Capitulo 22: De tal palo, tal astilla
MARATON 2\3
Es increíble ver lo rápido que pasa el tiempo. Han pasado, como si nada, dos meses desde que llegamos con Miranda y mi hijo a Nueva York. Y muchas cosas han cambiado desde entonces.
Miranda está saliendo con Sterling. Son una pareja muy bonita. Y él es un gran hombre. Se merece a mi amiga. La panza de Brittany ya ha comenzado a notarse y Pablo se ha vuelto insoportable con respecto a los cuidados que ella requiere. Ben ha estado muy raro últimamente, no es el mismo de antes. Me he hecho muy amiga de Bella Pettyfer. Ella y yo pasamos varias tardes juntas y con nuestros hijos. Chris está muy contento con su nuevo colegio. Pero sé que hay algo que no me está queriendo decir.
Y por último y lo más raro de todo… mi trato con el señor Malik se ha vuelto terriblemente raro. Antes por lo menos manteníamos una conversación. Ahora apenas es un hola y adiós. Aun estoy tratando de entender por qué.
El teléfono comenzó a sonar. Me sobresalté un poco y lo tomé.
—Sea, ¿qué sucede? —le pregunté.
—Tu madre está en la línea 3, Aimée —me dijo.
—Oh, muchas gracias – dije. Apreté otro botón —¿Mère?
—Oh, mi belle, belle Aimée. Te extraño tanto, hija mía.
—Mamá —dije divertida —Yo también te extraño, ¿Cómo estás? ¿Y papá?
—Tengo una noticia para darte —dijo. Fruncí el ceño.
—¿Qué cosa? —quise saber.
—Tu padre y yo llegaremos mañana a Nueva York —dijo.
—Mami, eso es genial. Tengo que avisarle a Pablo —dije.
—Ya hablé con tu hermano. Estaba algo raro… dijo que tenía una sorpresa para decirme.
—Va a encantarte —le aseguré. Escuché la voz de mi padre a su lado.
—Dice tu padre que te ama.
—Yo a él —sonreí —Bueno, entonces los veo mañana.
—¿Estas en la oficina? —preguntó.
—Si, mami ¿Dónde has llamado? —le pregunté con sarcasmo.
—Más respeto, Aimée Marine —reí por lo bajo —¿Cómo está mi pequeño príncipe?
—Ya debe estar por llegar del colegio. Va a ponerse muy contento cuando le diga que vendrán.
—Dile que lo extrañamos horrores y que tenemos unos cuantos regalitos para él.
—Mamá, ¿más regalos? —dije sin poder creerlo —Apenas hay espacio en su cuarto, ya.
—Aimée, es un niño. Y los niños tienen muchos juguetes —dijo. Solté un suspiro.
—Está bien, no voy a discutir eso contigo. Te veo mañana, mère.
—Au revoir hija mía, te amo.
—Yo más, adiós.
Colgué y miré la hora. Me puse rápidamente de pie al ver que, seguramente, mi hijo ya había llegado del colegio. Salí de mi oficina y miré a mí alrededor. No estaba por allí. Me acerqué a Sea.
—Sea, ¿no sabes si Chris ya llegó? —le pregunté. La rubia me sonrió.
—Si, llegó hace 5 minutos. Creo que se fue con Zayn a la sala de fotocopias.
—Gracias —sonreí.
Dirigí mis pasos al lugar en donde todos los oficinistas se encargaban de sacar fotocopias de los papeles que sus respectivos jefes les pedían,
Me detuve en la puerta al escuchar sus voces.
—¿Qué clase de problema? —preguntó el señor Malik.
Escuché el sonido de la fotocopiadora y de las teclas.
—Tienes que prometerme que no se lo dirás a nadie —dijo mi hijo.
—Lo prometo.
—Bien… tengo un problema con un par de niñas.
Me acerqué un poco más a la puerta. Quería asomarme, pero sé que si lo hago van a verme.
—Vamos, suéltalo —dijo el mielino mayor —Si quieres podemos sentarnos.
Escuché el sonido de la maquina apagándose y de sillas moviéndose.
—¿Recuerdas que la semana pasada te conté que me gustaba una compañera llamada Luna? —dijo.
—Si, lo recuerdo. Y yo te dije que tenías que ir a decirle lo que te pasaba.
—Se lo dije —no puedo creer que mi hijo no me haya contado estás cosas a mí, a su madre.
‘Como todo niño en crecimiento, necesita una figura paterna que lo aconseje. Y tú no eres exactamente una figura paterna’ —dijo Marine.
‘Oh, cállate’
—¿Y qué pasó? ¿Qué te dijo ella? —le preguntó.
—Me dijo que yo también le gustaba y que quería ser mi novia.
—Eso es genial —exclamó el castaño.
—Si, y estoy muy contento. Luna es linda y divertida. Me gusta estar con ella —aseguró mi pequeño. Mi corazón de madre se estaba rompiendo poquito a poco —Y entonces apareció Katia.
—¿Y quien es ella? —inquirió.
—Es la mejor amiga de Luna. Hace unos días me dijo que yo le gustaba y que podíamos ser novios a escondidas de Luna. Y yo acepté.
Mi boca se abrió ligeramente del asombro. ¡Mi hijo es un casanova! Esto es terrible.
—¿Por qué aceptaste? —le preguntó.
Escuché que el señor Malik acomodaba su garganta.
—Me gustan ambas —le contestó —Las dos son divertidas y lindas. Pero si yo le digo a Luna, se va a enojar y no quiero que eso pase.
—Bueno campeón, ahí hay un gran problema. Estas cosas siempre salen a la luz.
—¿Cómo lo sabes? —inquirió mi hijo.
—Bien… yo… —el señor Malik parecía nervioso —Conozco a alguien que le pasó lo mismo que a ti.
—Ah, ¿si? ¿Y qué le sucedió?
—Este amigo mío tenía una novia muy linda. Él era un idiota y no la valoraba como debía hacerlo. Su novia tenía una mejor amiga. Y entonces mi amigo, decidió salir con la mejor amiga de su novia…
Sentí una presión en medio de la cabeza. Levanté mi mano y me apreté una de las sienes. Mis ojos se cerraron y todo se volvió algo confuso.
<<—Es sobre Zayn —musitó apenas audible.>>
<<—¿Qué pasó con él? —le pregunté.>>
<<—Creo que me está engañando —sollozó mientras soltaba unas cuantas lágrimas más.
<<—Pero… ¿Por qué dices eso?>>
<<—Lo presiento, desde hace mucho.>>
<<—Tranquila… no creo que sea así —traté de calmarla y de hacerle creer que eso no estaba pasando.>>
Sacudí un poco la cabeza, pero el dolor no se fue. Respiré profundamente y traté de calmarme un poco.
—Él la pasaba muy bien con ella… pero entonces alguien algo explosiva lo descubrió.
Un mareo afectó totalmente mi vista. Me sostuve con fuerza de la pared.
<<—Zayn —lo llamó ella. Me acerqué un poco más a la puerta para observarlos.>>
<<—Hoy no estoy de humor, Tiffany —le dijo.>>
<<—Espera un minuto, por dios ¿Puedes escucharme unos segundos? —él asintió y esperó a que hablara —Creo que Isabella lo sabe.>>
<Oh, maldita hija de…>
<<—¿Cómo que crees que ella lo sabe? —le preguntó él.
<<—Bien, no sé si lo sabe… pero está sospechando, Zayn. Nos va a descubrir.
<<—Eso no va a pasar dulzura. Quédate tranquila —le dijo y acarició su mejilla.
<<—Te extraño —dijo haciendo un puchero. Sentí ganas de entrar a matarlos.
<<—Lo sé… he estado muy ocupado y he estado abandonándote.
<<—Eres el peor.
<<—Eso también lo se —dijo divertido.
<<—¿Y cuando vas a dejar de estar ocupado? —le preguntó.
<<—Te prometo que de este fin de semana no pasa.
<<Ella sonrió y lo besó. Apreté los dientes y sin querer me asomé un poco más. Su mirada se abrió de golpe y creo que me había visto. Me escondí al instante.
<<<—¿Qué sucede? —preguntó él.
<<—Alguien nos estaba escuchando —dijo horrorizada.
<<Maldije por lo bajo y salí rápidamente de allí. Esos dos iban a pagarla.
Abrí los ojos de golpe. El mareo aun estaba y el dolor en mi cabeza se había incrementado. Respiré profundamente.
—¿Quién fue la que lo descubrió? —dijo Chris.
—No puedo decírtelo… pero te aseguro que le dio su merecido a mi amigo.
—¿Qué le hizo?
—Le dio donde más le duele a un hombre…
Y esta vez no hizo falta que cerrara los ojos. Las imágenes acudieron a mí con rapidez. Como si fuera la cosa más normal del mundo.
<<—Malik gallina —dije. Todos rieron ante mi torpe imitación de aquella ave. Él me miró con más odio aun —Vamos Zayn, no va a dolerte tanto. Prometo no ser tan dura. Aunque te lo merezcas.
<<Él rió por lo bajo como si yo acabara de decir algo gracioso.
<<—No voy a hacerlo —repitió.
<<—Malik, ve ahí ahora mismo —le ordenó el profesor.
<<A regañadientes se puso de pie y caminó hasta donde yo estaba parada. Me miró fijo y negó levemente con la cabeza.
<<—Eres una tonta —susurró.
<<—Y tú un cobarde, cerdo asqueroso —le dije apretando los dientes al recordar las palabras que le había dicho a la rubia oxigenada. Y al recordar las lágrimas de Isabella.
¡Diablos, voy a disfrutar golpeándolo!
<<—¡Bueno, ya pueden empezar!
Hubo un lapso en que mi mente se quedó en blanco, pero enseguida volvió.
<<Sentí su mano posarse con fuerza en mi nuca. Intenté zafarme pero no pude. Con un rápido movimiento, volvió a inmovilizarme debajo de él. Lo tomé de la remera y lo jalé hacia abajo para rodear su cabeza con mi brazo. Comencé a pegarle codazos en el hombro. Sentí golpes justo en el mis costillas. ¡Diablos! >>
<<—¡Suéltame, maldita sea! —lo escuché decir.
<<—¡Deja de golpearme las costillas! —le dije.
<<Él logró zafarse de mi agarre y se puso de pie. No pude pararme enseguida pues el maldito había logrado sacarme todo el aire.
<<—Ahora veras, maldita gitana —me dijo y sentí otro golpe justo en la costilla izquierda. Me encogí ante el maldito dolor.
<<—¡Zayn, no hagas eso! —escuché que Alex decía.
<<—¡Cállate! —le dijo a su amigo y sentí otra patada, en el arco de la espalda —¡Ella quiso esto, así que ella lo obtiene!
<Otro golpe más.
<<‘¡En sus partes TN__________! Será un golpe bajo, pero no importa. Lo merece’
<<Giré sobre mi misma y levanté mi pierna izquierda para darle con fuerza en las pelotas.
<<Otra tanda de ‘Uuuuh’ llegó a mis oídos.
<<Él se retorció y llevó sus manos a su entrepierna para agarrarse y hacer una mueca de extremado dolor. Cayó de espaldas justo a mi lado. Giré la cabeza para mirarlo, mientras mis pulmones recuperaban el aire perdido. Él también me miró. Con un simple movimiento volví a golpearlo en la cara. Giró su cabeza para el otro lado. Apoyándome en mis rodillas me puse de pie y miré al resto del grupo que estaba frente a mí.>>
<<—Ahí… lo tienen —dije aun agitada>>
Todo volvió a la normalidad. Mi cabeza dejó de doler, mi corazón dejó de palpitar. Los mareos se fueron, mi respiración se normalizó.
—Y después su novia descubrió el engaño y todo terminó mal.
—Eso es horrible —dijo mi hijo —Entonces, ¿Qué debo hacer?
—Yo creo que lo mejor que puedes hacer es dejar a Katia. Me parece que Luna es un mejor partido para ti.
Chris no dijo nada. Tuve miedo de que me descubrieran por mi respiración, así que me la aguante. Lo que acababa de pasar había sido más que extraño. Jamás habían sido tan largos y tan fuertes. Algo anda muy mal conmigo.
—Tienes razón, Zayn —habló al fin —Voy a dejar a Katia. Muchas gracias, amigo.
Si pudiera verlos estoy segura de que estarían abrazados. Y entonces no pude evitarlo, entré. Como lo pensé, estaban abrazados. Ambos me miraron asombrados y se alejaron. El señor Malik se puso de pie y acercó a la fotocopiadora.
—Estábamos conversando, mami —dijo Chris. Yo seguía mirando al señor Malik —¡Voy a buscar mis cosas a la oficina! —exclamó y salió corriendo de allí.
El silencio se hizo eterno. Él no me miraba, se limitaba a sacar fotocopias. Es el momento perfecto para preguntarle que le sucede. Y también para averiguar por qué su nombre y su rostro aparecen en mi cabeza…
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