Hacía una semana que Snape y Hermione habían anunciado su compromiso y se habían volcado en la planificación de la boda. Querían que fuera algo pequeño pero especial. Sólo ellos dos, Lord Malfoy y Minerva como testigos, en el lago negro.
Ahora mismo Minerva estaba ayudando a Hermione a prepararse en su despacho y mientras hacía todo lo posible para que su pelo quedara en un bonito moño, también intentaba calmar los nervios de Hermione.
"¿Y si no le gusta el vestido? No es tradicional, ya sabes. ¿O qué pasa si no le gusta mi pelo? ¿Y si...?" la joven bruja no paraba de divagar.
"Deja eso, Hermione. Estás absolutamente impresionante y tu pelo también. Severus te adora y dudo mucho que le importe que salgas en un saco si te casas con él". Sonrió tranquilizadora.
"El viejo imbécil se ha quedado con mi cachorra más brillante" se rió en voz baja antes de terminar de peinar a Hermione y ayudarla a ponerse el vestido.
"Gracias, Minerva" giró frente al espejo antes de abrazar a la bruja mayor "Gracias por todo"
"De nada querida" se rió la profesora. "Ahora calla y vete. Apuesto a que Severus ya está esperando a su futura esposa" hizo callar a Hermione hacia la puerta...
Mientras tanto, en las mazmorras...
"¡Deja de dar vueltas, viejo! Tienes una novia esperándote, ahora recomponte y ponte eso". La voz de Malfoy retumbó en la habitación.
"¡No voy a llevar corbata! Eso es cosa de muggles!" Se quejó Snape tirando de su chaleco.
"¡Venga ya! No está tan mal. Y sabes que Hermione te pidió que te pusieras una. Hazlo por ella. Ahora date prisa y deja de quejarte o te estrangularé con esa maldita corbata". Draco Malfoy estaba perdiendo la paciencia con el mago malhumorado.
"Bien" mordió Snape entre dientes apretados antes de arreglar la corbata alrededor de su cuello. "¿Ya estás contento?" Murmuró molesto.
"Si" El mago rubio sonrió antes de empujar a su padrino hacia la puerta del lago. En cuanto Snape se colocó frente al registrador de matrimonios, vio a su hermosa brujita que se acercaba por el césped. Llevaba un vestido negro y el pelo recogido en un moño perfecto pero ligeramente desordenado. Se veía perfecta.
Al llegar a él, no pudo resistir el impulso de tocar su hermoso rostro, así que le pasó suavemente el pulgar por la mejilla, con cuidado de no estropear el maquillaje.
"Estás impresionante", le susurró al oído y la hizo sonrojarse.
"Tú estás muy guapo", le imitó ella.
Se sonrieron el uno al otro mientras la ceremonia continuaba, dijeron sus votos y pronto llegó el momento de intercambiar los anillos y Snape deslizó cuidadosamente la preciosa joya en la mano izquierda de Hermione antes de que ella hiciera lo mismo con él.
"Puedes besar a la novia" finalizó el registrador matrimonial y Severus atrajo a su bruja para darle un suave beso.
Minerva y Draco Malfoy estallaron en gritos de alegría y arrullos antes de desearles a los recién casados buenas noches y retirarse a donde tuvieran que ir.
"Señora Snape" Severus extendió su mano para que Hermione la tomara. "Creo que ha llegado el momento de consumar el vínculo" le sonrió con picardía.
"Creo que tienes razón querido esposo" ella le besó la nariz antes de salir corriendo hacia su dormitorio, dejando a Severus persiguiéndola...
Esta iba a ser una noche muy larga.
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