"El criminal más buscado de Corea, ha cobrado su 10ma victima, tenga cuidado. Im Jaebeom de veintiséis años, sigue rondando por las calles de Seúl"
El menor suspiró, por las fotos del tal Jaebeom era agraciado, lindo, que lindo, hermoso. Mark se le acercó con su café.
— oh, vamos deja eso — gruñó el mayor — solo compraste ese periódico porque tu querido Jaebeom sale ahí, ¿no te da asco ese tipo? —preguntó
—o sea lo que hace no es lindo pero su rostro, Dios, está tallado por los mismos ángeles, ¿será alto?, ¿tendrá una gran polla? — se preguntó a si mismo
— estas demente, Park — su celular vibró, era un mensaje de Jackson — sabes olvida a ese tipo, ¿vamos a una fiesta?
—mmm...no lo se déjame pensarlo.... por su puesto que sí, ese galán me dejó caliente, así que necesito encontrar a alguien que me dé un buen polvo —ambos rieron
Jinyoung siempre veía en la tele esos programas donde se sentenciaba a gente, algunas veces aparecían chicos muy guapos, el menor no podía entender como hombres con esas caras podían cometer fechorías, si entendería si los meten a prisión por ser guapos.
Buscó sus mejores outfits, unos pantalones muy pegados, camisa negra transparente para combinar, sus mejores accesorios y zapatos. Al salir Mark y Jackson lo esperaban, subió al auto del chino. Hoy trataría de olvidar al sexy Im Jaebeom.
Ya en la discoteca, lo primero que hizo es ir junto a sus amigos a la barra para pedir unas bebidas, Jinyoung pidió el más fuerte, tomó todo de un trago yendo así a la pista de baile. Empezó a moverse al ritmo de la música, sus pasos atraían miradas tanto de hombres como de mujeres, pero ninguno se le acercaba. Jinyoung sintió una mirada pesada, buscó a la persona con sus ojos, encontró a un chico mirándolo con intensidad, no podía ver muy bien su rostro, pero sabía que lo estaba mirando a él, estaba mirando a su dirección, siguió moviéndose al compás de la canción, meneando las caderas.
De un momento a otro se escucharon varios disparos, el castaño se agachó, toda la gente corría hacia la puerta, él hizo lo mismo, se siguió oyendo los disparos Jinyoung corrió hasta esconderse detrás de un auto. las calles estaban oscuras, los faroles no iluminaban muy bien, se dio cuenta que no estaba solo, levantó su mirada, topándose con él chico de cabellos largos y negros, ese perfil afilado, Dios, Im Jaebeom estaba delante de él.
—mierda, me encontraron — murmuró, para después mirar al castaño, sonrió — hola, cariño — se acercó lentamente — te vi bailando adentro del club, te mueves muy bien — el chico seguía en shock, claro que lo iba a reconocer si su cara estaba en todos los periódicos y noticias
—¡Oh por Dios! — gritó, la mano contraria rápidamente tapó su boca
—shhh, silencio o ¿quieres que te corte el cuello? — gruñó
— hazme lo que quieras, estaría agradecido — dijo cuando el mayor le quitó la mano
—¿eso es lo que quieres?, ¿no tienes miedo? — sonrió ladino
—no sé cómo decirlo...— se calló, al ver como Jaebeom lo callaba nuevamente
—joder, tengo que salir de aquí
—¿puedo ir contigo? — preguntó
— cariño, yo no estoy con juegos, tengo a toda la ley en mi espalda, no creo me seas...—
"claro que puede ser útil, Jaebeom, tendrías a alguien que follar, además podrías pedir dinero por él" se dijo a sí mismo.
El mayor solo lo tomó de la mano, llevándolo tras el, fijándose que no haya ningún policía cerca, caminaron por las calles, estás no estaban tan alumbradas, por lo que a Jaebeom no se le hizo problema. Jinyoung le contó su atracción por él, sin nada de vergüenza, el pelinegro solo reía, no podía creer que traía mal a ese chico. Ambos llegaron a un hotel, Jaebeom se colocó su gorra y cubrebocas mientras que el menor solo lo miraba.
— ten...— le entregó dinero
—por mi lo hago gratis — sonrió
—no refería a eso, duraznito —el menor se sonrojó por el lindo apodo — quiero que pagues nuestra estadía, por lo que me ayudarás, no quiero que sospechen
— con mucho gusto
El mayor le indicó que se quedarían un par de días, el chico habló con la encargada para pagar su hospedaje, agradeció haberse encontrado con el chico de trasero bonito, sino estaría durmiendo por las calles, era obvio que no podía estar en un lugar público. Subieron al ascensor el menor lo miraba cada 5 segundos, hasta que llegaron a su piso.
— aun no me has dicho tu nombre — le dijo el pelinegro
—oh, sí, soy Jinyoung, Park Jinyoung —sonrió — no me digas tu nombre, yo sé exactamente quién eres, Im Jaebeom el amor de mi vida — el nombrado solo rio, revisando la habitación
— ¿eres algo o tienes algo que ver con la corporación Park?
—sí, mi padre maneja esa empresa...
—¿así que estas flechado por mí? — vio asentir al castaño — bien Jinyoungie, haremos esto...— se acercó a él, tomándolo de la cintura— voy a follarte hasta saciarme de ese rico culo que tienes, aunque creo que se me hará difícil — le susurró, sus labios llegaron hasta la oreja contraria, sus manos traviesas bajaron a ese prominente trasero, apretándolo a su gusto
—mhg...yo —gimió, el sonido incitó a Jaebeom a besarlo, sus lenguas chocaron, estas jugueteaban sin control, el pelinegro introdujo profundamente en la boca del menor, Jinyoung se encontraba gimiendo y temblando en sus manos, totalmente entregado a los tratos toscos de Im.
—dime si lo quieres, cariño — el menor asintió rápidamente. El mayor cayó sentado en una de las sillas, Jinyoung se arrodillo quedando entre sus rodillas — ¿Qué tan bien chupas la polla, bebé?
— averígualo — sonrió, desabrochando los vaqueros contrarios bajándolos junto al bóxer, el miembro del mayor estaba erecto necesitado por atención, Dios, era muy largo y grueso.
Pasó su lengua desde el glande hasta la base, con tanta lentitud para recordar cada centímetro de su pene. Subió a la punta, dando varios besos y lamidas antes de relamerse los labios.
— Mierda... mi polla se siente bien en tu boca —el miembro de Jaebeom llenó su boca cuando tenía un poco más de la mitad dentro, iniciando con su cabeza un vaivén constante mientras succionaba. Le gustaba aquella sensación del falo frotándose contra su lengua, gimiendo contra la erección.
Jaebeom se relamió los labios, disfrutando plenamente de la mamada que el castaño realizaba. Mantuvo sujeto sus cabellos, guiando el ritmo de esta misma, echó la cabeza hacia atrás, totalmente entregado a esos esponjosos labios. Se mordió el labio hasta el dolor era insoportable para él. Estaba hecho un desastre por una mamada, una que lo estaba llevando al cielo. La boca de Jinyoung no le dio tregua, succionaba y lamía a su antojo. La pelvis del pelinegro pronto se encontró con la boca del menor, follando esta de forma brusca. Cerró sus ojos, tratando de contener aquella molestia mientras tragaba el miembro del lindo asesino, escuchándolo gruñir y lanzar maldiciones sin descanso.
Jaebeom estaba a puertas del orgasmo, sujetando al castaño de la nuca para que no se moviera demasiado. Las manos del menor se mantenían en sus muslos, afirmándose de ellas para mantener el equilibrio. Entre jadeos y gruñidos fuertes llenó la boca de Jinyoung con su semen. Y el menor tragó hasta la última gota.
— que rico me la chupaste bebé, no pensé que harías maravillas con esa deliciosa boca que tienes — le acarició la mejilla — ven aquí — palmeó sus muslos, el menor obedeció rápidamente dejando sus piernas a cada lado, el pelinegro sintió ese gran trasero chocar con su miembro.
— ¿te gustó? — preguntó tímido
— me gustó mucho — dijo posando sus manos en ese lindo trasero, para luego dar palmadas a cada nalga, solo escuchó gemir al menor.
Se besaron nuevamente, esta vez de manera más intensa, Jinyoung acariciaba el cabello del mayor, dejando que su boca fuera invadida por hábil lengua del pelinegro, contener los suspiros era una tarea difícil, la gran mayoría se escapaban dando de lleno en la boca del chico, comenzó a mover las caderas lentamente. Jaebeom llevó sus manos nuevamente al trasero del menor, acariciando y apretando este a su gusto. Jinyoung comenzó a gemir apenas, la boca del mayor yacía sobre su cuello recorriendo cada centímetro de este con suaves besos y succiones.
— vamos cariño, no me siento cómodo aquí— cargó al menor como si nada, llevándolo hasta la gran cama, ambos ya se encontraban desnudos, piel contra piel chocando. —quiero metértela ya, ¿o quieres que te prepare todavía? — la mente de Jinyoung estaba nublada que solo asintió.
El pelinegro se metió entre sus piernas, tomando un poco de su saliva para lubricar su miembro, empujó lentamente escuchando esos armoniosos gemidos del castaño. Comenzó a moverse para no sentirse tan sofocado por la presión que se ejercía en su pene, abriendo y cerrando continuamente las paredes del menor. Sus embestidas comenzaron a ser más rápidas y toscas cuando Jinyoung gimió de placer, indicando así que podía follarle como le apeteciera.
— ¡mgh..sí!, ¡ah! — el mayor tomó sus labios es un beso tan necesitado — Más fuerte, Beomie... —pidió contra su boca, dándole un par de besos, ahogando varios gemidos en la boca ajena — jódeme más fuerte...
—como tú quieras, cariñó —La cama se movía junto a sus movimientos y el ambiente destilaba sexo duro. Y eso era lo que estaban teniendo. Jaebeom se mordió el labio inferior, arremetiendo en cada penetración contra el punto dulce del menor, disfrutando como deliraba del placer. El pelinegro se sujetó de las sábanas de la desordenada cama para impulsarse, perdiendo el ritmo de las penetraciones, él solo arremetía contra el chico sin ninguna pauta. Cada vez el castaño presionaba más su pene, el cual comenzaba a palpitar avecinando el orgasmo.
—mierda, me ve-vengo... ¡Beomie! — el apodo le encantó y lo incitó a joderlo más fuerte. La punta de su pene estaba bañada en presemen, soltó otro grito cuando su lindo asesino atendió su palpitante hombría, masturbándola al ritmo de las arremetidas.
—joder, yo también, bebé —
Penetraciones certeras y con el menor susurrándole lo bien que lo follaba y hacía sentir, fue suficiente para que Jaebeom llegase al orgasmo. Jinyoung le siguió, liberándose contra su vientre. El pelinegro se acostó sobre él, quedando sin energías luego de ese esfuerzo tan increíble. Jinyoung, con la respiración agitada y aún perdido luego del fuerte orgasmo que azotó su cuerpo, abrazó a Jaebeom.
Riiiiiing, Riiiing...
La llamada de Mark lo sacó de sus pensamientos, cuando el mayor se echó a su lado, tomó su celular para contestar.
"—¡Jinyoungie!, al fin contestas, ¿Dónde te has metido? estamos preocupados por ti
—hyung lo siento, fui a mi departamento...ya estoy durmiendo no te preocupes mañana nos vemos" colgó.
—no te dejaré ir — lo atrajo a su cuerpo
— tampoco me iré — acarició su mejilla, sus ojos conectaron, mierda, no lo dejaría ir, el mayor mandó al diablo lo de pedir dinero por él o secuestrarlo
— bien...irás a donde yo vaya, me encantó joderte, no te voy a compartir — besó sutilmente sus labios y rostro
— pero mis amigos pueden preocuparse por mi — hizo un puchero — ¿por qué mejor no te escondes en mi departamento? — el mayor sonrió
— puede ser, claro si tú lo quieres
— claro que te quiero — soltó, pero rápidamente se retractó — quiero..., puedo esconderte, no tienes de que preocuparte
—me saqué la lotería con usted joven Jinyoung — volvió besarlo
— ¿no sería mejor publicar nuestra relación?, Imagina yo como el novio del hombre más buscado de Seúl
— Jinyoung...— dijo a regañadientes. El menor solo rio
Hibristofilia: Atracción por criminales de toda calaña, incluso por aquellos que cometen crímenes horribles. "usualmente si el criminal es atractivo, ha tenido presencia en los medios y ha ganado cierta notoriedad".
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O sea el criminal puede estar lindo y lo que quieras , pero yo no haría eso jaja