Pasaron los días y al fin llegó el fin de semana. Era viernes. Y ese día había quedado en ir a tomar un café con Kuroo, y después, por la noche, tendría que ir al aeropuerto a por Yuri.
- Hola Chibi-chan. Estás espléndida
- ¿Espléndida? ¿Con el uniforme escolar?
- Hay que admitir que es un uniforme bonito. Y que te sienta muy bien - le guiñó un ojo.
- Oh, que tierno. Muchas gracias, Kuroo-senpai.
- Oh, no me llames así, Rin, o me sonrojaré - dijo él tomándola suavemente por la mano.
- Esto... yo... - murmuró la chica mientras se tapaba la cara, ya que estaba súper roja - ¿y a dónde iremos hoy?
- Sorpresa. Tú solo... no te vayas de mi lado, por favor. Mientras tanto, ¿qué tal en el club?
- Estoy harta de estudiar. Me he quedado varios días estudiando hasta las tantas. Tenemos la primera competición en 3 semanas y hay que prepararse muy bien todos los puntos de las materias.
- El sueño es muy necesario para pensar adecuadamente. Si no estás descansada... 1 más 1 serán 3... y no queremos eso, ¿verdad?
- Desde luego que no, pero tampoco quiero llegar a la competición sin saberme nada.
- Aún tienes bastante tiempo para prepararlo... Deberías tomarlo con más calma.
- Ya bueno... hoy, mañana y pasado no voy a poder estudiar nada. La semana que viene empezaré en el club de Volley... entre las clases, los clubs y demás... queda muy poco tiempo para el gran día.
- ¿Por qué no podrás estudiar este finde?
- Yo... em... - estaba pensativa. No sabía que decirle - vendrá a casa una visita muy importante... y debo pasar tiempo con ella.
- Un familiar, ¿eh?
- Sí, bueno. Se podría decir que sí.
- Estoy seguro de que no le importará si estudias un rato en vez de pasar tiempo con él.
- Pero... no... Kuroo... es más complicado de lo que parece.
- Esto... vale. Lo siento... perdón por meterme en tus asuntos personales.
- No te preocupes... es solo que... los fines de semana son los únicos momentos en los que puedo hacer una actividad especial para mí... y no quiero estropear esos momentos.
- Yo... no sé que pensar, Chibi-chan... - dijo pícaro.
- Nada de eso, Kuroo. Algún día te lo explicaré.
Ella solo esperaba que no la buscase en internet, pues posiblemente haya muchas noticias de ella en competiciones.
- Y dime, ¿cómo te has ido adaptando a Tokyo?
- Lo cierto es que es un sitio muy bonito, pero hace demasiado calor... Estoy deseando que llegue el invierno...
- ¿Los siete años en Rusia te han covertido en un pingüíno?
- ¿Qué? - puso una expresión extraña
Kuroo empezó a reír sin parar.
- Quiero decir... al haber pasado tanto tiempo en Rusia, te has acostumbrado ya al frío de allí.
- Sí, es un tiempo más agradable y familiar. Hay nieve, chocolate caliente y ropa suave y calentita.
- Esto... Ivan siempre ha estado aquí en Navidades desde que le conozco, pero tú no estabas nunca en casa en esas fechas... ¿Las pasabas sola?
- Bueno, digamos que aunque no estuviese con mi familia biológica, pasaba las Navidades con mi segunda familia.
- Osea que tú estabas allí en una familia de acogida, como en un intercambio escolar, ¿no?
- Hmm, exacto. Se podría decir que sí. También hice bastantes amigos allí, así que no solía estar sola casi nunca.
- Entiendo. Pues algún día tendrás que presentarnos a esos amigos tuyos, ¿no crees? Los amigos de mis amigos, también son amigos míos.
- Oni-chan conoce a varios de esos amigos. Hasta el momento, no hay quejas de ninguno.
- A ver, tú hermano no te puede prohibir tener los amigos que tú quieras.
- Ya ya, pero tampoco hace comentarios de ellos. Solo hay uno de ellos del que siempre nos reímos que es muy dramático (Se refiere a Giorgi).
- Bueno, yo también tengo un amigo que es bastante dramático. Estoy seguro de que te caería muy bien.
- ¿Ah si? Genial, ¡amigos nuevos! - gritó la chica muy alegre.
Kuroo se quedó mirándola con una mirada muy tierna "Ivan... perdóname... creo que estoy callendo rendido a sus pies..."
- Pronto tendremos los primeros partidos de práctica contra ellos. Empezamos en octubre. Como nueva mánager, estarás allí con nosotros y le conocerás, a él junto a otros muchos posibles amigos nuevos.
- ¿Conoces a alguien del Karasuno?
- ¿El Karasuno? Déjame pensar... Bueno, ellos eran un gran equipo rival hace años, pero desde que su entrenador se fue... sus habilidades cayeron mucho. Hace años jugaban contra nosotros unos partidos conocidos como "la batalla del basurero", los cuervos contra los gatos... Era divertido. El último partido se jugó cuando estaba en 1º. Así que, conozco a los miembros de tercer año, y a los de segundo por las eliminatorias de las nacionales...
- ¡Genial! ¿Crees que al entrenador Nekomata le apetecerá jugar contra ellos, aunque sea solo un partido de práctica?
- Podríamos hablar con él si quieres. Estoy seguro de que le hará ilusión. Pero... ¿y por qué tanto interés en el Karasuno?
- Digamos que una buena mánager se tiene que informar de cosas que puedan interesarle a su equipo, ¿no? - dijo ella de una forma muy seria y madura.
- Chica inteligente, desde luego. ¿Y sabes algo sobre el Fukurodani?
- Su capitán, Bokuto Kotaro de tercer año, número 4, es uno de los mejores rematadores de todo Japón. (El día que estuvo con Nishinoya se informó muy bien sobre su deporte).
- Impresionante. ¿Seijou?
- Oikawa Tooru, colocador. Ganó el premio al mejor colocador en la escuela secundaria.
- ¿Karasuno?
- Hmmm... Sawamura Daichi, defensa.
- ¿Shiratorizawa?
- Ushijima Wakatoshi, el mejor rematador de Japón.
- Ya veo que te has informado muy bien. ¿Posiciones?
- Líbero, defensa, lateral, colocador, rematador y bloqueador central.
- Perfecto. ¿Yo soy?
- Mi príncipe rojo - sonrió ella pícaramente, sabía que le pillaría desprevenido
- Yo... - se sonrojó.
- Bloqueador central y capitán.
- Yo... sí... correcto.
- Kenma es colocador, y ese chico... el de el peinado raro.. Tora. Es rematador lateral. ¿Es la estrella?
- No pequeña, tú eres nuestra estrella. - dijo él para molestarla a ella, pero no lo consiguió.
- Yo no soy muy buena... Ni la mitad que vosotros... Bueno... que casi todos. Lev es malísimo por lo que vi el otro día.
Ambos rieron
- Cuando quieras te sacamos al campo, chibi-chan. En los entrenamientos puedes practicar con nosotros si quieres.
- Eso sería divertido. ¿Puedo practicar con Yaku?
- Pero... Yaku es...
- Líbero.
- ¿Por qué quieres practicar con él?
- Para poder recibir todos tus cumplidos y poder molestarte como él lo hace - "bien Rin, tu ingenio te ha salvado... No quieres aprender del líbero para ganar a Nishinoya ni nada..."
- Oh... me halaga usted, señorita, pero creo que tú ya sabes hacerlo mucho mejor que él - le guiñó el ojo y la tomó de la mano - ya me gustaría a mí ser tan ingenioso como tú.
- Te faltan conocimientos, pequeño gatitomontes. Pero tu sensei te enseñará con el tiempo.
Curiosidad: Rin hace chistes malos de gatos a veces. Demasiado tiempo tratando de molestar a Yuri.
- Oh... seré un alumno muy atento, querida sensei. Intentaré no defraudarte.
- Estoy segura de que no lo harás, joven alumno.
- Tú eres más joven que yo. Lo sabes, ¿no?
- Eso no es importante. ¿O si? - se incorporó sobre la mesa, acercándose a él. - ¿no podrás concentrarte si tu sensei es más joven que tú?
- No es esa la razón por la que no me podré concentrar... - se acercó él también a ella. Sus caras estaban a escasos centímetros. - lo cierto es que... siendo tan inteligente... y tan guapa... - puso su mano en la mejilla de la chica, apartando un mechón que le cubría levemente el pómulo - no sé cómo voy a poder aprender en condiciones... no sé si podré resistirme a esa sonrisa tan bonita, o a esos ojos tan expresivos. Tu voz... es como una bonita canción... no es un tostón como las clases de la preparatoria... no sé si podré resistirme a los encantos de mi sensei mucho tiempo... - el tiempo paró para ambos. Solo estaban ellos dos en aquella cafetería, todo lo que estaba a su alrededor se había vuelto un vacío. Kuroo se acercó lentamente al rostro de la chica. Ella estaba paralizada. No sabía que hacer... ¿debía acercarse también? ¿Alejarse?. La mano de Kuroo se deslizaba entre su pelo, llegando a su cuello, acercándola a ella hacia él. Y entonces...
- ¡Kuroo! ¿Estás bien? - dijo la chica zarandeando al moreno bastante preocupada. - Kuroo, ¡oyes!
- ¿Eh? Perdona Rin. ¿Qué me decías? Yo... lo siento... me perdí en mis pensamientos y no te he escuchado.
- ¿Va todo bien? - seguía sujetando sus hombros y con una expresión preocupada en el rostro.
- Si, si... es solo... que estaba pensando en unas cosas, y me he evadido un poco.
- Vale... Ya sabes que me puedes contar lo que sea, no, ¿Kuroo?
- Sí, lo sé, Chibi-chan. Gracias. - como ella estaba de pie a su lado, aprovechó a abrazarla por la cintura con mucho cariño. Ella se sorprendió y se puso muy nerviosa.
- Kuroo... esto... yo debería volver a casa ya. Pronto iré a recoger a mi... familiar... del aeropuerto.
- Claro, pequeña. Déjame acompañarte a casa.
Pagaron el pedido y fueron de camino a casa de la chica mientras conversaban de temas muy aleatorios.
- Y entonces le dije: "Bokuto, tú eres un búho, ¿puedes volar?" E intentó tirarse desde la silla del árbitro al suelo para ver si volaba...
- ¿Y voló? - dijo ella tontamente para seguirle el juego a su amigo
- ¿Qué? - la miró de repente el moreno
- Jajajajajaj te estaba tomando el pelo, Kuroo.. los búhos realmente no vuelan... pesan demasiado para eso.
- ¿Si? No sabía eso. Se lo dije al azar, por ver si lo hacía.
- Pues claro que vuelan, Kuroo... son aves, con plumas, y con un peso bastante adecuado...
- Ay, yo que sé...
- Los gatos son nocturnos, ¿nunca has visto un búho?
- Creo que una vez vi uno... y si... si yo soy el primero que se prepara a las 6 de la mañana para salir a correr.
- Algún día tenemos que salir a correr juntos.
- No soportarías el ritmo de un deportista profesional...
- ¿Me estás subestimando? Uy, no quieres hacer eso - dijo ella poniéndose seria. Se colocó el abrigo y gritó - carrera hasta mi casa en 3, 2, 1...
Ambos salieron disparados. Kuroo tomó la delantera, pero a los pocos segundos, Rin le alcanzó y sobrepasó. Estaban a 10 minutos de su casa.
- ¡Fui la primera! - dijo ella pegando un salto de alegría
- Te he dejado ganar - dijo el chico cansado, apoyándose sobre sus rodillas para descansar.
- Claro, estoy segura de ello... - sonrío victoriosa.
Después de descansar un rato en la puerta de su casa, se despidieron
- Oyes Rin. Una cosa más, que casi se me olvida. - sacó de su mochila una bolsa roja de tela con un contenido misterioso
La chica tomó la bolsa y la abrió un poco para ver su contenido: el uniforme de mánager del equipo de volleyball.
- Bienvenida al equipo, Akabane - Rin saltó sobre él entusiasmada.
- ¡Bien!
Kuroo la cogió por la cintura para evitar que se cayera. Era muy ligera. Y también muy tierna. Se ponía feliz por todo, era divertida, era muy entretenido hacerla reír, y encima era inteligente... era tan perfecta...
- Muchas gracias capitán - aclamó ella alegremente. - y gracias por esta tarde tan divertida - dijo antes de bajarse de los brazos del chico y dar un pequeño salto para darle un beso en la mejilla (él era bastante más alto que ella)- te veo el lunes, Kuroo
- Adiós, Rin - se despidió el moreno
Rin entró en su casa, pero Kuroo permaneció unos segundos asimilando lo que había pasado aquella tarde. Se tocó suavemente la mejilla en el lugar donde Rin le había besado minutos atrás... "¿y si no me vuelvo a lavar la cara nunca?" Río por si tonta ocurrencia.