Si un mes atrás le fueran dicho que iba a ser padre, se fuera burlado en la cara de esa persona. ¿Pero ahora? Él ahora estaba sentado en una oficina junto a su novio esperando que el abogado comenzara con la explicación del papeleo.
Todo el mes que había pasado ellos tuvieron que quedarse en Londres mientras le avisaban a sus padres y a Niall que querían adoptar a una pequeña, ellos estuvieron de acuerdo y los apoyaron en todo momento, dándole sabios consejos y que cuando volvieran ellos los iban a esperar con los brazos abiertos.
Harry suspiro fuertemente mientras jugaba con sus dedos, estaba nervioso, sí. Lo estaba, él no iba a negar lo obvio, se había encariñado tanto con la pequeña, le había comprado todo lo que necesito con ayudo de su madre.
Louis también lo ayudaba. Tenían suficiente dinero ahorrado y con ello habían podido sobrevivir, y también con lo que Liam y Zayn le mandaban semanal.
–Bueno, señores.
El hombre de traje con una camisa azul y corbata negra, hablo llamando la atención de ambos, los miro sobre sus lentes y vio a la pareja nerviosa mientras esperaban impacientes lo que él les iba a decir.
–He estado trabajando en el papeleo para la adopción –movió unos papeles que estaban sobre el escritorio mientras los veía–. Si todo sigue tan bien como va, la niña podrá ser legalmente su hija. He hablado con un juez para que lleve el caso y el acepto gustoso.
Ambos chicos suspiraron, aliviados, habían estado todo un mes haciendo papeleos de aquí para allá, y de allá para acá, pero lo habían logrado.
–Solo necesito algo para culminar.... –continuo el hombre de aproximadamente cincuenta años–, su acta legal de matrimonio y todo estará arreglado.
Les sonrió regalándole confianza, pero su sonrisa se esfumo al ver la cara de los chicos.
–Hemm... –titubeo Louis–. No estamos casado, señor.
–¿No?
Pregunto incrédulo mientras dejaba los papeles sobre la mesa y afincaba sus codos. Los miro con una ceja alzada.
–Lamento decirle que si no están casados, el papeleo de adopción no podrá seguir llevándose a cabo.
–Pero...
Harry intervino nervioso, él no quería perder a la pequeña, ya hasta le había puesto nombre Sasha, a pesar de que su madre y Louis le habían advertido que no se encariñara tanto con la bebé, él ya lo había hecho.
-No hay peros, señor Styles –el hombre lo miro–. Es un requisito.
–Podemos casarnos en una semana –se apresuró a decir Harry mientras miraba a Louis en busca de ayuda–. Y ya no tendríamos ese problema.
–Así es –confirmo el castaño al ver la tristeza en los ojos de su novio, él amaba verlo feliz, y si para eso tenía que casarse con él, lo haría–. Podemos casarnos lo antes posible.
El doctor Smith soltó un suspiro mientras negaba con la cabeza.
–Lo siento, pero no se podría.
Ambos chicos se miraron entre si buscando una explicación.
–Tendrían que esperar un año, para poder adoptar un niño.
Harry soltó un grito mientras sus ojos se abrían ¿Un año? ¡¿Un año?!
–Pero, eso es imposible –Louis fue el primero en reaccionar.
–Lo lamento, chicos.
Ambos agradecieron mientras de despedían, el rizado salió con la cabeza gacha mientras sus ojos estaban cristalizados, el castaño le fue a agarrar la mano pero este la esquivo saliendo rápidamente del lugar.
(...)
Harry subió las escaleras rápidamente mientras dejaba a Louis detrás de sí, llego a su habitación y allí encontró a la pequeña dormida tan pacíficamente, se acercó a la bebé mientras la miraba, realmente era hermosa.
–Hola, amor –susurro mientras se acercaba a ella y la veía dormir–. Tengo malas noticias –comento nostálgico mientras acariciaba su cabello–, no podremos adoptarte, Louis y yo no estamos casados, y así nos casáramos, tendríamos que esperar un año entero –no aguanto más y sus lágrimas corrían libremente por su cara–. Yo no quiero dejarte, pequeña.
Dejo un beso en su frente mientras se levantaba de la cama, tenía que hablar con Louis, en todo el camino lo que había hecho era ignorarlo y él no se merecía eso.
–¡Devuélvemela! –escucho un grito de una mejor provenir de afuera y se apresuró a bajar las escaleras.
En ese lugar, al frente de la casa de su madre, se encontraba la misma mujer de la cafetería.
–¿Ariana?
Harry salió mirándola en shock ¿Qué hacia ella allí?
–El que faltaba –la chica rodo los ojos mientras lo miraba de arriba abajo.
–¿Qué quieres?
El rizado ignoro el gesto que hizo hacia él y la cuestiono. Lucia enojada, hasta furiosa, sus pequeñas manos estaban cerradas a los lados de sus caderas mientras los fulminaba con la mirada.
–Vengo por mi hija
Harry casi se desmaya al escuchar eso ¿su hija? ¿Sasha era hija de ella?
–¿Tu hija?
Louis solo miraba todo atentamente mientras su corazón latía a mil por hora, sabía que las cosas podían colocarse feas, Harry no iba a dar el brazo a torcer tan fácilmente.
–Sí. Mi. Hija –remarco cada palabra mientras se acercaba peligrosamente–. La quiero devuelta conmigo. ¡Devuélvanmela! –Volvió a gritar como loca mientras sus ojos se colocaban rojos.
–¡No te devuelvo nada!
Harry también grito mientras se acercaba a ella. Louis quiso reír ante esa escena, Harry era demasiado alto alado de Ariana. La chica lo miro furiosa mientras se acercaba más.
–Es mi hija –grito histérica la mujer.
–¡Ja! –se burló Harry en su cara–. Ahora si es tu hija. Después que la tiraste en la basura por andar de zorra.
Sintió una bofetada en su cara. La sangre corría por su barbilla, se tocó con los dedos para asesorarse si su labio estaba roto. Y sí, si lo estada.
–¡Ni se te ocurra!
Louis reacciono de la peor manera, la agarro fuertemente por el brazo alejándola de su novio mientras la chica forcejaba y chillaba. El castaño no soportaba que le pegaran a su novio ¡Mucho menos delante de él!
–Esto no se quedara así –siseo Ariana mientras se soltaba bruscamente de Louis–. Vendré por mi hija.
El castaño se dio la vuelta, después que se había asegurado que la mujer se había ido y no podría lastimar de nuevo a Harry.
Se acercó hasta él agarrándolo entre sus brazos mientras lo abrazaba protectoramente, el que fuera más bajito no le impedía que hiciera eso.
–Shhh –susurro al sentir su hombro mojado por las lágrimas del rizado–. Todo estará bien.
Y Harry quiso creer en sus palabras, aunque él mismo sabía que nada iba a estar bien.