Unas cosquillas me despiertan de mi profundo sueño. Cuando abro los ojos (no sin antes reir como foca retrasada y haberme caído al suelo) veo que ha sido Alicia.
-¡Esto no tiene gracia!-Digo sobandome la cabeza. Se me ha olvidado mencionar que me he dado contra la mesilla.
-La verdad es que sí, pero lo que tu digas.-Dice Alicia riendo. Yo me levanto y sigo sobandome la cabeza a la par que abro la ventana para que entre Hermes. Veo que tiene una carta en la pata.
-¿Y a mi ahora quien me abra escrito?-Digo abriendo la carta.
"Hola Annie,
me he enterado de que vas a pasar las navidades con Remus ¡Me alegro mucho!
Hace tiempo que no nos vemos, y te invito a tomar un te.
Besos,
Hagrid."
Que majo es. Cojo un papel y le escribo una respuesta.
"Claro que iré Hagrid. Hacia las 17.00.
¡Besos a ti también!
Annie."
Doblo el papel y se la ato con cuidado a la pata a Hermes.
-Ya sabes a donde.-Digo sonriendo. El hace algo así como una afirmación y sale volando por la ventana. Después miro la habitación y lo desordenado que esta.- Que asco de habitación.
-Sí, un poco de asco si que da.-Dice Angelina apareciendo de la nada. Yo pego un salto del susto, dándome contra la cama.
-¡¿Por qué Merlín?! ¡Me odias!-Digo tirándome a la cama y señalando el techo.
-Creo que Merlín no te oye.-Dice Alicia desde el baño. Angelina ríe.
-Callaos ya.-Digo riendo y tapándome con las mantas.
***
Bajo corriendo la colina para llegar a la cabaña de Hagrid.
-¡Por merlín!-Murmuro por lo bajo-Maldita Trelawney.
Cuando llego toco la puerta. Hagrid tarda un poco en abrir, así que me fijo en el bosque prohibido. Se nota que estamos en diciembre, y no solo porque hace un frío que pela, ya que los arboles del bosque están totalmente blancos por el hielo. Por fin Hagrid abre la puerta.
-¡Siento haber llegado tarde!-Digo mientras entro en la cabaña; Fang se me hecha encima y yo le abrazo.-La profesora Trelawney me ha entretenido con otra de sus profecías.
-Tranquila, a mi también me ha pasado-Dice sonriendo-¿Que tal te ha ido este mes? Hace mucho que no te veo.
-Ya, a mi también me has hecho falta Hagrid-Digo sonriendo; Fang me mira con ojos de corderillo degollado.-Tu también, Fang.
-Es un mimoso.-Dice Hagrid
-Comparado con tu termino de "bonito animal que no tiene peligro" es el mismísimo ángel caído del cielo-Digo riendo. Hagrid se sonroja.-Pues este mes ha sido normal...-Normal. Sí claro, congelar el despacho de Dumbledore es normal.- A quien quiero engañar, ha sido lo mas raro del mundo.
-¿Por que?
-Pues congelar a la gente y todo lo que te rodea es un poco raro.-Digo refiriéndome al P.P.H.
-Ah, claro. ¿Que tan te van las clases?-Dice sonriendo.
-¿Cual de las dos?-Digo riendo.
-Empieza por las normales.
-Pues bien, se me han hecho fácil, la verdad. Sobre todo pociones; Lea y yo ya nos aburrimos en clase.
-Tienes el don de tu madre para pociones ¿eh?-Dice sonriendo- Menos mal que Slughorn no esta de profesor, porque si no ya estaría dándote la lata con su club de eminencias.
-¿Slughorn?-Digo frunciendo el ceño-¿Era el antiguo profesor de pociones?
-Exacto. ¿Y tus otras clases?
-Oh, las anormales... Pues bien. Ya puedo controlar un poquito mejor eso de congelar cosas.-Digo riendo. Miro la hora. Las seis. -Oh dios mio. Hagrid me tengo que ir. ¡Tengo que coger el tren a las seis y media!
-Vete, vete tranquila. Pásatelo bien en navidades.-Dice sonriendo.
-¡Igual!-Digo corriendo hacia el castillo. Cuando llego miro los pasillos; los profesores ya han puesto las decoraciones. Un montón de muérdagos, bolas de colores y lazos. No evito soltar un suspiro de lo bonito que esta todo pero después empiezo a correr como el alma que lleva al diablo.
-Bella Notte.-Digo jadeando cuando llego al retrato.
-Siempre con prisas.-Dice la dama gorda riendo.
-Algo obvio, estoy muy solicitada.-Digo riendo aun mas fuerte.
Cuando llego a mi habitación cojo el baúl y le digo a Hermes que vaya a casa de Remus. Bajo las escaleras corriendo y miro la hora: las seis y veinticinco.
-Oh no...-Murmuro empezando a correr de nuevo. Pero en el primer piso me tropiezo con algo y caigo al suelo.-¡POR QUE TODO A MI!
-Tampoco es para tanto Lady Potter, solo te has caído.-Oigo que dice la voz de George por detrás. Soltó un suspiro de alivio.
-¿No vamos tarde?-Digo recordando que el también iba a casa.
-Si el tren es a las siete...-Dice el riendo.
-¿Que?-Digo dándome la vuelta y suspirando.
-Lo que oyes. Solo era que había que estar a las seis y media en el Gran Comedor para dejar el equipaje.
-¿Oye, me podrías dejar el equipaje?-Digo mirando mi codo. Me arde mucho.
-Sí claro.-Dice el cogiendo el baúl y llevándolo al comedor. Yo murmuro un gracias y me miro el codo. Esta sangrando.
-Oh muy bien.-Digo mientras me limpio el codo con un pañuelo.
-¿Que esta bien?-Dice la voz de Fred.
-Ahora aparecéis todos ¿o que?-Digo mientras me levanto.
-Sí, yo también te quiero.-Dice Fred sarcásticamente.
-Yo mas Freddie.-Digo riendo.
-Ya, y a mi no me incluís.-Dice George por detrás.
-¿Eso de los celos es por familia?-Digo riendo
-Sí.-Dicen los dos al unisono.-¿Tu te imaginas si Bill tuviese una hija? Pobre chico que intente ser su novio.
-Algo así con vuestras hijas también.-Digo riendo. Los dos me sacan la lengua.-Anda, vamos al anden.
***
Después de un largo viaje (en el que no faltaron los accidentes como caerse al suelo) llegamos a la estación de Kings Across. Yo mire por la ventana y vi a Remus. No pude evitar sonreír.
-Nos vemos en año nuevo, chicos.-Dije abrazándolos.
-Prepara bromas.-Empieza Fred.
-¡Y ten una feliz navidad!-Y se van con caras de niños inocentes. Estoy por decirles que no les pega esa cara pero me callo. No quiero mas "accidentes". Cojo mi baúl y salgo del tren dispuesta a abrazar a Remus, pero por el camino me caigo. Ya, que raro.
-¿Estas bien?-Pregunta Remus preocupado.
Yo suelto una carcajada a la que Remus se une después de unos segundos.
-Dime por favor que esto de caerse es cosa de genes...-Digo sonriendo
-Sí, por parte de los dos, además.
-Ya me parecía a mi. Yo era tan sumamente perfecta, hasta que llego la ceguera, la torpeza, el pelo enmarañado, mis ojeras...-Digo dramáticamente.- Minnie, si me estas oyendo, las ojeras son tu culpa.
Remus esta rojo por aguantar la risa.
-¿Y si nos vamos?
-Buena idea, muy buena.-Digo cogiendo el baúl. Cuando salimos al aparcamiento, Remus se rasca la cabeza.
-No te acuerdas de donde lo dejaste.
-Me acuerdo.
-Apostamos algo a que no.
-Los genes te tu padre, tenían que ser.
Yo me rió mientras Remus empieza a buscar el coche.
Varios minutos después...
-¡AQUÍ ESTA!-Grito Remus atrayendo todas las miradas. Yo me doy contra el baúl mientras el se sonroja. Me levanto y voy hacia el coche, que es de un tono rojo muy fuerte.
-Oh dios, que bonito.-Digo mirando el coche.
-Ya bueno, se lo robe a un muggle en la calle mientras le lanzaba un avada.
-Ya, para, se que estas mintiendo. Soy una santa merodeadora, no es la primera vez que miento o veo a alguien mentir.-Digo con una sonrisa.
-¿Que has dicho?-Dice Remus abriendo los ojos.
-Eh... que se cuando alguien miente.-Digo confundida.
-No no, antes de eso.
-Que soy una santa merodeadora.
-¿Que sabes de los merodeadores?-Pregunta Remus mientras guarda el baúl.
-Eh... pues...-No estoy segura de decir nada- Que son cuatro.
-¿Y como sabes eso?-Pregunta el sonriendo.
-Pues...-Al ver su mirada de diversión caigo-¡ERAS UN SANTO MERODEADOR!
-Lunático aquí presente.-Dice el ofreciéndome la mano.
-Es por tu pequeño problema peludo ¿eh?-Digo riendo mientras el asiente.-¿Quienes son Cornamenta, Canuto y Colagusano?
-Pues Cornamenta era tu padre-Yo empiezo a hacer mi bailecito raro.
-¡LO SABIA! ESTABA EN MIS GENES.-Digo saltando.
-Canuto era Sirius Black...-Dice mirando a la nada- Y colagusano Peter Pettigrew.
-No me suena...-Digo mientras entro al coche.
-En casa te lo explico.-Dice el arrancando.
Cuando llegamos a su casa (después de darle la lata para que me enseñase alguna broma) yo no evito formar un "O" perfecta de lo bonita que es. Es una casa de tamaño normal de varios pisos, de piedra blanca y madera clara, y tiene un jardín por detrás.
-Oh my gosh.-Suelto arrastrando el baúl por el caminito de baldosas.-Me siento como blancanieves.
-Mejor no, no quiero que una bruja te de una manzana envenenada.
-Sustituye a la bruja por Voldy y la manzana por un Avada.-Digo riendo. El abre la puerta y entramos a su casa.
Ps no, entraríamos al tejado. Que inteligente Annie.
Cállate ya, maldita conciencia.
-Se que no es mucho, pero...-Dice Remus- Es algo.
-¿Te apetece una bofetada Remus?-Digo mirando a todos lados-¡Es mandarinamente precioso!
-¿Que has dicho?
-Mandarinamente. Minnie me dijo que piense en mandarinas antes de decir alguna palabrota.
-Wow, que eficaz.-Dice el sonriendo. Cuando llego al salón, veo varias fotos encima de la chimenea. En la primera se ven a cuatro chicos: Un chico de ojos miel y cabello castaño con cicatrices (Obviamente Remus), un chico de pelo negro largo y ojos grises (deberá ser Sirius o Peter), un chico de pelo azabache incontrolable y ojos avellana (¡PAPA! Lo se por que herede su guapura. Ok no; me acuerdo de el.) y otro chico bajito de ojos marrones y pelo también marrón.
-¿Quien es quien?-Pregunto señalando la foto.-Se que el de la izquierda eres tu.
-Después Sirius.
-Este se que es papa, herede su guapura.-Repito esta vez en alto.
-Obvio que sí-Dice el riendo-Y el otro es Peter.
Paso a la foto de alado y veo a Remus y una chica pelirroja de ojos verde esmeralda.
-¿Es mama?-Pregunto sonriendo. Se que sí, pero que te lo confirmen es mas bonito.
-Sí. ¿Ahora entiendes por qué te dicen "igual a Lily"?
-Oh si, quitando los ojos y el pelo.-Digo aun sin apartar la vista.
-Se me había olvidado comentarlo.
Aparto la vista y veo una foto de la boda de mis padres.
-Oins, que monos.-Digo sonriendo.
-Me acuerdo de ese día; Sirius casi rompe la tarta...-Dice el riendo.
-Espera que yo diga lo demás: Mama por poco no lo mato cuando se entero, y papa tuvo que agarrarla.
-Bingo.-Dice el sonriendo nostálgico.
-¿Los echas de menos?
-Mucho.
-Ven aquí Remusin.-Digo abrazándole. Una duda me invade.-¿Donde están Sirius y Peter?
-Peor historia aun.-Dice el sentándose.
-¿Tan mala es?-Pregunto mientras hago una mueca.
-Sí... bueno. Lo que paso fue que días después de morir tus padres, Peter fue a por Sirius; a por venganza.
-¿Venganza?
-Tus padres tenían un guardián. Era Sirius...-Dice el triste-Pero Sirius los traiciono.
-¿Nunca fue buen amigo o algo?
-Era como mi hermano, al igual que tu padre. Es el padrino de Harry, por si no lo sabias...-Dice el medio depresivo- Su familia siempre fue un amante de los sangre pura, de voldemort, de Slytherin.
-¿Pero el fue Gryffindor?
-Rompió la tradición.-Dice Remus sonriendo.-Odiaba a su familia. Se escapo a los dieciséis, y fue a vivir con tu padre y sus abuelos. Pero los vendió a Voldemort. Y Peter fue en busca de venganza... Pero termino muerto. Al igual que once muggles y un mago. Solo encontraron un dedo de Peter.
-¿Y donde esta Sirius?
-En Azkaban. Cumpliendo condena...-Dice Remus ya depresivo.
-No tiene sentido.-Digo pensativa.-¿Demostraron que era un mortifago?
-No decía nada en el profeta...-Dice Remus pensativo. Bostezo.
-¿Puedo ir a la cama, Remus?-Pregunto.
-¿No quieres cenar nada?
-El tren... golosinas... Ya sabes.-Digo sonrojada. El asiente y yo le abrazo.-Buenas noches, Remusin.
Subo arriba y me visto el pijama. Hermes todavía no ha llegado... y lamentablemente, creo que no podre dormir en toda la noche, aunque el cansancio me gane. Yo se que Sirius no los traiciono...