-Que no me vuelvas a dejar...
Creo que se escucha el jadeo del Australiano en todo el apartamento y antes de que pueda decir algo ambos sentimos el grito desde la habitación de mi hijo.
-¡Gol!-Se oye mientras alarga la o.
Escuchamos los pasitos de mi hijo que corre descalzo hasta aquí, pero los ojos del hombre a unos cuantos pasos de la puerta tiene su mirada en mi.
-¡Mami, gol!-Chilla Damon apareciendo.
El silencio se hace presente en todo mi hogar. Quiero decir lo que sea, pero no puedo, no me entra en la cabeza lo que acabo de decir.
-¿Tu no estabas dormido, enano?-Pregunta Daniel al ver que yo estoy sin palabras.
-Si, pero Liverpool está jugando y no soy un mal hincha del club, mamá dijo que hay que siempre acompañar en las malas.
Me muerdo el labio inferior al ver cómo implementa lo que hace unos días le dije.
-¿Por qué no terminas de ver el partido aquí con Dan?-Sale mi voz finalmente.
Damon asiente con la cabeza animado y se sienta en el sofá exento de que Daniel y yo no sabemos exactamente como actuar.
Mi celular suena y agradezco a mi buena estrella que esto pase.
-Ya vengo, ¿Lo cuidas?
-Si, rusa, tú tranquila.
Salgo de la sala casi corriendo y me adentro a mi cuarto. Sin ver quién es, atiendo.
-¿Hola?
-Hola, agente Ivanov, soy Madison Eriksson...
-Oh, lo siento-Digo apenada sentándome en mi cama-. Atendí sin ver exactamente quién era.
-Te entiendo, hay días que mis hijos tienen la intensidad de sus tíos y hago lo mismo que tú...
-Yo tengo uno solo y ya pasó por esa etapa, ahora estoy en la escolar y sinceramente me estoy volviendo loca.
-Yo ya inscribí a mi hija al preescolar-Me comenta-, solo espero no ser una madre llorona en su primer día.
Una carcajada se me escapa.
-¿En qué escuela la inscribiste?
-En una que podrá hacer toda su escolarización hasta antes de la universidad... ¿Necesitas una escuela?
-Ya casi termina el año, pero necesito que los termine en una escuela si o si...
-Te pasaré la información por mail, fíjate, si quieres te acompaño en estos días para que tu hijo pase como primo de Charlie.
Suspiro aliviada porque dentro de todo es una gran solución.
-Gracias Madison, te debo una grande...
-Bueno, eso es genial porque me cobraré el favor...
Me río al escuchar el tono tímido que utiliza.
-Dime.
-Tengo una reunión la semana que viene con un agente inmobiliario y quiero saber si me puedes acompañar, no quiero ser una molestia, pero mi novio no estará y no quiero ir sola...
-Si, mujer, si quieres paso por ti y vamos juntas.
Escucho como suspira.
-Gracias de verdad-Dice claramente aliviada-, te paso por mail lo de la escuela y por mensaje mi dirección, gracias de nuevo.
-Nos mantenemos en contacto, Mad.
Corto la llamada y me recuesto sobre mi cama. Levanto mis piernas dándome cuenta que aún llevo puesto mi pantalón del uniforme y mi camiseta de tirantes blanca.
Me levanto de mi cama, porque recuerdo que tengo a mi hijo esperando por mi, y me saco la ropa para rápidamente cambiarme por un pantalón de chándal que hay en mi closet y una camiseta de Dean. Una vez vestida con ropa que no es del trabajo empiezo a salir de mi habitación para escuchar a mi hijo y Daniel gritar por otro gol.
°°°
Veo a mi hijo dormido sobre el sofá y cuando intento levantarlo, el hombre sentado a su lado se me adelanta y lo levanta él. La realidad es que no me ofende ni me incomoda, todo lo contrario, Damon está un poquito más pesado que hace un tiempo y me cuesta levantarlo. Con una sonrisa sincera le agradezco y camino detrás de ellos.
Lo que no me pierdo es como el Australiano de forma distraída besa la frente de mi hijo, gesto que soy consciente de que hago yo sin darme cuenta. Al entrar en su cuarto lo acuesta sobre su cama y lo arropa con cuidado.
No soy verdaderamente capaz de poder decir desde cuándo estoy sonriendo, pero es así, no puedo dejar de hacerlo.
-Bueno...-Es la palabra que me saca de mis pensamientos.
Levanto el rostro al darme cuenta que lo tengo frente a mi. La luz del pasillo ilumina un poco dentro de la habitación dejándome ver su hermoso rostro, estamos tan cerca que puedo sentir su respiración en mi cara.
-¿Quieres que me quede?-Me pregunta de cerca-. Nik, tu solo dime...
-Quiero que tengas claras tus intenciones, Daniel, quiero que si pretendes tener algo conmigo y con mi hijo tengas los huevos suficientes como para quedarte y no huir.
Dicho eso salgo de la habitación de mi hijo y camino hasta la sala de mi apartamento.
-Mañana paso por ti para ir a la escuela de Damon...
-Dejaré a Damon con Lola y luego iré a atender una de mis reuniones a la estación...
-Paso por ti a tu oficina entonces.
Asiento con la cabeza.
-Quiero que sepas que solo acepto porque tengo mi camioneta fuera del bar.
Su sonrisa se hace presente, porque ambos sabemos que el bar queda a solo un par de calles de la estación.
-Si, rusa, lo sé...
Me muerdo el labio inferior y lo sigo hasta la salida de mi apartamento.
-Gracias-Le digo cuando él está abriendo la puerta-. Gracias por haber hecho reír tanto a Damon y también por cuidar de nosotros hoy.
-Tienes un hijo increíble, Nik.
Asiento con la cabeza, y no me doy cuenta que me empecé a morder la piel de mi pulgar hasta que él me saca la mano de la boca.
-También tú eres increíble-Me dice mirándome a los ojos.
-No te la haré para nada fácil-Le digo con seriedad-. Si quieres ser parte de la vida de Damon te la complicaré...
-Estoy dispuesto a todo por ti y ese niño, rusa.
Esa oración me hace abrir la boca sorprendida y no puedo evitar jadear.
-¿Lo dices de verdad?
Daniel asiente con la cabeza totalmente serio. Me muerdo el labio inferior intentando que no note lo nerviosa que me pone esta situación, en realidad siento mucha tensión en el aire, la cual amenaza con hacerme desmayar.
-¿Paso por ti tipo...?-Habla tras unos segundos.
-A las 9:30 AM estate en mi oficina, si yo no estoy diles que yo te cité y dilo con seriedad, solo así te dejarán pasar.
-Entiendo, jefa-Dice él imitando una actitud seria.
-Imbécil-Murmuro poniendo los ojos en blanco.
Escucho su risita. Pongo total atención en su rostro y suspiro al ver cómo me mira también muy atento.
-Mañana vendré por ti-Murmura sin perder el contacto visual.
-Si no vienes ya sabré lo que significa, Dan-Le digo honestamente-. No te sientas presionado por esto, no te culparé si deci...
No puedo terminar mi idea ya que de forma rápida rápida y casta él besa mis labios. El choque de sus labios y los míos no dura ni cinco segundos, pero es suficiente para dejarme en otro mundo.
-Mañana nos veremos-Me dice alejando su rostro del mío.
No puedo contestar, paso mis dedos sobre mis labios mientras lo veo desaparecer a través del ascensor.
°°°
20 de Abril, 2021.
Londres, Inglaterra.
-¿Entonces te besó?
-Me robo un beso-La corrijo a Rachel.
-Oh, estás jodida...
Suspiro y me recuesto mejor sobre mi asiento.
-Estoy jodidisima-Gruño mientras sujeto mi cabello-. Por Dios Rach, hoy en el desayuno Damon no podía dejar de hablar de él.
Escucho la risa de mi amiga y la miro con los ojos entrecerrados.
-A mi no me mires así, rusita-Me dice divertida.
Puede ser que hoy mi amiga, a través de mi hijo, se haya enterado que Daniel me llama así.
-Es un apodo que me pusieron cuando era pequeña, bastarda-Ella se sigue riendo por lo que gruño-. Eres una estúpida.
Al ver que su risa sigue le tiro el sujetapapeles frente a mi. La castaña se ríe con más fuerza aún en el momento que lo sostiene cuando le está por golpear el ojo. Cuando le estoy por contestar de una forma muy grosera la puerta de mi oficina es tocada.
-¡Pase!-Grito sin dejar de mirar a mi amiga a quien le vuelvo a hablar-. ¿Puedes por favor parar?
Ella se sigue riendo y se levanta de su lugar apenas escuchamos como la puerta se abre. Volteo mi rostro para encontrarme con Michael y la misma castaña clara que ví en la casa de Daniel, Alaska.
-Uuum, ¿Te veré en la reunión?-Me habla mi amiga un poco más tranquila mirando al mismo lugar que yo.
-Si, termino aquí e iré.
Observo como ella pasa por al lado del mejor amigo y la amiga de Daniel. Los miro con un poco de atención y noto claramente como Italiano tiene la mano en la espalda baja de ella. Ahora todo tiene más sentido.
-Pasen chicos-Los invito mientras me siento mejor en mi lugar-. Juro que no muerdo.
-Yo podría ser la que muerde-Bromea ella.
Ambos entran a mi oficina y les sonrío cuando ambos me ofrecen sus manos. Michael me guiña el ojo y ella me mira con una sonrisa tímida.
-Alaska Karlsson-Me dice ella estrechando mi mano-. La novia de Michael.
-Nikova Ivanov-Contesto yo-. Mucho gusto.
-¿Cómo no voy a saber quién eres?-Dice ella soltando con cuidado mi mano y sentándose al lado de su novio-. Daniel solo habla de ti.
-¡Amor!-Le habla él.
-Oh cariño, no lo intentes negar...-Le contesta ella divertida-, además es lindo saber que un hombre habla constantemente de ti.
Asiento y me río disimuladamente al notar que el hombre musculoso asiente como si fuera un niño ante la mujer que no medirá más de 1,65.
-No quiero sonar grosera, ¿Pero qué hacen aquí? ¿Necesitan ayuda?
La mujer frente a mí saca de su bolso mi cinturón con mi arma con total naturalidad.
-¡Tu no sabes lo llorón que es Michael con un arma cerca!
Una carcajada real se me escapa y lo miro a él.
-¿Me puedes explicar porque tú novia usa ese adjetivo para referirse a ti?
-Tenía miedo que nos pare la policía y crean que te habíamos robado, eres la jodida jefa de aquí, te tengo entre miedo y respeto.
Sin perder mi sonrisa tomo mi cinturón.
-Si los paraban tan solo tenían que decir que me llamen y yo lo iba a explicar.
-Bueno, nosotros no pensamos en eso-Me dice el Australiano-. Es más, Laska ya estaba pensando en mostrarle un pecho al policía que nos parase.
-¿Y si era una mujer heterosexual?-No puedo evitar preguntar divertida.
-Entonces mi novio tendría que mostrar su cuerpo tallado a mano o en cuyo defecto su pene.
Una carcajada se me escapa desde la garganta y no puedo evitar chocar mi palma con la suya.
-¿Por qué deje que ustedes se conozcan?-Se lamenta en voz alta él-. Dan me matará.
-No te quejes-Decimos las dos al mismo tiempo.
°°°
Entro a mi oficina hecha una furia. Ese hijo de puta. Pateo la puerta en cuanto la cierro y gruño en voz alta.
-¿Nik?-Es la voz que me saca de mis pensamientos.
Me volteo para ver a Daniel sentado, en el mismo lugar en el que estuvo hace no más de una hora su entrenador y mejor amigo, jugando con el cubo rubik que había sobre mi escritorio.
No lo dudo y me acerco a él, lo tomo de la mano indicándole que se levante. Una vez que lo tengo frente a mí me abrazo contra su cuerpo.
-Erick tiene un infiltrado aquí y por eso mandó a que nos ataquen a bodega-Le confieso con mi rostro escondido en el su cuello-. Casi nos matan por un maldito soplon.
Dan se tensa unos segundos y luego deja un beso sobre mi cabello.
-¿Qué harás, rusa?
-Primero me reuniré con los idiotas de los padres de los niños que molestan a mi bebé y luego descubriré quien es el maldito hijo de puta que nos delató.
-Nik...
-Este es mi trabajo-Le digo separandome de su toque-. Y sé que es peligroso, pero no moriré por un soplón, no cuando tengo un niño que depende de mi.
Él asiente y luego pasa sus manos por mis hombros y mis brazos.
-Adiós malas energías, intenta pensar en otra cosa, en algo que muestre esa hermosa sonrisa que tienes.
Me muerdo el labio inferior intentando contener mi sonrisa, pero es en vano.
-Tomaré eso como una sonrisa...-Me dice guiñando un ojo-, ahora vamos con los idiotas.
°°°
-La verdad es que esto me sorprende-Me habla el papá Grant-. Lamento muchísimo que mi hijo se viera implicado en todo esto, prometo que hablaré con él y no ocurrirá más.
Esto es lo que necesitas escuchar después de decirle a los padres de un bully la verdad.
-¿Mi hijo le dijo algo al tuyo?-Dice en cambio el papá de Toby-. Estás loca mujer, mi niño solo se abra defendido de tu monstruo al que llamas hijo. Además no es como si hubiera dicho algo que no sepamos todos aquí, Damon no es tu hijo.
Un gruñido se escucha en la sala y quiero creer que es mío, pero no, el mismísimo Daniel Joseph Ricciardo está defendiendo a mi hijo contra un imbécil.
-¿Qué mierda dijiste sobre el niño?
Intenta hacer el amago de acercarse a él imbécil de Patrick, pero lo sostengo la mano y lo hago quedarse con más seguridad detrás de mí, necesito que me cubra la espalda.
-Oh Patrick, en este momento estaría entendiendo porque tú programa de televisión es el menos visto de Londres, eres patético, ¿Meterte con un niño de siete años?
Creo que se escuchan algunas risitas pero no les presto atención, este imbécil me escuchará.
-Yo sacaré a mi hijo de aquí y tendrá una escolaridad tranquila, en cambio tú hijo será un fiel reflejo tuyo; un perdedor, un machista, un imbécil y por sobre todas las cosas un poco hombre que se cree mucho por estar delante de la cámara.
Todos los presentes me miran con mucha atención. Aprovecho el hecho de que el lugar no tenga cámaras y que la directora esté buscando mis papeles, por lo que sin mucho problema saco mi arma del cinturón.
-Soy francotiradora-Le gruño-. Tu hijo vuelve a tocar al mío, le vuelve a hacer alguna maldad, lo hace sentir mal porque es adoptado, o me entero que vuelves a decir una mierda como que Damon no es mi hijo nuevamente y te prometo que tú sabrás cómo es mi puntería.
Creo que todos los presentes notan que lo mío no es una amenaza, es una advertencia. Nadie opina, nadie habla. La puerta se abre en el momento que me levanto para guardar en mi cinturón nuevamente mi Glock 19.
-Señorita Ivanov-Me llama la directora.
Les doy una última sonrisa a los caballeros frente a mi y me doy la vuelta para reencontrarme con la horrible mujer.
-Aquí tiene los papeles de Damon.
Daniel que está más cerca de ella se lo toma de la mano y se hace a un lado para que yo sea la que le hable. Hombre listo.
-Por suerte sacaré a mi hijo de esta puta escuela-Le hablo acercándome a ella-. Damon pidió ayuda más de una vez y aquí solo lo ignoraron, espero que jamás tenga un niño al que le hagan bullying y no sea escuchado.
-Estoy a cargo de muchos ni...
-Si, si, si... Que cantidad de excusas, ¿no?
Me volteo al escuchar un pequeño gruñido, para encontrarme a Dan que mira con una expresión fría al padre de Toby y ahí es cuando caigo en que esto es demasiado, yo en este sentido estoy perdida, pero él no, él es sumamente luminoso, yo aprendí a vivir con esta parte mía, no dejaré que él la tenga, no cuando es tan hermoso y brillante.
-Dan-Lo llamo-, ya está, vamos...
El Australiano me mira unos segundos y yo me encojo de hombros, estiro mi mano ofreciéndosela y él respira hondo antes de tomarla.
-Vámonos de una buena de aquí-Murmura sosteniendo con fuerza mi mano, una vez que pasamos por al lado de la directora.
Ambos salimos de la glamorosa escuela a la que asistía mi pequeño y una vez fuera podemos respirar con libertad.
-¿Nik?
Me doy la vuelta para quedar frente a él y, haciendo que el día resulte aún más cargado de emociones, esta vez la que le roba un beso soy yo. Mierda, necesitaba esto, además claramente se lo merece.
-Ahora sí, ¿Vamos?-Pregunto yo con una mini sonrisa sin despegarme mucho de él.
-¿Me tendré que ganar los besos de ahora en más?-Me pregunta mientras acaricia mi rostro.
-Y si no te los ganas los puedes robar...-Murmuro robándole otro beso más.
Siento su sonrisa bajo mis labios y también siento como su barba picha ante mi contacto.
-Lamento que hayas visto esta parte mía, Daniel-Le soy honesta separandome pero no mucho-. Trato que mi gente no vea esta mierda mia, tu no tendrías que haberla visto.
Veo como se separa de mí, claramente confundido, y me mira con el ceño fruncido.
-Es parte de ti, yo dije que quiero conocerte mejor y eso es lo que haré-Una sonrisa pícara aparece en su rostro, toma mi mano para que nuestros cuerpos choquen y así poder susurrarme al oído-. Además si te soy honesto me puede llegar a poner muy duro verte de ese modo.
Me separo de él y lo miro a los ojos.
Oh, mierda.