—¿QUE ESTAS LEYENDO?— PREGUNTO CALYPSO cuando entró en la sala común de Gryffindor con Remus siguiéndola después de su sesión de estudio
James, para su sorpresa, estaba sentado en el sofá con un libro en las manos y las cejas fruncidas por la concentración. Cuando escuchó la voz de Calypso, miró brevemente hacia ellos y regresó a leer su libro.
—Oh nada...— murmuró distraídamente —Sólo este libro que encontré en la biblioteca
Calypso miró con los ojos entrecerrados a su mejor amigos antes de arrancar el libro de su posesión y el chico de anteojos protestó.
—Libro de autoayuda sobre relaciones de J. Graves: Cómo encantar a una bruja y otros consejos sobre relaciones— leyó con una sonrisa divertida en su rostro —Eso es un poco complicado. ¿Por qué estás leyendo esto?
—Se dice que J. Graves es experto en todo tipo de relaciones. El libro me está dando consejos realmente útiles sobre cómo hacer que Lily deje de odiarme— respondió James, arrebatándole el libro a Calypso. Volvió a abrir el libro y continuó leyendo.
—¿Cómo cuales?— preguntó Remus. Dejó su bolso y se dejó caer en el asiento junto a James
Calypso se sentó frente a ellos y sacó su tarea de Historia de la Magia.
—Me está dando consejos sobre cómo darme cuenta de si realmente me gusta o si me gusta la idea de ella. Te hace preguntas para ayudarte a determinar si alguien te gusta o no. Por ejemplo, Calypso— Calypso se sorprendió cuando James dijo su nombre —Cuando pasa algo malo, ¿Quien es la persona que quieres tener a tu lado?
—Eso es fácil. Mi mamá— bromeó
James puso los ojos en blanco —Además de tu madre, obviamente. Por ejemplo, cuando te despertaste después de que te atacaron, ¿Quien era la persona que más te emocionaba ver?
Una expresión pensativa se formó en el rostro de Calypso mientras recordaba cómo se sintió cuando se despertó en la enfermería sin recordar lo que le sucedió. Recordó haber sentido pánico al ver a todos apiñándose a su alrededor, pero había alguien a quien buscó que la hizo sentir tranquila en medio del caos.
Calypso tragó el nudo que se formó en su garganta.
—Sería Aerin, ¿Verdad? ¿Todavía no estabas saliendo con Aerin en ese momento?— Remus preguntó con curiosidad, aunque James le estaba dando una mirada bastante penetrante que ella no se atrevía a descifrar
Calypso asintió con la cabeza en silencio, pero su mente se estaba alejando de la conversación que Remus y James estaban teniendo ahora sobre el libro de autoayuda.
Cuando sucede algo malo, ¿Quien es la persona que quieres tener a tu lado?
Sabía que si solo se le permitía elegir a una persona, la respuesta sería Sirius. Fue de gran ayuda después de la muerte de su padre y era la persona en la que más confiaba, pero no creía que eso significara que estaba enamorada de él o algo así...
—¡Tierra a Calypso!— llamó James, agitando su mano frente al rostro de su amiga
Ella se sobresaltó y vio a Remus, Peter, James y Sirius mirándola expectantes. Frunció el ceño, preguntándose de dónde habían salido Peter y Sirius.
—Vamos a sentarnos bajo el árbol junto al lago. ¿Vienes?
—Sí— contestó Calypso, recogiendo rápidamente sus pertenencias
ESTANDO YA FRENTE AL LAGO, CALYPSO SE SENTÓ entre Sirius y Peter, mientras James sacaba su snitch del bolsillo y la giraba entre sus dedos. A Calypso le encantaba sentarse junto al lago en primavera. Había una brisa fresca que los atravesaba y ese día era soleado y cálido.
Sentadas con los pies sumergidos en el agua estaban Lily, Marlene y Alice. El resto del lugar estaba lleno de gente, incluida Karma que estaba leyendo con algunos de sus amigos de Hufflepuff y Dorcas estaba jugando al ajedrez mágico con Pandora en el centro.
—Me encanta estar aquí— Calypso suspiró, y notó el familiar sweater que sobresalía debajo de la túnica de Sirius.
—¿Ese no es el que te tejí?
—Oh, sí. Me han regañado un par de veces por no llevar adecuadamente el uniforme, pero...— Sirius se encogió de hombros perezosamente. Calypso se quedó mirando el sweater de punto que lucía su amigo —Me gusta
—¿De verdad?— preguntó con aprensión
—Por supuesto— contesto con una pequeña sonrisa. Calypso lo miró con curiosidad por un momento antes de dejarle de prestar atención. Él entrecerró los ojos a alguien al otro lado del jardín —¿Alguno de ustedes ha notado que Snivellus nos ha estado observando últimamente?
—¿Observándonos?— Remus repitió, nervioso
Calypso miró a Snape y, a pesar de que parecía estar conversando con Rabastan, de vez en cuando veía sus ojos dirigiéndose hacia ellos.
—Sirius y yo estábamos en la biblioteca y teníamos el mapa y Snivellus estaba a la vuelta de la esquina tratando de escuchar nuestra conversación— Peter les dijo
—Lo vi con un libro, en realidad —James admitió, con los ojos entrecerrados cuando todos se volvieron hacia él y lo escucharon susurrar: —Era un libro sobre hombres lobo
Calypso respiró hondo cuando los ojos de Remus se abrieron y se rascó los brazos con nerviosismo.
—¿Q-qué quieres decir? ¿Crees que es posible que él sepa? ¿Cómo podría saberlo? He sido tan cuidadoso— dijo Remus, sus mejillas se calentaron. —¿Y si se entera de que ustedes son animagos?
Calypso puso una mano reconfortante en el hombro de Remus cuando se dio cuenta de que estaba comenzando a entrar en pánico.
—Todo estará bien, Rem. Snape no se dará cuenta de nada. La luna llena se acerca al final de la semana, pero nos aseguraremos de que no nos siga allí— tranquilizó al licántropo
Remus se relajó solo un poco, aunque Calypso pudo ver que todavía estaba plagado de preocupación y, sinceramente, ella también.
Cuando decidieron que era hora de regresar al castillo, La menor de los Krane recogió sus libros con un ceño fruncido en su rostro que Sirius notó de inmediato.
—¿Qué sucede?— le preguntó el mayor de los Black. Ella miró a los otros tres chicos mientras caminaban delante de ellos antes de volverse hacia Sirius y arrastrarlo a algún lugar donde nadie los escuchara
—¿Qué pasa si Snape está tratando de meternos en problemas? No le agradamos, especialmente James, y si se entera de que somos animagos, podrían expulsarnos o arrojarnos a Azkaban, y... ¿Que sucederá con Remus? Volverá a estar solo cada luna llena y todos sabrían que es un hombre lobo— Calypso le susurró con urgencia a Sirius. Ansiosamente, hizo girar su dedo alrededor de un mechón de su cabello —¿Qué pasa si encuentra la manera de seguirnos hasta allí y nos ve y regresa para contarle a todos los del castillo sobre nosotros?
—¿De verdad crees que haría eso?— pregunto el pelinegro, mordiendo el interior de su mejilla
Calypso tiró más de su cabello —No lo sé. Es posible. Ha estado merodeando a nuestro alrededor y no puedo pensar en una razón por la que lo mantendría en secreto si se enterara. Merlín, de verdad, de verdad no quiero que nos metamos en problemas por esto— Calypso se distrajo de sus pensamientos cuando sintió que Sirius tomaba su mano. Su piel se calentó con el contacto y bajó la mirada cuando él le dio un apretón
—Snape no le contará a nadie sobre nosotros. Lo prometo. Me aseguraré de eso
Calypso le frunció el ceño, apartando la mirada de donde sus manos se tocaban.
Ella entrecerró los ojos hacia Sirius —¿Qué quieres decir?
—No... No sé cómo voy a asegurarme de eso, pero lo haré. Snivellus no le dirá a nadie que somos animagos y no le dirá a nadie que Remus es un hombre lobo— Sirius asintió antes de alejarse, aunque Calypso no estaba muy segura de cuál era el plan de Black
La luna llena ocurrió el viernes de esa semana y, una vez que terminó de patrullar, Calypso se dirigió a la sala común de Gryffindor donde los chicos la estaban esperando.
—¿Te ocupaste de nuestro problema de Snape?— Calypso le susurró a Sirius mientras usaban el Mapa del Merodeador
—Creo que encontré una solución— dijo antes de tragar saliva —Sin embargo, no estoy muy seguro de que lo apruebes
Calypso tenía demasiado miedo de preguntarle a Sirius qué quería decir con eso.
Se acercaron al sauce boxeador y vieron cómo sus ramas se balanceaban salvaje y violentamente.
—Pettigrew, te toca— James le dio una palmada a Peter en el hombro
Remus se hizo hacía atrás cuando Peter se inclinó hacia adelante y se transformó en una rata. Durante los últimos meses que se habían unido a Remus en la Casa de los Gritos, se les había ocurrido una especie de sistema que les funcionaba.
Peter correría hacia el sauce y empujaría una rama en la base del árbol que lo congelaría. Los Merodeadores avanzarían hacia el túnel que conducía a la Casa cuando la luna alcázares su punto máximo en el cielo y Remus comenzará a transformarse en un hombre lobo.
La transformación se había vuelto cada vez más fácil para Calypso hasta el punto en que fue prácticamente indolora y sucedía en un abrir y cerrar de ojos mientras observaba a Remus gemir y retorcerse de dolor.
Calypso batió sus alas mientras volaba sobre una repisa y vio a Remus transformarse en un hombre lobo. En ese momento, alguien más decidió unirse a ellos en la Casa de los Gritos irrumpiendo dentro y alertándolos a todos de su presencia.
Calypso miró fijamente a un jadeante Severus Snape con los ojos muy abiertos mientras Sirius pisaba fuerte. James era la única otra persona que aún no se había transformado y rápidamente sacó a un sorprendido Snape de ahí cuando Remus, que ahora era un hombre lobo, aulló y se abalanzó sobre él.
Talon se abalanzó sobre Moony en un instante mientras Wormtail le mordía los talones y Padfoot saltaba para luchar con el hombre lobo. Podía sentir la temperatura en su cola aumentando hasta que estaba extremadamente caliente y la golpeaba contra la cara de Remus. Su cola era tan pesada y fuerte que tiró al licántropo al suelo y Sirius lo mantuvo inmovilizado.
Calypso se dio la vuelta y voló hacia el túnel, transformándose de nuevo en su yo normal para averiguar adónde fueron Snape y James. Sabía que Sirius había sido quien había llevado a Snape ahí y no podía describir la ira que sentía hacia él en ese momento.
James se paró frente Snape, que estaba temblando en el suelo y lo miraba con ojos aterrorizados.
—Po... Por favor no me mates... Por favor...— suplicó Snape, levantando las manos para protegerse del chico de anteojos
James se giro al oír los pasos de Calypso y la miró con exasperación.
—No te vamos a matar, Severus— Krane frunció el ceño
Ella slytherin la miró con una expresión que le dijo que no estaba muy seguro de si estaba diciendo la verdad o no. Cuando se dio cuenta de que James y Calypso no iban a matarlo, una expresión de odio feroz se formó en su expresión.
—Me trajeron aquí para matarme— Snape habló con frialdad
—No, nosotros no- —James frunció el ceño
—¡Black me dijo cómo evitar que el sauce boxeador se moviera! ¡Los seguí hasta aquí porque sospechaba que no estaban tramando nada bueno, pero no sabía que Remus era un hombre lobo y que todos ustedes son animagos!— exclamó Snape
James lo hizo callar —Manten tu tono de voz bajo— ordenó. Snape miró a los dos y Calypso bajó la cabeza —Si no pensabas que Remus era un hombre lobo, ¿Por qué estabas leyendo un libro sobre licántropos en la biblioteca?
Si las miradas mataran, James estaría dos metros bajo tierra.
—La profesora Krane nos pidió que escribamos ensayos sobre cualquier tema que hayamos visto en su clase, ¿Recuerdan? Elegí a los hombres lobo— Snape espetó, poniéndose de pie. Su rostro estaba lleno de furia, pero sus brazos y piernas temblaban violentamente
—Solo... Solo por favor no le cuentes a nadie sobre Remus— Calypso le pidió a Snape —Sirius no debería haberte traído aquí y se disculpará contigo por eso-
—¡Dile que se puede guardar sus pésimas disculpas!— gritó —Siempre supe que ustedes cinco eran un problema y parece que tenía razón. Puedes regresar y decirle a Remus el hombre lobo y a los otros de tus amigos animagos que no se preocupen. No le diré a nadie su estúpido secreto— Snape se marchó pisando fuerte, dejando atrás a James y Calypso
La chica enterró la cabeza entre las manos y dejó escapar un suspiro.
—¿Qué... Estaba pensando?— pregunto James, caminando de un lado a otro con ansiedad
—No estaba pensando. Es un idiota. Un bufón... un estupido... un zopenco total... un verdadero idiota... un imbécil... un tonto...— Calypso intentó enumerar todos los sinónimos de idiota en los que podía pensar mientras pasaba una mano por su cabello —Primero nos ocuparemos de Remus y luego nos ocuparemos de Black
No podía imaginar cómo iba a reaccionar Remus cuando se enterara de lo sucedido.
—¿EN QUÉ DIABLOS ESTABAS PENSANDO AL LLEVAR A SNAPE AL SAUCE? ¿TE HAS VUELTO LOCO?— la voz de Remus retumbó cuando regresaron a la sala común
Calypso y Peter intentaron desesperadamente calmarlo, pero no sirvió de nada mientras caminaba de un lado a otro y mantenía sus ojos fijos en Sirius, quien miraba su regazo con vergüenza.
—¡PUDE HABERLO MATADO!
—Solo quería asustarlo un poco-
—¿Asustarlo?— Calypso repitió, incrédula. Sirius no la miró a los ojos y maldijo su elección de palabras —¿Asustarlo? Sirius, sabes que los hombres lobo atacan a los humanos. Lo llevaste allí esta noche. Esto no era lo que pensé que tenías en mente cuando dijiste que te encargarías de Snape
—Le conté cómo llegar al Sauce Boxeador hace tres días. Originalmente, pensé que podría haber ido antes de que llegáramos allí, por eso dije que no te iba a gustar lo que hice porque no le revele a dónde vamos durante la luna llena. El plan era hacer que entrara y saliera rápidamente antes de que Remus tuviera la oportunidad de transformarse, así Snape se nos quitaría de encima. Pensé que contarle sobre el sauce y la casa de los gritos lo asustaría para que no nos siguiera. Cuando llegamos al sauce y él no estaba dentro, pensé que había decidió no ir después de todo, pero supongo que estaba esperando hasta que entramos porque no vi su nombre en el mapa tampoco. Lo juro, no lo habría hecho si hubiera pensado que él iría después de que Remus terminara de transformarse. Solo quería evitar que nos expulsaran— explicó Sirius. Miró a Calypso directamente a los ojos mientras explicaba y sus amigos intercambiaron miradas
—Deberías habernos dicho a todos tu plan— le dijo James.
Sirius asintió —Lo sé. Solo quería arreglar esto para nosotros. Me di cuenta de que todos estaban empezando a preocuparse por Snape y no quería que nos metiera a todos en problemas— contestó con tristeza.
Calypso dejó escapar un profundo suspiro.
—¿De verdad crees que Snape no le contará a nadie lo que vio?— pregunto Peter, mirando a Calypso
—Sí. No lo dirá— Calypso dijo con confianza
Cuando ella y James hablaron con Snape, ella pensó en borrar su recuerdo del encuentro por completo hasta que entró en su mente y escuchó sus pensamientos para descubrir si estaba diciendo la verdad cuando les dijo que no se lo diría a nadie sobre el secreto de Remus o que eran animagos.
Después de que Calypso regresara a la Torre de Ravenclaw y se fuera a la cama, tuvo otro de sus extraños sueños.
Estaba de pie en una habitación grande, rectangular y con poca luz. Había bancos alrededor de la habitación formando una estructura que a Calypso le recordaba a un anfiteatro. En el centro de la habitación había un estrado de piedra elevado en un pozo hundido de seis metros de profundidad. Sobre el estrado había un alto arco de piedra puntiagudo que estaba agrietado y desmoronado y el arco estaba colgado con una especie de cortina andrajosa que se agitaba y se balanceaba suavemente.
Hubo un leve murmullo proveniente de la estructura, pero también sonó como si hubiera alguien parado junto a Calypso, susurrando incoherentemente.
Dentro de la estructura había una persona cuyo rostro no podía reconocer o distinguir, pero podía verla allí, más allá de su alcance. Se acercó, extendiendo la mano ante ella para entrar en contacto con su piel y ver quién era la persona.
Podía sentir que se acercaba más a la persona. Pero, cuanto más se acercaba, más lejos se volvía el estrado.
—Calypso... Calypso... Calypso...— la voz que le susurraba era tan familiar que no podía decir quién era
Sintió un tipo insoportable de tristeza tirar de su centro. La dejó sin aliento y casi la hizo caer de rodillas. Las lágrimas corrían por su rostro, pero no sabía por qué lloraba. Sintió que el dolor y la pérdida la golpeaban como un tren.
—Calypso... Calypso... Calypso...
Calypso abrió los ojos y buscó debajo de su cama su diario de sueños y escribir todo lo que podía recordar antes de que se le olvidara. Cuando se llevó la mano a las mejillas, se sorprendió al sentir las lágrimas frescas en su rostro.
—¿Vas a bajar a desayunar?— Dorcas preguntó a su amiga después de que las chicas se despertaran y saliera el sol
Calypso se puso su túnica sobre su uniforme y negó con la cabeza —No. Necesito ir a hablar con mi abuela
Abandonó rápidamente la Torre de Ravenclaw. Corrió al salón de clases de Rhea, sus pasos resonaban por el pasillo casi vacío antes de llamar a la puerta del salón.
—Adelante — dijo la voz de Rhea
Calypso giró el pomo y entró. Su abuela sostenía una carta en sus manos y la estaba leyendo con un pequeño ceño fruncido en el rostro. Miró hacia la entrada antes de doblar la carta y guardarla en un bolsillo de su abrigo.
—Es temprano. ¿Quieres un poco de té?
—No, acabo de tener otro sueño
La viuda de Krane la miró fijamente —¿Qué era?
Calypso le explicó a su abuela lo que vio en el sueño. Después de que terminó, Rhea permaneció en silencio, golpeando el escritorio con su dedo enguantado.
—Todo está relacionado con la Vista—Rhea le dijo —El dragón, el bebé y el Velo tienen algo en común, pero no se sabe cuándo te darás cuenta de lo que significa
—¿El velo?— Calypso frunció el ceño, confundido
—Lo que estabas describiendo suena como el Velo de la Muerte, esta en el Departamento de Misterios del Ministerio. El Velo parece ser una manifestación de la barrera entre los vivos y los muertos. No pase mucho tiempo en el Departamento de Misterios, así que no sé mucho sobre el
—Odio tener estos sueños. No sé cómo lo afrontan la abuela Astrea y mi madre
—No son tan malos. A veces, los sueños y las visiones pueden ser de gran ayuda— Rhea se encogió de hombros
Calypso miró a su abuela con los ojos entrecerrados —¿Tú también tienes visiones?
—Algo así— contestó y miró sus guantes que Calypso notó que siempre cubrían sus dedos —Rara vez veo el futuro, pero sé que Astrea solía decir que sus visiones cambiaban cuando se hacía mayor
—¿Qué quieres decir?
—Ella también comenzó a tener sus visiones a través de los sueños. Al principio, venían con poca frecuencia y sin dolor, pero cuanto más fuertes se volvían sus poderes, más comenzaban a cambiar. No todos tenían sentido, pero se alargaban y se volvían más dolorosos. Ella siempre decía que era una maldición
Calypso frunció el ceño profundamente. Se preguntó si Ophelia alguna vez tuvo visiones como las que tenía, pero no podría preguntarle por un tiempo. Calypso solo esperaba que sus visiones no se hicieran más fuertes porque tenerlas en sus sueños ya era lo suficientemente confuso.
Rhea parpadeó y sacó algo de su escritorio —El profesor Slughorn me dijo que te diera esto— le tendió una invitación con un lazo rosa envuelto alrededor
Calypso tomó la invitación en sus manos y la abrió —Slughorn va a tener una fiesta de Pascua— dijo después de que terminó de leer la invitación —Supongo que será mejor que busque un vestido