Harry se despertó temprano a la mañana siguiente; bajó a la sala común y esperó a Luna. Era algo que llevaba haciendo desde hacía tiempo; por suerte, Luna no era como la mayoría de las chicas. Estaba despierta a los quince minutos de él y vestida para el día. No vio a ninguna otra chica en la sala común hasta cinco minutos antes del desayuno. Que fueran ratones de biblioteca no significaba que no les gustara maquillarse y cotillear. Aunque los cotilleos eran más bien académicos, pero eso era otra cosa. Bajaron a desayunar antes de que se dieran cuenta; como de costumbre, no pasó mucho tiempo antes de que sus otros amigos se unieran a él. Cedric Diggory era un nuevo integrante del grupo; le había molestado mucho no ser elegido. Especialmente al perder ante Nick Potter, pero no había nada que hacer al respecto. A Cedric le gustaba mucho Fleur, así que esa podría haber sido otra razón para su incorporación. Desde entonces, Cho prácticamente miraba de reojo a Cedric y a Fleur. Obviamente le gustaba Cedric, pero por desgracia no era nada contra una Veela.
-¿Has dormido algo?- preguntó Luna cuando se sentaron. Todavía no había nadie más, aparte de los profesores, por supuesto. Ninguno de los alumnos de Drumstrang se había aventurado a salir del barco ni ninguno de los de Beauxbatons se había aventurado a salir de su casa de carruajes. Luna le había dicho que era hermoso, había ido con Fleur una vez a verlo. O más bien las criaturas ecuestres que lo tiraban, a ella le encantaban las criaturas mágicas. Eso ya había quedado claro, Fleur estaba acostumbrada a ellas y no las veía como criaturas magníficas. Sin embargo, estaba orgullosa de su colegio y de todo lo que había en él, de ahí que no hubiera tenido problema en enseñarle a Luna el lugar.
-Supongo que sí-, dijo Harry. Harry estaba tan acostumbrado a levantarse temprano que era una costumbre. Tenía que madrugar durante el verano para abrir la tienda y repartir los periódicos. Los habitantes del callejón Diagon y de Hogsmeade preferían que les entregaran el correo por la puerta. Ya veían suficientes lechuzas como para que les despertaran con ellas a las seis de la mañana. La mayoría de los habitantes del callejón Diagon y de Hogsmeade eran amas de casa cuyos maridos trabajaban. Ya era bastante difícil cuidar a los niños como para que los despertaran al amanecer.
-¿Qué tienes a primera hora?- preguntó Luna, siempre lo hacía a pesar de que probablemente conocía su horario al dedillo.
Harry hizo una mueca de desagrado -Pociones-.
-Ah, buena suerte con eso- dijo ella sabiendo del odio de Reese hacia Harry. Aunque el profesor se había enfriado un poco en cuanto a ser desagradable. Puede que tenga que ver con que Harry ya no da lo mejor de sí en su clase. Siempre tenía el color y la textura adecuados, pero nunca, hasta el punto de ser perfecto como antes. Sin embargo, seguía leyendo sus libros de pociones y manteniéndose al tanto de sus conocimientos escritos. Le encantaban las pociones, era su asignatura favorita con diferencia. O lo había sido, hasta que llegó Reese, una parte de él estaba resentido con el profesor Snape por eso. No podía culparlo, aunque no realmente, si le dieran la mitad de la oportunidad se iría y se convertiría en aprendiz de un maestro de Pociones. La defensa fue lo siguiente, le encantaba que al menos sus notas de defensa no fueran tan malas como las de Pociones. Reese estaba realmente en contra de él, y Harry no podía entender por qué. Al menos con el profesor Snape sabía por qué odiaba a Nick. Recordaba todas las veces que James había hablado de él con asco, normalmente terminaba intentando decirle a Nick un nombre que solía llamarle Sniv algo pero Lily siempre le chillaba por intentar hacerlo.
Pociones acababa de empezar, Reese no dejaba de mirarlo mientras hablaba. Hablando de venenos y antidotos. Tuvo la sensación de que iba a ser el sujeto de la prueba. No dejó que el profesor viera lo molesto que estaba, aunque su corazón latía a mil por hora. Estaba deseando desvanecerse, cuando llamaron urgentemente a la puerta.
El chico que entró era el mismo que había seguido a Nick todo el día. Su hermano también lo había hecho, ambos eran bajitos y flacos. Colin y Dennis Creevy creía que se llamaban, si recordaba bien la clasificación. Colin estaba positivamente sonriendo a Nick cuando se acercó al escritorio del profesor Reese.
-¿Puedo ayudarle?-, frunció el ceño Reese confundido, después de todo era una clase de cuarto año y este chico parecía de primer año.
-¡Señor, tengo que llevar a los Potter por las escaleras!- sonrió Colin.
-Tienen una hora de Pociones que completar, subirán cuando esta clase termine- dijo Reese mirando a Harry antes de suavizar sus ojos mientras miraba al ansioso Gryffindor.
-Señor, el señor Bagman los quiere, todos los campeones tienen que ir, creo que quieren tomar fotografías- dijo Colin.
-Muy bien, Nick, Potter vayanse- dijo secamente el profesor Reese.
Harry y Nick salieron rápidamente del aula, Harry ansioso por irse, Nick no quería tener la oportunidad de sacarse fotos.
-Es increíble, ¿verdad Nick?- dijo Colin mirando a Nick con adoración de héroe -¿No es así? ¿Ser campeón?-.
-¡Por supuesto, si alguien va a ser un campeón soy yo!- dijo Nick con suficiencia.
-¿Para qué quieren fotos?- preguntó Harry secamente.
-¡El Diario El Profeta, creo!- dijo Colin apenas mirando a Harry para estar ocupado mirando a Nick con asombro.
Harry hizo una mueca; genial que fuera a tener su foto en todo el maldito mundo. Había esperanza de que tal vez sólo pusieran la foto de Nick, él vendería más periódicos que él. Así que sin más preámbulos cruzó los dedos y rezó por lo mejor.
Cuando entró vio que el aula era más bien pequeña, Krum miraba con mal humor a la esquina. Fleur estaba de pie cerca de Krum, los saludó a todos con ganas de copiar a Victor Krum. Quien había llegado a saber que odiaba a toda la prensa, no es de extrañar las cosas que hacen para conseguir una foto del héroe del Quidditch. También vio a Bagman sentado hablando con una bruja que no conocía. Nick sí lo había hecho porque se había animado y se había enderezado la túnica.
-¡Ah, aquí están los campeones número tres y cuatro!-, sonrió Bagman. -Pasen, pasen... no hay de qué preocuparse es sólo la ceremonia de comprobación de varitas, el resto de los jueces llegarán en un momento-.
-¿Comprobación de la varita?- preguntó Harry frunciendo el ceño.
-Tenemos que comprobar que vuestras varitas son totalmente funcionales, sin problemas, ya sabéis, ya que son las herramientas más importantes en las tareas que vendrán- asintió Bagman tranquilamente.
-Esta es Rita Skeeter, está haciendo un pequeño artículo para el Diario el Profeta- dijo Bagman presentando a la bruja.
-Tal vez no sea tan pequeño, Ludo-, dijo Skeeter, Harry notó que ella sólo tenía ojos para Nick y casi se quejó de alivio, tal vez su cara no sería exhibida después de todo.
-¿Puedo tener una conversación con nuestro campeón más joven?- preguntó Rita después de unos segundos.
Harry ni siquiera se molestó en mencionar que, técnicamente hablando, era el más joven. No quería que se llamara la atención sobre él, muchas gracias. Antes de que Ludo o incluso Nick pudieran estar de acuerdo, Skeeter lo arrastró y lo metió en un armario de escobas.
Mientras tanto, Fleur, Krum y Harry se sentaron en sus sillas conversando tranquilamente. Mientras llegaban los jueces, Maxime, Karkaroff y Crouch y por supuesto Ludo Bagman ya estaba allí. Vio que Madame Maxime y Karkaroff fruncían el ceño al ver que estaban hablando entre ellos. De todos modos, los profesores se lo estaban tomando mucho más en serio que los alumnos. Harry no tenía ningún deseo de ganar el Torneo de los Tres Magos, aunque eso demostrara que era mejor que su hermano. Asumirían que era una casualidad, se preguntarían cómo había ganado él y no su hermano.
-Harry, ¿dónde está Nick?-, preguntó Dumbledore amablemente a su alumno.
-En el armario de las escobas- dijo Harry sin rodeos, vete a saber si Dumbledore acabaría hablando con él pero sólo para preguntarle por el maldito Nick Potter. A veces le daban ganas de estrangular al viejo, si Dumbledore tenía algún hermano o hermana le daba pena. Tener que aguantarlo, sin duda era igual que él y Nick de nuevo.
Dumbledore frunció el ceño antes de dirigirse rápidamente hacia allí, no prestó atención a la conversación que se había iniciado. Nick se incorporó rápidamente sentándose sorprendentemente a su lado. Se movió un poco pero sin hacerlo demasiado evidente, no quería que saliera en el periódico que estaba celoso y envidioso de la fama de su hermano muchas gracias.
-Permítanme presentarles al señor Ollivander, él se encargará de revisar las varitas- dijo Dumbledore sus ojos brillando a lo grande.
-Mademoiselle Delacour, ¿podría pasar al frente primero, por favor?- dijo el señor Ollivander haciendo que Nick frunciera el ceño y se retorciera junto a Harry.
Fleur les sonrió antes de acercarse al fabricante de varitas y entregarle su varita.
-Hmmm...-, dijo.
La examinó un poco más antes de afirmar.
-Sí-, dijo en voz baja -Nueve pulgadas y media... inflexible... palo de rosa... y que contiene... querida...-
-Un pelo de la cabeza de una Veela-, dijo Fleur -Una de mis abuelas-.
-Sí-, dijo el Sr. Ollivander -Sí, yo nunca he usado pelo de Veela, por supuesto. Me parece que da lugar a varitas más bien temperamentales... sin embargo, cada uno a lo suyo, y si esto te conviene...-
-¡Orquídea!-, murmuró el fabricante de varitas y surgieron las flores.
-Muy bien, muy bien, está en perfecto estado de funcionamiento- dijo el señor Ollivander recogiendo las flores y entregándoselas a Fleur junto con su varita. -Señor Krum es usted el siguiente-.
Nick comenzó a dar golpecitos con el pie impacientemente no estaba acostumbrado a esperar Harry lo encontró divertidísimo.
-Hmm...- dijo Ollivander empezando de nuevo. -Esta es una creación de Gregorovitch, a menos que me equivoque mucho. Un buen fabricante de varitas, aunque el estilo nunca es exactamente el que yo... sin embargo... sí carpe y cuerda de corazón de dragón. Bastante más gruesa de lo que se suele ver... bastante rígida... diez pulgadas y cuarto... ¡Avis!- un número de pequeños pájaros que trinaban salieron volando por el extremo y desaparecieron por la ventana abierta.
-¡Bien, ahora Harry Potter!-, dijo Ollivander.
Harry detuvo sus risitas ante la mirada indignada de Nick. Le entregó su varita pulida al fabricante de varitas y esperó pacientemente.
-¡Ah, esta sí es de las mías!-, dijo el señor Ollivander con mucho más entusiasmo.
-¡Once pulgadas, pluma de fénix, sangre de grifo y pelo de unicornio! Una combinación muy inusual!- proclamó Ollivander.
Harry se limitó a asentir que ya lo sabía.
La varita salió disparada vino antes de que Ollivander dijera que estaba en perfecto estado de funcionamiento. Luego dijo Nick Potter, Nick se levantó resoplando mientras entregaba su varita. Actuando como si estuviera haciendo un gran servicio a Ollivander al dejarle tocar la varita del "Niño que vivió".
-Ah, otra de mis propias nueve pulgadas, Acebo, Cuerda de Corazón de Dragón- dijo Ollivander usándola para sacar vino de ella de forma muy similar a la de Harry. Asintiendo con la cabeza proclamó que estaba en condiciones de funcionar. No pasó mucho tiempo antes de que Ollivander se fuera y llegara el momento de las temidas fotos. Harry casi quería rogarle a Ollivander que las hiciera todas de nuevo. Pero sabía que incluso Fleur y Victor lo matarían si lo hiciera. Se notaba en sus caras que se estaban aburriendo mucho.
Harry fue sacado de sus pensamientos sólo para captar a Rita diciendo fotos individuales. Ella miraba a Nick como si fuera el santo grial del mundo mágico. Harry se limitó a sonreír casi con suficiencia, sabía que definitivamente Nick sería el único que aparecería en la portada del Profeta. Casi se frotó las manos alegremente aguantando las fotos que salían en los flashes. A diferencia de los demás ni siquiera intentó sonreír, no es que nadie lo notara por supuesto.
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Harry tenía razón, la siguiente edición del Diario el Profeta sólo tenía a Nick. No sólo eso, sino que había vomitado mentiras sobre Nick en la primera página. Harry no podía ver a Nick diciendo que estaba asustado, o dejando que sus "ojos verdes brillaran con lágrimas" ante la idea de decepcionar a sus padres. Skeeter's estaba en ello, eso era seguro. James no estaba dispuesto a dejar pasar eso, puede que solo sea un Auror pero tenía muchas conexiones. Aunque eso se debía sobre todo a quién era su hijo.
-Sólo se nos menciona al final de la página-, resopló Fleur con un acento aún más marcado de lo normal mientras intentaba contener su furia.
-Al final te acostumbras- dijo Harry suavemente.
-¡No tenían derecho, le está robando el protagonismo a todo el mundo!- dijo Cedric furioso en nombre de Fleur.
-¿Cómo lo soportas Harry?- preguntó Krum, no tan molesto como Fleur había estado en los periódicos todo el verano en su casa. En realidad se alegraba del respiro que le daban aquí.
-Es todo lo que he conocido... así que ¿qué puedo decir?- se encogió de hombros Harry, decidiendo no decirles que estaba jodidamente contento de que su cara no hubiera aparecido en el periódico. Era una pena para Víctor y Fleur, lo sabía, pero él no era ellos, no quería la gloria eterna. La fama no lo era todo y detestaba la idea de ser famoso.
-Sigo pensando que está mal, al menos papá hizo una buena obra- dijo Luna. Ella había tomado una foto de Víctor, Fleur y Harry y la había enviado a casa. Efectivamente había hecho un artículo, para los que realmente compraban la revista.
-Xeno es genial- sonrió Harry asintiendo.
-¡Mira eso, es una buena foto Luna! Podrías dedicarte a ese negocio- afirmó Fleur amablemente.
-Oh sí, pienso hacerlo aunque prefiero hacer fotos de animales mágicos- dijo soñadoramente.
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Dos semanas habían pasado volando, entre las clases, los deberes y el tiempo que pasaba con sus amigos estaba agotado. Había preparado dos pociones solo, una que lo haría invisible, una poción que podía tomar para repeler las llamas de él y encontró un hechizo para borrar su olor y que el Dragón no pudiera hacerle daño.
En poco tiempo estaban en la carpa, escuchando el rugido de la multitud. Crouch acercó una bolsa, en cuyo interior había mini versiones de dragones y en poco tiempo estaban eligiendo uno. A Fleur le tocó el Dragón de Gales verde, a Krum le tocó la Bola de Fuego china. Harry se llevó el sueco Short-Snout. Lo que dejó a Nick con el más peligroso de todos: el Cola de Cuerno húngaro.
Bagman se llevó a Nick fuera; volvió diez minutos después.
Harry apenas oyó los comentarios que se gritaban. Estaba agitado por los nervios, no quería hacer esto pero tenía que hacerlo. Era un contrato mágico; asintió secamente a cada uno de sus amigos mientras salían a luchar contra su propio Dragón. Krum fue el primero, diez minutos más tarde había atrapado con éxito su huevo si la multitud le servía de algo.
Fleur fue la siguiente, parecía bastante enferma y húmeda, aunque Harry tenía que reconocerlo. Salió con la cabeza bien alta, aunque su varita estaba agarrada con bastante fuerza.
Finalmente le tocó el turno a él; le echó una mirada a su hermano, que realmente parecía verde. Encogiéndose de hombros, no iba a ayudarle, no era su problema. Su hermano no le había ayudado ni una sola vez en su vida, así que por qué iba a darle algún consuelo ahora.
En la arena miró a todos y tragó grueso, jadearon de sorpresa cuando bebió una poción y desapareció de la vista. Sólo vieron cómo se llevaba un frasco a los labios mientras se bebía la que impedía que el fuego le hiciera daño. No llegaron a escuchar el hechizo que entonó, sin más preámbulos se adelantó. A Harry le temblaban las manos y tenía la frente mojada de sudor, aun así siguió adelante. Tenía que guardar silencio, no había pensado en sus pasos. Rápidamente agarró el huevo y se lanzó a por él, el fuego le alcanzó pero no le hizo ningún daño ya que el Dragón siseó y lanzó fuego en todas las direcciones en las que podía estar. Sabían dónde estaba; por supuesto... podían ver el huevo agarrado en su brazo. Habían jadeado, y el estadio se quedó en silencio cuando el fuego debería haberlo frito por completo. Aun así corrió, una vez que estuvo a salvo del Dragón levantó el huevo en señal de triunfo.
Era el turno de Nick, Harry nunca se quedó para verlo pasar, no hace falta decir que pasó una hora antes de que pudieran comprobar sus resultados. Nick finalmente había logrado convocar el huevo de la canasta una hora más tarde.
Fleur obtuvo un diez de Maxime, ocho de Karkaroff, siete de Crouch y ocho de Dumbledore Bagman ocho. = 41
Krum obtuvo siete de Maxime, diez de Karkaroff, siete de Crouch y siete de Dumbledore y siete de Bagman. = 38 Sobre todo porque había causado daños a los huevos de Dragón reales. Los encargados de los dragones no estaban nada contentos con ello.
Harry obtuvo nueve de Maxime, nueve de Karkaroff, Crouch le dio diez y Dumbledore le dio un ocho Bagman diez. = 46
Nick para tres de Maxime, dos de Karkaroff, cuatro de Crouch y Dumbledore le dio diez puntos Bagman tres. = 22
-¡Bien hecho! Todos ustedes- sonrió Bagman -Ahora sólo unas pocas palabras rápidas. Tienen un buen y largo descanso antes de la segunda tarea, que tendrá lugar en febrero. Mientras tanto, les hemos dado algo en lo que pensar. Si miran hacia abajo verán el huevo, ¿ven las bisagras ahí? Sí, se abre y te dirá cómo resolver la siguiente pista y te da tiempo para prepararla. ¿Lo tienes? Muy bien. Bien, ¡vamos!-.
Por supuesto, Nick fue escogido por Skeeter's una vez más, esta vez atrayéndole actuando sorprendido por sus puntos de puntuación.
-Es un idiota, ¿verdad?-, dijo Krum viendo al gemelo de Harry divagar con desprecio.
-No puede evitarlo... es como le han educado si sus padres no lo hubieran hecho... quizás hubiera sido diferente- se encogió Harry. Ya no eran sus padres, se había cambiado el nombre. Había querido usar la capa para la tarea pero no quería arriesgarse a que le prendieran fuego.
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-¡Ah, Severus, me alegro de verte! Pasa-, dijo Dumbledore.
-¿Cómo va todo?- preguntó Severus saliendo de la floo.
-Terrible-, suspiró Dumbledore con tristeza.
-¿Cómo es eso? Se ha muerto?- preguntó Severus secamente.
-Oh no, me dijeron James y Remus que habían entrenado a Nick durante el verano. Sin embargo me cuesta creerlo, tardó una hora en convocar el huevo de dragón para sí mismo-, dijo Dumbledore -Harry fue el más rápido, y odio decirlo pero muy sabiamente también-.
-¿Qué hizo?- preguntó Severus ladeando la ceja con curiosidad. Declinando los dulces que Dumbledore insistía en dar a todos, detestaba absolutamente los caramelos de limón.
-Usó dos pociones al parecer, una para volverlo invisible, la otra para que el fuego no lo afectara- dijo Dumbledore sonriendo casi con orgullo su acostumbrado brillo había desaparecido sin embargo.
-Inteligente- sonrió Severus divertido, y de nuevo el chico era un Ravenclaw era de esperar.
-¡No entiendo a Nick en absoluto!- suspiró Dumbledore agitado.
-¿Sabes cómo tratan los Potter a Harry?- preguntó Severus ignorando la fiesta de compasión de Dumbledore. No quería participar en eso, estaba harto. Las constantes dudas de Dumbledore de que Nick no era el niño que vivió. A Severus no podía importarle menos... o no lo haría hasta que Voldemort volviera entonces se preocuparía.
-¿Qué quieres decir?- frunció el ceño Dumbledore no gustándole las insinuaciones de Severus.
-Bueno, dices que nunca pasa tiempo en casa, el otro mocoso sí lo hace ¿por qué Harry no?- cuestionó Severus inteligentemente. No iba a decirle a Dumbledore que Harry vivía en casa de su madre durante los veranos. Dios sabe qué daño podría hacer Dumbledore, los Potter podrían incluso insistir en que Harry volviera a casa este año. Si lo que su madre sospechaba era cierto no era aconsejable. Si seguían por ese camino sólo se estaba buscando problemas, el chico podría incluso acudir a Voldemort para que le hicieran un maldito caso.
Sabía lo que era ir sin familia estable ni amigos, y eso le había hecho unirse a Voldemort. Incluso había tenido a su madre para acudir, Harry Potter no tenía a nadie. No quería eso para alguien aparentemente tan inteligente como Harry Potter.
-A todos los adolescentes les gusta pasar tiempo fuera de casa-. Señaló Dumbledore.
-Cierto, entonces, ¿por qué Nick Potter no está haciendo precisamente eso?-, volvió a preguntar Severus.
-No estoy seguro-, dijo Dumbledore -Supongo que porque está recibiendo entrenamiento-.
-Sin embargo, me acabas de decir que tardó una hora en conseguir el encantamiento invocador, ¿verdad?- preguntó Severus secamente.
Dumbledore se limitó a poner cara de estreñimiento ante eso.
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Harry había estado en Transfiguración cuando le dieron la inesperada noticia. Prácticamente había corrido hacia el comedor después. Completa y absolutamente aturdido y furioso por el hecho de que les echaran encima eso. Harry no había usado túnicas de gala en años, sus padres tampoco le habían traído un par en mucho tiempo. Tampoco tenía dinero para una túnica de gala. La vida iba de mal en peor en su maldito libro.
-¿Qué pasa Harry?- preguntó Luna al notar el humor agrio de Harry.
-Está enfadado por el baile de Yule- rió Fleur.
-No tiene gracia- siseó Harry entre dientes apretados.
-¡No es tan malo!- insistió Luna.
-¿Ah sí? ¿Eso crees? Prueba a ir a un baile con túnicas normales cuando todo el mundo va disfrazado!- resopló Harry sus ojos verdes mostrando su aprensión en lugar de enfado.
-¿No tienes túnicas de gala?- preguntó Víctor sentándose y uniéndose a ellos.
-¡No, y no voy a gastar una cantidad ridícula de dinero para ponerme algo por una noche!- dijo Harry categóricamente. No era precisamente rico, aunque ahora tuviera la capa y el dinero de Peverell, y el dinero que había estado ahorrando durante años dejándose el culo. Tenía planes para ese dinero todo, conseguirse un piso y también ser aprendiz costaba mucho dinero a no ser que se mostrara "muy prometedor". Cosa que, según su expediente académico, no tenía, gracias a Reese.
-Tengo unos cuantos conjuntos conmigo, si quieres usarlos tendría que encogerlos para ti-, sugirió Víctor.
-¡Eso sería genial!- dijo Harry su cara se iluminó, asintiendo con entusiasmo.
-¿Cedric te gustaría venir al baile de Yule conmigo?- preguntó Fleur en cuanto vio acercarse a Cedric.
-¡Me encantaría!- asintió Cedric sin ver la mirada derrotada de Cho.
-Muy bien- dijo Fleur sonriendo.
-Es una pena que no puedas invitar a un campeón- dijo Víctor.
-¿Y eso por qué?- preguntó Harry revolviéndose de celos al pensar que Víctor quería invitar a Nick.
-Yo te lo hubiera pedido- dijo Víctor su cara más suave de lo que nadie había visto nunca.
Harry se sonrojó fuertemente, con una sonrisa en su rostro asintió que hubiera aceptado.
-Luna me encantaría pedírtelo pero como mi mejor amigo por supuesto- dijo Harry en voz baja.
-A mí también me encantaría- sonrió Luna que de todas formas no conseguiría ir si no aceptaba así que podría hacerlo.
-¿Hay algún chico que te guste Luna?- preguntó Víctor.
-Neville- se sonrojó Luna suavemente.
-Bueno pregúntale solo di que me haces un favor- sugirió Harry.
-Creo que lo haré- dijo Luna sonriendo ampliamente sin su habitual mirada soñadora.
-Ahora solo tengo que encontrar a alguien que prefiera ir con otra persona... que me aguante solo por un baile- dijo Víctor su desagrado por ello evidente.
-Thomas le pidió a la chica Weasley... ¿por qué no usarla?- sugirió Cedric.
-Supongo que podría preguntar- dijo Víctor de mala gana.
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La mañana de Navidad fue, cuanto menos, divertida, Víctor le había regalado las túnicas y las había encogido. También había pedido a Ginny Weasley el primer baile con los campeones. Ella había hablado con Dean Thomas y había aceptado, incapaz de dejar pasar la oportunidad de bailar con Víctor Krum. Fleur, Victor, Cedric y Eileen le habían hecho regalos este año. Víctor le había regalado un libro de Pociones avanzadas, uno muy raro por cierto, también un libro de pociones de defensa. Fleur le había regalado un broche de cuervo, para que se recogiera el pelo, ella siempre se quejaba de que no se peinaba bien. Fleur siempre tenía el pelo perfecto cada vez que la veía y eso lo hacía sentir bastante desordenado. Así que ella le había conseguido el regalo perfecto, no se sorprendió al encontrar un peine junto a ella. Aunque no era un peine cualquiera sino uno azul con joyas incrustadas. No era de los que se dejan por ahí y eso hizo que Harry se sintiera mal. No había conseguido nada tan bonito para ella.
Cedric le había comprado una selección de chocolates, le había comprado muchos más de sus favoritos que cualquier otra cosa. Muchas más ranas de chocolate, plumas de azúcar y bombones explosivos.
Eileen le había comprado ropa informal, algunos chocolates y algunos libros. Había visto todos los libros de la habitación que le dejaba tener, y le había comprado algunos muy bonitos que aún no tenía. También le había regalado un diario nuevo. Este había decidido usarlo como el Príncipe Mestizo cualquier hechizo o poción nueva que hiciera en el futuro sería colocada dentro de este hermoso diario.
Harry le había regalado a Eileen un bonito medallón antiguo que había encontrado en la bóveda de Peverell. Tenía incrustaciones de ónix y por eso se lo había regalado. Le recordaba a ella, además era un relicario que no iba a llevar por ahí. A Fleur le había regalado un hermoso marco de fotos de plata, extremadamente grande y decorado. Ella había estado diciendo que no tenía una foto de su familia junta en la pared porque no había un marco de fotos lo suficientemente grande. No sabía por qué no la había colocado, pero eso era lo que le había regalado. También le había regalado caramelo; la había visto comerlo muchas veces. A Cedric le había regalado una bandeja de caramelos y tres tabletas de chocolate, blanco, negro y con leche. Víctor había sido el más difícil de comprar, no había regalado nada cuando lo pidió. ¿Qué le regalas a una estrella del Quidditch que lo tiene todo? Así que le había regalado una cartera de piel de dragón. Se dio cuenta hace unos días de que la otra estaba muy desgastada. Le compró una que tenía un lugar para fotos, sabía que Víctor extrañaba a su familia, especialmente a su hermana.
A Luna le había regalado bombones, un hechizo que se incrustaba en todas sus cosas para que dijera la palabra segura y aparecieran en su baúl. Le había llevado un año completarlo pero lo había conseguido. Las cosas de Luna siempre parecían perderse, sobre todo cuando se acercaba el final del año. Harry realmente sospechaba de Peeves, la molesta plaga que era. Le había regalado una cámara nueva, que había conseguido con descuento.
El día transcurrió excesivamente rápido, no pasó mucho tiempo antes de que Fleur se alejara necesitando unas horas para arreglarse. Luna se fue media hora después. Krum tuvo que marcharse para prepararse, ya que tenía que volver al barco. Así que sólo quedaban Cedric y Harry, ambos se fueron a sus propias torres, más vale que acaben de una vez. Harry se vistió con la ropa que Víctor le había dado, un ligero rubor iluminó sus facciones. No podía creer que Víctor Krum realmente quisiera estar con él. No era especial, ni famoso, ni siquiera digno de atención en realidad. O eso era lo que sentía, el haber sido ignorado toda su vida no lo disuadía con sus suposiciones. Poco a poco empezaba a darse cuenta de que no era realmente invisible, tardaría un tiempo en establecer su autoestima. Tal vez Víctor podría hacerlo antes de fin de año.
No había habido cena y estaba hambriento cuando dieron las ocho. Se reunieron con todos en la entrada del Gran Comedor. Harry llevaba a Luna del brazo; estaba vestida con un vestido verde que se parecía mucho a la forma de un árbol de Navidad. Llevaba algunos accesorios y la verdad es que le quedaba bien, si es que era posible. Víctor estaba a su lado con Ginny del brazo. Fleur y Cedric estaban juntos; cerca de ellos la única que no parecía estar cómoda era Ginny. No sorprendió a ninguno ya que ella no formaba parte de su grupo. Se fijó en Nick de reojo, estaba con uno de los gemelos Patil, y no estaba seguro de cuál porque no llevaban el uniforme.
Todos los demás podían entrar, excepto los campeones y sus parejas. Tenían que hacer una gran entrada, también bailar; Luna era genial para bailar, para su alivio. Una vez terminado el baile se les permitió sentarse a comer.
-Pollo agridulce- dijo Harry, y la comida apareció. A su alrededor la gente hacía lo mismo, y luego hurgaban en su comida aparentemente hambrientos. Se decidió por un pastel de chocolate y fresas y un helado para después.
Una vez que ese único baile terminó con Ginny se había ido a buscar a Thomas. Luna se acercó a Neville y comenzaron a bailar, pobre Luna aunque Neville no era el mejor de los bailarines. Aunque no tan mal como Ronald Weasley, que estaba pisoteando los pobres pies de Patil. Ella también llevaba un zapato de punta abierta, ya estaban rojos junto con su cara.
Harry se puso con Víctor, para sorpresa de casi todo el salón. Bailaron casi toda la noche, hablando de cosas y en general pasándolo bien. Finalmente se acercó la medianoche, Harry iba a acompañar a Víctor a su barco.
-Gracias por la cartera Harry, necesitaba una nueva- sonrió Krum. Ya había añadido una foto suya, de Harry, de Fleur y de Cedric, así como una de su familia.
-¡Me alegro de que lo hagas!- proclamó Harry aliviado -¡realmente no estaba seguro de qué regalarte y no me diste ninguna pista!-.
-Cierto- sonrió Krum.
-Te veré mañana- dijo Harry suavemente.
-Ciertamente lo harás- dijo Krum sonriendo suavemente, no sonreía a menudo y cuando lo hacía le cambiaba toda la cara. La cual Harry se había dado cuenta que se acercaba a la suya. Harry automáticamente abrió la boca, y dejó que Víctor lo guiara en el beso. Era muy inexperto así que lo prefería así. Finalmente se separaron jadeando fuertemente; Harry se había sonrojado, lo que hizo que Víctor sonriera divertido. De repente oyeron un ruido detrás de ellos y se separaron dándose las buenas noches. Resultó que sólo eran Fleur y Cedric haciendo prácticamente lo mismo que él y Víctor.
Harry prácticamente flotó todo el camino de vuelta a la torre de Ravenclaw, escribió una carta a Eileen a pesar de haber escrito una ayer junto con su regalo. Escribió sobre el baile de Yule, Víctor y por supuesto le agradeció los regalos.
No le sorprendió que no hubiera recibido nada de sus padres, otra vez.
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Fue en enero cuando Víctor y Harry intentaron descubrir la pista del huevo. En realidad fue uno de los Ravenclaw quien le dio la idea de usar el baño de los prefectos. Ella había comentado que parecía una simple persona o algo así. Irónicamente el comentario que había hecho en broma era en realidad correcto. Víctor y Harry habían pasado mucho tiempo juntos, solos. Luna tenía a Neville para contentarse con él, para alivio de Harry. No quería sentirse culpable por dejarla así; se habría quedado si ella hubiera estado sola.
-¿Estás listo?- sonrió Harry, su confianza había crecido a pasos agigantados. Por fin se sentía cómodo en su propia piel, por lo que parecía.
-Tú eres el primer huevo- dijo Víctor ambos no tenían nada puesto.
Así que se pusieron debajo y escucharon el de Harry, Víctor también se puso el suyo y comprobó que era el mismo mensaje.
-¿Qué crees que significa?- preguntó Harry con curiosidad, rodeando con sus piernas a Victors bajo el agua sonriendo con picardía.
-Bueno, obviamente, algo que valoramos se llevará bajo el agua- dijo Víctor frunciendo el ceño, tratando de ignorar las acciones de Harry, que se estaban volviendo más difíciles a cada segundo. No sólo se estaba volviendo difícil ignorar las acciones de Harry sino que su cuerpo también lo estaba.
-Hm... la mía será Luna entonces si es una persona- dijo Harry con seguridad. Meciéndose de un lado a otro arrancando un jadeo estrangulado de los labios de Víctor.
-Hm... ¿a quién podrían usar para mí?- gruñó Víctor que sólo negó con la cabeza y tomó a su novio adecuadamente en sus brazos. Dejando que Harry hiciera de las suyas con él. Para ser virgen Harry parecía muy experimentado, sabía cómo volverlo loco de deseo. Si sólo hubiera visto la gran selección de libros de sexo que Harry había estado leyendo... habría pensado de otra manera.
Víctor les dio la vuelta; Harry se agarró al borde de la gran bañera, y rodeó con sus brazos el cuelloo de Víctor con más seguridad. Harry jadeó sintiendo la intrusión, pero cuando Víctor llegó a ese punto dentro de él empujó hacia abajo ahondando en él gimiendo profundamente. Dos dedos se añadieron con bastante rapidez, Víctor agarró su varita y utilizó un hechizo, lubricando a Harry. El tercer dedo dolió un poco, pero se olvidó cuando golpeó su punto dulce una y otra vez.
Víctor retiró sus dedos, y lo sustituyó por algo mucho más grande y grueso. Lenta pero seguramente, se hundió profundamente en Harry, un gemido torturado saliendo de sus labios. Harry iba a ser difícil de dejar atrás, muy difícil de hecho. Por suerte, la bañera era mágica y el agua no se extendía por todo el baño. Mientras se movían juntos, jadeando, gimiendo y quejándose con desesperación queriendo más y deseando correrse. Afortunadamente, la necesidad de correrse fue demasiado, y con un gemido Harry se corrió a sí mismo, haciendo estallar su esencia en la bañera. Víctor le siguió de cerca, sólo que su semilla estaba en lo más profundo de Harry.
Víctor se sentó allí durante una hora, abrazando a Harry y disfrutando de la sensación posterior. Finalmente, aunque su piel parecía una ciruela pasa, recogieron sus huevos, Víctor desterrando sus actividades del agua. Secándose rápidamente se pusieron la ropa, besándose un poco más se dieron cuenta de que Víctor tenía que volver al barco su propio toque de queda se acercaba rápidamente. Harry lo acompañó hasta las puertas haciéndole señas para que se fuera y se dirigió de nuevo a la torre de Ravenclaw.