Moonchild: The Life |Jeon Jun...

By MUSA_Borahae

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PRIMER LIBRO DE LA SAGA HORTI'S FLOWER. Nunca hemos estado solos, ellos viven entre nosotros. Ser escolta rea... More

Prólogo
Personajes
Playlist
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10 I
Capítulo 10 II
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18 I
Capítulo 18 II
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21 I
Capítulo 21 II
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 I
Capítulo 40 II
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Epilogo
Curiosidades
Segunda temporada

Capítulo 07

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By MUSA_Borahae

Capítulo 07: la falla de Kim Dokhye.


La sangre manchando mis dedos me asusta al retirarlos de la zona herida pero no permito que eso me afecte mucho más. El zumbido en mi cabeza, el pitido en mis oídos me vuelve loca. Sin embargo, no dejo que eso nuble mi raciocinio ni tampoco mi vista. El galope del caballo continúa a toda velocidad y me aferro a sus riendas con la vista entre el camino y los demás.

No puedo oír nada, solo el lejano sonido de mis jadeos por la agitación del momento y ese "beeeep" en mis oídos.

Jimin me grita algo pero no logro entender qué es. Voy en la delantera junto a Grecia, el arma cargada yace en mi cinturón, mis ojos son lo único que parece funcionar bien en mí, así que intento no desesperarme cuando Suni también me grita algo y no logro escuchar bien.

Grecia parece entender que no están funcionando mis cinco sentidos, así que opta por otra opción.

«Venus ¿Me escuchas?»

Vuelvo a jadear, esta vez del dolor y el eco de su voz en mi cabeza. Asiento a lo que dice y me mira con extrema seriedad. Nos adentramos en el bosque, por lo que ante la presencia de árboles y más maleza hago que el caballo baje un poco su velocidad, la reina se coloca a mi otro lado, me observa de repente con preocupación.

«Estoy bien, ya casi llegamos»

«Te sangran los oídos»

No contesto, mi mente queda en blanco. Ni siquiera soy capaz de pensar con claridad, el caballo de la reina se detiene y nosotros igual cuando las hojas de los árboles comienzan a moverse violentamente y vemos el helicóptero negro descender. No hay una pista de aterrizaje o algún espacio abierto, por lo que una escalera es la que cae frente a nosotros.

No oigo nada, absolutamente nada.

Solo veo a los chicos hablar entre sí, Jimin despoja a los caballos de sus sillas y lo veo hablar con ellos. Los animales salen corriendo, perdiéndose entre árboles y maleza. Va hasta donde está su alteza, le ayuda a subir por la escalera colgante. Luego sube Suni, Grecia y detrás de ellas se supone que voy yo. Cuando pongo un pie, bajo la mirada observando al chico rubio. Dice algo pero tampoco puedo escucharlo. Vuelvo a mirar hacia arriba, solo puedo ver a Grecia subir al helicóptero con ayuda de los demás. Estoy en el limbo, se lo que estamos haciendo y lo que tenemos que hacer, pero aun así me siento desconcertada y más que otra cosa, ignorando el dolor, estoy preocupada.

Trago en seco y comienzo a subir, cuando ya he avanzado algo, siento que me mareo y veo a Jimin subir debajo de mí, pone una de sus manos en mi cadera para impulsarme hacia arriba y le agradezco. Vuelvo a retomar mi escalada, después el rostro de Chou y Camphell están cerca de mí y toman mis brazos para tirar de ellos hacia arriba.

Mis botas resbalan un momento del borde, pero tomo impulso de nuevo con ayuda y logro subir por fin. Sé que estoy muy mal porque a pesar de todo el ruido que puede hacer un helicóptero, no oigo más que ese molesto ruido en mis oídos.

Suspiro sentada en el asiento, y aunque me ofrecen esas orejeras niego porque no es necesario. Pero luego las acepto porque si bien no escucho nada, mis oídos reciben el sonido y eso puede lastimarme.

«Jimin dice que al llegar te revisará... Y no es que quiera asustarte, pero está la posibilidad de que te haga una pequeña intervención quirúrgica. No es normal que te sangren».

«Joder».

«Sí, joder».

Cierro los ojos, y echándole un vistazo a la reina confío en los chicos y el sueño comienza a invadir mi ser. Para resumir todo lo que ha pasado esta noche, después de separarnos en el laberinto fui con Park hasta mi habitación y sin importar que pudieran descubrirnos tomé varias herramientas y envié mensajes a mi equipo particular. Me ayudaron a atrasar el tiempo del detonador para darnos más minutos, así descubrimos que efectivamente cuando estábamos en el proceso nos quedaban exactamente tres minutos. Nos dieron veinte minutos más y logramos evacuar el palacio entero al encender la alarma, hice unas cuantas cosas como instalar un virus en el sistema de seguridad, por lo que las cámaras no servían.

Para cuando las chicas se reunieron con nosotros en un oscuro establo, resulta ser que la reina se negaba a venir con nosotros. La ventaja que tienen los semidioses descendientes de los dioses originales, es que son completamente inmunes a nuestras habilidades, por lo que Grecia descartó la idea de la hipnosis y prácticamente le ordenó a Dokhye que viniera con nosotros y Jimin subió por la fuerza el delgado cuerpo de su majestad a uno de los caballos.

Fue bastante extraño, la verdad. Digo, tenemos la autorización para darles órdenes a los monarcas si es necesario, todo sea por su seguridad. Pero nunca habíamos aplicado tal táctica, por lo que fue raro de ver.

Veo las luces de la ciudad, aún está oscuro pero pronto comenzará a amanecer. Cierro los ojos tratando de olvidar la molestia en mis oídos y el retumbar de mi corazón por tener a la reina tan cerca de mí. Usualmente tengo un equipo especial de protección para estas ocasiones, pero era una emergencia así que me expuse.

Una gran desventaja de mi habilidad, es lo sensible que soy. Puedo escuchar cualquier cosa porque soy sensible a los sonidos, puedo oler, ver y sentir por la misma razón. La explosión causó un gran daño a mis oídos, creo que me ha roto el tímpano o algo primordial porque en serio no escucho nada. También soy sensible al dolor, estoy teniendo una guerra conmigo misma para no ponerme a llorar a gritos ahora mismo. Sé que Park me mira, siento sus ojos en mí pero no abro los míos... De verdad a penas y puedo soportar esto.

Su mano se enreda en mi muñeca, me sonríe para tranquilizarme cuando abro mis ojos y su calma me llega, es parte de lo que sabe hacer. La mirada de Suni y Grecia también se enfocan en mí, entonces la castaña frente a mí coloca una mano en mi pierna para dar un apretón de apoyo.

Y Grecia aunque no es buena dando consuelo, lo intenta.

«Estarás bien».

«No estoy preocupada por mí».

«Nuestros príncipes... Más le vale a la reina darnos una explicación».

Cuando despierto lo hago de forma lenta, me siento pesada y somnolienta pero no quiero seguir durmiendo. En mi dedo del medio hay una pinza que toma mi presión arterial cada tanto, también hay una vía con suero en mi dorso. Exhalo aire, llevo mis manos a mi cabeza sintiendo una ligera molestia y me doy cuenta de que hay dos gasas y un material parecido a una maya médica en cada lado de mi cabeza, cubriendo mis orejas. Me siento en la cama y veo todo a mí alrededor, ni puta idea de en dónde estoy pero no parece un hospital.

Seguramente mi habitación temporal.

Me quito la vía del dorso de mi mano dejando la aguja colgando, lo mismo hago con el pequeño tensiómetro. Busco algo para mis pies y solo hay pantuflas, me las coloco rápidamente. En eso la puerta se abre, un chico rubio de mejillas rosadas entra sonriendo amablemente con una bandeja entre sus pequeñas manos. Lleva el uniforme de la agencia, solo así me doy cuenta de que yo también, solo que él mío es el doméstico y el suyo es el de protección y entrenamiento: suéter de látex color negro que deja expuestas las líneas y hendiduras de los músculos de su torso, sobre él un chaleco de plomo, pantalones militares del mismo color y las botas de combate, también los guantes de protección. Coloca la bandeja a un lado en la cama, se sienta a mi lado mirándome.

—¿Puedes oírme? —arrugo mi expresión ladeando la cabeza.

—Sí, pero no hables tan fuerte —asiente suspirando aliviado— ¿Qué hiciste?

—Tuve que sedarte, el dolor estaba matándote —se explica—. Te revisé y Nana me dio el permiso para hacerte una cirugía, tus tímpanos estaban rotos por lo que básicamente te puse parches con tu propio tejido... ¿Aún duele?

—No del todo, es más bien molesto. —hago una mueca haciendo sonar mi cuello, creo que me hace falta el ejercicio.

—Muy bien, no te preocupes por tu audición, como guardiana tu recuperación será rápida. Solo trata de cuidarte, te llevará unos cuantos días —asiento a todo lo que dice, si hay médicos buenos en el mundo definitivamente esos son los paganos. Su don en la sanación al natural es increíble—. Te daré analgésicos naturales que preparé pero solo los beberás cuando tengas dolor, también tendrás que usar orejeras. Y ahí está tu almuerzo, dormiste toda la mañana.

—¿En dónde estamos?

—En la base de Gimhae —bueno, no estamos tan lejos de Seúl aun—. Suni está practicando tiro, Grecia y Nana interrogan a la reina por si te lo preguntas.

Eso llama mi atención.

—¿Sabes algo ya? —niega.

—Esperemos a que salgan, dependiendo de lo que diga iniciaremos la búsqueda de los príncipes.

Al final mi deducción fue acertada, los hermanos Kim habían escapado con sus guardaespaldas.

—Iré afuera, tú quédate aquí, tienes órdenes muy claras de de no trabajar por el día de hoy.

—Estoy bien, Park.

—Eso lo decidiré yo, ahora come.

No me queda de otra más que aceptar mientras lo veo salir por la puerta de color blanco. Cierro los ojos, no tengo hambre. Vuelvo a recostarme en el colchón y veo hacia el techo, han pasado demasiadas cosas en un par de días. Y yo que pensaba que nuestra misión sería exitosa, todo se fue a la basura. Ya no podemos volver, nuestro trabajo principal era investigar e informar, resultó ser que llegamos a Nana con las manos vacías y sin los príncipes.

Aún hay cosas que no logro entender. Cosas que espero y la reina logre aclarar, su actitud es sospechosa, y aunque Grecia no puede hacer mucho al menos puede saber cuándo está mintiendo y cuando dice la verdad, por lo que por esa parte no tenemos que preocuparnos.

Lo que realmente me preocupa, o nos preocupa, es que Seokjin, Namjoon y Dasha están allá afuera expuestos al peligro y sin nosotros, sus guardianes. Si algo les pasa, no sé cómo podríamos reaccionar. Esto nunca se había visto en la historia de los bimbaio, desde que los dioses dejaron a sus hijos en este planeta, nunca han corrido peligro. Ni los hijos de sus hijos, ninguno de su descendencia ha estado en peligro porque nadie más que nosotros sabe lo que son.

Nunca hemos perdido a un semidiós, y no me imagino la catástrofe que se armaría a nivel mundial si algo como eso sucede. El vínculo que tienen con nosotros es fuerte. Cuando un semidiós pierde a uno de sus guardianes más cercano, el dolor casi no lo notan.

Pero si los guardianes perdemos a un semidiós, la tristeza en nuestros corazones podría enfermarnos tanto como la culpa, los más sensibles podrían morir.

Los semidioses son humanos con habilidades especiales por llevar en su sangre el legado de los dioses universales. Los guardianes en cambio, somos una raza aparentemente iguales a ellos, pero muy distintos en todas nuestras formas. Mientras que ellos como mitad humanos tienen varias oportunidades sentimentales, nosotros amamos una sola vez para cada forma de amar en el mundo.

Un bimbaio solo puede amar a sus dioses y a sus padres. Y un bimbaio solo puede amar de forma romántica una vez en toda su vida.

No podemos permitir que algo les pase, si les tocan un solo cabello. Luna estará en deuda con el resto de los originales, y una luna molesta no es buena en lo absoluto.




—Te he dado órdenes claras, obedéceme.

—Lo haría, pero la situación es bastante crítica. Además, soy el cerebrito del equipo, debo pensar en lo que haré —enarca una ceja.

—¿Y qué harás? —sonrío ligeramente, las orejeras son bastante incómodas pero logro escuchar mejor. Mientras miro a mi jefa me cruzo de brazos.

—Mi trabajo, por supuesto.

Nana me mira entrecerrando sus ojos oscuros, con sus brazos cruzados sus botas militares hacen eco en la sala de reuniones. Me mantengo de pie en la puerta, observo a todos aquí. No sólo está mi equipo, también está la presencia de nuestra reina y los líderes de todos los equipos en esta base. Sé que me juzgan por desobedecer a mi líder, nos enseñan que es una falta de respeto a su capacidad para liderar. Pero lo que ellos no saben es que somos un equipo bastante particular y que la razón de nuestro éxito como equipo de categoría A, es gracias a la capacidad para escuchar de nuestra mayor.

Vuelvo a mirarla esta vez con más complicidad, entonces mi superior entiende que tengo algo entre manos. Asiente, dejándome pasar. Rodeo la mesa larga hasta conseguir un asiento vacío al lado de los superiores y lejos de la reina presente, quien veo no tiene buena cara. Ahora que llevo puesto mi uniforme no estoy usando maquillaje, tampoco ropa normal por lo que debo soportar este horrible uniforme de pantalones de batalla, botas y suéter negro mangas largas de látex, también el chaleco. No soy alérgica al látex, pero aunque es muy bueno para luchar y todo eso, me incomoda un poco usarlo. Llevo puesto los guantes de cuero que protegen mis manos, y por obligación tuve que cortarme las uñas.

—Discutíamos sobre las faltas de su majestad Kim —explica ella, tomando asiento. Uno de los líderes desliza unos papeles en la mesa hasta ponerlos frente a mí, los reviso por encima y veo que son informes con fotos.

Son tomas de cámaras de seguridad, pero estas parecen haber estado fallando. Veo las fotos, son figuras que no tardo en reconocer caminando entre callejones oscuros en alguna parte de la ciudad. Aunque nunca he visto esos lugares en Corea. Dos figuras masculinas y una silueta femenina de la que apenas puedo percibir el rostro debido a la oscuridad, arrastran con ellos armas largas y siguiendo la secuencia, las meten en bolsos. Lucen como todos unos criminales y si no cuidan lo que hacen podrían culparlos de algún delito. Bueno, ya llevan al menos tres encima, esas armas no son federales. Leo los datos y me sorprendo al ver la ubicación de aquella toma

—¿Están en Busan? —es lo primero que logro preguntar, pasando de páginas y analizando las fotos sin esfuerzo.

—Estaban —contestó otro líder—. Enviamos equipos para buscar en cada rincón de la ciudad, lo único que encontraron fue eso. Para ser simples militares humanos son bastante cuidadosos.

Nah, no mucho. Con solo eso puedo rastrear sus pasos.

Al parecer se deshicieron de la mayoría de las evidencias, pero no de todas. Bastante inteligentes para ser simples militares, cierto, pero nosotros tenemos ventaja.

—¿Majestad? —Digo aún con mis ojos puestos en las imágenes— ¿Puede decirme qué fue lo que pasó exactamente?

Nadie habla, todo se mantiene en silencio. Levanto la vista para encontrarme con aquella mujer, ya no viste sus costosas prendas. Ahora mismo lleva un pantalón militar y una camisa blanca, botas y su larguísimo cabello castaño atado en una coleta, es hermosa, ni como negarlo. Sí nadie supiera quién es, no se pensaría que una mujer con su apariencia tendría rondando los cincuenta años y que además, lleva tres hijos encima.

Apariencia digna de una semidiosa, pero no sé si decir lo mismo de su actitud.

—El idiota de mi esposo es un traidor, eso es lo que pasó —responde, estoy sorprendida pero mi rostro se mantiene neutro. Veo un segundo a Grecia y esta asiente confirmando tal hecho, vuelvo a ver a la reina—. Uno de los guardaespaldas de mis hijos descubrió que estaban organizando una masacre solo para llevarse a mis bebés, así que reaccioné como toda madre haría.

—¿Alguien me explica mejor?

Quizás estoy siendo grosera, pero con lo que he estado escuchando siento que el hecho de que ellos estén solos en alguna parte es culpa de ella.

—El rey planeaba llevar una gripe al palacio para enfermarlos a todos, incluyendo a sus hijos —comienza Nana—. Al parecer tiene tratos con Sinya Kûv, según su alteza, el plan consistía en que los príncipes enfermaran con esta gripe y murieran.

—¿Los quiere muertos? —enarqué una ceja, no estoy horrorizada ni nada, son sus hijos pero soy consciente del nivel de maldad humana en el mundo por lo que es lo que menos me sorprende— ¿Por qué con una gripe?

—Porque sería una muerte natural, se ahorrarían el trabajo de encubrir un asesinato y nadie sospecharía —contesta Camphell—. Sinya Kûv quiere los cuerpos, ya te imaginarás para qué. Y bueno, el rey iba a facilitárselos.

—¿Usted le ordenó a los escoltas llevarse a los príncipes? —pregunto a la reina más que molesta, de verdad ¿En que estaba pensando esta mujer? La solución a esto era fácil ¡Hablar con nosotros!

—Iban a hacerlo a escondidas porque pensaron que yo estaba del lado de ese hombre, pero al final los descubrí. —mi vista se mantiene en ella unos segundos, luego niego en forma de desaprobación.

—¿Y los dejó irse así y ya? —reclamo tratando de no alzar mi tono de voz. Ella parece querer alterarse y eleva un poco sus brazos a la defensiva.

—Estaba asustada ¿Bien? Antes que reina, soy una madre que solo quiere que sus niños estén bien. He visto crecer a esos soldados hasta volverse lo que hoy son, y confié en que los mantendrían a salvo hasta que yo pudiera moverme.

La miro bien sin poder creer del todo lo que dice, entiendo su punto pero lo que hizo es una completa estupidez. Con el ceño fruncido mantengo mi mirada sobre la suya e ignorando la reacción del vínculo entre nosotras le reprendo con mi mirada molesta para hacerle entender que estuvo mal lo que hizo.

Lo correcto habría sido enterarse de aquel macabro plan y contarnos de inmediato. Es madre, pero también es reina y si hubiera dejado sus sentimientos de lado habría tomado buenas decisiones. Confía más en esos escoltas, pero nosotros estamos más capacitados para mantener a salvo a los príncipes y eso es lo que al parecer ella no quiso ver.

—¿Por qué no habló con nosotros? ¿Prefirió confiar en simples mortales que en los guardianes que trabajan para protegerlos? —me levanto de mi asiento poniendo mis manos en la mesa para escudriñarla con mis ojos. Nadie parece intervenir, y eso es exactamente porque tengo razón.

—No sabía quiénes eran los guardianes allí —intenta excusarse cruzando los brazos. Dokhye es la mujer más dulce y amable del mundo, pero es igual de testaruda que su hija y todo el tiempo cree que es ella quien tiene la puta razón.

—Pudo hablar con Nana.

—Estaban escondidos, no sabía cómo contactarlos.

—Miente —interviene Grecia y eso es algo que ya sabemos—. El vínculo le ayuda a identificar quienes son guardianes, pudo hablar con nosotros y pedir contactar a Jimin. Además sabía perfectamente que nuestro escondite estaba oculto en las afueras de la ciudad. Admita de una vez que cometió un error, eso o hay algo más que no quiere decir.

El silencio se apoderó de la situación cuando visualizamos lágrimas correr por el rostro de la reina. Ninguno de nosotros se sintió culpable por hacerla llorar, pero un sentimiento de incertidumbre y preocupación me recorrió entera al mirarla y supe que no era yo, sino ella dejándolo salir. Jimin admiraba la escena tranquilamente en su sitio al igual que los superiores, Nana seguía de pie y Suni ni siquiera nos veía, estaba muy metida en su teléfono. Suspiré tomando asiento de nuevo y cerrando el informe para dárselo de nuevo al hombre a mi lado.

—Sé que no hice bien las cosas, pero no tenía muchas opciones —habló ella después de unos minutos. Me levanté para tomar el ordenador portátil que usaba Grecia y bajo su mirada de reproche cerré ventanas para meterme en lo mío. Tomé de nuevo el informe y busqué las fotos haciendo zoom con mis ojos—. Estaban preocupados por mis niños y sé que si no les daba el permiso se irían de todas formas y yo no sabría hacia donde. No podía decirles sobre ustedes, juré no hacerlo bajo ninguna circunstancia y mis hijos no tienen la edad que se requiere para revelarles la verdad.

—¿Ellos saben sobre Sinya Kûv?

—Solo Jungkook —mi equipo y yo compartimos miradas ante aquello, cosa que no pasa desapercibida por los demás—. La mayoría allí le tiene miedo al teniente Jeon, por eso creyeron que sería buena idea incluirlo en sus planes y él aceptó para informarme de cualquier movimiento. Él no sabe sobre ustedes ni lo que se planea hacer con los príncipes, cree que Sinya es solo un grupo terrorista.

Vaya, Jeon es mucho más increíble de lo que pensé... Que caliente, lo quiero para mí.

—Entonces ellos creen que son criminales persiguiendo a tres hermanos solo porque son de la realeza y quieren asesinarlos sin razón —habla Grecia con sarcasmo mientras yo sigo tecleando en el ordenador. Tiene sentido, pero no son estúpidos y si Jungkook estaba metido ahí como informante de la reina quiere decir que sabe más cosas o al menos tiene sospechas—. Muy bien hecho, majestad.

—Cadete, será mejor que haga silencio. —pide uno de los superiores y ella no hace más que asentir.

—¿Sabe a donde los llevan? —pregunta Nana, tomo un bolígrafo de los muchos que están en el lapicero de la mesa y antes de que Dokhye responda, alzo la mano.

—Creo que los encontré.

—¿Qué? ¿Tan rápido? ¿Cómo? —pregunta uno de los jefes bastante sorprendido, Nana me mira y sé que su silencio se debía a que estaba esperando una repuesta por mi parte. Mientras los hombres presentes siguen en su estupefacción al igual que la reina, mi jefa y el resto asienten levantándose en de sus asientos listos para que hable y para recibir órdenes de la mayor.

—Rastree el código de las armas que portaban y me contacte con el vendedor, me hice pasar por una agente de la interpol y amenacé con arrestarlo por tráfico de armas si no me decía lo que quería. Resulta que además de armas les consiguió unos cuantos pases e identificaciones falsas... Lo tenían todo bien planeado. —hablé lo más rápido que podía mientras me levantaba y salía por la puerta con el resto detrás. Nana camina a mi lado escuchando todo con atención mientras salimos al pasillo.

—Venus, deja de parlotear y dinos en donde se encuentran.

—En un barco rumbo a Japón.

—¿Qué tan lejos se encuentran de tierra firme?

—Una milla náutica del puerto marítimo de Busan.

—Bueno, tendremos que usar el jet para llegar más rápido —dice Suni y Nana asiente.

—Jimin tu volarás el jet, Venus contacta a los guardianes de la costa y diles que preparen tres motos acuáticas, estaremos allí en una hora y media — se detiene al pasar por el último portón de acero antes de llegar a las puertas del ascensor que nos llevara a la superficie y se gira para ver a los superiores junto a la mujer real—. Regresaremos con los príncipes tan rápido como podamos, por favor cuiden de la reina y vigilen que no haga nada raro.

—¿Disculpa?

—Mayor Goh Nana —llama uno de ellos—, trae a los descendientes de Júpiter, Marte y Juno de vuelta o te las verás con los dioses.

—Somos el ABlack, no nos subestimen, caballeros.

—Bendiciones.


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