Manual de conquista de Byun B...

By LeslyPalomar

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Do KyungSoo es un chico en extremo tímido con las personas ajenas a su círculo de amigos, por lo que es perci... More

♡Introducción♡ (KyungSoo)
♡El manual♡ (KyungSoo)
♡Primer paso♡(KyungSoo)
♡Lo que KyungSoo necesita♡ (KyungSoo y YiXing)
♡Ropa de gatitos♡ (KyungSoo y SeHun)
Trailer
♡Operación: Infiltrarse♡ (BaekHyun y MinSeok)
♡El tercer paso♡ (KyungSoo y SeHun)
♡Helado♡ (BaekHyun y SeHun)
♡Te ayudaré♡ (KyungSoo y SeHun)
♡El hermano menor de JongDae♡
♡Química en clase de biología♡ (KyungSoo)
♡Cuando no puedes seguir tus propios consejos♡ (BaekHyun y KyungSoo)
♡A él le gustan los gametos masculinos♡ (KyungSoo y SeHun)
♡Diva en apuros♡ (SooJung, MinSeok y KyungSoo)
♡Mi familia♡ (KyungSoo)
♡Otro consejo del manual♡ (BaekHyun y KyungSoo)
♡Me gustas más cuando eres tú mismo♡ (Sehun y YiXing)
♡Un poco celoso♡ (BaekHyun, SeHun y MinSeok)
♡¿Es una cita?♡ (Kyungsoo y BaekHyun)
♡En marcha♡ (Tao)
♡No es lo que piensas♡ (KyungSoo y SeHun)
Al descubierto (YiFan y BaekHyun)
♡Primeras veces♡ (KyungSoo)
♡Fuegos artificiales♡ (BaekHyun)
♡¿Quieres salir conmigo?♡ (Baekhyun)
Sseom (KyungSoo y SeHun)
♡La cita (Baekhyun y Minseok)
♡¿Qué prefieres?♡ (Minseok)
♡El estómago de Jongin♡ (Kyungsoo)

♡Sorpresa♡ (Yixing y Baekhyun)

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By LeslyPalomar

(YX)

La cama de Baekhyun era espaciosa y mullida, podría haberme sumergido en un confortante y necesario sueño, de no ser por el lío de voces que llenaban la habitación y se mezclaban con el aroma de al menos tres fragancias diferentes — que amenazaban con provocarme jaqueca—. El aroma se volvió más intenso cuando Yifan, plantado frente al espejo del tocador, se roció más perfume. Todos hicimos una mueca, Sehun agitó las manos al aire para despejar la nubecilla de gotitas aromáticas y fue a sentarse a la orilla de la cama, junto a Luhan.

—El perfume no te hará más guapo —dijo Sehun al tiempo que rodeaba a Luhan con un brazo. El colchón se sacudió, era molesto, aunque por otra parte agradecía que me hubiesen quitado las ganas de dormir.

—Lo siento mucho por ti. Yo no lo necesito.

Luhan le dio una mirada melosa a Sehun.

—Sehun tampoco —Ese habría sido el momento perfecto para liberar nuestro mejor y más amplio repertorio de comentarios sarcásticos, pero de repente, nadie parecía tener el humor para hacerlo.

Baekhyun se hallaba buscando algo en su armario —o fingiendo hacerlo— mientras murmuraba. Asumí que era su forma de evitar el tema de Chanyeol, con quien no había hablado desde la noche en que lo dejó plantado. Sin embargo, a pesar de lo mucho que se esforzara por disimular, la preocupación y la angustia se reflejaban en cada uno de sus movimientos tanto como en su expresión. Yifan no parecía querer dejar de contemplar su reflejo y ya se había acomodado el cabello de incontables formas distintas. Quise decirle que se veía igual; al final decidí guardarme el comentario.

Luhan y Sehun se mudaron a su propio mundo y empezaron una conversación que solo les incumbía a ellos dos. Por su parte, Kyungsoo, sentado a un metro de mí, tenía los ojos pegados al celular con un semblante angustiado. Le di un golpe ligero con la almohada para obtener su atención.

—¿Jongin? —Sacudió la cabeza y me mostró la pantalla, aunque bajó la mano antes de permitirme ver cualquier cosa.

—Minseok no me responde los mensajes ni las llamadas. Ya debería estar aquí.

—Tranquilo, aún es temprano. Tú ni siquiera te has cambiado —Por un instante pareció calmarse antes de suspirar.

—¿Y si no viene? No estaba muy convencido por eso de no tener pareja.

—Yo también le envié mensajes. Hay que esperar, seguramente se está bañando o puede que incluso ya esté en camino —dije.

Baekhyun parecía haberse dado por vencido con lo que fuera que estuviese buscando, de modo que se acercó a nosotros y se cruzó de brazos.

—¿Creen que Chanyeol venga? —finalmente expresó lo que lo había estado atormentando—. ¿Y si le envío un mensaje?

—Tú eres el de los consejos —Busqué una posición más cómoda en la cama y le dediqué una sonrisa—. ¿Qué sugerirías si nosotros estuviésemos en tu posición?

—Pues... —Su semblante parecía afligido—, fue él quien me dejó plantado. Por otra parte, yo estaba tan enojado que ayer no respondí a sus llamadas.

Kyungsoo, que había permanecido en silencio hasta ese momento, se levantó de la cama.

—Va a venir, Baek, estoy seguro.

—¿Cómo sabes? —Baekhyun estaba al borde de morderse las uñas, sin embargo, observaba a Kyungsoo con esperanza, como si sus palabras fuesen a decretar lo que ocurriría.

—Porque eres un chico increíble, si yo fuera él, sin duda vendría —Kyungsoo tomó la mochila que había dejado a los pies de la cama y sonrió—. Sé que parezco distraído, pero me he dado cuenta de cómo te mira Chanyeol y estoy seguro de que lo que siente por ti es algo serio. Confía en él. Ahora sí, iré a cambiarme a tu baño.

No era nada sorprenderte escuchar las palabras de ánimo que Kyungsoo nos daba. Lo que sí me sorprendía era que fuese tan perspicaz para notar los sentimientos de otras personas, pero tan ciego para notar que Jongin había estado interesado en él durante tanto tiempo.

El ánimo de Baekhyun mejoró indudablemente tras esa corta charla. Kyungsoo demoró unos diez minutos antes de salir. Llevaba puesta la camisa de mezclilla que había comprado en el centro comercial cuando fuimos de compras, metida en unos pantalones color negro. Los zapatos nuevos y lustrosos le daban el toque elegante que complementaba el estilo casual de la mezclilla. Baekhyun aplaudió al verlo y lo hizo sonrojar.

—Ahora solo falta peinarte, espera a que me arregle el cabello y luego sigues tú —dijo Baekhyun y Kyungsoo estuvo de acuerdo.

—Chicos, iré por Tao —anunció Yifan—. Aprovecharé para pasar también por Minseok, pero si llega antes que yo, ¿podrían avisarme?

Pero no esperó una respuesta nuestra, pues salió prácticamente corriendo mientras tecleaba algo en su teléfono. Kyungsoo volvió a sentarse donde había estado antes, su mirada fija en mí casi me produjo escalofríos. Por un instante pensé que podía entender a quienes le temían, de no ser porque lo conozco tan bien para saber que es el chico más inofensivo del mundo. Aun así, me rebullí un tanto incómodo bajo su escrutinio.

—Yiyi —Tomó una almohada para colocarla sobre sus piernas y abrazarla, yo levanté una ceja, esperando a que se animara a hablar—. Ahora que lo pienso, no nos has contado cómo te hiciste novio de Junmyeon.

Esas simples palabras fueron suficientes para la atención de todos se dirigiera a mí. Sehun y Luhan se giraron y Baekhyun, con el cepillo en la mano, se sentó a un lado de Kyungsoo. A decir verdad, contarles no estaba entre mis planes, aunque debí suponer que ellos preguntarían. Así que no tuve opción.

Suelo sumergirme entre las páginas de los libros y perder la noción del tiempo, de modo que no me sorprendió como debería ver que había transcurrido un par de horas desde que mi última clase terminó. Algunos estudiantes tenían clases aún, por lo que la escuela permanecía abierta, aunque yo era el único en esa aula. Guardé el libro dentro de mi mochila, me puse los guantes y la bufanda y me levanté para abandonar el aula. Sabía que mis amigos se habían marchado ya, no había modo de que se hubiesen quedado a pasar el rato por ahí, especialmente con el frío que hacía ese día. Mientras avanzaba por el pasillo que dirigía a la salida, observé el perfil de alguien muy conocido: era Junmyeon, que se encontraba conversando con un profesor. Consideré la posibilidad de seguir adelante, pero no quería interrumpir la conversación y tampoco podía simplemente pasar de largo, como si no estuviera ahí, así que me detuve y me planté frente a la máquina expendedora que estaba al costado izquierdo.

El plan inicial era esperar a que terminara su charla con el profesor y se marchara —tenía la esperanza de que no se percatara de mi presencia—. Aunque después de sopesarlo por unos segundos, concluí que era una pésima idea y no había motivos para evitar encontrarme con él: me gustaba y yo le gustaba a él, no tenía sentido frenar el rumbo natural de las cosas. Así que simplemente esperé, fingiendo observar con indecisión los paquetes de galletas y golosinas exhibidos. Quizá fingí por demasiado tiempo, porque de repente una voz amigable sonando a un metro de distancia de hizo saltar.

—Si no te has decidido, te recomiendo las galletas de naranja —dijo Junmyeon tras posicionarse a mi costado—. Son mis favoritas.

Busqué entre el embrollo que eran mis pensamientos algo coherente para decir, comenzar por un saludo sería algo banal. Sin embargo, como era de esperarse, Junmyeon se me adelantó. Dio un paso hacia la máquina expendedora y sumergió los dedos enguantados en los bolsillos de su pantalón. Vi que sacó algunas monedas, mismas que introdujo en la máquina para a continuación presionar algunos botones. Mientras esperaba a que las galletas cayeran, giró el rostro hacia mí para sonreírme. Tomó los dos paquetes en cuanto cayeron y me ofreció uno, yo lo tomé agradecido.

—Espero que no te moleste que haya elegido por ti —Me apresuré a sacudir la cabeza en negación ante su sonrisa ligeramente avergonzada. Se pasó una mano por el cabello perfectamente peinado y rio, como nervioso.

—Gracias. Y no hay problema, son mis favoritas también.

Señalé la entrada con un movimiento de cabeza y en automático los dos comenzamos a caminar, uno al lado del otro. Requería con urgencia respirar aire fresco, pues estar en compañía de Junmyeon me causaba una sensación de sofoco, en un buen sentido. Al cruzar el umbral nos detuvimos, no supe si era momento de despedirnos, por lo que me atreví a preguntar.

—¿A dónde vas?

Noté lo tonta que era la pregunta solo después de pronunciarla, aunque Junmyeon me respondió de buena gana, si bien lo hizo con otra pregunta.

—¿Tú a dónde vas?

—Yo pregunté antes —dije en tono de reproche, nos miramos a los ojos y compartimos un momento de risas—. Pero hablando en serio...

—Tomaré un taxi a mi casa, con este clima los autobuses deben estar repletos.

—Supongo que yo haré lo mismo.

—Entonces vamos juntos —dijo de manera resuelta.

Reanudamos la marcha con dirección al parque, pues allí solían aglutinarse los taxis en espera de pasajeros. Era cómodo caminar junto a él, simplemente en silencio, pero pensé que, si quería conseguir algo más, no bastaba con eso. Junmyeon ya había puesto demasiado de su parte, era momento de hacer lo mío, pues estaba seguro de que se mantenía en silencio por la impresión que yo le había dado en todo ese tiempo.

—¿Qué harás en navidad? —Hablarle me causaba nervios y aunque era una reacción natural, no podía permanecer en silencio por siempre, a la espera de que él llevara el control de la conversación.

Junmyeon pareció sorprendido, pero solo duró un segundo.

—Iremos a casa de mis abuelos, está fuera de la ciudad. Se reunirá toda la familia —Nos detuvimos en una esquina y esperamos a que la luz del semáforo cambiara a rojo para poder cruzar. Aprovechó que nos detuvimos para mirarme con esa atención que me hacía temblar—. ¿Tú qué harás?

—Tendremos una cena simple en casa —La luz verde se apagó, se encendió la amarilla y enseguida la roja la reemplazó. En ese momento avanzamos—. Pienso invitar a Kyungsoo y su familia.

—Ah, ¿sí? —Levantó ligeramente las cejas. Asentí.

—Hace algún tiempo mis padres tuvieron que trabajar en navidad, iba a quedarme solo en casa, pero Kyungsoo me invitó a cenar en casa de su abuela. Ella incluso me dio un obsequio. Por eso ahora yo quiero invitarlo, además así será menos aburrido —Omití el hecho de que se había vuelto posible solo porque el troglodita de su padre ya no vivía con ellos—. A menos, claro, de que tenga otros planes.

—Pues...

—Jongin planea algo, ¿no?

—Wow, qué gran intuición —Amplió los ojos, divertido—. Sí, algo tiene planeado. ¿Cómo lo supiste?

—Los amigos se cuentan todo y tu reacción te delató. Además, Jongin no es precisamente discreto con sus sentimientos, se nota que va en serio con Kyungsoo. Por eso no me sorprendería.

Compartimos una mirada divertida.

—Bueno, hablemos de otra cosa, ya es suficiente con tener a Jongin hablando de Kyungsoo todo el tiempo —emitió una breve carcajada y yo agradecí que desviara la atención de ese tema. Lo que verdaderamente me importaba era él.

Me di cuenta de que ya habíamos llegado al parque. Había una fila de taxis aparcados a un costado. No era necesario esperar, sin embargo, yo no quería irme de inmediato, por lo que me armé de valor y le pregunté:

—¿Tienes un problema con llegar un poco tarde a tu casa?

Junmyeon sacudió la cabeza y sonrió, casi aliviado. Me pregunté si era eso lo que pretendía desde el principio.

—Solo tengo que avisar, ¿me das un minuto? —Asentí y mientras sacaba su teléfono, yo aproveché para hacer lo mismo y envié un mensaje de texto a mi madre—. Ya está, ven.

Iba a preguntar a dónde nos dirigíamos cuando presionó suavemente mi brazo a la altura del codo para guiarme, pero vi que me estaba direccionando a una tienda de autoservicio ubicada del otro lado del parque.

—¿Te gusta el café? —Abrió la puerta para mí y caminamos hasta la pequeña isla donde reposaba la máquina.

—Por supuesto —Preferí omitir el hecho de que no era precisamente fan del café de esos sitios, porque, a decir verdad, en una tarde tan fría en compañía de Junmyeon, el café que bebiera era lo de menos.

Después de llenar y pagar nuestros vasos, salimos en busca de una banca. No fue difícil, había pocas personas en el parque y las bancas vacías sobraban. Elegí una que daba hacia una pequeña rotonda de flores en lugar de a la avenida y finalmente nos sentamos a una distancia prudente uno del otro. No estábamos pegados, pero el espacio entre nosotros no era demasiado grande.

Inhalé despacio el viento helado, con la esperanza de que enfriara mi rostro que había comenzado a calentarse. Junmyeon abrió su paquete de galletas y comenzó a comer, mirándome.

—Es un día muy frío, ¿seguro de que quieres estar aquí?

—Es agradable, puedo tolerar el frío —Intenté relajar mi postura para no preocuparlo—. No quisiera estar en otro lugar.

Es agradable estar aquí, contigo, pensé, mas no lo dije. Aunque por su expresión alegre, me dio la impresión de que ese pensamiento estaba implícito en mis palabras.

—A veces es bueno simplemente tomar un respiro de aire fresco —Inhalé con fuerza una vez más y solté un suspiro que salió con más exasperación de la que pretendía—. Relajarse, ¿me entiendes?

—¿Cansado del drama adolescente? —Apretó los labios, ahogando una sonrisa y asintió como diciendo "sí, te entiendo".

—Quiero decir, entiendo a mis amigos, yo mismo me meto en la misma clase de problemas, aunque sé que probablemente en un par de años nos encontremos riendo de lo ridículos que fuimos —Le di un sorbo a mi bebida y sentí el líquido caliente quemar en la punta de mi lengua—. Es hasta cierto punto divertido, pero a veces necesito despejar mi mente.

De repente me sentí abochornado. Había caído en cuenta de que estaba comenzando a divagar, ni siquiera era eso de lo que estábamos hablando. Junmyeon solo quería saber si estaba bien con el clima. Sin embargo, me sorprendí un poco de lo fácil que era conversar con él. Quiero decir, los nervios causados por mi atracción por Junmyeon —y el hecho de saber que él se sentía de la misma forma— estaban ahí, desde luego, pero al mismo tiempo me sentía a gusto. Apreciaba la comodidad que nos envolvía.

—En ese caso, si alguna vez quieres escapar y no quieres estar solo —Se señaló a sí mismo con el pulgar—. Siempre podemos escapar juntos.

Continuamos hablando de todo y de nada. Abrí el paquete de galletas porque necesitaba una distracción para no parecer demasiado interesado en su rostro, aunque resultaba difícil. Cada gesto, cada expresión era extremadamente atrayente. Mientras hablábamos, Junmyeon le retiró la tapa al vaso para enfriar el café. Al acercarse para soplar, el vapor empañó sus anteojos, cubriéndolos de una capa blanca. Yo no pude contener la risa y un trozo húmedo de galleta salió disparado desde mi boca hasta mi pantalón. A pesar de lo avergonzado que me sentía, no podía dejar de reír, especialmente cuando Junmyeon se unió a mi diversión.

Me pasó una servilleta de papel para limpiar la pasta de galleta de naranja que había aterrizado cerca de mi rodilla. Cuando sujeté la servilleta, sentí mis dedos rozar con los suyos, pero no los quité. Nos miramos a los ojos a través de sus cristales empañados y permití que nuestros dedos se entrelazaran.

Lo que siguió a continuación fue puro instinto. Fui yo obedeciendo a mis impulsos. De haberlo albergado unos segundos más en mi mente, era seguro que no habría salido de mi boca.

—¿Quieres salir conmigo?

Me sorprendí por mis propias palabras, aunque ya no tenía caso arrepentirse. Y tampoco es como si pudiera sentir arrepentimiento cuando vi su semblante entusiasta.

—¿Cómo novios?

No fue necesaria una respuesta verbal, supongo que interpretó mi silencio como una confirmación. Su sonrisa, hasta ese momento tenue y calmada, se hizo más grande, mostrando una perfecta dentadura blanca. Comenzó a asentir con lentos movimientos de cabeza arriba y abajo, cargados de un extraño orgullo. Parecía más bien una especie de baile.

Tiró de si mano, que aún estaba enlazada a la suya, para que quedáramos más cerca. Finalmente nos besamos. No sé si él me besó a mí o yo lo besé a él. Tal vez rompimos la distancia al mismo tiempo. De cualquier forma, sucedió y fue increíble.

Fue un beso suave, sin prisa. Quizá un poco contradictorio a como habían comenzado las cosas entre nosotros. En medio del beso me pregunté si estábamos yendo demasiado rápido, o tal vez muy lento. No lo sabía, y no quería preocuparme por eso. El tiempo no importaba, me dije. Las cosas simplemente sucederían en el momento correcto entre nosotros.

Estuve conforme con eso mientras esperábamos de la mano a que la tarde pasara ante nuestros ojos.

Cuando terminé de contar los hechos ocurridos, las sonrisas de mis amigos eran casi siniestras. Omití algunos detalles, especialmente los más vergonzosos —como mis pensamientos cursis—, y la mención de Jongin y Kyungsoo en mi conversación con Junmyeon.

—Toma —Kyungsoo me ofreció una almohada, lo miré confundido, así que me la acercó a la cara—. Estás rojo.

No pude refutar porque sabía que estaba en lo cierto. Sentía la cara caliente e intenté relajarme, no era un buen momento para sudar.

—Pero estoy sorprendido —dijo Baekhyun de pronto. Lo miré en busca de una explicación—. Me refiero a que hayas sido tú quien preguntó, antes no podías ni hablarle.

—Solo decidí hacer lo que quisiera, sin detenerme a pensar demasiado —Baekhyun se colocó junto a Kyungsoo y comenzó a peinarle el cabello, yo le sonreí—. Ya te lo había dicho, pero en parte es también gracias a ti.

—¿A mí?

—Si no fuera por ti, estos tontos no estarían de tórtolos —dijo Sehun, quien había permanecido en silencio hasta ese momento—. Sin tu ayuda tal vez estarían como estaban antes de buscarte. Bueno, estaríamos —se corrigió—. Supongo que yo soy la excepción.

Luhan miró a Sehun con los ojos entrecerrados, quizá buscando un indicio de reclamo en sus palabras, pero él solo lo abrazó y le dio un beso en la mejilla.

—Yo me alegro de que no hayas ayudado a Sehun con Tao —dijo Luhan.

Baekhyun abandonó la tarea de peinar a Kyungsoo por unos segundos para responder.

—Si no fuera por mí, ustedes ni siquiera se habrían conocido.

Me sentí agradecido de que la atención se hubiese volcado en otro tema y pude relajarme de nuevo. Luhan y sehun volvieron a adentrarse en su propio mundo y Baekhyun se dedicó a terminar el peinado de Kyungsoo. Primero le acomodó el cabello hacia los lados, luego sacudió la cabeza con una mueca y cambió la dirección hacia atrás.

La puerta se abrió repentinamente.

—Muchachos, ya nos vamos —dijo la madre de Baek. Estaba vestida y peinada para salir. El señor Byun apareció por detrás de ella, vestido igual de elegante—. Venimos a desearles que se diviertan. Todos se ven guapos —Se cubrió la nariz y frunció el entrecejo—. Pero ya no se echen más perfume, es demasiado.

Todos respondimos con un "gracias" y Baekhyun dejó el cepillo en el tocador para acercarse a darles un abrazo a sus padres.

—¿Van a volver tarde?

—Iremos a cenar con tu tía —Su padre sacó un par de billetes y se los dio—. Ya sabes cómo es tu madre, seguramente se querrá quedar hasta tarde, quizá no lleguemos. Compra lo que necesiten y asegúrate de avisarnos cuando salgan y cuando vuelvas.

—Gracias, lo haré. Ustedes diviértanse también.

Los padres de Baekhyun se marcharon e instantes más tarde escuchamos pasos subiendo por las escaleras. Yifan había vuelto, Tao estaba a su lado y Minseok caminaba más atrás, enfurruñado y con los brazos cruzados.

—Hola —dijo Tao tímidamente, aunque seguía manteniendo su porte lujoso, especialmente con la ropa de diseñador que llevaba puesta. Parecía vestido para una gala en lugar de una fiesta escolar.

Todos le devolvimos el saludo, aunque vi a Luhan aferrarse tercamente al brazo de Sehun. Yifan envolvió la mano alrededor de la de Tao y lo arrastró al interior de la habitación.

—Nos encontramos con tus padres en la puerta y nos dejaron entrar —dijo —. Y miren a quién me encontré de camino.

Minseok pisoteó hasta la cama, se sentó y se apoyó en mí.

—Si por encontrarme de camino te refieres a que literalmente me sacaste de la cama a empujones y jalones, entonces sí.

Kyungsoo le puso una mano en el hombro y sonrió, tratando de apaciguar el ambiente.

—Pero estás aquí, eso es lo importante —dijo—. Me alegra que nos acompañes.

—No es como si tuviera otra opción.

—No estés molesto —Yifan se separó de Tao para aproximarse a Minseok. Se plantó frente a él y le dio golpecitos en los hombros con las palmas, ignorando su expresión molesta—. Hoy es para que todos nos divirtamos, no necesitas una pareja para eso.

—Para ustedes es tan fácil decirlo —murmuró—. Todos tienen pareja. ¿Y yo? Yo solo iré a pasar una gran humillación.

(BH)

Quise consolar a Minseok diciéndole que probablemente yo tampoco tendría pareja para la fiesta, pero no era algo seguro, de modo que me quedé callado. No dejaba de preguntarme si Chanyeol asistiría a la fiesta y de hacerlo, si querría estar conmigo.

El sonido estridente el timbre cortó el incómodo silencio que se había establecido.

—Abre —dijo Kyungsoo, ligeramente emocionado—. Tal vez sea Chanyeol.

—Seguramente es Jongin —respondí, intentando por todos los medios no ilusionarme—. ¿Quieres abrir tú?

Kyungsoo meneó la cabeza, parecía divertido.

—Jongin me acaba de avisar que se le hizo tarde y recién se iba a duchar —me respondió, sacudiendo su teléfono.

—A ver —Sehun se estiró para echar un vistazo a la pantalla del teléfono de Kyungsoo. Tenía las cejas levantadas y una sonrisa burlona—. Dile que te mande una foto.

Era de esperarse que las mejillas de Kyungsoo estallaran en un color rojo intenso, y eso fue lo que sucedió. Alejó abruptamente el teléfono de la vista de Sehun y se lo pegó al pecho. Luhan le reclamó a Sehun con un codazo, aunque no lucía verdaderamente molesto, de hecho parecía entretenido.

—¿Por qué no me dejas ver? —Sehun abrió la boca con exagerada sorpresa—. Te envió una foto, ¿verdad? Kyungsoo, tienes que mostrarnos.

—No es así, no me envió nada —aseguró con firmeza—. Y aunque lo hubiera hecho, no les habría mostrado.

—Egoísta.

Parecían dispuestos a seguir con la ridícula disputa cuando el sonido del timbre volvió a resonar. Casi me había olvidado de que había alguien tras la puerta.

—Podría ser Junmyeon —le dije a Yixing, pero él ni siquiera hizo el amago de levantarse.

—Junmyeon vendrá con Jongin —respondió.

Hasta ese momento la idea de que fuera Chanyeol comenzó a resonar con más fuerza en mi cabeza. Abandoné la habitación para dirigirme al piso de abajo y descendí por las escaleras lo más lento posible, tomándome mi tiempo. Tuve que obligar a mis piernas a no correr, porque todo lo que mi cuerpo quería era llegar rápido a la puerta y lanzarme a los brazos de Chanyeol, en caso de que fuera él.

Finalmente llegué y me planté frente a la puerta. Di una honda respiración y solté el aire antes de atreverme a abrir. Los dedos me temblaron cuando la silueta de Chanyeol apareció tras la puerta, estaba tan cerca que cubría toda la vista detrás de él. No pude evitar fijarme en dos cosas: la primera, lo apuesto que lucía Chanyeol enfundado en pantalones negros con camisa azul y un saco que le llegaba por debajo de las rodillas; la segunda, la angustia que reflectaba su semblante.

Mis labios se separaron, quería decir algo, cualquier cosa que llenara el perturbador silencio, pero nada salió porque las palabras se enrollaron de forma desordenada en mi cabeza. Nuestras pupilas se cruzaron, las suyas estaban dilatadas y estaba seguro de que las mías también. Me pregunté si su corazón latía con el mismo ritmo acelerado que el mío.

—Hola... —La última sílaba murió silenciosamente entre sus labios, estaba claro que los nervios lo controlaban—. ¿Podemos hablar?

Busqué entre los recuerdos de lo que escribí en el manual algo que pudiera servirme, algo relacionado con aquella pregunta. "¿Podemos hablar?", las palabras por sí mismas eran claras, sin embargo, dependiendo del contexto podían tener significados variados, desde la esperanza de llegar a un acuerdo, hasta la intención de dar por terminadas las cosas. En nuestra situación, el significado era ambiguo. Me rendí al no pensar en algo que pudiera servirme y me recordé que cuando se trataba de Chanyeol, el manual era inservible.

—Pasa —dije al caer en cuenta de que afuera estaba helando y Chanyeol probablemente estaba sufriendo el frío. Sin mencionar que quería evitar a los vecinos indiscretos.

Me hice a un lado para permitirle la entrada y cerré la puerta. Nos quedamos en el recibidor, parados uno frente al otro.

—El día de nuestra cita —comenzó a explicar, lo escuché con atención—, tenía todo planificado y listo. En serio, era todo en lo que podía pensar, iba a ser la cita ideal. Eso es lo que yo quería.

Decidí guardar las preguntas para después, primero necesitaba escuchar todo lo que tenía por decir. Chanyeol me miró acongojado y siguió dando su explicación.

—Iba a llegar a tiempo, habríamos pasado una tarde genial, pero algo surgió —Sus ojos se desviaron de los míos y se posaron en algún otro punto, eso me provocó curiosidad, ¿por qué no me miraba a los ojos?—. Por alguna razón, la gente suele asumir que tengo dinero, pero no es así. Quiero decir, mis padres son personas trabajadoras, pero el dinero no sobra en casa. A lo que voy es que debo trabajar para poder pagar mis propios gustos y comodidades, especialmente si quiero tener pareja. No me quejo, me va bien, es solo que...

En algún punto Chanyeol comenzó a hablar tan rápido que las palabras tropezaron al pronunciarlas, una tras otra. Preocupado por él, busqué su mano y la sujeté. Se notaba que estaba avergonzado.

—Relájate, ¿bien? Continúa.

Ya más tranquilo, me hizo caso.

—Como te decía, ya había preparado todo para nuestra cita, pero algo surgió en casa y tuve que gastar casi todos mis ahorros. Trabajo ayudando a mi tío en su tienda cuando puedo, ese mismo día tuve que pedirle que me dejara trabajar el turno de la mañana para ganar más dinero y él estuvo de acuerdo. La tienda está casi al otro lado de la ciudad y cuando venía a mitad del camino, tuve problemas con mi auto —hizo una pausa para suspirar y me miró con ojos de cachorro. Mi mano presionó la suya—. Llamé a alguien para que lo arreglara y luego de eso la batería de mi teléfono se agotó. Tardaron varias horas en arreglar en problema y tuve que usar el dinero que había ganado para pagar al mecánico. Cuando estaba a unas calles de aquí la gasolina se terminó y tuve que venir corriendo. El resto ya lo sabes. Esa noche no te lo dije porque estaba avergonzado.

Agachó la cabeza, desde esa posición podía observar sus pómulos ruborizados.

—Por eso quiero disculparme, no quería fallarte en nuestra cita. Y perdón también por no contártelo antes, te merecías una explicación.

—Yo lamento haber estado tan molesto —noté que iba a responder, así que seguí hablando antes de que pudiera hacerlo—. No hay razón para estar avergonzado, Chanyeol, y no tienes que gastar el dinero de tu trabajo en mí —Miré nuestras manos unidas y sonreí, feliz—. Cuando tengamos citas, podemos dividir la cuenta o turnarnos para pagar.

Cualquier residuo de enojo había desaparecido de mí. Estaba feliz de volver a ver a Chanyeol y mi admiración por él había crecido.

—Aun así... —Sus cejas se arrugaron—. Fui yo quien te invitó.

Yo resoplé.

—Olvida eso, no es importante. Podríamos incluso quedarnos en casa a ver películas en lugar de salir. Lo importante es pasar tiempo juntos.

Mis palabras parecían haberlo convencido. Su expresión se relajó en una amplia sonrisa, levantó nuestras manos unidas y tiró de mí para acercarme a su pecho. No demoré en rodearlo con mi brazo libre.

—Entonces, ¿estás listo para nuestra cita de hoy?

En lugar de una respuesta verbal, le respondí lanzándome a sus labios para besarlo. Chanyeol soltó mi mano y me acarició la mejilla y yo me aferré a él como si fuéramos dos amantes que se encuentran después de mucho tiempo. No quería separarme de él.

Lamentablemente no pudimos quedarnos así porque escuchamos una estampida de pasos bajando por las escaleras. Chanyeol y yo nos despegamos, aunque siguió roénadome con uno de sus brazos.

—Baek, tenemos hambre —Luhan se quejó. Los demás aparecieron detrás de él y Sehun. Chanyeol se rio al ver la mueca enfadada de Minseok. Parecía un niño en medio de un berrinche.

—Buscaré algunos bocadillos —dije.

—No te preocupes, yo voy —se ofreció Minseok.

Mientras Minseok se adentraba en la cocina, los demás nos movimos a la sala y llenamos los asientos. Minseok no tardó en aparecer con un tazón, el cual entregó a Yifan antes de dejar caer su trasero junto a Yixing.

—Graci... —Yifan levantó una cebolla del tazón y miró a Minseok, confundido. Minseok se aguantó la risa y respondió con sarcasmo.

—De nada. Que las disfruten. No saben los buenos besos que se van a dar después de comerlas.

—Ja-ja —Yifan rodó los ojos, pero no reclamó más.

—Ya vuelvo, traeré algo —dije. Tomé el tazón de las manos de Yifan y me dirigí a la cocina con Chanyeol caminando detrás de mí.

—¿Está enojado? —preguntó con curiosidad. Asentí mientras guardaba las cebollas en su lugar.

—No tiene pareja para la fiesta y Yifan lo obligó a venir.

—¿No estaba con Jongdae?

—Es complicado —contesté mientras vertía cacahuates en un tazón y galletas de canela en otro. Me mordí el labio y lo miré—. Creo que en parte es mi culpa.

—¿Por qué lo dices? —Chanyeol me acarició el brazo, desde el hombro hasta la mano.

—Jongdae quería salir con él, pero le aconsejé que primero se acercara como amigo y al parecer se estancaron en eso. Ahora están peleados.

—No es tu culpa, Baek. Si se gustan, seguro que lo resolverán. Es cuestión de tiempo.

—Tiempo es lo que no hay —dije—. A menos de que se resuelva hoy mismo.

Sin querer hablar más del tema, le di un breve beso en los labios y volvimos a la sala. Dejamos los tazones en la mesita de centro y Minseok no tardó en lanzarse a comer. Encendimos la televisión para hacer tiempo mientras esperábamos. Aún quedaban al menos dos horas antes de que iniciara la fiesta y estábamos esperando por Jongin y Junmyeon.

Minseok y Kyungsoo estaban comiendo galletas, Sehun y Luhan se daban cacahuates en la boca mutuamente, Chanyeol charlaba con Yixing y yo buscaba algún canal entretenido cuando escuchamos el sonido de un auto aparcar fuera de la casa. Casi inmediatamente Kyungsoo se puso tenso y comenzó a alisarse la ropa y el cabello ansiosamente y a limpiarse las morusas de galleta del contorno de la boca. Lo miré con una sonrisa.

—Te ves bien, ¿quieres abrir?

El timbre resonó en ese preciso instante. Su expresión de pánico fue graciosa.

—No, es tu casa.

—Te doy permiso de abrir, anda.

—¿Y si es algún vecino o familiar tuyo? Mejor abre tú.

—Seguramente es Jongin, deberías ir.

—¿Van a seguir así el resto de la tarde? —Yixing se levantó y caminó con parsimonia hasta la puerta. Cuando abrió, Junmyeon entró primero y Jongin después.

Mientras Yixing y Junmyeon se saludaban en el recibidor,. Jongin se asomó por encima de ellos, lanzó una sonrisa dirigida a Kyungsoo y luego buscó mi mirada. Me hizo una seña para que me acercara, miré confundido entre él y Kyungsoo, pero terminé haciéndolo. Al estar parado delante de él, se acercó a mí para susurrar.

—Hola, Baekhyun. Gracias por recibirnos en tu casa, necesito un favor —Parecía ansioso, pero no perdía la amabilidad que lo caracterizaba.

Noté entonces que llevaba algo oculto en su chaqueta.

—Sí, claro, ¿qué necesitas? —dije con voz tan baja como la suya.

—¿Puedo subir a tu habitación? Te lo explico después, necesito ocultar esto de Kyungsoo.

Comprendí entonces que se trataba de una sorpresa, así que asentí sin pensarlo mucho y Jongin prácticamente corrió por las escaleras.

Cuando volví a la sala, Kyungsoo me miraba con curiosidad.

—¿Pasó algo con Jongin? ¿A dónde fue?

—Tranquilo —le dije, dándole un apretón en el hombro—. Fue al baño... es que tiene diarrea.

Kyungsoo me miró algo dudoso, mas no siguió preguntando. Me percaté de que la puerta había quedado abierta, iba a cerrarla cuando alguien más entró.

Jongdae nos miró a todos con timidez, pero su mirada acongojada fue a caer sobre Minseok, quien tosió mientras aún masticaba galleta, sorprendido de verlo ahí.

♡♡♡

Y una vez más he tardado añooos en actualizar esta historia, no tengo perdón :c

Comencé el capítulo hace algunas semanas, pero medio covid y ya no tuve ánimos ni fuerzas para seguir, hasta ahora. Cuenta como un regalo por San Valentín de mi parte.

El capítulo iba a ser más largo porque aún faltan las partes de Minseok, Kyungsoo, hunhan y taoris, así que probablemente en la noche suba el siguiente, espero estar motivada para terminar xux

¿Cuál creen que sea la sorpresa de Jongin? ¿Por qué creen que Jongdae se haya aparecido? Espero que el capítulo no les haya parecido aburrido uwu

Los tqm 

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