La calle fuera del colegio era reinada por un silencio casi absoluto. Se lograban ver unas cuantas siluetas a lo lejos, el vigilante pálido por el frío les daba los buenos días. Dentro la temperatura no mejoraba.
—¿Qué se siente llegar más temprano de lo habitual? ¿No es mejor que llegar tarde todos los días, mi querido amigo exconvicto?
Zayn se quitó la bufanda y lo usó de látigo.
—¡No te enojes! Yo te voy a llevar por el camino del bien —decía Liam entre carcajadas—. ¡Además, es tu culpa! Tú te apareciste en mi casa.
—En fin —le dio con la bufanda una última vez—. Podemos ver si el salón ya está abierto y esperar dentro. Hace frío.
Una pequeña decepción se posó en Zayn, la puerta estaba cerrada. Decidieron sentarse en las escaleras, usaron sus cuadernos como cojines para evitar el contacto con la losa. Liam volvió a hablar del regalo que había recibido aquella mañana.
—Estás exagerando. Cualquiera de mi clase podría hacerlo, estoy seguro de que Ester es mejor que yo en moldear arcilla.
-Uhm claro. Zayn y... - hizo una pausa para pensar- ¿qué más ocurrió en la casa de Ester?
—Ya te lo dije, solo vimos la película y fui a tu casa.
—Claro... ¿Hoy vas a tus clases de arte?
—Sí. Es de lunes a viernes.
-Y vas a ver a Ester ¿no?
—Siempre la veo allí.
—¿Tiene novio?
Zayn se detuvo a pensar.
¿A Liam le gusta Ester? Eso era...
Bajó la mirada.
—No lo sé. No me ha dicho nada.
—¿No? ¿Por qué no?
Zayn apretó los puños.
—¿Qué te importa?
—¿Perdón?
Zayn levantó la cabeza, le dio una mirada dolida.
—Si te gusta ¿por qué no vas hoy y se lo preguntas tú mismo?
¿Qué carajos? Zayn eres un idiota.
—¡¿Crees que me gusta Ester?!
La expresión en el rostro de Zayn le provocó a Liam una corta risa.
—No me gusta. Qué tonto...
—Pensé que... Olvídalo.
—Se supone que eres tú el que fue a una cita con ella, Zaynie.
—Ya sé. Cállate, solo me confundí.
—No parece que te gustara —le dijo tras observarlo por unos segundos.
—Es divertida y agradable —dijo con una mueca—, pero no puedo verla como algo más que una amiga.
-Debes darle una oportunidad, creo que es buena para ti. A los dos les gusta el arte. Creo que deben tener otra cita pero para conocerse mejor, Zayn no lo desaproveches. A Ester le agradas.
—¿Qué?
—Que Ester podría ser tu novia.
—¿De qué estás hablando?
—De ti y Ester —respondió con total tranquilidad.
—¡Me refiero...! ¿Por qué dices eso? Tú...
—Porque quisiera verte más feliz, creo que ella—
—Pero Liam—
El conserje se hizo escuchar y llegó a abrir las puertas de todos los salones. Más estudiantes también empezaron a llegar.
Liam se puso de pie y empezó a caminar hacia el salón. Dentro, Zayn no dijo más, lo siguió hasta el asiento que compartían juntos. Con las pertenencias ya en su sitio y ellos sentados, se percataron de la presencia de dos chicas.
—Hola, Zayn.
Quien lo había saludado era de cabello marrón rojizo y unos ojos verdes brillantes.
Él se mostró incómodo y disimuló una mueca.
—Nina —dijo.
Liam abrió los ojos todo lo que pudo y le dio un vistazo a la chica.
¿Ella era la ex de Zayn?
Ella le sonrió y saludó por su nombre.
Avergonzado, Liam volvió a su actitud recatada y devolvió el saludo. Se fijó en la otra chica, de cabello rubio y azules ojos, tenía un rostro angelical. Ella lo esperaba con una sonrisa. No entendía qué sucedía, Zayn no decía nada y el silencio se estaba prolongando lo suficiente para querer escapar.
—¿No me saludas? —reclamó la rubia a Zayn con gracia.
—Hola... Lorena —dijo casi arrugando el rostro y sin mirarla.
—¿Los dejo solos? —sugirió Liam cuando no pudo soportar más la incomodidad.
Zayn le dio una mirada desesperada.
—Yo venía a saludarte a ti. Qué pena que no me recuerdes, cuando éramos chicos nos llevábamos muy bien.
—No seas grosero, Zayn. Ayúdalo a recordar —exigió Nina divirtiéndose.
Zayn se mordía la lengua con tanta fuerza que era notorio, aunque tuviera la boca cerrada.
—¿Nos conocíamos? —Liam señaló a Lorena y a él rápidamente— Lo siento no... no recuerdo...
—¡Oh! Qué cruel —dijo Lorena jugando.
Zayn se cruzó de brazos, desviando la mirada. Después de unos minutos exasperantes, las dos chicas lograron su objetivo.
—¡Ah! —Liam se tocó la frente— Lorena, sí.... Increíble, no puedo creer que no te haya reconocido. Fue hace tanto que...
Ella rio con ganas, Zayn chasqueó la lengua. Todos lo miraron.
—Tan malhumorado como siempre —le dijo Lorena.
Zayn volvió a morder su lengua hasta que sintió un dolor agudo y el sabor metálico.
—Yo no lo recuerdo así —contestó Nina y pasó sus brazos por el cuello de Zayn.
Aquello fue tan desconcertante para Zayn que no se movió. Se quedó mirándola, incapaz de procesar lo que sucedía. Ella, por el contrario, disfrutaba de su confusión.
—¿Verdad?
Lorena soltó una risa. Liam estaba tan confundido como su amigo.
—Suéltame. ¿Qué...? ¿Qué haces? —intentó retirar los brazos de Nina, pero ella se lo impedió.
—Tú también eres tan malo, no te acuerdas de nuestros días juntos —se burló.
—¡Eso fue hace siglos! ¡Y pasó un año sin que habláramos! Suéltame.
Nina ladeó la cabeza y mostró un puchero. Dando una sonrisa de lado se acercó lentamente hasta juntar todo su cuerpo con el de Zayn. Pegó sus caderas en un movimiento sugerente.
Liam creyó que era suficiente.
Los separó.
—Te dijo que lo sueltes.
La seriedad de Liam no daba paso a que alguna de ellas dijera algo que pretendiera ser gracioso. Como el profesor llegó, se retiraron a su salón.
El rostro de Zayn se mantenía de un fuerte color rojo. Tenía la boca cubierta con una mano, sentía náuseas. Liam le preguntó si se encontraba bien y él le aseguró que se le pasaría, que solo se sentía atónito. Cuando se fijó algunos compañeros murmuraban mirándolo, vio a Freddy darle una sonrisa burlona que no llegaba a sus ojos, tenía una mirada irritada. Aquello le causó escalofríos.
—Nunca pensé que tu ex fuera...
—Las dos son tan simpáticas —le fue imposible ocultar su repulsión.
Llegado el receso, se levantó de la carpeta con tal rapidez que experimentó un mareo de tanto pensar. Ignoró la propuesta de Liam de ir a comer algo. Salió. Tenía que irse, tenía que esconderse, sus miedos volvían y el baño de siempre esperaba por él.
(!!!) SIN EDITAR:
Un pensamiento se le cruzó por la mente.
¿Y si Zayn...? ¿Y si Zayn se había encerrado en el baño de antes?
No esperó más.
Zayn abrazaba sus piernas sentado en el suelo, pensaba en Liam y cómo se habían quedado en su cama abrazándose, cómo le había pedido que diga que era la primera vez que hacía eso, cómo le sonreía... Las lágrimas salieron amontonadas, soltó un gemido, limpió sus ojos, pero no había forma de detenerlo.
Liam entró al baño las luces estaban apagadas y la poca luz que había entraba por las ventanitas diminutas cerca del techo. Fue al último baño, la puerta cerrada.
Zayn se calló, atento a las pisadas. Tenía miedo.
Liam se sentó en el suelo fuera de la última puerta. Zayn vio a alguien fuera de su cubículo, los zapatos de Liam. Se maldijo. No quería que lo vea así.
-Zayn... por favor, abre la puerta.
-Vete.- consiguió decir haciendo sonar su nariz.
-No. Abre Zayn. O soplaré y soplaré.
Liam escuchó la suave risa.
—Abre, por favor.
La puerta cedió.
Aunque Zayn intentó forzar una sonrisa su llanto volvió con más fuerza.
Liam lo abrazó.
—Perdón —murmuró Zayn sintiéndose la persona más débil del mundo.
—¿Puedes decirme por qué lloras?
—No.
-Está bien.
-Te odio.
Liam rio por lo bajo.
—Zaynie.
Liam llevó una de sus manos hacia el cabello de Zayn y empezó a acariciarlo.
—¿Q-qué haces?
-Cariñito.
Zayn dejó acariciarse, apoyado en los brazos de Liam.
—No me gusta verte llorar. Quisiera que lo que te hace llorar se solucionara.
Zayn recordó por qué lo hacía. Se soltó de Liam tan rápido que se golpeó contra el inodoro.
—Ten cuidado —estiró el brazo para ayudarlo, pero fue apartado.
—Liam ¿qué es esto?
—¿De qué hablas?
—¡De esto!
-Zayn somos amigos. ¿Qué crees que es? Amistad.
Deseo no haber preguntado nada. La respuesta fue infinitamente dolorosa.
Fue cuestión de segundos para que salgan del baño.
Tuvo que ocultar su decepción durante el resto de sus clases para no preocuparlo más.
Él nunca va a sentir lo que yo siento por él.
En el camino el moreno estaba callado cosa que no le gustaba a Liam, iba a decir algo cuando Zayn habló.
-Creo que tienes razón. Invitaré a Ester a una cita.
—Eso es genial.
—¿Quieres salir mañana?
Liam se lamentaba en su casa. Lo que le dijo en el baño a Zayn no era lo que quería decirle. Pero no supo que más decir, la había cagado. Totalmente.
Zayn y Ester guardaron sus materiales mientras conversaban y reían cómodamente. Bajaron las escaleras del edificio recordando a qué hora se encontrarían al día siguiente e intercambiando números de celular.
Pero cuando salieron a la calle, Liam estaba esperandolo a fuera.