En un Parpadeo ~Traducción

By CamrenNuncaMorira

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Lauren Jauregui tenía solo seis años cuando sus padres decidieron tomar las famosas vacaciones familiares. Ib... More

En un parpadeó
capitulo1
Capitulo 2
capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
capitulo 7
Capitulo 8
capitulo 9
Capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
Capitulo 13
capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
Capitulo 26
Capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
capitulo 40
Capitulo 41
capitulo 42
capitulo 43
capitulo 44
capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50 final
Epílogo
Se terminó

Capitulo 25

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By CamrenNuncaMorira

Sus ojos verdes habían estado clavados en los fierros frente a ella durante casi un minuto, tratando de asimilar lo que Camila le había dicho que hiciera. Confiaba en Camila, sin embargo, su verdadero miedo la abofeteó en la cara: ¿Y si no puede?

- ¿Qué tal si lo intentamos más tarde? Lauren preguntó y Camila se rió suavemente.

- ¿En qué nos pusimos nosotras de acuerdo cuando cambiará el año, eh? Preguntó, levantando una ceja, pero sin perder nunca su sonrisa.

- Que este año caminaría antes de que llegue la primavera. - dijo Lauren y Camila asintió.

-- Exactamente. - Le dijo. - Y para eso necesitas empezar a entrenar en la barra paralela. Lauren se humedeció los labios pensativamente antes de mirar a Camila con miedo.

- ¿Y si no puedo?

-- Podras. - Dijo con vehemencia. - Tus brazos ya están fuertes para soportar tu peso, ahora necesitamos trabajar más tus piernas.

- ¿Por qué mis brazos están bien y mis piernas todavía no? -- Preguntó.

- Nuestras piernas requieren más fuerza de nosotros, lo conseguirás. - insistió Camila con paciencia. - Para ir a la piscina de tu casa en unos meses quiero que estés bien, si no, no iré. - Le impuso. La boca de Lauren se torció y miró a la barra antes de volver a mirar a Camila.

- ¿Sin Camz en traje de baño o bikini? - preguntó, Camila contuvo la risa.

- Sin Camz en bañador o bikini. - Dijo irreductiblemente, lo que provocó un largo suspiro en Lauren.

- ¿Me enseñarás a nadar bien? - Lauren era inteligente, quería negociar.

- Sí, pero necesitas probar la barra.

- Si me caigo, ¿no te ríes? - preguntó avergonzada.

- No te caerás. Estaré justo detrás de ti, lista para abrazarte. - informó Camila y Lauren tomó aliento antes de asentir.

- Está bien, llévame a ella. -- Pidió. Quería, a toda costa, volver a caminar; quería los paseos que Camila le prometió; Ojalá pudiera tener la libertad de tomar un baño sola; poder subir sola la bendita escalera; poder acostarse sola, porque aunque esto era algo que podía, su madre siempre la colocaba a dormir.

No es que se quejara, pero había días en los que realmente quería estar sola. Ese era un sentimiento nuevo en los últimos días, después de todo, ella siempre había odiado estar sola, pero tener gente encima de ella todo el tiempo le estaba empezando a molestar un poco, pero no le diría nada a nadie, ella. no quería ser ingrata.

Camila ajustó su silla de ruedas frente a la barra y extendió ambos brazos hacia ella, haciendo que la Ojiverde tomara sus manos. Ese, de lejos, era su toque favorito: el de Camila. Habían pasado tres semanas después de Navidad, pero ya extrañaba a Camila durmiendo a su lado, porque la verdad era que Camila contaba las mejores historias, sin embargo, lo que más llamó la atención de Lauren fue la voz elocuente de Camila, llena de vida, haciendo que cada personaje se entendiera perfectamente.

- ¿Lista? Camila preguntó y Lauren tragó, pero aún asi asintió. - A la cuenta de tres harás lo que te dije, ¿Si? - Nuevamente Lauren asintió.

-- Correcto. - Dijo Lauren preparándose.

- Uno ... - Camila comenzó a contar, tratando de contar con seguridad, pero sus entrañas estaban ansiosas y nerviosa. - Dos ... - Clara se acercó un poco más, no podía esperar por eso. -- Tres. - Dijo al fin, viendo a Lauren tomar un impulso y, con la ayuda del leve tirón de Camila, la chica se puso de pie.

Lauren miró sus piernas sintiéndose diferente, bastante diferente de lo que alguna vez había sentido. Sus ojos se llenaron de lágrimas y una gran sonrisa llenó su rostro, haciendo que Camila siguiera su expresión.

"Estoy de pie, Camz ..." dijo Lauren, todavía incrédula. Sabía que no caminaría, que aún le quedaba un largo camino por recorrer. ¡Por supuesto que lo sabía! Camila ya se lo había explicado, pero el hecho de que pudiera sostenerse con su propio peso era magnífico y no podía medir el alcance de sus sentimientos.

Camila sonrió ante la emoción en el rostro de Lauren y Clara, pero las mariposas en su estómago vinieron a visitarla tan pronto como Lauren apretó sus manos con más fuerza y ​​la atrajo hacia sí. Su rostro se elevó unos centímetros y sus ojos se elevaron, siguiendo sus pestañas, solo para encontrar los orbes verdes fijos en ellos, tan brillantes como siempre. Camila estaba en una especie de trance, hasta que escuchó a Lauren decir algo nuevamente:

- Soy mas alta que tu. - dijo Lauren sonriendo simplemente, haciendo que Camila tragara saliva debido a la proximidad de las dos.

Por supuesto que no besaría a Lauren o viceversa, ni siquiera Hubo otro beso después del primero, e incluso si lo hicieran, tenía toda la conciencia de Clara vigilándolas. Lo que hizo que Camila sintiera que se le bajaba la presión fue la sensación de que Lauren estaba tan cerca; una real y clara mejoría; una señal de que las cosas no estaban estancadas.

- Sí, no es muy difícil ser más alta que yo, ¿sabes? Teniendo en cuenta que no soy alta. - Dijo Camila riendo suavemente, sintiendo que Lauren se aferraba con más fuerza a ella en busca de apoyo.

- Siempre me pregunté si sería más alta. - dijo Lauren sonriendo. - Aún te ves hermosa desde aquí.

De acuerdo, todavía había momentos en que Camila se sonrojaba mucho ante el elogio de Lauren. Eran cumplidos inocentes, pero de todos modos hicieron que su corazón palpitara. Un aclarado de garganta de Clara hizo que Camila se sonrojara aún más, concentrándose en lo que realmente debería.

- Está bien, iré detrás de ti y te guiaré. - dijo Camila, sosteniendo la cintura de Lauren y yendo detrás de ella. La más pequeña empujó un poco la silla hacia atrás y se acomodó sobre el cuerpo de la más grande, con las manos agarradas firmemente sobre la piel de su cintura. - Sostén las barras, Laur. - Y así lo hizo la niña, llevando sus manos blancas a los barrotes.

- Realmente apoyo mi propio cuerpo en mis brazos. - dijo Lauren emocionada, al ver que Camila no era más que un apoyo.

- Ahora quiero que camines. - le dijo Camila. - Aplica todo el peso que tus piernas puedan soportar, pero vigila tus brazos, te sujetarán cuando tus piernas no ayuden.

- Te quedarás ahí, ¿no? Preguntó Lauren. - ¡Mamá, voy a caminar! - Exclamó con entusiasmo.

- Me quedaré contigo todo el tiempo. - dijo Camila, esperando que Clara besara la cara de su hija sobre la barra antes de alejarse nuevamente.

Todo el tiempo Lauren hizo todos los ejercicios sin quejarse, poniendo el máximo esfuerzo en todo, pero hubo un momento en que su cuerpo estaba extremadamente cansado, que no podía aguantar mucho más. Camila supo leer sus movimientos, volviéndola a colocar en la silla. A pesar del evidente cansancio, Lauren se veía tan feliz que terminó tomando la mano de Camila y plantando un beso en su delicada piel.

- Gracias, Camz. - contestó alegremente, haciendo sonreír a Camila ante el gesto.

- Gracias ati por intentarlo. Ahora necesito continuar con el trabajo, tengo algunos pacientes más. Te veo mañana por la mañana. - dijo Camila, ya que ya era parte de su rutina visitar a Lauren y Clara todos los días. -- Quédense con Dios. - dijo Camila, inclinándose para dejar un beso en el rostro de Lauren, sin embargo, se sorprendió cuando la chica giró su rostro, haciendo que sus labios se encontraran.

Camila se sonrojó tan pronto como se alejó y sus ojos se dirigieron automáticamente a Clara. ¿Pensaría la mujer que siempre que estaban solas hacían esto? Cielos, la vergüenza la abrumaba por completo.

- Eh, yo ... - La risa tranquila de Clara contradecía la aparente vergüenza en su rostro.

- Adelante, cariño. Esta todo bien. - dijo Clara y Camila asintió, sosteniendo la mano de Lauren y colocando un beso allí.

- Nos vemos, princesita. - Dijo sutilmente, viendo a Lauren asentir frenéticamente.

- Nos vemos mañana, Camz. - dijo Lauren, haciendo sonreír a Camila antes de irse. A pesar de la evidente vergüenza, aún podía sentir un hormigueo en los labios y un latido del corazón.
Sin darse cuenta, una sonrisa jugó en sus labios.

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