- ¿Se comprometerán? -Reformuló la pregunta con algo de cuidado, esta vez sacando valor y ladeando su rostro para mirar aquellos orbes marrones.

Dolía, no por sus sentimientos hacia la chica sino porque en el fondo sabía que nada de esto era deseo de la castaña. Todo fue peor al analizar que si ella jamás hubiera viajado a Francia, Josette ahora estaría a salvo de toda esta mierda. Si Inglaterra, país que representaba a causa de su sangre, no fuera una amenaza para Francia entonces Josette podría haber sido libre y feliz.

- Estás muy preguntona esta mañana, ¿no es así? -Se burló esquivando su intensa mirada, rápidamente encontrando cosas más entretenidas en las copas de los árboles.

Josette no quería mentirle, aun así tampoco quería decirle la verdad porque en ese caso la misma era tan difícil de decir como de escuchar. Si, probablemente Landon Kirby sería su esposo.

- Respuestas es lo menos que merezco -Hope siseó sin poder ocultar el enfado; enfado que de todas formas era hacia sí misma y no a la castaña.

Todo esto era culpa de ella, de ella y su maldita sangre.

¿Podían los Mikaelson ser causa de tanta desgracia?¿Podían incluso estos ser causantes de las desgracias propias? La desgracia que, voluntaria o involuntariamente, causaba en Josette terminaba claramente repercutiendo en su propia felicidad.

- ¿Podríamos parar unos segundos? -Josette gruñó sorprendiendo a Hope, quien la miró por sobre su hombro cuando sintió que la castaña había bruscamente frenado a su caballo. Algo en la molesta mirada de la chica hizo creer a Hope que esto no se trataba por necesidades básicas del animal, como hizo creer segundos después, sino con la tensa situación en la que ambas se encontraban desde hacía días- Creo que Lazuli quiere beber agua, hay un pequeño arroyo por aquí -

No le dio a Hope tiempo alguno para reprochar, taloneo su caballo adentrándose por un estrecho camino que se formaba entre los arboles a un lado de la polvorienta carretera.

- Josette -Llamó su nombre con impaciencia, viéndola alejarse sin miras algunas de darle un último vistazo- ¡Estoy hablándote! -Vociferó con la mandíbula tensa.

No obtuvo respuesta alguna, lo que solo sirvió para hervir su sangre. Tiró de su agarre en las riendas de Perseo, dando la vuelta para tomar el camino que la castaña estaba haciendo.

Dios, si su familia la estuviera viendo ahora mismo. Sentía que Josette tiraba de su oreja, reprendiéndola de una forma que nadie antes se había atrevido a hacer por razones bastantes obvias.

Tres minutos después se bajó del caballo tirando de este por las riendas, alcanzando a la Delfina bajo la sombra que ofrecía un árbol próximo al arroyo. Tomó a Josette por la cintura y la ayudó a descender del animal para luego agarrar las riendas que la princesa antes tenía en mano, impidiendo que los animales vagaran libremente por el sitio.

Indicó a esta que caminara delante de ella, la pelirroja acarreaba con los caballos que ligeramente se mordisqueaban tras su espalda.

- ¿Respiras mejor? -La Delfina cuestionó en un tono neutro, caminando cinco o seis pasos por delante de ella.

- ¿Disculpa? -

Hope alzó una ceja con incredulidad, bufando cuando Perseo tiró la cabeza hacia atrás haciendo algo de resistencia.

- Algo claramente te tiene molesta, quiero saber si tiene que ver conmigo -Le dejó en claro con un fugaz vistazo por sobre su hombro, obligándola a tragar en seco.

¿Tenía que ser el jodido centro de atención o algo?

- No estoy molesta contigo, Josette -

El tono en el que lo había dicho, entre dientes apretados a causa de un cansancio mental que no quería reconocer, no había ayudado a que la chica lo creyera.

- ¿Es entonces Landon? -

¿Landon? Quiso reír con el hecho de que Josette lo trajera a la conversación como si este fuera significante para Hope, como si la castaña no pudiera vivir un par de minutos sin el nombre del mismo rodando por su lengua de forma tan desagradable.

¿Landon? Que se jodiera Landon, a Hope no le hacía ni cosquillas. Para ella ni siquiera existía, estaba muerto.

- ¿Lord Pirpy de los montes? -No pudo evitar la risa cínica y el rodar de ojos agresivo, de repente sintiendo que la bilis en su estómago calaba por su tráquea con la idea de abandonar su cuerpo sin permiso alguno- No sé la razón por la cual lo traes a esta conversación, es insignificante en el asunto -

Se tropezó con una rama, a esta altura ya nada quería colaborar con ella.

- Mucha reacción de tu parte para una persona que aclamas es tan insignificante con respecto a tu molestia -

Justo en el clavo, lo que no colaboraba en absoluto. Josette definitivamente sabía patear donde debía, Hope definitivamente tenía poca paciencia para esta conversación.

- ¿Crees que me conoces más que yo misma? -Hope reprochó con el ceño fruncido de forma peligrosa, su rostro comenzando a enrojecer- Por favor, ilumíname -

Josette reparó en que a la chica se le marcaba una vena en el cuello, también que sus orbes celestes pocas veces se habían visto así de tormentosos.

- Hope -Josette trató de tranquilizar a la joven con una pequeña advertencia en el tono, no hostil pero tampoco amable.

Pareció funcionar porque la pelirroja cerró la boca, apretando la mandíbula y tirando de las riendas del animal que se había quedado pastando. Al cabo de unos segundos se rindió y soltó el agarre en los caballos, no iban a irse a ningún lado de todas formas; si lo hacían ya poco le importaba.

- Tendrás que explicarme las cosas, Josette, porque dejé de comprenderlas muchísimo tiempo atrás -Reprochó tropezando en algunas palabras, la capa ajustada a la altura de su cuello de repente sintiéndose extremadamente pesada y sofocante.

Y ahí estaba, el maldito carácter de los Mikaelson ardiendo como pólvora.

- ¿Qué necesitas comprender? -Las manos de Josette golpearon sus lados con brusquedad, se dio la vuelta para enfrentarla en una postura que denotaba exasperación.

Tenía ligeras ojeras pero el indicio del cansancio no estaba en estas sino en el inexistente brillo de sus orbes marrones; ese que bien había atraído a Hope en un principio.

- ¿Qué diablos estás haciendo? -Dio un paso hacia adelante, acortando la helada distancia entre ambas. Josette dio un paso hacia atrás, volviendo a levantar la barrera- ¿Me has besado para luego fingir que nada de eso ha ocurrido?¿Es así como funcionan las cosas contigo? -

Debía relajarse o terminaría diciendo cosas de las que luego se arrepentiría; como por ejemplo el querer decir que no quería que así funcionaran las cosas entre ambas.

- Ya me he disculpado por eso -Sus mejillas bronceadas se habían encendido al recordar aquello, la mención del beso nublándole la razón.

- No estoy segura de que eso sea suficiente, necesito una explicación no un lamento -Sus cejas estaban firmemente fruncidas, su boca se movía con rapidez y para sorpresa de la castaña la misma no había vuelto a tropezar con las palabras.

- ¿Qué diablos quieres que te diga, Hope? -la chica terminó por explotar medio segundo después cuando sus ojos se cerraron sobre los de la pelirroja, enfatizando aquello con sus manos a cada lado de su cabeza en un gesto que denotaba que no podía ni sabía cómo lidiar con la situación- ¿Quieres oír la verdad?¿Estás segura que te encuentras lista para escuchar la maldita verdad? -

Oh, Hope estaba lista para recibir la bofetada. Era la bofetada lo que esperaba que la hiciera entrar en razón, lo que esperaba que la hiciera tomar una firme decisión con respecto a su misión.

- ¡No puedo correr de esta, Josette!

No podía, correr era de malditos cobardes. Si bien sabía que este era el primer instinto del hombre, también sabía que era algo que no terminaba por resolver los problemas; además aquella palabra no era compatible con el linaje de los Mikaelson, en absoluto.

Su familia siempre había sido reconocida por ponerse la armadura y prepararse para la guerra, sea cual sea esta.

- Me gustas, Hope -Josette soltó de sopetón, el mundo de Hope colapsó con dicha confesión.

La pelirroja meneó la cabeza, negando de forma repetitiva. No, Josette no podía. Esto no era la bofetada que Hope había estado esperando, esto no era lo que...

- Cierra la boca, deja de mentir -Advirtió al tiempo en el que volvía a menear la cabeza, negando en medio de un pequeño trance.

Esto no era lo que ella esperaba, esto no era lo que la ayudaría a volver a casa.

- Me gustas mucho y no sé qué hacer con este sentimiento que me aborda cada vez que estoy contigo o sin ti, es agobiante -Se había quedado sin aire al escupir aquello con tanta rabia, con tanta desesperación acumulada.

Los ojos le escocían pero se negaba a soltar una sola lágrima, ya bastante patética se sentía.

- Mientes -Hope volvió a negar, no queriendo escucharla pero realmente no pudiendo no hacerlo.

¿Cómo podía querer y odiar tanto a algo?¿Cómo podía ser el estar en el infierno y el cielo al mismo tiempo?

- Cada vez que te observo, Hope -Remarcó la frecuencia con un pesar gigantesco, un suspiro escapándose por entre sus carnosos labios- Está tan fuera de mi comprensión que termina siendo exhaustivo, es tan consumidor como una llama lo es para una vela. Siento que me estoy ahogando en ti, lo más perturbador es que no quiero hacer nada para evitarlo. No quiero hacer nada para evitarlo, Hope -Se secó las lágrimas que había dejado caer, enojada de no poder haberlas aguantado un poco más.

- Por favor, no digas más -

Hope rezaba porque la castaña se detuviera, de otra forma temía acortar el pequeño metro que las separaba para estrechar su boca en un beso que planeaba jamás abandonar.

- Debo casarme para poder sobrevivir, para que mi país pueda, y no es algo que voy a lograr si aún sigo sintiendo esto por ti -Se le quebró la voz, a Hope se le quebró el alma- Debo darle una oportunidad a Landon ya que eso es estar dándome una oportunidad a ser feliz -

Ahí estaba la razón por la cual no podía estrecharla en un caluroso beso, le debía a la joven esta oportunidad luego de todo el sufrimiento que le había causado.

Josette iba a darle una oportunidad al chico, una oportunidad que Hope jamás podría llegar a tener. No como Hope Marshall ni mucho menos como Hope Mikaelson.

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Nota de la autora:

Buenas noches, lectores

Espero les guste el capítulo, como verán soy bastante partidaria del drama; culpen a mi signo si quieren.

Espero tengan lindos sueños, saludos

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