INVISIBLE

By jenifersiza

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En esa fiel noche de Halloween, Nick Potter fue aclamado como 'Niño que vivió', su gemelo Harry fue ignorado... More

Capítulo 1: Lord Voldemort's Attack And Nick Sirius Potter A Hero
Capítulo 2: Pissed Of Albus Dumbledore
Capítulo 3: Rescued, Informed, and Mistakes
Capítulo 4: Growing Up and Their Hogwarts Letters
Capítulo 5: Getting A Wand
Capítulo 6: Going To Hogwarts: Year One
Capítulo 7: Year Two
Capítulo 8: Third year
Capítulo 9: Year Four Part 1 - Tri-wizard Tournament Comes To Hogwarts!
Capítulo 10: Triwizard Champions and making friends
Capítulo 11: The Games Begin, A Yule Ball and Figuring Out The Clue
Capítulo 12: The second and third task - Voldemort comes...
Capítulo 13: Lord Voldemort will they survive?
Capitulo 14: things go from bad to worse - Nick lies and Harry's taken
Capítulo 15: Harry get's better
Capítulo 16: Summer Trials
Capítulo 17: Meetings Arrests and Dreams
Capítulo 18: Harry's Summer and Eileen Thinks on Things
Capítulo 19: The Trials of Avery, Macnair, and Malfoy
Capitulo 20: Information and Quizzing
Capítulo 21: Writing Viktor, Eileen Visits and the Potter's Reactions
Capítulo 22: Dumbledore Slughorn and Conferences
Capítulo 23: Potter Humiliation and Patronus
Capítulo 24: Letters, apologies and contemplation
Capítulo 25: Animagus Potion, Training and Surprises
Capítulo 26: Learning and Hogwarts
Capítulo 27: Presents and Conversations
Capítulo 28: Starting Back Up At Hogwarts
Capítulo 29: Nick feels guilty for the first time
Capítulo 30: Christmas, Happiness and Pain
Capítulo 31: A solution To The Problem
Capitulo 32: Wakening Up, Sirius and Nick Repair Their Relationship
Capítulo 33: Conferences and visiting Pyramids
Capítulo 34: Apparation, Fighting and Anger
Capítulo 35: Reaction and Consequences
Capítulo 36: Trials and Sentencing
Capítulo 37: The Situation As It Is
Capítulo 38: Having A Party And A Revelation
Capítulo 39: Turning Points
Capítulo 40: Nick's Epiphany
Capítulo 41: Nick Gives Some Advice To Roxy - Will She Take It?
Capítulo 42: I Was Invisible To Everyone
Capítulo 43: A New Year And Loosing The Plot
Capítulo 44: What To Do
Capítulo 45: Dealing With The Consequences
Capítulo 46: The Consequences
Capítulo 47: The Trial Of Lily Potter
Capítulo 48: Order of Merlin
Capítulo 49: Award Ceremony and Heartache
Capítulo 50: Sadness and exhaustion
Capítulo 51: The After Affects
Capítulo 52: The Aftermath
Capítulo 53: Recovering
Capítulo 54: Musing
Capítulo 55: One Potion Down
Capítulo 56: Times Changing
Capítulo 57: Harry's Second Potion
Capítulo 58: Information Moste Evile
Capítulo 59: The Committee and Conference
Capítulo 60: Conference
Capítulo 61: Partying, Slughorn and Going Home
Capítulo 62: Investigation
Capítulo 64: Reactions and Consequences
Capítulo 65: Healing
Capítulo 66: Daunting News
Capítulo 67: Near Misses
Capítulo 68: Tense Conversations And Revelations
Capítulo 69: The Icing On The Cake
Capítulo 70: Releases, Holiday's & Searches
Capítulo 71: Holiday
Capítulo 72: A Peculiar happenstance
Capítulo 73: Hogsmeade, Horcruxes and Holidays
Capítulo 74: Horcruxes and Holidays
Capítulo 75: Holiday Fun
Capitulo 76: Joining The Dots
Capítulo 77: Back Home
Capítulo 78: Newts, Conversations and Surprises
Capítulo 79: Busier Than Ever & The Best Tip Off A Guy Could Get
Capítulo 80: Distractions And Successes
Capítulo 81: Operation Striker - Rescue mission
Capítulo 82: Conversations
Capítulo 83: Ministry and Helpful Information
Capítulo 84: Potions and Wills
Capítulo 85: Late Night Worries
Capítulo 86: Potter's decision
Capítulo 87: Uncertain Futures
Capítulo 88: The Truth
Capítulo 89: Unending Heartbreak
Capítulo 90: Concerns
Capítulo 91: Six Days
Capítulo 92: Father helps
Capítulo 93: It worked!
Capítulo 94: San Mungos
Capítulo 95: Pregnancy
Capítulo 96: Debriefed
Capítulo 97: Between dreams
Capitulo 98: American Visitors
Capítulo 99: Sirius visiting
Capítulo 100: Unicorn blood
Capítulo 101: Graduation
Capítulo 102: Quote with Dumbledore
Capítulo 103: Leaky Cauldron
Capítulo 104: Sanctuary
Capítulo 105: Surprise in childbirth
Capítulo 106: Grandfather? Potter
Capítulo 107: Baby Shower
Capítulo 108: Potion Hunter-Hector
Capítulo 109: Two Months Later - Neville and Luna's Wedding Day
Capítulo 110: Order of Merlin, first class
Capítulo 111: The Wedding
Capítulo 112: THE END

Capitulo 63: Not-So-Happy Birthday

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By jenifersiza

Severus suspiró mientras salía de la habitación, le había dicho al elfo que volviera a sus tareas, y él se encargaría de quien fuera que estuviera en la Red Floo. Tampoco iba a ser la última vez hoy, ya que los amigos de Harry siempre se aseguraban de visitarlo en su cumpleaños. El año pasado había tenido una fiesta, aunque este año las cosas habían estado demasiado agitadas como para planear una, lo cual era una pena, ya que era su decimoséptimo cumpleaños. Era un gran día, bueno para la mayoría de los magos, pero Harry ya estaba emancipado así que ya tenía su magia para usarla como quisiera. No hubiera importado aunque se hubiera planeado algo, pensó Severus con cansancio. Entrando en el salón, en cuanto vio de quién se trataba su labio se curvó inconscientemente, Black era la última persona con la que quería tratar.

-Sé que no quieres verme, Snape- dijo Sirius, -Después de la mierda que te hice pasar no te culpo. Sólo estoy aquí para desearle a mi ahijado un feliz cumpleaños y darle su regalo. ¿Debería volver más tarde?- obviamente Harry seguía durmiendo, no podía culparlo era su cumpleaños después de todo. Incluso sus propios padres le dejaban dormir ese día.

-No estará disponible-, dijo Severus sin rodeos, un poco desconcertado por el hecho de que Black casi se había disculpado con él por todas las travesuras que hizo mientras asistieron a Hogwarts.

-Mira, sólo dime cuándo puedo hablar con él al menos...- suspiró Sirius exasperado. Soportaría a cualquiera por Harry, porque estaba lo suficientemente desesperado como para estar en su vida. Aunque a veces Snape se lo ponía extremadamente difícil, pero no podía culparle, había sido un padrino de mierda. No le sorprendería que el maestro de Pociones sólo intentara proteger a Harry. Parecía muy protector con él, demonios Snape incluso aguantaba su presencia eso decía mucho.

-Ha tenido un accidente- admitió Severus decidiendo simplemente decirle a Black la verdad.

-¿Accidente?- preguntó Sirius, con los ojos llenos de preocupación, -¿Qué ha pasado? ¿Se va a poner bien? ¿Puedo ir a su casa? Por favor, me mantendré al margen- parecía que hoy no iría a trabajar, le dejara pasar el hombre o no. Desde luego, se comunicaría por Floo de vez en cuando para que le informaran de su evolución. Su mente trató de pensar en cualquier cosa que sucediera. No podía ser Voldemort, o seguramente habría salido en el periódico.

Severus se sorprendió por el uso de "por favor" nunca en todos sus años Black le había dicho por favor. Sabía que Harry estaba empezando a pasar más tiempo con el animago pero, ¿significaba eso que lo quería cerca? Desde luego que no, pero no se trataba de él, no, se trataba de Harry. Sirius no iba a ser el único que quisiera acercarse cuando se enteraran de la noticia. -Bien, pero una palabra Black y estás fuera- dijo Severus seriamente.

-Gracias- dijo Sirius suspirando en agradecimiento, el fuego volvió a la normalidad, mientras Severus abría su red Floo. Siempre la mantenía cerrada, no quería arriesgarse a que alguien entrara por su Floo. No era la forma normal del Señor Tenebroso, pero era un Slytherin, y su mente repasaba todas y cada una de las formas en que era posible ser emboscado. Los únicos que podían utilizarlo, cuando estaba cerrado, eran Harry, Eileen y él mismo, que tenía su magia imbuida en la mansión.

El Floo cobró vida escupiendo a Sirius Black, que salió tranquilamente, desterrando la ceniza de su túnica y del suelo a sus pies. El regalo para Harry seguía agarrado en su mano. -¿Qué ha pasado?- preguntó Sirius preocupado, con los ojos ensombrecidos por la preocupación y el miedo por la seguridad de Harry.

-Accidente de Pociones-, respondió Severus sorprendido por la fuerza de la preocupación que Black mostraba. ¿Por qué era necesario que Harry dejara la familia y se convirtiera en alguien increíble para que se dieran cuenta de que existía? Había que reconocer que ni Black ni Lupin habían estado cerca. Por lo que le había contado Dumbledore, solían estar fuera por asuntos de la Orden, ya que no tenían hijos. Todos habían sabido que el Señor Tenebroso no estaba completamente muerto, incluidos Lily y James, que habían decidido desperdiciar los años en los que los niños realmente absorbían información. Si hubiera sido su hijo, lo habrían sabido todo a su edad. A Severus se le cortó la respiración cuando se dio cuenta de lo que acababa de pensar, ni una sola vez en todos sus años había pensado en tener hijos. Harry lo estaba cambiando, aún no habían estado juntos y lo estaba cambiando. -Sígueme- añadió cuando Black abrió la boca, la verdad es que no quería lidiar con él.

-De ninguna manera- dijo Sirius palideciendo drásticamente, ahora tan pálido como le gustaba intimidar a Severus por serlo. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sirius, el último accidente de pociones que había tenido que investigar fue el de Lovegood, años atrás justo después de volver de los Estados. La madre había muerto, la niña lo había visto pasar y estaba inconsolable. Todos lo habían estado y no ayudaba el hecho de que ella era más joven que sus propios hijos en ese momento. Sabía que Luna era amiga de Harry ahora y ya no era tan joven.

-Le puede pasar a cualquiera, Black- dijo Severus a la defensiva.

Sirius no contestó su mente superada en el horror recordando uno de los peores casos de su carrera como Auror. Rogó a Merlín que Harry estuviera bien, se apuntaló para lo que iba a ver. Tragando grueso, su corazón latía como un tambor errático mientras continuaba siguiendo a Severus por las escaleras y entrando en un dormitorio.

Sirius dejó escapar un gemido cuando vio a Harry, sonando más como Padfoot que como humano en ese momento. Se sintió mal del estómago, ¿qué había pasado para causar esto? Si alguien se lo merecía menos era Harry. Habría soportado el dolor y las heridas por él, si hubiera podido, desgraciadamente no podía. Tenía un goteo conectado a su brazo, que le suministraba fluidos, algo que no se veía a menudo en el mundo mágico. Sin embargo, Remus le había dicho que así es como se curan todos los pacientes en el mundo muggle. -¿Cómo está?- preguntó Sirius, dirigiéndose al sanador que estaba al lado de Harry. Sirius apartó los ojos, incapaz de seguir mirando el daño que le habían hecho a su ahijado. Nunca le había preocupado que Harry se hiciera daño con Pociones, siempre había parecido tan... brillante en ellas. Había creado pociones por el amor de Merlín.

Andy miró al recién llegado, reconociéndolo por haberlo tratado hace apenas unos meses. Era uno de los muchos heridos en lo que llamaban la batalla del Ministerio. Había sido uno de los pocos en mejor estado y que pudo salir bastante rápido. Miró a Severus inquisitivamente, ¿se le permitía ponerle al día sobre el estado de Harry? Él le devolvió la mirada con un gesto adusto, así que ella le contó lo que ocurría. Era un auror, así que le contó como le contaría a cualquier auror la enfermedad de un paciente. -Ahora mismo está mal; tiene sepsis y está sometido a un tratamiento de antibióticos-.

-¿Cómo está su brazo?- preguntó Severus, Andy le había quitado el hueso del brazo, ya que la rotura no había cuajado bien cuando ella usó el hechizo en las mazmorras. Lo cual no les preocupaba, lo principal era el hecho de que su columna vertebral se había reparado correctamente y estaba volviendo a la normalidad. Probablemente se encontraría acribillado por el dolor de vez en cuando, pero considerando la alternativa era preferible. La rotura había sido bastante alta, por lo que podría haberle paralizado por completo, no sólo de cintura para abajo.

-Está como nuevo-, dijo Andy, el Skele-Gro había hecho su trabajo como siempre. La mayor parte de las veces acababan teniendo que utilizarlo, cuando las roturas no se curaban tan bien como esperaban. Como anoche, cuando le quitó los huesos que no habían sanado bien y le dio la poción. Por suerte, Harry había estado prácticamente fuera de combate todo el tiempo y no la sintió. Aunque el otro dolor habría hecho que su brazo pareciera un juego de niños.

La sanadora le quitó el Clingfilm con delicado cuidado, no queriendo lastimar más a Harry. No ahora que por fin estaba descansando en paz, dormir era lo mejor para él en estos momentos. Una vez quitado, retiró la pasta, ignorando las arcadas que venían de su lado. No era un espectáculo bonito, pero uno pensaría que un Auror tendría más compostura. Sabía que era diferente cuando conocían a la persona, así que se abstuvo de decir nada. -Voy a poner un bálsamo que ayudará a combatir la infección; desgraciadamente significa que no podemos poner más pasta para quemaduras hasta dentro de media hora. Hasta que se haya filtrado en su piel, y haya comenzado su trabajo-. Dijo Andy en voz baja, mientras colocaba la pasta usada en la papelera; ya no le servía a nadie.

Severus asintió en señal de comprensión, mientras también retiraba la pasta del pecho de Harry. Las ampollas ya tenían la mitad del tamaño que tenían ayer. Respirando hondo, sacó un poco del bálsamo del frasco y empezó a ponérselo en la herida manteniendo las manos firmes. Una vez que terminó, volvió a lanzar un amuleto esterilizador sobre sus manos, antes de ponerse a trabajar en otra quemadura. Podía oler las propiedades del Aloe Vera en el bálsamo, y una docena de otros olores diferentes encima de él. Trabajaron simultáneamente y terminaron en un tiempo récord, dejando que se impregnara en la herida.

Severus cubrió todo lo que pudo de Harry sin que la ropa de cama se cubriera de poción. Manteniéndolo tan caliente como pudo, como el sanador había ordenado. En media hora, al menos, la pasta para quemaduras y el Clingfilm estarían de vuelta y él podría ponerle el resto de las mantas. Severus dio un grito ahogado cuando Harry lo agarró, sujetando su muñeca con un agarre amoratado.

-¿Harry?-, preguntó Severus con calma, mirándolo fijamente, con el corazón disparado por la esperanza de que Harry realmente no hubiera sufrido ninguna pérdida/daño de memoria. La boca de Harry se abrió y se cerró, como si intentara comunicarse con ellos. -No intentes hablar, sólo mantén la calma, duerme, te sentirás mejor pronto, te lo prometo-, tranquilizó al joven de diecisiete años, con su otra mano acariciando el lado de su cara que no estaba quemado. Menos mal que estaba por este lado; el otro tenía el gotero en la mano. Se estremeció ante la idea de que la aguja se rompiera, ya estaba bastante enfermo.

Harry gruñó con frustración, haciendo que el dolor le atravesara la garganta. Mirando fijamente a Severus, sus ojos verdes intentaron decirle lo que necesitaba. ¡Lee mi mente! Pensó Harry desesperadamente, jadeando de dolor, podía sentir que no seguiría consciente por mucho tiempo. Un suspiro salió de sus labios cuando el analgésico volvió a hacer efecto, tratando de no moverse, suplicó con la mirada, rogando que Severus lo entendiera.

-No voy a leerte la mente Harry, ya estás en bastante mal estado- dijo Severus con firmeza, no iba a echarse atrás. Leer la mente de alguien requería mucho, así que no, no iba a hacerlo. Se sintió extremadamente aliviado de que Harry pareciera saber quién era. Su corazón se sintió más ligero con sólo saber que Harry estaba bien mentalmente.

-P-o-por favor-, murmuró Harry con la cara llena de espasmos mientras el dolor lo atravesaba.

-Mocoso obstinado-, gruñó Severus con poco entusiasmo.

-No lo vas a hacer, ¿verdad?-, espetó Sirius.

-A no ser que se olvide, señor Black, el señor Peverell está fuera de edad, es perfectamente capaz de tomar sus propias decisiones- dijo enfadado el sanador Walsh. Ella había escuchado lo que la maldita familia le había hecho a su hijo; ¡Black no tenía derecho a hacerse el mago preocupado ahora! No aquí, cuando alguien lo había acogido y había cultivado su talento, mostrando a un mago al que ella habría estado orgullosa de llamar su propio hijo.
-¡Ni siquiera está en su sano juicio!- siseó Sirius.

-Una palabra, Black- dijo Severus apretando los dientes con dureza, el impulso de golpear al mago era abrumador. No podía evitarlo, tenía que escarbar en China cada situación en la que se metía. Normalmente Severus era un hombre de palabra, pero hoy no, estaba más preocupado por Harry. Aunque si el idiota seguía así, no habría nada que impidiera que su ira explotara y expulsara a Black de su casa.

-Lo siento-, dijo Sirius dando un paso atrás, mirando a Severus con recelo, pero éste ni siquiera le miraba. De acuerdo, Snape realmente estaba preocupado por Harry. Era la única explicación de por qué seguía aquí. Incluso él sabía que Severus hablaba en serio, el hecho de que no lo sacaran de la mansión era revelador. Se mordió la lengua, dándose cuenta de que iba a tener que callarse o Snape acabaría por estallar. No era el hombre más paciente del mundo.

Severus miró fijamente a Harry, vacilando ante la desesperación que éste le transmitía. ¿Qué era tan importante que sentía la necesidad de que Severus le leyera la mente? A menos que estuviera ladrando al árbol equivocado, pero lo dudaba. Cerrando los ojos, incapaz de negar a Harry incluso esto, abriéndolos de nuevo se deslizó en la mente de Harry, negándose a escarbar demasiado. No le costó mucho encontrar lo que Harry quería, teniendo en cuenta que Harry prácticamente le estaba lanzando el recuerdo. Al pensarlo una y otra vez, Severus cayó de rodillas al experimentar el dolor que Harry también sentía.

-¡Señor Snape!- gritó el sanador, moviéndose para evitar que el mago cayera al suelo. Asegurándose de mantener el contacto visual con Harry para poder retirarse sin cortar la conexión demasiado bruscamente. Se esforzó por mantenerlo erguido, pero como sanadora había lidiado con cosas peores.

-Mis disculpas- dijo Severus usando su mano izquierda que ahora estaba fuera del alcance de Harry para levantarse de nuevo.

-¿Estás bien?- Preguntó Andy, escaneándolo para asegurarse de que el sanador que había en ella salía.

-Un poco desorientado, pero estaré bien-, dijo Severus.

-¿Qué has visto?- preguntó Sirius preocupado.

-Déjalo descansar un segundo, tarda unos minutos en procesar el recuerdo, sobre todo si el dolor lo acompañó- dijo Andy, sentando a Severus en un asiento se acercó a él.

-Puedes llamarme Severus- pidió Severus, mientras cerraba los ojos y observaba el recuerdo hasta darle sentido.

-Muy bien-, dijo Andy sorprendido.

-Regalos para el maestro Harry- dijo Dobby apareciendo con un gran paquete de tarjetas y regalos.

-Qué demonios...- murmuró Severus sorprendido, sacudiendo la cabeza. Ahora era capaz de encontrarle algún sentido al recuerdo; Harry había visto de alguna manera un atisbo de los planes del Señor Tenebroso mientras se extraía el Horrocrux. Tenía a Shacklebolt, no para torturarlo pero estaba bajo la maldición Imperio, por lo que pudo reconstruir el Señor Tenebroso quería que el Auror atacara Hogsmeade. 
Maldiciendo para sus adentros, ¿cómo iba a decirle a alguien esta información sin exponer a Harry? Se frotó la frente, sumido en sus pensamientos, mientras intentaba encontrar una manera de hacerlo. Tal vez podría decirle a Albus que había estado en el callejón Knockturn y que por casualidad lo había escuchado. Obviamente tampoco podía decírselo a los demás en la habitación, Merlín las cosas se estaban complicando mucho.

-Quería mostrarme lo que pasó-, dijo Severus con la cara descubierta.

-¿Eso es todo?- preguntó Sirius frunciendo el ceño confundido, mirando fijamente a Severus tratando de detectar si estaba ocultando algo.

-Acaba de convertirse en maestro de Pociones, se siente extremadamente avergonzado- explicó Severus cansado. Lo cual era cierto, se sentía extremadamente horrorizado por haber metido la pata. 
-Oh, Harry-, dijo Sirius en voz baja, acercándose a la cama, pero estaba durmiendo así que cualquier cosa que dijera sería en vano. Evitando mirar sus heridas, lo cual era difícil de hacer, sus ojos parecían atraídos por ellas. Sin pensarlo puso su regalo y su tarjeta junto a los que Dobby había puesto en la mesa.

-¿Es coherente?- declaró Andy sorprendida. Eso no debería ser posible, sólo había recibido una dosis de los antibióticos.

-Ligeramente, la mayor parte de lo que conseguí fueron sensaciones pasadas-, dijo Severus.

-Eso tiene más sentido-, dijo Andy.

-Efectivamente-, dijo Severus, esperaría a que su madre se despertara antes de hablar con Dumbledore. No iba a dejar a Harry solo con gente que no conocía muy bien. Confiaba un poco en el sanador, pero en Black no confiaba del todo.

-¿Puedo usar su Floo? Tengo que llamar al Ministerio y avisarles de que no voy a entrar- dijo Sirius respetuosamente.

-¿Te quedas?- preguntó Severus, con sus sentimientos escritos en el rostro.

-Si puedo-, dijo Sirius poniéndose rígido de medio lado mientras miraba a Snape, preguntándose si lo iban a echar después de todo.

-Por ahora-, dijo Severus.

-Gracias-, dijo Sirius enderezándose, aliviado de que Snape se apiadara de él.

-Creo que el bálsamo ya ha tenido suficiente tiempo- dijo Andy poniéndose de pie, recuperando el frasco de pasta para quemaduras.

-Lo haré ahora-, dijo Sirius apresurándose a salir de la habitación.

-Y eso es un Auror- dijo Andy sacudiendo la cabeza con irritación.

Severus sonrió gustándole más Andy ahora que no aprobaba a Black; obviamente tenía una buena cabeza sobre los hombros. Esterilizando sus manos, empezaron a poner la pasta y a envolverlas todas en Clingfilm, todas excepto la de su cara, que obviamente no podía ser cubierta con ella. 

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Mansión Prince - Habitación de Harry - Eileen, Sirius, Severus Sanadora Walsh y Harry.

-¿Severus qué está pasando?- preguntó Eileen alarmada al entrar en la habitación, su ojo izquierdo se crispó cuando observó a Black en la esquina. Se sintió mejor cuando se hundió más en el asiento, al menos ella podía hacer que se sintiera mal sin nada más. La sanadora Walsh había vuelto, nada bueno podía salir de eso. Se había ido anoche diciendo que lo vería en unos días. Ahora, a menos que haya estado durmiendo durante unos días, algo anda mal.

-Va a estar bien, lo hemos cogido a tiempo- dijo Severus tratando de calmar a su madre. Aunque a juzgar por la mirada de ella no lo había conseguido. Nunca se le había dado bien ayudar a la gente, ni calmarla, prefería meterles una poción por la garganta.

-¿Atrapar qué a tiempo?- preguntó Eileen aterrada. Mil heridas pasaron por su mente, cada una de ellas diez veces peor que la anterior. Ni siquiera el hecho de que su hijo le dijera que iba a estar bien la aliviaba en absoluto, ¿qué había pasado durante la noche?.

-La sepsis-, respondió Severus en voz baja, rezando para que su madre no exagerara.

-¿La sepsis?-, preguntó Eileen sin comprender, -¿es similar a la septicemia?-.

-Es lo mismo, Sepsis se conoce comúnmente como Septicemia o envenenamiento de la sangre- dijo el sanador rápidamente. 
Eileen palideció significativamente, el envenenamiento de la sangre era muy malo, y cerrando los ojos se obligó a calmarse. Los antibióticos deberían ayudarle; si no lo hacían, aquí había un sanador para él. Debería estar en San Mungo, donde recibiría la mejor ayuda. Lamentablemente, Harry no querría estar allí, odiaba cualquier atención sobre él. Así que mantener esto en secreto era vital, especialmente con el Señor Oscuro Voldemort queriendo matarlo. Irónicamente porque era "el niño que vivió" como ella sabía muy bien que era, pero porque lo había vencido y humillado frente a sus seguidores. Voldemort sí atacaría San Mungo para llegar a Harry, ella no era estúpida. Puede que no estuviera durante la última guerra, pero escuchó lo suficiente de su hijo como para tener pesadillas. O más bien preocupaciones, las únicas pesadillas que había tenido en su vida eran sobre su marido y, por supuesto, el ataque en el Ministerio. Hasta entonces había podido evitar todo lo relacionado con la guerra. 
-El antibiótico parece estar funcionando-, tranquilizó Andy a Eileen sonriéndole, no era un cambio significativo pero los escalofríos y la fiebre se habían reducido un dos por ciento.

-¿Cuánto tiempo tardará en recuperarse sanadora Walsh?- preguntó Eileen sentada en la cama con las piernas demasiado débiles para sostenerla.

-Llámame Andy, por favor-, dijo el sanador sonriendo, -Depende de una variedad de cosas diferentes-.

-¿Cómo por ejemplo?- preguntó Sirius, ¿no era tan simple como darle los antibióticos y mejorar? ¿De qué tipo de cosas podría estar hablando el sanador?.

Andy se detuvo mirando a Sirius, ¿cómo demonios había llegado a ser auror este idiota? La condensación de su voz le crispaba los nervios. -¿Siquiera sabe lo malo que es la Sepsis, señor Black?-.

Sirius tragó saliva, inquieto ante la mirada de ella, lo hacía sentir terriblemente insignificante. Como un bicho que había pisado en el Callejón Diagon. -¿No?-, dijo tras unos segundos de silencio. Pensando que lo mejor era decir la verdad, no tenía ni idea.

-Lo deduje, la sepsis es un envenenamiento de la sangre, envenena la sangre que viaja por el cuerpo y los órganos internos. Lo que a su vez envenena todo, si se le da el tiempo suficiente, los priva de oxígeno e inevitablemente te mata-, contestó sombríamente.

-¿Puede responder a mi pregunta, por favor?-, exigió Eileen, que parecía aún más preocupada.

-Lo siento-, dijo Andy con pesar, -El tiempo de recuperación de la sepsis depende normalmente de la infección subyacente y de la gravedad de los síntomas. Cuanto más graves son los síntomas, más tiempo se tarda en recuperarse. Como hemos cogido la infección en su fase inicial, Harry sólo debería tardar entre seis y diez días en recuperarse exteriormente-.

-¿Exteriormente?-, preguntó Severus uniéndose a su evidente preocupación.

-Las secuelas más comunes, digamos, de la sepsis son las disfunciones orgánicas, como la insuficiencia renal. Luego está la pérdida de memoria, y la incapacidad de recordar las cosas de la forma en que lo hacías antes de que ocurriera. Como siempre después de algo como esta fatiga aguda, el cuerpo ha pasado por un trauma severo. Harry necesitará mucho descanso, y luego comenzará a recuperar fuerzas y a reconstruir las reservas del cuerpo. Una alimentación sana y mucho ejercicio físico le ayudarán a superarlo-, dijo Andy.

-¿Me estás diciendo que no podrá volver a preparar pociones?- preguntó Sirius horrorizado.

-Me gustaría poder decir que se pondrá bien, pero desgraciadamente no puedo- dijo Andy, -Pero lo único que pueden hacer es esperar lo mejor- no les mentiría para que se sintieran mejor, estaba mal ofrecer falsas esperanzas. 

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Lily Potter - Prisión de Azkaban.

Las mujeres fueron conducidas de vuelta a sus celdas hace una hora, después de haberse duchado y sustituido sus sucias ropas a rayas. Lily tenía el labio partido y un moretón negro en el ojo. Contar los días hasta que saliera de este agujero infernal no era suficiente. Su espíritu estaba muy disminuido estando aquí, se sentía como un pedazo de mierda de perro. No estaba acostumbrada, en Hogwarts había sido la mejor, amada por los profesores y perseguida por James Potter para furia de las mujeres de sangre pura. Luego la aclamación empezó a casarse con un sangre pura, y luego se triplicó cuando su Nick derrotó a Voldemort. Se sintió tan hermosa y poderosa, ¿y dónde la llevó? Aquí, en la prisión de Azkaban. No hace falta decir que se sentía muy cansada y que no había dormido bien desde que la habían llevado al Ministerio acusada de intentar usar la maldición Cruciatus. La comida que habían pasado por los barrotes hacía una hora seguía allí, se sentía mal del estómago.

-Patricia Wormwood, acérquese-, dijo Rachel, la guardia con su varita en la mano, mientras conducía a la mujer fuera de su celda. Estaba vestida con la ropa que su hermana había traído para ella, hoy la dejaban en libertad. Sandy abrazó a la mujer con fuerza; habían compartido celda durante el último año, así que se habían hecho íntimas.

-Iré a verte, lo prometo-, dijo Patty soltándola, -No te preocupes, pronto llegará tu hora-. A Sandy sólo le quedaba un mes.

-Dale recuerdos a tu familia- dijo Sandy viendo como la puerta se abría y luego se cerraba con un golpe después de que Patricia saliera de ella.

-Adiós-, dijo saludando con tristeza a los demás que dejaba atrás. Sin embargo, estaba muy emocionada por salir de la isla y volver con su familia. Había aprendido una valiosa lección; desde luego, no iba a volver a hacer magia con muggles. No valía la pena que la alejaran de su familia otra vez.

Lily la observó marcharse, sus ojos verdes miraban la espalda de la mujer, oh cómo deseaba que fuera ella. Todos habían tenido visitas el miércoles de esta semana, todos menos ella; nadie había venido a verla todavía. Empezó a temer que James estuviera muerto, ¿qué les estaba pasando a sus hijos? Dios, quería saber qué estaba pasando. Estaba decidida a conseguir el periódico primero esta vez, para que no pudieran hacerlo pedazos antes de que ella pudiera leerlo.

-¿Tendremos el periódico hoy?- preguntó Sandy esperanzada.

-Lo tendré para ti en media hora-, dijo Rachel.

-¿Cuándo recupero mi varita?- preguntó Patty en voz baja, temblando contra el frío y los dementores.

-Puedes recuperarla en el Ministerio de Magia, que es donde te llevarán los Aurores para darte los formularios de liberación-, dijo Rachel; predecible en realidad, eso era lo que siempre pedían en cuanto los sacaban. No es que pudiera culparlos, estar sin varita era estar indefenso. Con la guerra empeorando cada día, era una completa locura estar sin varita por un segundo. Normalmente los aurores no escoltaban a nadie de vuelta, pero con el lugar bajo el Encanto Fidelus, había que hacerlo. 
-¿Puedo coger el periódico?- preguntó Lily arrastrándose hacia los barrotes, mientras el guardia regresaba. Todas eran mujeres en este piso, al igual que las prisioneras.

-Claro-, dijo Rachel, pasando los periódicos a la presa de la celda de al lado. Mirándola impasible, Rachel se alejó de nuevo a la zona de estar, donde podía jugar a la explosión con los otros guardias. Sus deberes habían terminado por el día, ahora sólo había que asegurarse de que ninguno de ellos se metiera en peleas. Lo que ocurría con bastante frecuencia, por desgracia, pero con tantas celdas era sencillo separarlas. En realidad, preferían compartir las celdas, lo hacía todo más fácil. Estar solo podía llevar a la locura hasta al más fuerte; en parte por eso los prisioneros seguros acababan locos, claro que los dementores no ayudaban.

-¿Qué dicen?-, preguntó Sandy acercándose a Amy, a quien le habían dado el periódico.

-Espera-, dijo Amy, abriendo el periódico y leyendo todo lo que pudo ver. Se sintió más aliviada de lo que podía imaginarse al ver que no parecía haber ningún ataque. Merlín cuatro años que llevaba aquí, hasta hoy, se dio cuenta mirando la fecha. No era justo que Potter recibiera la mitad de la condena cuando había hecho algo peor que ella. Cerró los ojos, respiró por las fosas nasales queriendo gritar ante la injusticia. Un año, un solo y maldito año era todo lo que le tocaba por lanzar un Imperdonable. El hijo se merecía algo mejor, pero al menos se estaba ganando la vida. Una vez que leyó siete papeles (las noticias de toda la semana) se los pasó a Sandy con dificultad, pero la chica lo agarró tan desesperada como ella.

-¿Ha pasado algo?- se atragantó Lily, con los ojos verdes muy abiertos y temerosos, reteniendo un grito de exasperación cuando su pregunta fue respondida con el silencio. Agarrándose el pelo se balanceó hacia delante y hacia atrás, tratando de consolarse. Media hora después, Lily se llevó la sorpresa de su vida cuando una de las chicas le habló. -Toma-, dijo entregándole uno de los periódicos, los ojos de Lily se quedaron mirando a la mujer para encontrar su rostro impasible. Se quedó sentada durante unos segundos, preguntándose si se trataba de una broma. No le extrañaría, no era la primera vez que la retiraban en el último segundo y lo rompían. Luego se disculparon como si no hubieran querido hacerlo. Con el corazón latiendo como un tambor, le arrebató rápidamente el periódico de la mano sin ver la sádica sonrisa que adornaba los labios de Amy.

Al aplanar el periódico, sintió un sentimiento de hundimiento en el estómago, al darse cuenta de por qué lo habían entregado. En la parte delantera del papel aparecía "EL MAESTRO DE POCIONES MÁS JOVEN DEL MUNDO" desapareciendo y apareciendo nuevas palabras "HARRY PEVERELL EN LA CONFERENCIA" debajo había una colección de fotos, una con Harry y Sirius Black, otra con un chico llamado Terrance y otra con Severus y Harry juntos. Junto con una vieja foto de Harry, tomando una poción, durante lo que sólo podía ser el torneo de los tres magos. La que estaba al fondo era una foto de Harry y Nick de apenas unas semanas agarrándose de las manos.

Un sollozo roto abandonó a Lily, mientras las lágrimas corrían por su rostro, cerrando los ojos y era como si los dementores se hubieran encerrado en ella. Un recuerdo tras otro la asaltó, con Harry, y la falta de ellos a lo largo de los años. Por primera vez en dieciséis años se dio cuenta de que Harry era tan inocente como Nick y no había merecido el abandono que le habían impuesto. Sí, Nick había sido importante, pero no más que todos sus hijos. Le habían dado a Roxy la misma atención que a Nick, no había excusa para lo que le hicieron a Harry. Finalmente las palabras de su marido resonaron en su mente.

'Harry no tiene la culpa, son nuestras acciones las que han provocado esto. Si lo hubiéramos amado como debíamos, no habría hecho todo esto'. Tenía razón, habían criado a Roxy y a Nick como es debido, con cariño y amor, y no habían hecho lo que hizo Harry. Oh, ¿qué había hecho? Se levantó de rodillas temblorosas y se tumbó en su pequeña cama tipo campamento y se acurrucó, con el periódico aún agarrado en la mano mientras lloraba en silencio, sin querer que se burlaran más de ella. Tal vez se merecía todo lo que estaba ocurriendo. Deseaba tanto que su marido le dijera que todo iba a salir bien.

---------

Mansión Prince - Dormitorio de Harry - Dobby y todos los demás.

-Maestro Severus, creemos que debería mirar esto- dijo Dobby entregándole un periódico.

Severus se quedó mirando a Dobby con una curiosidad inexpresiva, aceptando el periódico, el Diario El Profeta, cuando vio el titular maldijo con rabia. Esto era exactamente lo que había esperado evitar, haciendo crujir el periódico entre sus manos, miró a todos los presentes con desconfianza.

-¿Qué pasa?- preguntaron inmediatamente Eileen y Sirius, mientras Andy los miraba confundido.

Todos parpadearon y miraron con recelo cuando su cabeza emergió del papel, su mirada era feroz.

-¿Le has contado a alguien lo de Harry?- preguntó furioso.

-Ni siquiera se lo dije a mi marido-, dijo Andy negando inmediatamente con la cabeza, no era su culpa.

-No se lo dije a nadie- dijo Sirius seriamente, levantando las manos en señal de rendición esperando que Snape le creyera, era la verdad.

-Oh no, parece que tengo que hablar seriamente con la medibruja Tantum- dijo Andy con cara de asombro, -le pido disculpas señor Snape; no esperaba que pasara esto-.

Severus se frotó la frente, maldiciendo una vez más sin poder culparla, después de todo Harry necesitaba los Antibióticos. Ni siquiera tendría la oportunidad de decírselo a sus amigos, se enterarían en cuanto leyeran el periódico. No le sorprendería que todos comenzaran a hacer Floo en la siguiente hora, dependiendo de cuándo se levantaran. Severus se sintió tentado de utilizar ahora los billetes para las vacaciones en el Caribe y escaparse con Harry. Lamentablemente no podía hacerlo, se lo habían regalado para el cumpleaños de Harry, se merecía estar al tanto y disfrutar de las vacaciones. Tal vez una vez que se recuperara un poco podría organizar que se fueran, descanso era lo que necesitaba, en las vacaciones eso es lo que conseguiría.

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