𝑰𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑻𝒐𝒈𝒆...

By neosooft

4.9K 291 88

•+18 | ¡Enjoy it! Una tarde bajo la lluvia, sus almas se reencontraron. Su silueta parecía, entre todas, la m... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10

Capítulo 5

385 24 3
By neosooft

No intentaba adivinar qué pasaba por su cabeza, o cuales eran los pensamientos que tenía sobre mí, pero la forma en la que intercalaba su mirada entre el paisaje desde aquel vagón de tren y mi rostro frente al suyo me hacía cuestionar muchas cosas. Como por ejemplo, ¿Qué era lo que le inquietaba tanto de mí?. Claramente no era algo físico, ni algo tan personal. Podría saberlo si tan solo intentara hablar conmigo, o seguirme la plática. Pero era obvio que no lo haría, y lo peor era que ni siquiera sabía porqué durante todos estos años se ensimismó de esa manera bruta, surrealista y radical que sacó más de mil preguntas en los últimos tres días.

El vagón no estaba vacío. Ni tampoco estaba lleno. No había ruido, las personas sentadas en los asientos seguidos del nuestro estaban en silencio sin llamar mi atención, ni la de los demás alrededor, ni mucho menos la de Taehyung. Había un aroma. Uno dulce que provenía de unos asientos más allá, en la otra columna de bancos a mi derecha; supuse que el ambiente relajante, tranquilo y cómodo que el tren me proporcionaba, junto con ese delicioso aroma a caramelo, me hizo cerrar los ojos y suspirar. Me arrellané en el asiento con comodidad y entonces abrí mis ojos lentamente.

—¿Estás bien?

Lo escuché por sobre el ruido que hacían las vías del tren a mis pies. Lo miré con curiosidad y sin dudarlo asentí sin decir nada. Yo misma intentaba mentirle para evitar el tema, sin embargo lo de Jaehyun aún estaba en mi cabeza. Pensar en mi vida como una mujer divorciada para mí era desesperante, porque sabía bien en el fondo que lo que había pasado era por mí, por el desastre que hacía al aislarme tanto, por pensar en exceso las cosas y sobre todo por no valorar nada que no fuese mis propios logros. Lo de Jaehyun me había herido, era una de esas personas que no podría olvidar ni en un millón de años. Todo lo que él decía se había quedado en mi cabeza, hasta el último instante que fue nuestra separación, quizás aún no legal, pero si oficial.

—Gaeri ¿Puedo preguntarte algo? —usó un tono casi adorable, como lo haría un curioso niño pequeño para preguntarme algo que no podía comprender con claridad, y por supuesto que eso me gustó. Me hacía sorprenderme más por su personalidad tan versátil, o simplemente fingida.

—Claro —cedí reincorporándome en mi asiento al frente suyo. Me incliné solo un poco para verlo mejor, con toda mi disposición. Me observaba con seriedad, apoyado en la pequeña cornisa hacia dentro de la ventana.

—¿Cómo era tu esposo contigo?

—Él... Bueno él, era amable, romántico y muy atento. Casi nunca discutíamos, pero amaba cuando lo hacíamos, era como jugar con un arma cargada. Intenso —recordar aquello me hizo memorizar tantos otros recuerdos que tenía sobre él, sobre nosotros. Jaehyun era el tipo de novio que no se le escapaba nada de las manos y sinceramente, por una parte me sentía agradecida por su franqueza —Recuerdo una vez que me llevó a un bar. Era viernes por la noche. Bailamos toda la noche algo como tango, o salsa, realmente no lo recuerdo muy bien... Fue inolvidable —dije casi susurrando, sin siquiera darme cuenta de que había dicho mucho más de lo que quería. Hablar de Jaehyun con Taehyung era extraño, era como si lo estuviese cargando con mis problemas y era lo menos que quería.

—¿Aún lo amas? —su incredulidad me decía que por su parte quería creer que estaba lo suficientemente bien como para responder algo como eso, pero ni siquiera podía pensar en Jaehyun sin sentirme destrozada por esa noche, en el dormitorio. Quizás su recuerdo podría estarme guiando hacia un oscuro agujero de depresión, sin embargo por ahora, mi mente y atención se la estaba llevando Kim.

—Acabamos de romper hace cinco días... Así que desearía odiarlo tanto como lo amo —de él abría esperado alguna broma pesada, o incluso un comentario de indiferencia, pero más allá de eso lo único que pude hacer fue quedarme con la curiosidad de no poder saber qué fue lo que significaban sus palabras. Había decidido decirme aquello, pero ¿Por qué?. Mi rostro tal vez palideció, o simplemente mi sorpresa fue excesiva, porque luego de eso, durante todo el viaje en tren permanecí en silencio como los demás pasajeros a mi alrededor.

—Yo desearía que solo lo odiaras.

El olor a caramelo se intensificó a medida que transcurrían el viaje en el cómodo tren, y con ello mi curiosidad por Taehyung. Todo lo que podía recordar de ese entonces en nuestra adolescencia, ahora era irregularmente incorrecto. El Taehyung de en ese entonces era dulce, irreal, genuino, digno de un ángel indefenso, débil. Sin embargo ahora, siendo adultos mirarlo era como ver al diablo, incluso tenía la leve certeza de que estaba dejándome seducir por su faceta superficial que hasta ahora me enseñaba conforme a cada minuto y segundo a su lado, siendo su única compañía. Era peligroso tenerlo cerca, y no quería entenderlo, me rehusaba a siquiera pensarlo a profundidad porque sabía que si lo hacía dejaría ir mi mayor distracción; porque eso era para mí, una simple distracción para el mundo que hasta ahora estaba por vivir, siendo una mujer joven, pero divorciada. Necesitaba tenerlo cerca si quería olvidarme del dolor que sentía por Jaehyun, y aprovecharía su amistad para que me llevara lejos sin importar qué sucediera después, me estaba arriesgando a muchas cosas, pero ser egoísta con los demás era lo mejor que podía hacer.

—¿Piensas en él? —me volvió a hablar, y lo escuché perfectamente pero mi asombro me dejó sin palabras. Lo observé sin saber qué decir, y claramente de no saber a qué se refería exactamente con lo que me había preguntado; Solo dejé que creyera que no lo había entendido para que me especificara lo que pensaba al preguntarme tal cosa —...Jugaremos a algo, tn_____. —mi mueca de confusión lo dijo todo, pero eso no lo detuvo. Sus ojos se habían dilatado tanto que llegaron a ser casi en su totalidad oscuros como el carbón. Sentía que de repente temblaba bajo su mirada de reto.

—¿Qué? —jadeé sin perder de vista sus ojos. Me mantuve en una cuerda floja, sin poder contener las ganas de perder la cordura y caer a sus pies. Mis uñas arañaron ligeramente la acolchada tela de mi asiento mientras veía como Taehyung sonreía al inclinarse hacía mí, dándose cuenta de la reacción que tenía sobre mí.

—Durante este viaje, no pienses en ese hombre. Si lo haces y me mientes me darás algo a cambio, lo que yo pida, sin excepciones —me retó poniendo a prueba mis límites, pero no era tonta, tenía entendido que Taehyung sabía que no podría cumplir aquello y daba por hecho que conseguiría lo que quisiera de mí. Lo veía en sus ojos, él daba por hecho que conseguiría la victoria. —¿Aceptas?

—¿Y qué ganaría yo con eso? —le cuestioné rápidamente, mostrándome rencorosa y sobretodo dudosa; no es que no quisiera, o que me asustaba perder, solamente me sentía incapaz de ponerme un reto tan difícil en mi reciente etapa de aceptación.

—Es una buena forma de olvidarte de él —tenía razón, pero aún así se hallaba seguro de sí mismo y era de esperarse puesto que él había impuesto las reglas e impulsado el reto hacia mí. Aquello para mí, era premisa para pensar en que su mente iba más allá de lo que mis ojos podían ver, y fue por eso que no quise callarme.

—¿Y por qué si pierdo quieres algo de mí? —Volví a cuestionar en un tono mucho más demandante. Lo observé sigilosamente. Sus ojos pestañearon varias veces antes de hacer una mueca con su boca y rechistar con frustración. Acomodó ligeramente las solapas de su abrigo beige, y con sus largos dedos desordenó su cabello haciéndolo hacia atrás.

—¿Por qué haces tantas preguntas?

Aquello me hizo gracia, era como si deseara que me callase y aceptara de una vez por todas. Pero mi insistencia con mi humor amargo era algo de lo que no pude controlar al cuestionar sus palabras, intentando hallar respuestas en cada frase que me dirigía.

—Si acepto por lo menos me gustaría saber eso, Taehyung. —respondí obvia.

Mis palabras quizás le abrieron los ojos, porque de un momento al otro se encontraba pensando en mis palabras con delicadeza, conforme me observaba sus manos acariciaban lentamente sus muslos por sobre sus pantalones oscuros; si pensaba con mi malicia creería que me estaba invitando a hacer algo inmoral; como subirme sobre él con mis piernas a cada extremo de su cadera, sin importar que la gente posiblemente se espantase. Tenía constantemente ese sentimiento culposo hacia mí por pensar en mi amigo (si es que podría llamarlo así) de esa manera tan lasciva, tan descolocada de mi persona, y por supuesto de una manera caliente, por inercia. Y me justificaba con solo pensar que sus acciones y gestos exacerbaban la lujuria que sentía cada vez que hacia cosas que provocaban, por ende en mí, pensar con mi sexo y no con la cabeza.

—Eso no importa si piensas que ganarás el juego. ¿Entonces?... —irrumpió de repente sacándome de la pequeña burbuja en mi cabeza. Me llamó la atención su insistencia, y como no estaba en un estado lo suficientemente neutro como para responderle solamente acepté sin pensar en las consecuencias que traería seguir cayendo en su tenacidad.

—Bien, pero si yo gano al terminar el fin de semana entonces tu me darás algo a cambio —ni siquiera podía excusarme. Eso no lo había dicho siendo yo, y me sorprendí por eso, porque por parte le estaba cediendo mi disposición a hacer lo que él quisiera conmigo cuando tuviera la victoria. Si sabía que sería difícil sacar a Jaehyun de mi cabeza ¿Por qué acepté? Y peor aún ¿Por qué estaba tan ansiosa por que yo ganara?.

—Es lo más justo —aceptó mi condición sonriendo amablemente hacia mí. Satisfecho. Asentí con mi cabeza, intentando aceptar que desde ahora pensar en Jaehyun estaba prohibido, sobretodo porque yo quería ganar, por más absurdo que sonase.

—De acuerdo, ¿empezamos ahora? —pregunté, sintiéndome mentalmente preparada.

Lo vi echarse hacia atrás, pegando su ancha espalda en el acolchado respaldo café de su asiento. Me miró desde allí dando por hecho que su juego era su control, y que yo simplemente era su entretención en estos momentos. Enarcó sus cejas hacia mi dirección y entonces sonrió de lado con malicia, o con emoción.

—Tú lo dijiste, Gaeri.

Lo consecuente a ello fue mucho más fácil de lo que creí, puesto que me mantuve ocupada pensando en otra persona, que curiosamente miraba a la ventana apoyada en su brazo derecho, estaba a punto de dormirse. Claro, si fue él mismo quién insistió en tomar el tren a Paju a las cinco de la madrugada. Taehyung me provocaba mucha curiosidad, era como un libro abierto de acertijos, de los más complejos, el cual usaba palabras confusas y rimas constantes que hacían referencia a mecánica cuántica. No podía entenderlo. Descifrarlo.

De un instante al otro, mirando su quijada filosa me sentí sorprendentemente cautivada por su semblante somnoliento. Tenía los ojos cerrados sin forzar sus párpados, todos sus músculos estaban relajados, inertes y suaves, además sus labios estaban en una posición simétrica hacia mí. Quizás estaba pensando demasiado acerca de ellos, pero pensé que quizás si tuviera la libertad de hacerlo, mis labios hubiesen encajado perfectamente en los suyos. Su figura era una de las más bonitas que había visto a lo largo de mi vida; No era quizá la más somera, pero si la más especial para mí. Atribuía a ello su personalidad atractiva, y para mí adictiva. La manera en la que le daba uso a su grave voz al hablar conmigo era sin duda una dicha de la cual me sentía culpable de sentir de una manera tan vívida y promiscua, sin embargo tenerlo tan cerca mío me provocaba sentimientos encontrados. Haberlo defenestrado tan rápido de mi corazón me hacía sentir como una cualquiera, o quizás solo me tenía lástima por haber cedido a venir con él a un lugar tan privado en donde compartimos casi toda nuestra adolescencia con nuestros padres, o más bien con mi madre y su padre, luego de haber jurado que mis sentimientos hacia él estaban en el pasado.

Mi cabeza parecía querer jugar sucio con mis emociones, porque mientras lo observaba lo vi subir ligeramente sus caderas y deslizarse tan solo unos centímetros en el asiento para dormir. Sus muslos. Su brazo izquierdo reposando en su abdomen. Sus ojos cerrados, eran todo un recital que me provocaba tantas cosas. Me avergonzaba pensar de esa manera, pero aún así con mi pudor no me privé de pensar sobre él. Tenía una buena excusa para justificar mis actos, que eran peor que mis acciones en sí; Taehyung y yo vivimos mucho tiempo juntos, bajo el mismo techo. Tuvimos una relación únicamente carnal; Con relación carnal intentaba referirme a que hicimos mucho más de lo que hice con otros hombres. Nosotros nos tocábamos, nos besábamos, tuvimos encuentros inmorales y todo empezó por un "intercambio". Taehyung era sucio, me había manchado la mente, me hizo tener expectativas altas y eso que solo éramos adolescentes de dieciséis años. Es por eso que verlo ser un hombre, me hacía sentir caliente, ansiosa. Y sin embargo, me odiaba por sentirme de esa manera, con todas mis fuerzas quería empujarlo, pisar su rostro y rogarle que me diera lo que quería ahora.

—¿Por qué me estás mirando tanto, tn_____?

Mis ojos fueron todo un espectáculo. Me escondí torpemente mirando hacia abajo como si no supiera de lo que estaba hablando, pero para ese entonces ya me había sorprendido mirándolo con mis muslos presionándose uno contra el otro con fuerza, y mis mejillas rosáceas. Quería morirme. Porque ser asesinada por Taehyung al juzgarme dolía más.

—No te estoy mirando. —le juré.

—¿En serio? Creí haberte visto mirándome un buen rato... —eso hubiera sonado más sincero si no se estuviera riendo de esa manera tan juiciosa. Sentía mucha vergüenza, porque ser objeto de burla para él era humillante. Y era mi culpa.

—¡No te estaba mirando! —chillé sin controlar el tono de mi voz, porque pude sentir las miradas de la gente a nuestro alrededor. Ahora estaba siendo juzgada por más personas. Me encogí de hombros mirando a Taehyung casi rogándole que se detuviera de verme de esa manera tan imbécil.

—Sea lo que sea que estabas mirando, espero que no haya dejado lugar en tu cabeza para pensar en ya sabes quién. Sería una victoria muy fácil —quería golpearlo. Matarlo. Estrangularlo con mis manos. Verlo morir bajo mis pies. Algo.

—¿Quieres callarte ya?. —reclamé cruzando mis brazos con fuerza, inhibiendo mis movimientos con tal de que no volviera a hacer algo que me provocara ansiedad por mi contante culpa que para nada favorecía con mis facetas que sembraba cerca de Kim Taehyung.

Hizo una mueca imperceptible de diversión para luego volver a sus cimientos con un semblante serio que iba dirigido especialmente hacia detrás de mí, en el pasillo.

—Llegamos.

Me dijo luego de apartar su mirada de mis espaldas con una débil sonrisa que se desvaneció en cosa de segundos en los cuales penetró directamente sus ojos en los míos, para solo entonces desviar su mirada hacia la ventana con una inquietud que me dejó mucho en qué pensar, puesto que su personalidad subía y bajaba sin importar cuánta gracia le haya dado yo, siempre volvía a ser serio, triste y desanimado. Creía entonces que Kim Taehyung era tan solo un hombre herido, porque siempre que me giraba a mirarlo sus ojos parecían una noche lluviosa y sus labios un seco pajar en el desierto. Sin vida. Era la desolación misma, sin vida, sin movimiento, tan solitaria y fría que ni siquiera bastaría decir, para describirla, que su esencia era la tristeza y su figura la portadora.

Continue Reading

You'll Also Like

76.8K 6.4K 62
Los cantantes son tan reconocidos que sus fans harian lo que fuera con tal de conocerlos incluyendo faltar al trabajo para ir a verlos. Karime Pindte...
60.4K 3.3K 39
Violeta Hódar 23 años (Granada, Motril), es una estudiante en último curso de periodismo en Barcelona. Esta se ve envuelta en una encrucijada cuando...
805K 28K 95
Dalia, una chica con muchos problema. Pablo gavi, un chico con la vida de sus sueños. Una apuesta de por medio. Tres meses para enamorarla. Y si al f...
830K 35.6K 80
Dani y Gavi son mejores amigos prácticamente desde que los dos tienen consciencia. Gavi la considera una hermana pequeña, Dani está enamorada de él. ...