Trabajando para Matt Bomer (Selena Gomez & Matt Bomer)// TERMINADO// 1er LIBRO

Capítulo 6.-Comida...

-----Selena-----

Era sábado por la mañana.

Acababa de darme una muy larga ducha para conseguir despejarme.
Hoy iría -como cada sábado- a la institución Unicef como voluntaria.

Me encantaba ir allí a ayudar.
Yo solía encargarme de ayudar a los niños a aprender, jugaba con ellos u otras veces -como haría justo hoy- iba al huerto solidario, donde cultivábamos comida que luego servíamos a los necesitados.

Me vestí con mi camiseta negra de Unicef , leggings y unas zapatillas deportivas.

Tomé una manzana y un jugo de naranja y me fui dejando a Ashley durmiendo como un tronco.

(...)

Tardé unos 20 minutos en llegar al campo que el ayuntamiento nos había donado para poder llevar a cabo el huerto.

Todos, tanto voluntarios como los niños necesitados, comenzaron a saludarme.

Me encantaba esta gente, todos eran tan verdaderos, tan amables... que hasta se me olvidaba que existían personas malas y manipuladoras.

-¡Silina!- Sólo alguien me llamaba así, incapaz de pronunciar bien mi nombre.

-¡Hola Nina!-Saludé a la niña, alzándola en el aire.

Rápidamente ella se abrazó a mí.-Te eché de menos...

-Y yo a ti preciosa.-Besé su mejilla.

Nina era una pequeña de 5 años cuyos padres no tenían dinero y por lo tanto eran ayudados por esta asociación. Yo siempre me encargaba de ella, y le había cogido especial cariño.

Fuimos juntas, cogidas de la mano hacia donde la mayoría ya se encontraban trabajando.

-¡Selena! Pensé que ya nos habías abandonado.-Dijo el señor Charles -uno de los principales encargados-, dejando la pala con la había estado trabajando, en el suelo.

-Jamás os haría eso.-Protesté.-Tan solo estuve muy ocupada con las prácticas de la universidad.

-Cierto, lo había olvidado.¿Y dónde las estás llevando a cabo?

-En "Bomer's technologies".-Dije orgullosa.

-¡Pero eso es genial!

-Lo sé, estoy muy contenta.-Sonreí.

Nina soltó mi mano para ir a jugar con algunas de sus amigas.

-¿De qué me puedo ocupar?-Pregunté deseando comenzar a trabajar.

-¿Puedes traer esos cubos llenos de agua para regar las tomateras?

-Claro.

Rápidamente me dirigí hasta los recipientes, que se encontraban al lado de una pequeña oficina construida para realizar algunos trámites.

No pude evitar prestar atención a la conversación que se estaba dando en el interior de la habitación, una de las voces me era familiar.

-¿Va a donarnos tanto dinero?-Preguntó la voz del oficinista.

-Obvio que sí, esos 10 millones de dólares no son nada para mí.-Claro, cómo no lo había reconocido, era Matt. Por todos los santos, de todos los días que tenía, ¿por qué había tenido que venir hoy?

Los pasos se acercaron a la puerta por lo que retrocedí lo más rápido que pude.

Matthew salió.-¿Selena?