Hurts: It still hurts! - Said...

Av yopuej

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Tercera y última temporada de mi saga "Hurts". Las cosas no han cambiado demasiado entre la pareja. Dahyun pi... Mer

Prólogo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Epílogo

Capítulo 1

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Av yopuej

Era otro de esos días donde Sana no debía ir a trabajar, Dahyun había vuelto de su turno de mañana en la tienda. Eran simplemente ellas dos matando el tiempo pues la mayor había terminado sus pendientes de la oficina, y según Mino, su jefe, debía descansar.

Dahyun quería acercarse a Sana, quien nuevamente estaba mirando a la nada con el característico dolor en sus ojos, oh, esos ojos, cuan bien los conocía la menor, y la siguen atormentando tanto como la primera vez. Al principio se acercaba y trataba de consolarla, mostrarle algo de apoyo, todo culminaba en una Sana de rostro serio que al menos se dejaba abrazar, jurando para sí misma que en ese abrazo encontraba su calma. Y fue así, pero el incidente de Momo le impide a Dahyun acercarse ahora, pues la última vez que se atrevió a hacerlo, Sana simplemente contestó que recordaba como los labios que, suponía, le pertenecían, eran besados por alguien más. La culpa la golpeó fuertemente, prefiere evitar el sentimiento, ella sólo calla.

A Sana le gustaría que Dahyun se acercara a darle un abrazo.

La puerta principal es golpeada y la única autorizada para abrir es Sana, una regla que adoptaron hace mucho, que si bien hacía sentir a Dahyun protegida los primeros años, ahora mismo lo siente como una supresión a su libertad.

— Hey — Sana comenzó a cerrar, pero la mano ajena se lo impidió — Vamos, soy una anciana, qué daño podría hacerte

Sana se detuvo un momento para al fin desconectar sus ojos de los ajenos y analizar en totalidad su rostro.

No había duda, era Yoo Jeongyeon, y sus ojos querían formar amenazadoras lágrimas que no debe dejar salir, por lo que sus manos sujetan con el doble de fuerza la perilla mientras nota las arrugas y canas grises ajenas, sin duda el tiempo había pasado.

La dejó entrar y Dahyun puede asegurar que tuvo el mismo choque de emociones luego de ver a la mujer ya entrada en edad, casi podía palpar el pasado frente a ella, recordando con vividez como fue estar en su oficina muchas veces antes.

Se sentaron en la sala, sumidas aún en un pesado silencio, Jeongyeon no se complica pues está acostumbrada a ese tipo de reacciones en la chica que cuidó durante años, sabe cómo funcionan las cosas.

— Eres toda una mujer — Sana no respondió — Van más de diez años... perdí la cuenta, ¿Cuánto tienes? ¿34? ¿35?

— Eso no importa — Silenció Sana, y en un acto de protección, entrelazó su mano con la de Dahyun — Qué haces aquí

— Será mejor que prepares unos pañuelos, porque lo que viene... no te va a gustar — La pareja frunció el seño — Partamos por lo medular, eh... — Incluso ella no lograba superarlo aún — Nayeon... Nayeon murió, Sana

La nombrada se congeló y, a su parecer, todo a su alrededor igual. El tiempo no corría, el silencio era abrumador, casi solamente podía escuchar su corazón palpitando con fuerza contra su pecho, está segura de que hizo una pequeña mueca para no dejar salir las lágrimas, que amenzaban con escapar el doble de veloces y feroces que antes. Aún no toma conciencia de lo que pasa a su alrededor, dejó de escuchar, no siente la mano en su espalda proveniente de su esposa, que busca darle un mínimo de calma, no logra ver a Jeongyeon en frente suyo. No está segura de cuánto tiempo estuvo así, sumida en el shock¹.

— Sabes que puedes soltarte aquí, es seguro — Recordó la mayor.

— Cómo sucedió — Pudo al fin hablar Sana, pasando por alto el temblor de su voz y arrancando un suspiro de Jeongyeon.

— Ya sabes... el alcohol, los trabajos, comenzó a consumir poco después de que te fuiste. Su deterioro fue rápido — Hablaba con calma, pero en su corazón pesaba el dolor — Y más malas noticias... Chaeyoung tomó su lugar, esa pequeña desgraciada rencorosa está acabando con cualquiera que te haya ayudado, por eso estoy aquí, a veces sospecho que ella tuvo que ver en la muerte de Nayeon — Sana presionó sus puños.

— Es imposible, Chaeyoung nunca haría algo como eso — Jengyeon rió sarcástica.

— ¡Oh, claro! Seguramente contigo fue un ángel, por eso perdió totalmente la cabeza cuando escapaste con Sana, buscándome para matarme, ya acabó con Yerin y-

— Ve al punto de tu maldita visita — Gruñó Sana, Jeongyeon suspiró.

— ¿Recuerdas a Bambam? — Los expresivos y redondos ojos de la mujer se mostraron sorprendidos, y asintió despacio — Luego de que escapaste, Nayeon me obligó a rastrearlo para sacarle información — La culpa azotó a Sana — Él no sabía nada, pero Nayeon no se conformó con eso y lo obligó a quedarse en el clan, y él... no parecía tan asustado. En algún momento comenzó a desaparecer y a Nayeon le pareció extraño, y no quería perderlo, el chico era... inteligente, le recordaba a mí, al menos eso decía. Resulta que, en una de las fiestas locas que sucedían en el pueblo, se involucró con una chica y la embarazó — Jeongyeon suspiró, recordando los ojos de Nayeon al enterarse — Fue un deja vu para mí, ella nuevamente obligó paralizar todo lo que tuviera que ver con Bambam y su pareja, la bebé capturó a Nayeon — A Sana ya no le agradaba la similiud en la historia — Chaeyoung comenzó a sospechar lo que Nayeon planeaba, comenzó a decaer el doble de como venía, aún con las nuevas fuerzas que le daba la bebé

— Jeongyeon, menos historia, ve al punto — Sana perdía la paciencia, y no quería escuchar de Nayeon, se quebrantaría.

— ¡Bien! ¡¿Quieres que sea a tu modo?! ¡Nayeon murió! ¡Chaeyoung tiene su lugar! ¡Mató a Bambam! ¡Me busca para matarme! ¡Todo el clan la apoya y la bebé está en riesgo! — Soltó la mayor, recuperando el aliento — Sana, la niña está sola, Bambam me pidió traerla contigo antes de morir, están buscando a su madre — La nombrada gruñó — Se lo debes

— También estaría en peligro aquí — Intervino Dahyun, no sólo por el clan, sino que no confiaba en las reacciones de su esposa.

— El ego de Chaeyoung arruinará el clan, todos aquí ya saben quién es la cabeza. Apenas ponga un pie aquí... la matarán, ella no se arriesgará, sólo trabajará con lo que tiene a mano

— Dónde está la niña — Preguntó Sana.

— Oh, la dejé afuera

— ¡¿Qué?! — Dahyun se puso de pie horrorizada — ¡¿Estás demente?!

Corrió a la entrada abriendo la puerta, buscando con sus ojos algún infante que esté cerca. La encontró de inmediato, sus manos detrás de su espalda afirmada en la pared, mirando la punta de sus zapatos. Se acercó tomandola con delicadeza por el antebrazo, invitandola a pasar, la niña la miraba con grandes ojos curiosos y Dahyun no pudo evitar dejar salir una media sonrisa. Le recordaba a Minju.

Volvieron a la sala, la pequeña niña corrió de inmediato donde Jeongyeon y se sentó en sus piernas, Sana estaba lista para su ronda de preguntas.

— Nombre y edad

— Tiene cinco años, se llama Tzuyu, le conseguí una identificación falsa, su apellido ahora es Zhou

— ¿Eres cercana a ella?

— Llevamos escapando un año juntas

— ¿Y por qué me la quieres dejar a mí?

— Tres razones: Uno, estoy muy vieja para dedicarme a criar otra tú. Dos, Bambam me pidió traerla a ti para que esté a salvo. Y tres, ¿Se te olvida que estoy escapando? Si me encuentra Chaeyoung moriré, y ella hizo pública mi identidad, la policía me conoce y el clan de aquí también

Sana suspiró pesadamente, tampoco estaba en sus planes el criar a una niña pequeña, y su conciencia le recalcaba que su casa no era el mejor ambiente para un infante. Conectó sus ojos con los de la niña, su piel del mismo tono de Bambam, en qué estaba pensando cuando lo involucró en todo eso, probablemente ni siquiera pensaba.

Miró a Dahyun en busca de alguna señal, aún cuando siempre intenta solucionar todo sola, cuando está atada de manos, mira a si esposa. Sin embargo, la pálida mujer parecía igual de perdida, le gustaría aceptar con todo gusto, pero recordar la realidad en la que está inserta le impide simplemente decir sí.

Sana captó el mensaje.

— No sé si este sea el mejor lugar — Jeongyeon avistó las muñecas de Dahyun.

— ¿Qué es eso?

— Un accidente — Se apresuró a decir Sana, Jeongyeon feunció el seño.

— Dahyun, ¿Qué es eso? — Sana le dedicó una mirada a su esposa, obligandola a callar — Dahyun, habla, qué es eso — La nombrada suspiró.

— Es un accidente... estabamos peleando, perdí el control y me abalanecé a ella, me sujetó de las muñecas hasta que me calmé — Jeongyeon se enderezó.

— No buscaron ayuda, ¿No?

— Sana no quiere

— ¡Basta! — Silenció la mujer — Jeongyeon, no es un buen lugar para ella, lo siento — La mayor negó con la cabeza.

— Lo tengo claro, pero en algún momento desapareceré y no tendrá a nadie

— ¿Su madre?

— Escapando. Sana, ¿No lo entiendes? Si estoy aquí es porque eres realmente la última opción. Bambam deaseaba esto, Nayeon quería salvarla, ¡¿No crees que se lo debes un poco a ambos?!

Sana se puso en pie bruscamente, dando vueltas por la sala, tomándose la cabeza desesperada al no notar una solución. Entiende que dejar a la niña en manos del estado no servirá, podría hablar y revelar más de lo que debería, realmente son la última opción.

Volvió su vista a la niña, está llena de furia, le gustaría simplemente echarla de su casa. Sus manos hechas puños, tentadas a salirse de control una vez más, y la pequeña niña manteniendole la mirada tampoco ayudaba.

¿O quizás sí?

Los ojos de la niña no son tiernos, Sana ve más allá de ellos, le está demostrando que ella también peleará si decide actuar. La pequeña está seria y, a pasar de que probablemente no entiende muy bien qué pasa, pareciera tener todo bajo control con la disposición de obligar a Sana.

Y Sana perdió ante la demandante mirada.

— Ok — Respondió seca y rendida, no con Jeongyeon, sino con la niña — Trae tus cosas — Seguía hablando en dirección a la menor.

— No tengo cosas — Habló por primera vez Tzuyu.

— Deberás cuidarla muy bien — Insistió Jeongyeon — A toda hora

— Sana sólo va dos días a la oficina, yo puedo dejar de trabajar

— Bueno, supongo que todo está arreglado — Jeongyeon se puso de pie — Fue un gusto volver a verte, Sana

— ¿D-Dónde irás...? — Preguntó con un deje de temor la seria mujer, la mayor rió sin gracia.

— Es hora de que me haga cargo y pague por todas las vidas que arruiné y acabé

La pequeña Tzuyu acercó en un abrazo gigante a Jeongyeon antes de que cruzara la puerta, estaba conciente de que se separarían, la mayor se lo repitió más de una vez, pero sus ojos luchaban por no dejar salir lágrimas al verla irse. Falló.

Dahyun le daba palmaditas en el hombro para calmarla, mientras Sana acompañaba a Jeongyeon a la calle. La mayor no podría apuntar una real diferencia entre Tzuyu y Sana ahora mismo, aunque la mujer tiene experiencia en contener sus lágrimas, pero la sola certeza de que esta será la última vez que verá a una de sus figuras maternas, la destroza.

El no haber estado para su otra figura materna, la destroza aún más.

Jeongyeon simplemente la abrazó, sabiendo que Sana torpemente no sería capaz de corresponderla, pero allí estaban, en un silencio que no necesitaba palabras para verbalizar sus corazones, ellas ya lo sabían.

Sana no sabe en qué momento falló y su rostro estuvo humedecido por el salado líquido, pero Jeongyeon le sonrió desde la otra vereda, antes de marcharse para siempre.


































1: Reacción de estrés agudo (también conocido como desorden de estrés agudo, choque psicológico, choque emocional, choque mental, o simplemente choque) es una condición psicológica que surge en respuesta de un evento traumático o aterrador.

Fortsett å les

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