Estrella diurna

By VictoriaRCurras

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Arya siempre ha sido alguien que se encontraba fuera de lugar hasta que fue rescatada por la Academia. Ahora... More

Notas de la Autora
Capítulo 1: La prueba (Reescrito)
Capítulo 2: la cena (Reescrito)
Capítulo 3: los chupitos (Reescrito)
Capítulo 4: Preparativos (Reescrito)
Capítulo 5: ¿Respuestas? (Reescrito)
Capítulo 6: un paso atrás (Reescrito)
Capítulo 7: Es hora de volver (Reescrito)
Capítulo 8: Heridas (Reescrito)
Capítulo 9: Poniéndose al día (Reescrito)
Capítulo 11: No juegues conmigo
Capítulo 12: toma de contacto

Capítulo 10: malas intenciones (NUEVO)

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By VictoriaRCurras


Me despierto de nuevo empapada en sudor, con las sabanas pegadas al cuerpo y con la sensación de haber olvidado algo.

Cada vez que sueño con él al despertarme tengo la sensación de que he perdido algo. De que no estoy completa. Es una sensación que me encoge el corazón cada vez que me despierto.

Voy directamente a la ducha cuando hago una parada para ver el móvil. Son las seis y cuarto de la tarde. Sí que estaba cansada para no darme cuenta ni de la hora. No sabía ni que había cerrado las cortinas. Tengo una llamada de Jamie y un mensaje de voz. Lo voy escuchando de camino al baño.

''Buenos días, tardes o noches. Ya que estabas durmiendo con toda cuando he pasado a verte. Tenías tal cara de cansada que te he cerrado las cortinas para que duermas más rato. Se buena''

Por lo menos ya he resuelto el misterio de las cortinas, no soy la única que aún se cuela en las habitaciones de los demás. Es algo que hacíamos mucho en mi segundo año aquí, no quería estar sola y me iba colando en las habitaciones de todos.

Siempre he tenido una relación muy especial con Jamie, ha sido un gran apoyo, de hecho creo que fue el primer chico del que me enamore. Siempre te gustan chicos o chicas por diferentes motivos, pero siempre te acuerdas de ese primer amor no correspondido.

Era muy atento conmigo y muy dulce. Creo que él me veía como su hermana pequeña y hasta hace dos años más o menos yo deseaba que me viera como la súper guerrera que yo me sentía. Pero como os podéis imaginar eso no paso y luego simplemente lo que sentía se quedó ahí.

Lo quiero con locura no pienses que no, pero ya no es lo mismo. Creo que ahora me siento como él. Como si fuera su hermana, no podría vivir sin él. Y por eso también sé que el debería hablarle de sus sentimientos, esos que finge no tener, con nuestra jefa antes de que alguno de los dos acabe con el corazón roto. Sé que alguno tiene que dar el paso y creo que él tiene más opciones que Karla, ella tiene mucho dolor detrás.

Ahora ya estoy duchada y vestida para volver a la enfermería. Me he atado el pelo en un amago de trenza corona, jamás me quedan bien del todo, siempre dicen que es práctica y que conseguiré que salgan bien, pero en realidad no, o sabes o no.

Me dirijo al ascensor cuando vuelve a cruzarse conmigo Bianca. Vuelve a sonreírme y esta vez se para a hablar conmigo.

- Espero que descansaras después de lo de anoche. Tenías cara de estar agotada. –noto el sarcasmo en su voz como un cuchillo.

- Si, gracias. Después de pasar la noche en la enfermería un día de cama era justo lo que necesitaba.

- Claro. Por lo de la enfermería. –y tal como ha venido se va. Odio que haga eso.

Empieza a ponerme de los nervios sus insinuaciones veladas y el cuerpo me dice que esa bonita cabecita está pensando en algo que no va a gustarme nada.

Por fin llego a la enfermería. Y mi conocido escalofrió recorre mi espalda y se instala en mi nuca dándome calor, puede que hasta lo echara de menos. Escucho más ruido que la pasada noche, supongo que eso es buena señal.

Al entrar veo que esta vez hay dos enfermeras y que Kris ya no está, parece que hoy le toca descansar o por lo menos a comer.

Cuando me acerco a la cama de Leo lo veo merendando, bueno más bien comiendo, la cantidad de comida que tiene en sus (si sus en plural) mesas auxiliares dan a entender que está mucho mejor.

Para mi sorpresa la cortina de la cama de Dunkan está totalmente cerrada.

Me acerco a la cama de Leo y me siento en la silla que tiene a su lado. Me hace señales para que le de dos minutos para que acabado de comer y tragar. Me encanta verlo así, es genial.

Mientras me rio me doy cuenta de que Dunkan está hablando con alguien, aunque solo escucho cosas sueltas.

- ...oh que pena... no es lo que esperabas... no te sorprendas... te lo dije

- Vete... ahora... me da igual... deja ya de hablar.

Y sin más veo cómo sale Bianca de detrás de la cortina, parece a punto de llorar cuando me ve y cambia la expresión de su cara por una expresión de ¿triunfo? No sé qué ha pasado pero no me gusta.

- ¡Eh peque! ¿Estás bien?-pregunta Leo mientras aparta las mesas y estira los brazos para que lo abrace. –Diría que tienes mejor cara que ayer pero no estoy seguro.

- Claro, estaba distraída. –le digo mientras le doy un fuerte achuchón. –veo que estas mejor ¿Cómo te sientes?

- Aunque ya medio te has contestado sola. –me contesta mientras vuelvo a sentarme. Le hago un gesto de burla y me rio –pero si estoy mejor. El dolor se ha hecho soportable y han cerrado la mayoría de las heridas y ya casi ninguna pica. Aunque al principio han tenido que subirme el calmante.

- Te lo dije, que no te hicieras el valiente.-ahora es él el que me hace el gesto de burla.

- No sé qué mierda es la que me echaste, pero por favor guárdate más de esa cosa para el futuro. –me dice sonriendo- También han aprovechado lo que ha sobrado para los mas graves.

- Si te soy sincera yo tampoco, pero me alegro de que os vaya bien... de que te vaya bien. –le digo mientras me hace un gesto para que me acerque. –Espero que con los demás también ayude.

<<Ayudara pero es más efectiva de tu mano, si ves a alguien mal deberías aplicársela tú, no pongas cara de bruja y atiende que te hablan.>>

- Él también está mejor, pero desde que Bianca se ha pasado por aquí anoche cuando despertó está bastante enfadado. –dice bajando la voz y señalando hacia la cama de Dunkan –No sé qué le ha dicho pero ahora está enfadado y listo para irse.

- ¿Sabe que fui yo?-sabe a qué me refiero cuando me mira y baja un poco más la voz.

- Se lo ha dicho Lara después de la primera visita de Bianca, algo no pinta bien para nada. No sé qué ha pasado entre ellos pero no me gusta. –ahora me habla mucho más serio que antes– Tu mantente lejos unos días a ver si se aclaran. Porque he oído tu nombre más veces de lo que me gustaría en la boca de esa mujer.

- Seré buena, aunque no entiendo que he hecho yo.-le digo mientras levanto las manos a modo de rendición.

- Yo tampoco pero he oído tu nombre y luego ha empezado la discusión. –me dice todavía bajito y más serio si eso es posible.

- Está bien, me quedare al margen. Así que mejor me voy. –le digo poniéndome en pie. Él asiente.

- Te echamos mucho de menos estos días-me dice mientras me paro a los pies de la cama.

- Ya quería volver, yo también a vosotros. ha sido raro estar en Galicia sin nadie del equipo a mi lado.

- ¿Has estado en Galicia?-pregunta Dunkan mientras abre de golpe la cortina y me asusta, solo a mi claro, maldito oído de lobo.

- Si –contesto intentando sonar alto –tenía asuntos personales que atender allí. –no quiero que sepa más de lo necesario y menos que he invadido parte de su intimidad y su pasado sin querer.

- Vale, ya me voy. –Dice mientras con aire enfadado sale de nuestra vista en dirección a la puerta.

- Te dije que estaba enfadado. –Es lo último que dice Leo antes de acurrucarse en la cama como señal de que ahora necesita descansar.

No entiendo que ha pasado, creo que cada vez entiendo menos estos días. Voy de camino a la cafetería, tengo hambre, mucha.

Tengo el sueño totalmente cambiado y un descontrol casi total del apetito. Necesito mi horario normal. Ojala pronto recupere algo de rutina, además empiezo a necesitar entrenar, me apetece desahogarme un poco.

Al entrar en la cafetería me encuentro con Jamie. Que al verme viene directo a darme un abrazo.

- ¡Por fin! Ya creí que no te vería despierta. –dice mientras me da la vuelta en el aire y me pone de nuevo en el suelo.- ¿Qué tal la vuelta?

- Interesante. Creo que a estas alturas no tengo una palabra que lo defina mejor. –se me queda mirando y levanta una ceja.- No, no quieres saberlo. ¿Vosotros tenéis algo nuevo?

- Muchas caras y algunas conocidas, ya puedes imaginarte el caos. Espero que os empiecen a informar pronto. –entonces se oye un sonido en cadena de los móviles.- Tenemos que irnos. Ten cuidado.

Comida, es mi único pensamiento después de ver a Jamie irse de nuevo a trabajar. Me acerco de nuevo a las mesas de comida y esta vez cojo pasta. Creo que necesito algo que me llene de verdad el estómago cuando siento en el cuello ese escalofrío tan conocido.

- Deberías ir a comer a tu habitación, no es que te eche pero creo que estarás más tranquila –Lara me pilla por sorpresa.- Lo siento, prometí no volver a hacerlo.

- ¿Tú también quieres que tenga cuidado? Sigo sin saber que ha pasado y creo que me merezco por lo menos entenderlo. –digo mientras cargo la comida en una bandeja.

- No es culpa tuya, pero sabes que Dunkan crea cierta admiración por donde va y hay gente que no lleva muy bien el rechazo. –dice mientras le da un trago a la botella opaca que tiene en la mano.

- Ya, eso lo he notado, aunque yo hasta la prueba no lo había visto. No sé qué tengo que ver en todo esto. Además no entiendo qué odio he podido levantar en nadie si me he ido a los dos días de aprobar.- le digo mientras cojo el postre, por los dioses como puedo tener tanta hambre.

- Sé que tú no lo sabes pero por lo que yo sé deberías estar atenta a la gente con la que te cruzas y en las situaciones en las que te ces envuelta. Las malas lenguas están afiladas y andan rumores por ahí que no te están dejando quedar muy bien y pero por suerte empiezan a mezclar a más personas. -comenta mientras coge un trozo de la galleta que he cogido- Lo siento he intentado hablar con él, pero esa loba es muy convincente.

- Ya me hago una idea de quién hablas y creo que entiendo dicha situación. Pero yo no me he metido en medio de nada raro ¿no? –me la quedo mirando –Más que nada porque no ha pasado nada en ningún sentido. No sé en qué lio me he metido sin enterarme.

- Sé que estas un poco perdida pero no puedo aclararte más de lo que lo hago per no te voy a mentir, para él no, pero para ella sí. Han tenido sus acercamientos pero él siempre ha dicho que no iba a pasar de ahí. – empieza a hablar un poco más bajo–Pero ella en su cabeza se ha imaginado muchas cosas. Él dejo todo lo que tenía con ella pero ella aun no lo ha superado. Ya hace casi un año.

- Ya veo. Ahora entiendo las miraditas. -le digo mientras me planteo si quedarme o ir a mi habitación a comer para evitar los malos rollos- Sigo pensando que no tengo que esconderme por estas cosas. No tengo que darle explicaciones a nadie y menos si no tengo nada de que darlas. Pero creo que voy a haceros caso y me voy a ir arriba.

- Antes de que te vayas quiero darte las gracias, por ser tú la que cede y sobre todo por lo que has hecho por él. –dice mirándolo sutilmente– Sé que él no te dará las gracias hasta que se aclare todo esto y creo que te las mereces por cuidarlo y ayudarlo. Pienso que si no llegas a volver y usar ese extraño mejunje no estaría ahí sentado mirándonos a todos con ese odio que tanto le gusta. –sonrió y le digo que de nada. No quiero que ahora ella también se sienta mal por esto.

Mientras digo esto me dirijo de nuevo a la puerta.

Cuando lo veo entrar, veo la intención en sus ojos quiere decirme algo pero veo como coge aire y sigue andando, ha cambiado de idea en menos de un segundo. Un instante después entra Bianca y apura el paso para cogerlo pero antes me dedica una de sus sonrisas de suficiencia.

Me planteo coger mi comida y tirársela a la cabeza solo por el placer de hacerlo. Pero miro a Lara que me pide perdón con la mirada, decido que lo mejor es subir, me despido con un gesto de la cabeza y me dirijo al ascensor.

Echo una última mirada al comedor, resoplo y me voy. No puedo creerme que al final sea yo la que debería irse.

<<Aguanta un poco más, todo cobrara sentido. Lo prometo>>

Cojo el ascensor y me dirijo a mi habitación. Pongo la comida en el escritorio y enciendo el ordenador. Necesito algo que me distraiga un poco.

No creo que mi día se pueda poner más raro.

Pero como siempre me equivoco... 

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