2812.
Soltó un ahogado gruñido cuando por inercia movió su cadera y el bulto bajo sus pantalones de pijama se frotó contra una tela frente a él; se aferró más al cuerpo contrario para pegarlo a él y sentir más ficción.
Todavía estaba adormilado, pero sentía perfectamente lo bien que se sentía la ficción de su erección dentro de los pantalones contra -para ser más especifico- el trasero de alguien.
Siguió moviendo sus caderas sin ser consiente realmente de sus movimientos, o al menos no hasta que un pequeño gemido de una segunda persona llegó a sus oídos como si fueran dos ruidosos tambores y lo despertaran de golpe.
Abrió los ojos en exceso y al bajar la mirada a la fusión de su cuerpo con el de Louis se alejó como si de repente éste comenzara a quemarle.
Casi se cae de la cama pero fue precavido y se levantó primero de ésta. Su respiración estaba acelerada por el susto y sentía como su sangre comenzaba a recorrer por sus venas debido a que no se tomó ni tiempo de despertarse correctamente.
Llevó sus manos a sus rizos, tironeandolos; se sobresaltó cuando vio como Louis se removía en la cama, estaba a punto de despertarse y no podía verlo de esa forma.
Porque claro, la felicidad mañanera seguía despierta entre sus piernas sin intenciones de querer bajar.
- Mierda, mierda, mierda.
De inmediato rodeó la cama para adentrarse al baño de su habitación y encerrarse de un portazo para apoyarse en la puerta.
El fuerte ruido despertó a Louis, quien abrió los ojos de forma exagerada y se sentaba en la cama con una mano en el pecho cuando su corazón comenzó a latir con rapidez.
Miró a su costado y notó que la cama estaba vacía, frunció su nariz.
- ¿Harry? - lo llamó en voz alta.
No recibió respuesta, pero pudo escuchar con claridad como una respiración acelerada provenía del baño.
No dudó en levantarse y acercarse en pasos lentos a la puerta; dio unos pequeños golpecitos.
- ¿Harry, estás ahí? - volvió a preguntar.
La respiración del otro lado se dejó de escuchar y Louis frunció el ceño. Estuvo a punto de volver a hablar cuando la voz del rizado lo interrumpió:
- S-si, yo, si, estoy aquí. - respondió entrecortado.
- ¿Estás bien?
- ¡Si! Estoy perfectamente. Mierda... -murmuró lo último pero Louis logró escucharlo.
- ¿Qué sucede? ¿Estás descompuesto?
Las mejillas de Harry se encendieron al oír eso, hizo una mueca de dolor cuando su erección palpitó.
- Yo- Si, estoy algo d-descompuesto, creo que - se cortó cuando soltó un bufido y pasó las manos por su rostro-... Me cayó mal la cena de ayer o no sé...
Se quiso golpear mentalmente luego de haber dicho aquello.
- Oh - murmuró el mayor-... ¿Necesitas una pastilla o algo?
Harry mordió su labio interior, sus mejillas estaban ardiendo de la vergüenza- N-no, está bien, tranquilo. Huh, Louis, ¿Puedes ir a hacer el desayuno?
Louis frunció sus labios. - Huh, ¿Si? Claro. Trataré de prepararte algo liviano...
- Está bien, g-gracias.
Dicho eso, escuchó como segundos después la puerta de su habitación era abierta y cerrada, dándole a entender que quedó solo.
Apoyó la cabeza en la puerta, apretó los puños a los costados de su cuerpo conteniendo el hacer una locura.
Se podría dar una ducha de agua helada si tan sólo quisiera morir de hipotermia, así que no era muy buena idea; ya se había mojado la cara pero no ayudó.
Lo único que podía hacer era espera o masturbarse.
Claramente no iba a masturbarse.
Y por más que esperara el bulto dentro de su pantalón de pijama no cesaba.
- A la mierda. -bufó enojado.
Salió del baño para ir directo a su guardarropa. Se quitó su pijama tratando de ignorar su erección; buscó uno de los jeans más ajustados que tiene junto a una camiseta que le llegaba a los muslos y nunca usaba.
Se puso todo, haciendo una mueca de dolor cuando su pene fue asfixiado incluso más que antes; la camiseta cubriendo todo.
Cojeó un poco por el dolor pero lo disimuló, salió del guardarropas y de su habitación. Estaba de mal humor y ni con eso su erección bajaba.
Bajó las escaleras y sus ojos se encontraron con los de Louis, quien estaba saliendo de la cocina con una bandeja en la que habían dos sándwiches y dos vasos de jugo.
- Ey - Louis le dio una pequeña sonrisa -, ¿Cómo te sientes? Mira, aquí hice unos sándwiches de lechuga y tomate, es lo más liviano que se hacer. - rio.
Dejó la bandeja en la mesita ratona y se sentó en el sillón. Harry terminó de bajar las escaleras y se sentó a un lado de él, con un gesto completamente serio.
Louis notó su vestimenta y soltó una risa. - ¿Qué haces con jeans en la casa?
Harry sólo se encogió de hombros, sin responderle, tomó uno de los sándwiches -conteniendo un quejido cuando se hizo hacia delante y apretó su erección- y le dio una primera mordida; en ningún momento miró a Louis ni le dio los buenas días como solía hacer.
El ojiazul notó eso y se le hizo inevitable no morder el interior de su mejilla en confusión.
- ¿Sucede algo? - preguntó para luego darle un mordisco a su sándwich.
Harry negó con la cabeza y volvió a dar otro mordisco.
- Anda, Harry. Estás raro, ¿Qué pasó? - habló cuando tragó y se acomodó en el sillón para sentarse de lado.
- No pasó nada. - respondió cortante.
Louis dio un pequeño golpe en su hombro con una sonrisa divertida. - Dale, tonto, dime.
- Por la mierda, Louis, no me pasa nada, ¿Puedes callarte? -respondió elevando la voz y mirándolo por fin pero por unos cortos segundos.
El castaño dejó de sonreír para mirarlo con confusión, la boca levemente entreabierta
- Ey, tranquilo.
- No, Louis. Si te estoy diciendo que no me pasa nada, no me pasa nada y punto, no me jodas más.
El nombrado tenía el ceño fruncido, no entendía qué carajos le pasaba.
- Háblame bien.
Harry rio con ironía. - Claro, ¿tú puedes hablarme mal las veces que quieras pero yo a tí no? Vamos, Louis. - soltó otra risa.
Louis lo miraba con cierto escepticismo, esperando encontrar algún rastro de diversión en su rostro que demuestre que sólo estaba bromeando.
Pero no fui así, y eso lo molestó.
Frunció sus labios y sin dejar de mirarlo dejó con brusquedad su sándwich sobre la bandeja y se levantó del sillón.
- Vete a la mierda.
Dicho eso, pasó frente a Harry y se dirigió a las escaleras para comenzar a subirlas, con notorio enojo.
Harry levantó la vista mirando el cuerpo de Louis desaparecer en el final de las escaleras.
Parpadeó cuando se dio cuenta de lo que había hecho; soltó un quejido y pasó sus manos bruscamente por su rostro, frustrado.
- Eres un idiota, Harry Styles. - murmuró para si mismo.
Llevó su vista a la bandeja sobre la mesita, el sándwich de Louis estaba completo a excepción de un solo mordisco.
Soltó un suspiro y se levantó del sillón, agarró el plato con el sándwich y comenzó a subir las escaleras.
Su erección ya no dolía y cuando llevó su mano a sus pantalones notó que el bulto ya no estaba. Se sorprendió un poco pero terminó soltando un suspiro de alivio.
Aunque seguía molesto consigo mismo por haber tenido que desquitarse con Louis para que se le bajara.
Terminó de subir las escaleras y caminó hacia su habitación donde sabía que el ojiazul estaría; cuando estuvo a punto de tocar la puerta escucha la voz del chico.
- Idiota, estúpido, imbécil. Quién carajos se cree. Encima que fui bueno con él estos días viene a tratarme así. Que se vaya a cagar. Y yo que creía que ya lo odiaba un poco menos, ¡Pero no! Lo odio más. - murmuraba a la vez que se escuchaba como golpeaba algo mullido que Harry supuso era una almohada.
El ojiverde sonrió de lado por la actitud infantil del chico y dio un par de golpes en la puerta con sus nudillos; al instante las quejas de Louis dejaron de escucharse.
Al no recibir respuesta abrió la puerta y asomó su cabeza, encontrándose con los ojos de Louis mirándolo fijamente y con enojo, tenía -en efecto- una almohada entre sus manos que estaba levemente hundida en una parte.
- Vete. - ordenó sin más.
- No. - respondió el rizado adentrándose a la habitación.
- Que te vayas.
- Que no. - cerró la puerta y volteó a mirarlo.
Se acercó a la cama y se sentó en los pies de ésta. Dejó el plato con la comida a un lado de Louis y éste lo vio, pero al instante dejó de hacerlo para mirar sus propias manos con el ceño fruncido.
- Louis...
- Dije que te vayas. -lo interrumpió sin levantar la vista.
Harry habló con cierta diversión. - Bueno, es mi habitación, sólo digo.
Finalmente, Louis levantó su vista para mirarlo con furia, dejó la almohada a un lado. - Genial, entonces me voy yo.
Se levantó de la cama y se acercó a la puerta.
- No, Louis. - lo llamó.
Se levantó y se acercó a Louis cuando éste estaba apunto de abrir la puerta, pero él fue lo suficientemente rápido y puso su mano para cerrarla, quedándose ahí, con Louis entre él y la pared.
Louis -como pudo- se dio vuelta y su respiración se cortó al ver lo cerca que estaban, se hizo para atrás en vano porque chocó contra la puerta y seguían igual de cerca, siendo prácticamente acorralado por Harry.
Y esa -ya no extraña- sensación en su estómago se hizo presente cuando sus ojos azules se cruzaron con los verdes del rizado, perdiéndose por unos muy pocos segundos allí.
Bajó su mirada para no dejarse llevar. - A-aléjate. - tartamudeó.
- Sólo si no te vas y me dejas hablar.
Louis lo miró pensativo; terminó rodando los ojos y asintiendo.
Harry se alejó a una distancia considerable y Louis volvió a respirar.
- Te traje tu sándwich - habló el ojiverde cuando se sentó en la cama-, no me pareció justo que no lo terminaras por mi culpa.
El castaño hizo un sonido con los labios fruncido. No iba a agradecerle, su orgullo era más grande. Se sentó en la cama en forma de indio y puso el plato sobre sus piernas para luego agarrar el sándwich y comenzar a comerlo; podía ser todo lo orgulloso del mundo pero tenía hambre.
- Bien, yo - comenzó el rizado, arrancando la pielcita de su labio inferior cuando los nervios volvieron a invadirlo-... Quiero pedirte perdón por tratarte como te traté. Realmente no quise.
- Ajá. - murmuró el chico con la boca llena.
- ¡Es en serio! Estaba de mal humor pero no tuve que haberme desquitado contigo. - prosiguió.
Louis terminó de masticar y dejó la comida junto al plato a un lado; apoyó sus codos en sus muslos y descansó su mentón en las palmas de su mano.
- Bien, ahora dime porqué estabas de mal humor. - demandó.
- Louis...
- La verdad, Harry, o no te perdono. - lo interrumpió.
Harry lo miró con indignidad fingida. - ¡Eso es extorsión! Yo debería de estarme enojando.
Louis rodó los ojos tratando de reprimir una sonrisa.
- Anda, habla.
- Ugh, es que - lloriqueó, cubriendo su cara con sus manos. - te burlarás de mi, o te enojarás, no lo sé.
El ojiazul arqueó una ceja. - Si no me dices no lo sabremos.
Harry se quejó por unos segundos mientras se replanteaba mentalmente en si decirle o no. ¿Qué tanto se enojaría? O capaz que se ríe, quien sabe.
A la mierda.
Respira, Harry.
Tú puedes.
Ánimo, ánimo, ánimo.
Sin quitar la cara de entre sus manos comenzó a hablar:
- Yo... tuveunaerecciónmañaneraymehefrotadocontratiyahoraestoytanavergonzadoycreoquemetiraréporlasescaleras.
Al finalizar tomó una fuerte bocanada de aire que se había privado en todos esos minutos.
Louis lo miraba con el ceño fruncido.
- Ajá, si. Ahora en español.
Harry lloriqueó, dando golpes en la cama como si fuera un nene caprichoso. - ¡Louiiiiiis! Es demasiado vergonzoso.
- No creo que sea para tanto. - rodó los ojos.
Harry lo miró con las cejas arqueadas. - Crees mal.
- ¡Pues entonces dime!
- ¡No me grites!
- ¡Harry!
- ¡Louis!
El rizado lloriqueó, sus mejillas estaban encendidas y sabía que Louis no iba a rendirse.
Soltó un suspiró y volvió a tapar su rostro. - Tuve una erección mañanera, eso pasa.
Louis se sonrojo. - Oh... Pero es normal, suele pasar.
- ¡Lo sé! Pero - bufó. - eso no es lo peor.
- ¿Y entonces?
El rizado soltó otro suspiro. - Lo que pasa es que inconscientemente me he frotado contra ti y ahora me siento un jodido acosador.
Louis abrió excesivamente los ojos por la sorpresa, tragó en seco.
-- ¿P-pero tú sabías lo que estabas haciendo entonces?
- ¡No! - respondió de inmediato.- Digo... ¿Si? O sea no, quiero decir, si sabía pero no sabía que en serio estaba haciéndolo, creí que estaba soñando.
- Ah, entonces soñaste que te frotabas contra mi. - lo miró con una ceja arqueada, tal vez con cierta diversión por lo desesperado que el rizado se notaba.
- ¿Qué? ¡No! Yo-
- Pero eso dijiste.
- ¡No! Joder, yo soñé que me frotaba contra alguien pero no contigo, y-yo sin querer lo hice pero soñarlo no.
Louis rodó los ojos tratando de no sonreír por lo divertido que era ver los nervios de Harry. - Patrañas.
- ¡Louis, ya! - volvió a lloriquear. Agarró la almohada que el castaño antes tenía y amagó con golpearlo.
Louis levantó las manos en forma de paz a la vez que soltaba una carcajada.
- Ya, está bien, te creo. -dijo.
Harry lo miró con los ojos entrecerrados. De repente los abrió cuando se acordó de algo y lo miró con malicia.
- ¿Y te burlas de mi? Te escuché gemir. - soltó con una sonrisa de lado.
La sonrisa del rostro de Louis desapareció y Harry jura que lo vio palidecer.
- ¿Q-qué dices? Yo no hice eso. - se negó.
Harry soltó una carcajada. - ¡Si que lo hiciste, maldito! Y sigues hablando. ¿Quién era el que estaba soñando con el otro, eh?
- ¡Pues yo no! Estás mintiendo sólo para molestarme.
- Pues el gemido yo lo escuché, así que.
Ésta vez fue Louis el que agarró la almohada, comenzando a golpearlo.
- Callate - un golpe-, tú - otro-, idiota.
Harry detuvo los golpes sin dejar de reír. - ¡Ya, ya, está bien, me callo!
Louis detuvo los golpes y lo vio con los labios fruncidos.
Harry se removió en la cama e hizo una mueca de incomodidad. - Ouch.
- ¿Y ahora qué te pasa?
- Mis piernas duelen, el jean es muy ajustado. - comentó.
Louis se encogió de hombros. - ¿Y por qué carajos te los pusiste entonces?
- ¡Tenía que disimular!
El chico rodó los ojos. - Pues ve y quítatelos.
Harry asintió levantándose de la cama con una mueca de dolor. - Me bañaré.
Dicho eso, se encaminó al baño y se encerró.
Louis soltó un suspiro y se pasó las manos por el rostro.
Porque la realidad era que si había soñado con Harry frotándose con su trasero mientras que él era un mar de gemidos.
Pero saber que gimió en voz alta y que el ojiverde lo escuchó lo tiene tan avergonzado, aunque pudo disimularlo frente al chico.
Se quedó en la cama usando su celular. Se dio cuenta que había perdido la noción del tiempo cuando ya había pasado media hora y la puerta del baño fue abierta. Levantó la vista.
Mala idea.
Alguien dejó de respirar.
Se reprimió un jadeo cuando vio al Harry frente a él con tan sólo una jodida toalla envuelta en su cintura; sus rizos seguían mojados y las gotas caían por sus hombros y algunas en su formado abdomen.
- Dios, me siento como nuevo. - bromeó el ojiverde son realmente prestarle atención a la reacción del castaño.
Sin embargo, Louis dijo algo que ni él mismo se entendió. Se levantó de la cama y salió corriendo hacia el guardarropas, encerrándose. Su respiración se había agitado y sus ojos abiertos en exceso.
- Oh dios... - murmuró para si mismo.
Se sobresaltó cuando escuchó unos golpecitos en la puerta.
- ¿Louis?
- ¿S-si?
- Huh, tengo que entrar, estás en mi guardarropas.
Louis cayó en cuenta y se golpeó mentalmente. Pasó sus manos por última vez por su rostro y soltó un suspiro.
Se acercó a la puerta del guardarropas y al abrirla su respiración volvió a entrecortarse cuando Harry estaba frente a él.
- H-hola. - saludó sin darse cuenta.
- Hola - rio el rizado-. ¿Me dejas entrar a cambiar?
Louis asintió embobado, tratando con todas sus fuerzas de no bajar su vista al abdomen de Harry. No hizo nada más, sin embargo.
Harry lo miró con una ceja arqueada. - Entonces...
- ¡Oh! S-si, si, lo siento, yo...
Pasó por al lado del ojiverde de inmediato y lo empujó hacia dentro del guardarropas para él mismo cerrarle la puerta.
Se apoyó en ésta con la respiración agitada de nuevo. Cerró los ojos y se puso la mano en la frente.
- Mierda, Louis. - susurró para luego soltar otro suspiro.