-----Selena-----
Me desperté a las siete menos cuarto de la mañana, y por asombroso que pareciera, cuando bajé, Jake ya se encontraba totalmente preparado.
Le pedí que fuera a mi apartamento a buscarme algo de ropa limpia.
Él aceptó sonriendo y enseguida se fue.
Jake era realmente agradable conmigo.
Me senté y desayuné apenas una manzana. Justo cuando terminé de comérmela, Jake llegó con mi ropa.
-Ashley me dijo que quiere hablar contigo.
-No me importa.-Cogí la bolsa que traía.-Gracias.-Le agradecí, y después de besar su mejilla, subí al baño de arriba, donde me duché.
Jake me había traído un vestido amarillo con estampado floral y unas sandalias blancas.
No sabía ni como había sido capaz de escoger algo que conjuntara, teniendo en cuenta que no era un chico muy "estiloso".
Me vestí rápidamente y tras peinarme y despedirme de Jake, fui camino al trabajo. •••Foto multimedia•••
(...)
Llegué con tiempo de sobra.
Hoy sería día de ignorar a mis pensamientos y centrarme en el trabajo, porque si me paraba a pensar un solo segundo en el de repente mal humor de Matt o en Ashley, acabaría explotando...
Saludé a Sandra. Por lo menos ella sí me trataba bien.
Subí por el ascensor y entré después de llamar a la puerta, encontrándome con Matthew mirando impasible su ordenador y tecleado a gran velocidad.
-Buenos días.
De nuevo, no me contestó.
Suspiré confusa por su bipolaridad.
-Iré a por su café.
-Que sea rápido.
Asentí y fui hasta la sala de las cafeteras para prepararle la bebida.
Escuché un estruendo, por lo que salí afuera a ver qué ocurría.
Me encontré con la escena de Ashley intentando entrar, siendo parada por el portero.
-¡He dicho que tengo que entrar!
-¡Pero usted no puede!
-¡Me importa una mierda!
-Sergio.-Llamé al portero.-Déjala por favor.
-¿La conoce señorita Gomez?
-Sí.
Sergio soltó a Ashley y está se acercó a mí.
-Selena...
-Vete.
-¡Pero quiero hablar contigo!
-¡Pues yo no!
-Selena.
Me giré sin responderla.
-Me voy a ir a vivir con mi novio.
Volví a verla descompuesta.-¡¿Qué?!
-No quise decírtelo porque sabía que te pondrías así.
-¡No estoy así porque te vayas, sino porque me has estado mintiendo todo este tiempo!
-¡Ah, con que ahora te molesta que mienta, cuando tú estás mintiendo siempre!
-¡Yo no miento!
Sentí que una puerta se abría detrás de mí.
-¿Ah no?¿Y entonces cuando pensabas decirle a tu jefe que tienes problemas con la comida?
-Ashley.
-O la mierda con la depresión.
-Ashley, cállate.-Le advertí.
-O que te haces daño.O... que intentaste matarte...
-¡Ashley!-Grité con lágrimas en mis ojos.
-¿Selena, es eso cierto?-Preguntó una voz demasiado conocida a mis espaldas.
Esto no podía ir a peor. Matthew había escuchado.
Le miré intentando explicarle pero ninguna palabra salía de mi boca.
Mi cara estaba cada vez más y más empapada.
Él trató de acercarse a mí, pero enseguida salí corriendo.
-Selena, lo siento, yo...-Llegué a escuchar a Ashley antes de que yo desapareciera por las escaleras.
Me metí en los servicios de la planta 15.
Por suerte estaban vacíos.
Cerré la puerta y después de acurrucarme bajo la encimera del baño, pude llorar libremente.
Escuché las voces de Ashley y Matthew llamándome.
Yo simplemente trataba de silenciar mis desconsolados sollozos.
No quería hablar con ellos. Me sentía totalmente expuesta y avergonzada ante Matt, ahora que era consciente de mis secretos.
Y estaba realmente enfadada con Ashley... aunque doliese estarlo.
Revisé mi teléfono móvil encontrándome con 10 llamadas perdidas de Ashley y 15 de Matthew, además de unos cuantos mensajes recibidos también por ambos.
Conseguí salir del edificio sin ser vista y emprendí mi viaje a casa de Jake, ya que no pensaba dormir en el mismo apartamento que Ashley, mi "mejor amiga".
Llevaba un par de minutos caminando cuando alguien me agarró del brazo.
-Mira Matt, no me apetece hablar.
Una risa salió de la boca del desconocido, al cual me giré para poder comprobar quién era.
Mierda.
-¿Quién es Matt, preciosa?
-Sean, por favor, sólo quiero volver a casa y descansar. Perdóname por lo que te hice.
-Me dan igual tus disculpas, ¿y crees que me importa lo que tú quieras?
Llevo unos días tratando de poder acercarme a ti cuando estuvieses sola, y ahora que encontré la oportunidad, no pienso dejarla ir.
Traté de zafarme de su agarre, el cual se hizo más fuerte.
-Sean me haces daño...
Me estampó con violencia contra la pared de ladrillos.
-Menos mal, odiaría no hacerte daño.
-¡Ya te he dicho que lo siento!
Su mano se estrelló contra mi mejilla causando un agudo dolor.
-¡A mí no me levantes la voz, puta!
Un sollozo escapó de mi boca.
-Por favor, Sean. Haré lo que sea pero déjame en paz.
Una frívola sonrisa apareció en su cara. Se acercó a mi oído.-Lo único que quiero es hacerte sufrir.-Susurró.
Mis ganas de llorar aparecieron de nuevo.
Otro manotazo.
-¡No llores maldita perra!
-¡Déjame en paz!
Cerré los ojos al ver que levantaba su mano de nuevo para golpearme, sólo que esta vez, el dolor no llegó.
Alcé mis ojos confusa para encontrarme con una inesperada escena.
Matthew tiró a Sean al suelo para comenzar a golpearle.
-¡Ni se te ocurra volver a levantarle la mano!-Gritó enfadado.
Me deslicé en la pared para caer al suelo.
Matt dejó a Sean para venir hasta mí.
-¿Te ha hecho algo?-Preguntó preocupado revisándome en busca de heridas.
Frunció el ceño al encontrarse con mi roja mejilla.-Él te ha golpeado.
Se levantó para volver a ir a por Sean pero agarré su manga parándole.
-Por favor, vámonos de aquí.
Matt me miró con pena y después de echar una última mirada hacia el chico que yacía inconsciente en el suelo, me cogió en brazos y me metió en su coche.
Tecleó un número en su teléfono iniciando una llamada.
-Sí, soy Matthew Bomer.
...
-¿Puede pasarme con el oficial Jeremy?
...
-Encontré a Sean... Ajá... Un momento. -Miró hacia el cartel donde estaba escrito el nombre de la calle.-Estoy en la Avenida 36.
...
-Está bien, gracias.
Cerré mis ojos agotada.
Pronto apareció un coche de policía y se llevó a Sean. Era Jeremy.
Matt salió un momento para hablar algo que no llegué a escuchar con el oficial, y luego volvió al vehículo.
Mordí mi labio realmente avergonzada, pero también confusa por todo lo que acababa de pasar.
Matthew me miró unos segundos antes de acercarse a mí y tocar con cuidado mi mejilla dolorida.
-Matt, yo...
-No digas nada.-Me interrumpió algo enfadado.-Ahora vas a explicármelo todo.
Arrancó su coche y fue en una dirección desconocida para mí.
El viaje fue silencioso.
Por fin llegamos a nuestro supuesto destino.
Era una gran y preciosa casa, rodeada por un vistoso jardín.
Bajé del coche una vez que lo aparcó a la entrada.
-¿Dónde... estamos?-Pregunté con un hilo de voz.
-En mi casa.
Dios, ¿esta mansión era su casa? Ahora estaba alucinando.
-Es preciosa.
Entramos en el interior de la vivienda, y era tan estupenda como había imaginado.
Me llevó hasta un sofá en -al parecer- la sala de estar. O debería decir, la grandiosa sala de estar.
-¿Es cierto?-Se notaba su molestia por el tono de voz.
-¿Él qué?-Traté de hacerme la desentendida.
-Sabes perfectamente de lo que hablo, Selena. ¿Me has estado escondiendo todo lo que la bocazas de tu amiga dijo?
Bajé la vista hasta mis manos.-Matt...
-Sí o no.-Subió el tono.
No pude retener mis lágrimas.-Sí.
-¿Por qué? ¿Por qué haces todo eso?-Me miró, ahora un poco menos enfadado.
Llevé la mano a mi corazón.-Porque esto duele. Duele por mis padres, duele por Sean, duele por la gente y lo que me hace.
Cuando siento tanto dolor, lo único que me alivia es hacerme daño.
Agachó su cabeza tapándose la cara con las manos.
-¿Y los problemas con la comida?
-Yo... no puedo comer... Sé que si lo hago engordaré aún más. No puedo aceptarlo, no acepto a la estúpida y horrorosa idiota que veo en el reflejo del espejo incapaz de enfrentarse a los problemas...
Después comencé a llorar abrazando mis piernas para que por lo menos él no me llegara a ver.
El cojín del sofá a mi lado se hundió y sentí cómo un brazo me rodeaba.
-Selena... No sé cómo no puedes ver lo mismo que veo yo. No eres estúpida, ni idiota, ni mucho menos horrorosa. No vas a engordar por comer, no entiendo como piensas eso. Estás perfecta. Y... No quiero que vuelvas a autolesionarte.
Habla conmigo cuando necesites desahogarte, pero no quiero volver a enterarme de que te haces daño.
Lo abracé con fuerza. Había vuelto el Matt del que me estaba comenzando a gustar tanto.
Sentir que alguien más se preocupaba por mí, me hacía estar tan agradecida.
-Gracias... Por todo.-Sollocé en su pecho.-Por lo de ahora... por lo de Sean.Gracias.
-No es nada, Selena.-Ahora él también me abrazó.
Y poco a poco y sin darme cuenta me quedé dormida embriagada por su agradable fragancia y la calidez que su cuerpo desprendía.
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Oh yeah babes, Sean ya está entre rejas.
Matthew se ha vuelto un bizcochito :_D
¡Subí dos capítulos!
Este va dedicado a yishelmp , gracias por el apoyo (•^_^•)
Os amo <3
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