Maybe? °Camren G!P°

Od OnlyCamrenIsReal

492K 26.8K 5.3K

¿Qué haces cuando el "amor de tu vida" te engaña? Pues bien, Lauren quiere conocer la respuesta. Lauren, espe... Více

Aviso
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27 🔥M. 1/3🔥
Capitulo 28 🔥M. 2/3🔥
Capitulo 29 🔥M. 3/3🔥
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45 🔥M. 1/3🔥
Capitulo 46 🔥M. 2/3🔥
Capitulo 47 🔥M. 3/3🔥
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57
Capitulo 58
Capitulo 59
Capitulo 60
Capitulo 61
Capitulo 62
Capitulo 63
Capitulo 64
Capitulo 65
Capitulo 66
Capitulo 67
Capitulo 68
Capitulo 69
Capitulo 70
EPÍLOGO
NUEVA HISTORIA

Capitulo 38

6.9K 349 65
Od OnlyCamrenIsReal

POV. Lauren.

Son mediados de Noviembre y mi relación con Camz está mejor que bien. No tengo palabras para describirla.

Este mes con ella ha sido estupendamente perfecto. Hace tres días fue nuestro primer mes juntas, fue hermoso, cocine para ella y tuvimos una tranquila y romántica cena en mi departamento. Durante la cual hablamos de pequeñas cosas que nos hacen felices, puede sonar un poco deprimente, pero el hospital nos hace felices.
Habló sobre algunas pacientes que a lo largo de su carrera la marcaron, mientras yo la escuchaba con atención y en pequeños ratos le robaba besos.

Después de eso hicimos el amor en el sofá, en mi cama… y de nuevo en el sofá

Algo que establecimos es que usaríamos condón, ella todavía no tiene control de natalidad. Me dijo que iría con Eli, por unos segundos me moleste, ¿Por qué no me lo preguntó a mi? Ella se excuso con que quería tener otro ginecólogo y no su novia.

¿Qué tan ilógico es eso? Después logró convencerme.

Camz no ha tenido tiempo de ir al consultorio de Eli por eso es que optamos, o tal vez me obligó a ponerme condón, son decisiones que tomamos en pareja. Quizás y al principio fue por obligación, ridículo, pero después recordé nuestra plática y entendí que era lo que ambas queríamos.

El programa tiene una semana y algunos días en funcionamiento, y a decir verdad es algo que está ayudando a muchas mujeres. Me hace tan feliz poder ser parte de eso.

Una buena noticia es que la escuela donde Tay estudia su especialidad es candidata para mandar estudiantes justo aquí, estoy tan feliz. Puede que tenga mi hermana junto a mi al menos un tiempo.

—¡Lauren!— el grito de Mani me saca de mi ensoñación —Vaya que te perdiste en tus pensamientos.

—Lo sé, lo siento.

—Oh está bien. Viste los programas de la plática que darán a los nuevos?

—No, ¿A qué te refieres?— estoy un poco perdida.

—Vendrá un matrimonio de doctores muy famosos en su área, neurología y cardiología… Ojalá puediera asistir. Mila y DJ tienen un lugar asegurado— suspira con pesadez. —También Keana y Vero.

—Tendrás que conformarte con cuidar a tus bebés— entrecierra sus ojos hacia mí.

—¡Oh cállate! Crees que alguna de ella quiera darme su lugar?—

Me encojo de hombros.

—No lo sé. Pregúntales.

—Lo haré… ¿Has visto a Keana?

—No.

Algo a mencionar es que durante estas semanas Keana no ha sido la misma de antes, no brilla como antes lo hacía, su sonrisa no llega a sus ojos. Su semblante se muestra triste, no ha querido hablar con Camz, y si no lo ha hecho con ella menos lo hará conmigo.
Sus golpes tardaron en desaparecer, al día de hoy solo tiene una pequeña cicatriz en su pómulo en dónde la suture. Después de su incidente en prisión no volvió a beber, ni siquiera cuando salimos algunas veces, solo bebe una lata de refresco.
Tampoco Camz y yo hemos bebido, estamos llevando nuestra vida un poco lejos del alcohol.
La situación entre Alexa y Keana es un tanto incómoda, se hablan con un tono excesivamente profesional, cuando compartimos quirófano no hay sitio para las bromas.

Camz no ha intentado hablar con ella, se que la última vez a Keana le molestó que le dijera que podía hablar con ella fuera lo que fuera.

Así que entre Camz y yo todo está bien, pero entre ella y Keana no está bien la situación.

—Ella no está bien

—Lo sé— no es la única que lo ve.

—Hablaré yo con ella— me encojo de hombros y le hago saber que puede hacerlo.

Salimos de los vestidores y nos dirigimos a la puerta principal del hospital, cuando estamos ahí observamos a la mujer sobre la moto. Keana.

Fuma un cigarrillo mientras mira a la nada.

—Keana ¿Dónde has estado?— me mira y suelta una gran bocanada al aire.

—Aquí— se ríe, en estos días nos hemos dado cuenta que su risa es falsa. Completamente falsa.

—Vamos por un café, tengo poco tiempo. Yo invito— Mani trata de aligerar el ambiente, pero Keana niega y tira el cigarrillo en el suelo y lo pisa con la punta de su bota.

—Me tengo que ir. Tengo cosas que hacer— enciende su motocicleta y antes que Mani y yo podamos decir algo ella sale del estacionamiento a toda velocidad.

—Es una mujer difícil— Mani asiente. —Te veré después. Tengo una cena con mi preciosa novia.

—De acuerdo Kordei. Disfruta tu cena.

Subo a mí auto y conduzco a casa.

Al abrir la puerta del departamento veo a Camz sentada sobre el sofá con una de las filipinas de una de mis pijamas quirúrgicas, comiendo palomitas mientras ve una película.

Cuando me ve se levanta y corre hacia mi.

—Cielo! Que bueno que llegas— besa mi nariz repetidas veces y nos llevó al sofá.

—¿Qué ves?

— Un ridículo programa médico… Es malo— se ríe y me ofrece palomitas.

Pasamos el resto de la noche viendo el programa hasta que nos vamos a dormir.

Esto es como una rutina. Cuando se va a su departamento me falta algo, y es ella.
Así que ella duerme aquí y está aquí mientras yo lo esté; al parecer Mani hace lo mismo en su departamento. Es como si ya viviéramos juntas.

—Sabes quienes son los doctores de la plática?— pregunto de manera somnolienta.

—No, solo se lo del cartel, dos doctores, un neurocirujano y otro cardiólogo.

—Mani se muere por ir. Iba a hablar con algunas de ustedes para que le dieran su lugar

Se ríe —No creo que lo logré, pero puede intentarlo.

Mordisqueó su cuello. —Podrías darle tu lugar mientras tú y yo nos portamos realmente mal en una habitación de descanso.

Gime —No Lolo, es obligatorio estar ahí…

Una ráfaga de desilución nace en mí y formo un puchero sobre su cuello.

—Pero podemos hacerlo ahora— se gira hacia mí y me besa profundamente, la tomó de las caderas pegandola a mi semiereccion. Despega sus labios de los míos y habla con un tono jadeante. —¿Tienes preservativo?

Sonrió y me estiró a la cómoda de la habitación.
Nos volvemos a besar y gozamos una de la otra durante una parte de la noche.

POV. Camila.

Bostezo tratando de alejar el sueño de mi cuerpo. Me levanto y Lauren se remueve en su lugar.
La dejo dormir y me levanto a la ducha.
Mientras froto con la esponja mis pechos una ligera molestia se instala en ellos, frunzo mi ceño y vuelvo a hacer la acción que provocó dicha molestia, solo que está vez no duele.
Supongo que no es importante. Pienso sobre que pudo ser y de inmediato mis pensamientos viajan a la noche anterior cuando Lolo mordió mis pechos a su antojo.

Cuando salgo Lauren está sentada a la orilla de la cama tallandose tiernamente un ojo.

—Estare lista en unos minutos— bosteza.

—Cielo duérmete, puedo ir al hospital yo sola— ella niega —Te veré en la tarde, debes descansar.

Puedo ver qué le cuesta mantener sus ojos abiertos. Camino hacia ella y la empujó ligeramente de sus hombros haciéndola acostarse. No lucha contra mi, solo se acurruca e inhala en mi almohada, no vuelve a moverse y su respiración se hace tranquila.

Sonrió al verla dormir y me apuro a vestirme. Haciendo lo mismo que todos los días. Al llegar al hospital veo a Keana sobre su moto. Han sido un poco incómodas las cosas con ella estos días, ella no ha querido hablar y yo dejé de insistir.
Duele un poco ya no hablar con ella… Bien, lastima mucho.

—Hey!— sonrió a Vero

—Vero, tu día de descanso estarás aquí… genial— finge una cara de fastidio y caminamos a la entrada del hospital.

—Vamos Keana— Vero le grita, mi orgullo me impide voltear a verla. No escucho respuesta y sigo caminando. —No deberías ser tan dura con ella— murmura nerviosa.

—Lo sé Vero… solo quería acercarme a ella y que conseguí, ¿Qué se molestará porque me preocupo por ella? No gracias, así estoy bien— mi voz sale herida, porque realmente lo estoy

—Ella está mal, ha cambiado demasiado… desde lo de Alexa.

¿Ella lo sabe? ¡Que demonios! La herida en mi se intensifica, con ella si habla y no conmigo.

—Si, pero no se deja ayudar… no se que hacer

—Dale tiempo— toma mi mano y nos guía al gran auditorio de convenciones.

Antes que entremos Dinah llega hasta nosotras con una enorme y resplandeciente sonrisa.

—Muy buenos días Cheechee— la saludo bromeando.

—Hola chicas— sus mejillas están sonrojadas.

—¿Fue buena tu cena?

—Mejor que buena, fue espectacular… no tienen ni idea— Vero se ríe.

—Si, creo que puedo imaginar porque— se acerca a Dinah y toca el hematoma circular en su cuello.

—Oh dios! Dinah!— chillo con sorpresa y su sonrojo solo incrementa.

—Oh déjenme! Somos adultas— busca excusas.

—Si que lo somos— Vero dice de manera burlona.

Entramos al auditorio y algunos lugares están ocupados, tenemos para escoger nuestro lugar.
Buscamos enmedio un sitio y esperamos a que el auditorio se llene. No pasa mucho tiempo después de eso, Keana entra y se sienta a lado mío, el olor a cigarro entra ligeramente a mi nariz no dice nada, ni yo lo hago.

A las 7:15 una Ally muy elegante sale de una de las grandes cortinas.

—Buen día personal del Hospital NewYork-Presbyterian, es un gusto tenerlos aquí y poder recibir pláticas impartidas por dos grandes médicos, pioneros de innovaciones en sus campos. Cómo lo leyeron en el gran cartel de la entrada tendremos a un neurocirujano y una cirujana cardióloga.

Me veo emocionada ante las palabras de la jefa. Al parecer Dinah también porque se remueve en su lugar.

—Demosle un aplauso al doctor Gordon Amasio especialista en neurología y una importante cardióloga Milika Amasio— aplaudo emocionada al igual que todo el auditorio.

Dos personas salen por donde minutos antes salió Ally.

El hombre es de complexión robusta, alto, una barba perfectamente delineada, cabello negro con algunos rizos, una tez ligeramente morena. Algo que no se puede pasar por alto en ambos es su andar, desborda arrogancia.
La mujer es un poco más baja que el hombre, cabello completamente rizado con toques rubios, tez igualmente morena. Y facciones un poco familiares, supongo que los he visto en otras convenciones.

El ambiente es animado pero alguien atrae mi atención y no es nadie más que Dinah. Está estática en su lugar y su rostro es pálido, puedo ver pequeñas gotas de sudor bajar sobre su sien. Mi instinto protector se activa y tomó su mano, al contacto está helada.

—Cheechee ¿Te encuentras bien?— no consigo ninguna respuesta, es como si estuviera en shock. —Hablame DJ

—Ellos son mis padres— ¿Qué? No es así como me hubiera gustado conocerlos.

Su confesión amortigua todo los sonidos alrededor, si así estoy yo me imagino cómo está ella internamente.
Si, no conozco nada de sus padres, nunca fueron un tema de conversación para ambas.

Miro al matrimonio de doctores sentarse en el sofá del centro del auditorio, perfectamente rectos, su mirada y frente en alto, como si fueran los dueños del maldito lugar. Me siento sumamente intrigada del porque Dinah reaccionó así, es decir, son sus padres. Y porqué no me dijo que vendrían o ¿Es que ella no sabía? Eso es muy tonto.

—¿Quieres que salgamos de aquí?

Ella niega y la veo tragar pesadamente. No la pierdo de vista en ningún momento, ni siquiera puedo decir que es lo que hablan los doctores, quizás y adulan su área, no lo sé.
Toda la emoción corrió fuera de mi cuerpo al ver mal a mi mejor amiga.
Lo máximo que duramos dentro del auditorio fueron al menos dos horas, en ningún momento el color regresó al rostro de Dinah.

Vero que estaba sentada al lado de DJ trato de tranquilizarla, pero todo lo que hacíamos era inútil, ella parecía estar inmersa en sus pensamientos.

Mucho antes de que terminara Dinah se levantó rápidamente y salió de la misma forma del auditorio, ni por un segundo me perdí que la mirada de sus padres se dirigieron a ella saliendo del lugar.
Su padre detuvo su explicación y la vio salir, y es que era obvio, desde el frente del auditorio se puede ver a la audiencia y no había nadie de pie, entonces cuando Dinah se levanta de su lugar atrae la atención

En la mirada del hombre hay sorpresa, pero casi de inmediato desaparece y continuó hablando sobre los cuidados post quirúrgico después de una lobotomía.

Keana me preguntó que qué pasaba, en ese momento olvidé mis diferencias hacia ella y le hice saber que Dinah no estaba bien. Después de eso me levanté y fui tras mi mejor amiga y hermana.

Entonces aquí estoy, parada frente a la puerta de los sanitarios de mujeres, es el último lugar en donde no había revisado, tengo miedo de abrir la puerta y ver que no está.

Suspiro y abro la puerta. Quien está al frente mio no es ni la sombra de la Dinah Jane Ilaisaane Hansen que conocí en mi primer semestre de enfermería. su semblante es serio, preocupado, triste.
La veo apoyada en el lavabo del baño, trata de normalizar su respiración pero es inutil, jadea tratando de llenar sus pulmones de oxígeno, gira hacia donde me encuentro y sus ojos están rojos por sus lágrimas, al igual que sus mejillas estan bañadas por estas mismas.

—Cheechee— camino hacia ella y hace lo que esperaba, se tira a mis brazos, inmediatamente la envuelvo en ellos mostrándole mi apoyo, siento sus sollozos en mi hombro, se que en estos momentos las palabras sobran así que guardó silencio mientras acaricio su espalda confortandola.

—¿Qué… qué hacen aquí?— sé que no busca una respuesta de mi parte, se separa de mí y me da la espalda y empieza a caminar por el sanitario, limpia sus ojos rudamente.. —De todos los hospitales que existen ¿por qué tuvo que ser este?

Ahora desborda enojo, y sus ojos siguen tristes.
—Sé que no es momento pero… ¿Por qué nunca hablamos de tus padres?

Se ríe sarcasticamente. —¿Por qué?— sus ojos se nublan con tristeza. —Porque no eran importantes en mi nueva vida...

—Pero ellos son tus padres....

—¡NO! Ellos me lo dejaron muy claro el día que me fui de casa sin nada más que una maleta y algunos euros. Siempre fui la oveja negra entre su estúpida e importante familia

¿Qué? ¿Euros?

—Soy Alemana Mila, provengo de una de las familias más importantes de Alemania. Mis padres son los más importantes en su campo. Sospeche que podrían ser ellos. Por un momento lo trate de olvidar, nunca pensé que dejarían su cómoda mansión y su vida de lujos solo para dar una estúpida conferencia… Y ahora aquí están.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?— ¿acaso conozco a la que dice se mi mejor amiga?

—No quería que mancharan mi nueva vida aquí en New York…

—Te conozco desde años, ni una mención hiciste… ¿Qué otra cosa no conozco de ti Dinah?— apuesto que puede apreciar mi mirada herida.

—No Mila, no es lo que crees. La Dinah Jane que conoces es la auténtica, no te escondo nada, solo de donde provengo. Pensé que te darías cuenta cuando me escucharas hablar, es obvio que mi acento no es de aquí. Pero eres demasiado despistada que lo pasaste por alto— se ríe ocasionando que también ría con ella, es obvio que me di cuenta de su acento, pero si, realmente lo pase por alto después

—Con años aquí me adapte, y mi acento cambió. Pero soy Dinah, la chica que se sentó junto a ti el primer día en la universidad.

—¿Cómo sobreviviste con algunos euros?— tengo demasiadas preguntas y espero puedan ser contestadas.

—Tenía algunos ahorros, compré mi boleto de avión y...— tiembla su voz —Al llegar aquí sólo tenía 400 euros. Dormí algunos días en un hotel barato para ser más precisa un mes, el alquiler era sumamente barato, quizás unos 8 dólares por día, no te mentire, me costó adaptarme a ese sucio y asqueroso cuarto, estaba acostumbrada a lujos, pero salí adelante. Cuando entramos a la universidad yo llevaba dos semanas en ese cuarto, también conseguí un trabajo en un restaurante como lavaplatos. Después de todo no sabía hacer nada. Y me costó aprender a lavar platos— se ríe un poco más animada.

—Cuando te vi en esa mesa comiendo un emparedado sola, igual que yo lo estaba… me acerqué y fue la mejor decisión que pude haber tomado.

Mis ojos lagrimean y ahora yo la abrazo.

—Debiste decírmelo…

—Si, debí haberlo hecho, pero no quería que nuestra amistad fuera a base de interés… ya sabes, por mis padres mundialmente conocidos— la miró con fingida incredulidad

—Yo no lo haría… aunque si hubiera sabido que eres millonaria quizás y podría aprovechar— bromeó y ella se ríe.

—Este no es un buen lugar para platicar… ¿Vamos a la cafetería? Yo invito— asiento y salimos del sanitario.

Al llegar toma una charola y pide una gran cantidad de bocadillos. Nos sentamos en la mesa central y come sin decir nada, no se si preguntar algo o ya no.

—Pregunta do que quiedas— habla con su boca llena de comida, niego mientras rió.

—¿Qué pasó después de ese mes en el hotel?

—Mmm ahorraba todo el dinero de mi trabajo, y con mis euros restantes pude rentar un departamento, no era para nada lujoso, pero era mejor que el cuarto de hotel… por eso nunca quise llevarte a mi hogar, era una porquería, pero… era mi hogar, solo para mí— sonríe tristemente.

—Conocerte fue lo mejor que me pudo haber pasado… al igual que a mamá Sinuhé y a papá Alejandro. Ustedes me acogieron en su casa sin nisiquiera saber nada de mí.— juguetea con un bocadillo para no mirarme.

—Después conseguí otro trabajo un poco mejor, y pude conseguir algunas cosas fundamentales. Tú siempre me alimentaste...— sonrió ante el recuerdo —recuerdo que llevabas tu almuerzo y terminamos comiéndolo entre las dos. Después de un tiempo llevabas uno para mí. Era lo mejor que podía comer, sobrevivía a base de comida instantánea, enlatados…. Todo mejoró con el paso de los años, solo estaba en mi departamento para dormir, el demás tiempo estaba en tu casa. Ni hablar de las magníficas cenas en fechas festivas

—¿Por qué dices que siempre fuiste la oveja negra de la familia?

—Siempre he ido en contra de sus ideales. Salía con chicas, ningún hombre paso por mi cama. Imagina cómo reaccionaran al conocer a Mani ella es importante para mí y no la haría sufrir algo así. Nunca pude ser la hija bien portada que ellos querían para las revistas. Creo que lo que desbordó todo fue mi elección de carrera, querían que fuera un médico importante como ellos… no era lo que yo quería. Así que una tarde tome una maleta junto con mis ahorros decidida a seguir mis sueños y no los que ellos querían para mí. Antes de salir de su casa Gordon me vio y de inmediato se lo comunico a mi mad- a Milika, antes de salir me dijeron que si yo cruzaba esa puerta para ellos estaba muerta. En mi habitación había una carta de despedida, diciéndoles que no me buscaran. Pero para ese momento esa carta era inútil, para ellos su hija estaba muerta.
Hace seis años que no veía a mis padres, deje mi celular en casa junto con todas mis pertenencias de valor, así que ellos no tenían como localizarme.

Estoy completamente sorprendida, Dinah es de una importante familia Alemana.

—Sie werden mich nicht wieder ruinieren— no se lo que dijo, podría reír, pero su semblante molesto me dice que no es una buena idea.
Su acento cambia drásticamente y me recuerda el cómo la conocí.

—¿Por eso nunca me hablaste de tu familia?— ella asiente.

—Después de todo ellos ya no tienen una hija y yo ya no tengo padres… soy feliz con lo que he conseguido, con mi nueva familia… con lo que soy.

—¿Tienes hermanos?

—Ajá, 2. Pero ellos están más que felices de seguir con su vida dominada por mis padres. Fue su única hija, mis hermanos son médicos también importantes, cardiólogo, neurólogo. Soy la menor.

Terminamos de comer y al parecer la plática en el auditorio terminó porque hay muchas personas pasando a su servicio. Busco a Vero y a Keana.
No las vemos por ningún lado.

—Vamonos, quizás ya se fueron. Hoy es su día libre— asiento empezando a caminar a los vestidores.
Al entrar las vemos, cuando se dan cuanta que somos nosotras se levantan del sofá y corren a Dinah. Sonrió al ver el apoyo que le brindan tan solo de conocernos por poco tiempo.

—¿Estás bien, bebé?— pregunta Keana mientras estudia el rostro de Dinah.

—Estoy bien… gracias por preocuparse.

—Nos asustaste— ahora Vero se hace presente con evidente preocupación

—Lo siento chicas, no fue mi intención… solo me sentí un poco mal— entonces supongo que no se los dirá.

—¿Pero estás mejor?—Keana insiste

—Estoy mucho mejor— les regala una sonrisa.

Las dos chicas le regalan una mirada tratando de encontrar la mentira o algo parecido, al no encontrarla asienten.

—De acuerdo… Keana y yo nos vamos, nos vemos después?

—Claro— les afirmó con una sonrisa.

Se despiden de Dinah abrazándola.
Vero se despide de mí besando mi mejilla, en cuanto a Keana solo me sonríe un poco y agita su mano. ¿En qué momento mi amistad con ella se fue a la mierda?

—¿Sigue enojada?

—Supongo que si Cheechee, quizás y dije algo que le molestó… no sé.

Mientras nos cambiamos tocan puerta, ella y yo nos miramos extrañadas, nunca nadie toca las puertas, solo entras y ya.

—¿Adelante?— Dinah ríe

Después de unos segundos la puerta se abre y se asoma la cara sonriente de Ally.

—Buenos días

—Hola jefa— la saludamos animadamente

—Licenciada Dinah, es usted a quien busco… salió de la conferencia antes que concluyera.

—Lo sé jefa, me sentí un poco mal, necesitaba aire.

—Lo comprendo, usted atrajo la atención de los expositores y el Doctor Amasio me pidió hablar con usted…

Veo a DJ negar rápidamente —Oh no, yo… lo siento

—¿Tiene algún inconveniente?

—Siii. Me esperan en quirófano, una paciente que he estado atendiendo está a punto de entrar a una cesárea.

—Es una lástima, hablare con el doctor.

—Gracias jefa.

—Tengan un buen día…

Cuando sale Ally de la habitación Dinah suspira audiblemente.

—¿No hablaras con ellos?

—Claro que no.

Entramos al área de maternidad y no se vuelve a tocar el tema. Hoy fue un buen día, exceptuando que compartí quirófano con Lucy y Shawn al mismo tiempo.
Fue un tanto incómodo, ellos hablaban y yo me mantenía en silencio solo haciendo mi trabajo, nunca pensé que haría algo así.
Compartir quirófano con mi ex y su amante que casualmente es la ex de mi actual pareja.

Hoy tengo un turno en el programa de apoyo. Ahí puedo ver a Lauren.
He conocido a muchas mujeres con las cuales he tenido que tragarme mis lágrimas, muchas de ellas tiene detrás una historia, algunas son tristes y otras mucho peor… pero aún así hay algunas con historias muy felices, muy felices de poder tener la oportunidad de llevar un control y cuidado de su embarazo.

Camino con los estudios de laboratorio de la paciente que Eli y yo compartimos.
Alessandra Murphy. Una adolescente de 18 años, una niña muy hermosa, ojos azules, cabello como hilos de oro, rostro fino, sus facciones son perfectas. Complexión delgada y estatura de 1.55 metros.

Cuando Eli le da una cita para su próxima revisión ella sale del consultorio con muchos papeles sobre su mano. Atendemos a otra mujer, yo hago lo mío y Eli después de que termino también hace su chequeo de la paciente.

Como una galletas mientras caminó por los pasillos, este es como un descanso para mí. Mis pasos me llevan hasta la estación central del hospital justo en dónde está la farmacia.

Sigo caminando cuando una cabellera rubia atrapa mi mirada, Alessandra. Está dentro de una acalorada discusión con el personal de la farmacia, con pasos precavidos me acerco a dónde están.

Esta es la segunda cita de Alessandra en el programa, pero es la primera vez que yo la veo en esta consulta.

—El doctor dijo que era indispensable que tomara este medicamento, no puedo interrumpir el tratamiento mi bebé...— ella trata de explicar de manera tranquila, el hombre que la atiende la interrumpe bruscamente

—Si si, eso ya lo mencionaste. Ahora yo te lo digo, este programa no cubre ese medicamento. Hay tres opciones,conseguirlo independientemente fuera del hospital, que seas merecedora del sistema de salud… que por lo visto no lo eres o paga por él justo aquí— puedo escuchar el enojo en su voz.

—No… no tengo suficiente para costear el medicamento

—Ese no es mi problema, no te puedo ayudar— el enojo se incrementa en mi.

—Pero…

—Debes irte, tengo más personas que atender.

La chica toma algunas cajas y antes que pueda reaccionar me acerco a ella e impido que se vaya.

—¿Que medicamento no incluye el programa?

—Doctora no...— dice más calmado, pero eso no me sirve de nada, estoy suficientemente enojada como para golpearlo.

—¡Dime qué medicamento es!— golpeó mi mano sobre la superficie que me separa de él.

—Son antirretrivirales.

¿Qué? No puede ser… es solo una pequeña adolescente

—Daselos.

—Pero doctora…

—No soy Doctora, soy enfermera a cargo de esta chica… dale lo que falta, yo voy a pagar por ello.

—S… Si, si— el hombre retrocede, me giro hacia la chica y tomo delicadamente la receta en dónde está prescritos el medicamento. Le extiendo al sujeto la receta y prácticamente corre en búsqueda de lo que le pedí.

—No es necesario, yo puedo conseguirlo...— la chica toca mi brazo tratando de calmarme, y es ahí en dónde me doy cuenta de todo el show que acabo de hacer.

—Esta bien… no es nada.

Regresa el hombre y deja sobre la barra una bolsa con unos cuantos frascos blancos.

—Son 70 dólares.

De mi filipina saco mi tarjeta de crédito y se la doy. Él la toma y se aleja.

—Toma— el extiendo la bolsa y ella con su mano temblorosa la toma. Sus ojos contienen las lágrimas, le sonrió gentilmente.

El sujeto me regresa mi tarjeta y acompaño a la chica a la puerta del hospital.

—Muchas gracias doct… enfermera Camila— me sorprende que recuerde mi nombre, la mayoría de los pacientes no lo hacen.

—Descuida… espero poder haberte ayudado en algo.

—Enserio que lo hizo… déjeme invitarle un café, yo, no tengo manera de pagarle

Niego con una pequeña sonrisa—Está bien, enserio. No necesitas pagarmelo, solo cuídate mucho por favor y espero verte muy pronto.

Ella asiente y se aleja

Cómo es que esta pequeña niña está embarazada y es portadora de VIH.

Pokračovat ve čtení

Mohlo by se ti líbit

19.7K 1.3K 13
Perdida en una carretera desierta, embarazada y en medio de una tormenta de nieve. Camila Cabello jamás imagino volver a encontrar en aquella situaci...
1.3M 78.2K 64
Camila estaba rota. Lauren estaba igual de rota. Pero, en vez de arreglarse, se amaron a pedazos. «No conocemos las personas por accidente, todas...
329K 15.3K 41
#EN EDICIÓN# Lauren es una adolescente popular, llena de problemas en su familia. Que usa drogas y alcohol para acabar con su depresión. Un proble...
270K 21K 41
Querida Camila: Estoy escribiendo esta carta porque es muy improbable que alguna vez consiga el coraje para decirte esto a la cara. Asi que, aqui va...