Recuerdos y esperanzas

By YansLuca

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Terryfic Esta obra es la continuación imaginaria del anime y del libro de Keiko Nagita todos los personajes... More

Capitulo 1 Recuerdos y esperanzas
CAPITULO 2 RECUERDOS DE UN VERANO MARAVILLOSO
Capítulo 3 SUEÑOS PROHIBIDOS
CAPÍTULO 4 UN RUBIO CASAMENTERO
CAPÍTULO 5 DECISIONES Y RECUERDOS
CAPÍTULO 6 UNA CONVERSACIÓN INESPERADA
CAPÍTULO 7 RECORROENDO LOS PASOS ANDADOS
CAPÍTULO 8 EL EGOÍSMO DISFRAZADO DE AMOR
CAPÍTULO 9 EL VERDADERO AMOR ENTREGA TODO
CAPÍTULO 10 EL DESEO Y EL AMOR SE CONFUNDEN
CAPÍTULO 11 LA ESPERANZA EN EL HOGAR DE PONY 1922
CAPÍTULO 12 UNA LENTA AGONÍA
CAPITULO 13 MIENTRAS HAYA VIDA, HABRÁ ESPERANZA
Capítulo 14 EL REENCUENTRO ESPERADO
Capítulo 15 EN EL HOGAR DE PONY
CAPÍTULO 16 UN PASEO DE ENAMORADOS
Capítulo 17 EL AMOR TE VUELVE DADIVOSO
CAPÍTULO 18 CONFESIONES
CAPITULO 19 EL CONSENTIMIENTO DEL PADRE ADOPTIVO
CAPÍTULO 20 VIENE LA ARTILLERÍA PESADA
capítulo 21 EN EL JARDÍN DE LAS ROSAS
CAPÍTULO 22 EL PICNIC PROMETIDO
Capitulo 23 PREPARANDO UN COMPROMISO FORMAL
CAPITULO 24 LA MALDAD PERSONIFICADA
CAPÍTULO 25 EL COMPROMISO FORMAL
Capítulo 26 los hermanos del Infierno
Capítulo 27 UN MATRIMONIO ARRUINADO
CAPITULO 28 LA FIESTA
Capítulo 29 La noche de bodas
Capítulo 30 UN DÍA LA MALDAD SE PAGA
Capitulo 31 una nueva vida en New York
Capítulo 32 EL ESCÁNDALO
Capitulo 33 El acoso
Capítulo 34 la vida de Elisa
Capítulo 35 En el Mauritania
Capítulo 36 en la vieja Londres
Capitulo 37 El segundo verano en Escocia
Capítulo 38 Una faustosa fiesta
UN NUEVO GRANCHESTER 39
Capítulo 41 La vida continua créditos del dibujo a Rumijuri
Capítulo 42 Una vida en peligro
La historia de un soldado desconocido Capítulo 43
Capítulo 44 Una linda Navidad créditos de la imagen a Rumijuri
Capítulo 45 Supremas esperanzas
Capítulo 46 Una sorpresa maravillosa
Capítulo 47 Una alma pura reconoce a otra alma pura
Capítulo 48 Los secretos salen a la luz
Capítulo 49 El verdadero amor lo supera todo
Capítulo 50 Reencuentros
Capítulo 51 Querido hermano
Capítulo 52 De regreso a América
Capitulo 53 Regreso a la felicidad

Capítulo 40 Richard y Eleonor

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By YansLuca

Con el tiempo toda la nobleza se enteró del noviazgo del siempre serio Duque de Granchester con la hermosa actriz estadounidense, fue la comidilla del momento, obviamente la mayoría de mujeres casaderas no estuvo de acuerdo con esa relación, pues calificaban de arribista a la recién llegada, que según ellos,  se había aprovechado de la amistad que tenía con el primogénito del Duque que también era actor, para conquistar y seducir al aún atractivo viudo sabe Dios con que malas mañas, que la nobleza se estaba llenando de americanas, que eran demasiado liberales y republicanas, que no podían entender como el rey Jorge V apoyaba esa relación o al menos no manifestaba su molestia al mencionado caballero, todo tipo de críticas en los exclusivos salones o clubes, o lugares frecuentados por los nobles, a los que también asistían los Granchester, esos murmullos se silenciaban si el Duque o Terence estaban cerca.

Los abuelos se dedicaron a ayudar a los padres primerizos con el bebé, tratando de vivir una vida familiar con ellos, no tanto porque lo necesitaran sino porque deseaban recuperar el tiempo perdido con su único hijo y veían en el nieto la oportunidad de resarcirse y tomarle una revancha a la vida y a sus decisiones equivocadas.

Los meses pasaron volando y Alexander cumplió el año y dos meses, ya era verano. Candy quiso acompañar a su esposo en una pequeña gira a una ciudad cercana, serían apenas tres días. Eleonor y Richard insistieron mucho en que dejaran al infante a su cuidado, que nada pasaría pues además de los  solícitos abuelos  se quedaría con la nana también y después de mucho ruegos,  aceptó.

Los padres de Terence se quedaron en casa de nuestros rebeldes, quienes  habían ampliado la casa para poder recibir visitas y que no se tuviesen que quedar en un hotel, ya fueran los esposos Cronwell,  o Albert,  ahora la cada vez más hermosa casa  tenía dos cuartos de huéspedes, para cuando Eleonor quisiera quedarse o incluso el Duque.

Esa noche los abuelos acostaron a Alejandro, recordando a Terry de niño, el parecido era grande y les hacía revivir los tiempos felices, por eso querían pasar el mayor tiempo que tuvieran con la criatura. Para el Duque era una segunda oportunidad podría hacer del nuevo Granchester un aspirante al ducado , si es que Terence continuaba con la idea de jamás serlo, en Alexander encontraba otra oportunidad, pues estaba casi seguro que el primer hijo de la duquesa cara de cerdo no era suyo. Richard adoraba a Alexander y  estaba decidido a no ser tan duro como lo fue con Terence, además el papel de padre severo le tocaba a Terry, ahora él tendría que lidiar con lo que significaba imponer disciplina sin que le doliera el corazón, claro para eso aún faltaba mucho, el nieto era muy pequeño aún.

Eleonor tenía una hora para visitar la casa de Candy, por las tardes a las tres, llegaba muy alegre y  le ayudaba a bañar al bebe, luego  si hacía buen tiempo y el clima lo permitía, paseaba por el jardín mientras que Candy se dedicaba a las plantas. Eleonor  cargaba y jugaba con niño. Más tarde hacía su aparición Richard a la hora del té,  mientras el niño tomaba la siesta, primero conversaba con las dos rubias en la terraza, hasta la hora en que el niño despertaba, ya estuviese de mal humor o no, era Richard el encargado de jugar con él, era su momento y nadie se lo podía quitar. Se tiraba en la alfombra con el niño y lo hacía jugar, las risas de ambos se escuchaban hasta donde estaban las mujeres, quienes se sonreían en complicidad.

 Candy se había asombrado mucho al ver  como el Duque podía cambiar su comportamiento, para ella era como un camaleón, cuando estaban en público o cerca de la nobleza era muy serio, pocas veces reía, su gesto era adusto pero nunca mal educado, cuando estaba a solas con Eleonor, su mirada cambiaba, sonreía más y era muy galante con su suegra, con Candy era encantador, con ella bromeaba y se reía, simplemente la adoraba, era su cómplice.  La pecosa por su parte lo llegó a querer como a un padre, para ella era más fácil entenderlo, como a todo el mundo ya que Candy tenía la virtud de no juzgar a las personas y ver las cosas buenas en ellas, por eso Terence siempre le decía que se cuidara, que no podía confiar en todo el mundo, que toda la gente no era buena como ella siempre suponía y que las apariencias engañaban. Para el Duque su nuera era un milagro, alguien digna de admiración, la persona capaz de entender y dulcificar a su hijo de forma inimaginable, la que lo acercaba y hacía que su relación mejorase con el tiempo. Su hijo tenía un carácter difícil, era muy parecido a él, chocaban, por eso y por no saberle expresar su cariño cuando era un niño y luego un adolescente, con él siempre tuvo dificultad. Terence  era sarcástico y no muy cariñoso con él, si estaba de buen humor bromeaba sutilmente, le decía señor Duque o su Gracia, porque sabía que eso lo fastidiaba, pero Richard ya sabía cual era la intención de Terence y lo ignoraba, de todos modos su relación había mejorado muchísimo gracias a Candy.

El fin de semana que Candy y Terry dejaron a su hijo al cuidado de los abuelos pasaron cosas importantes que llevó a que el noviazgo tuviera que convertirse en boda.

Eleonor le había dado el biberón a Alexander y lo colocó en su pecho para que el bebe botara el respectivo gas, pero el niño le vomitó en poco en la blusa, Eleonor tuvo que cambiarse y colocarse una bata y en esas encantadoras fachas la encontró Richard, quién en un descuido de Eli le dijo a la nana que por ese día se podía retirar que ellos se harían cargo. Entre los dos durmieron al bebé, luego una cosa llevó a la otra, la ternura dio paso al deseo, las tantas añoranzas, el amor y  deseo acumulado por décadas se abrió paso. Richard se atrevió a acariciarle el rostro y a besarle los labios una y otra vez, Eleonor hizo lo mismo, acarició sus blancos y sedosos cabellos.

-Eli siento que te amo cada vez más,  casémonos pronto, de una vez ¿ a qué esperamos? el tiempo no retrocede, aprovechémoslo y vivamos.

-Richard, yo......

-No, no digas nada Eli, solo siente, siente mi corazón, escúchalo es tuyo. ¿Me podrías amar nuevamente?

 -Yo también te amo. Estuve muy molesta contigo, pero nunca deje de quererte Richard.

-Eso me reconforta. Tenías motivos para estar más que molesta, pero olvidemos el pasado, vivamos el presente.

Los besos se hicieron más intensos, como hacía calor y tenían las ropas ligeras, éstas fueron sobrando, estorbaban. Richard beso el cuello blanco de cisne de su amada, quien le dio paso sin protestar, eso lo animó a continuar, sus manos volaron a sus senos, ella tembló de ansiedad.

-Te amo tanto Eli, déjame demostrártelo

-Si.

Esa fue la única palabra que salió de los dulces labios de esa hermosa mujer, que lo miraba con deseo y amor. Richard la fue desnudando, era más fácil, la había encontrado en bata, luego todo fue cayendo como cascada, bajo los embelesados ojos azules del caballero que destellaban. Acostada en la cama Eleanor fue acariciada por unas manos que como plumas delicadas fueron delineando su cuerpo, sus níveos brazos, sus largas piernas, su torso :

-Eres tan bella mi amor.

-Ya no soy la misma jovencita.

-Eres perfecta Eli, eres mi amor.

Después de deleitarse con la suavidad de su cuerpo, pasó a besar cada centímetro de su rostro y fue bajando al cuello, los pechos a los que dedicó especial atención, los besó una y otra vez mientras su mujer suspiraba y ella acariciaba su cabello, con los ojos cerrados para saborear las sensaciones que le estaba haciendo sentir aquel hombre que tanto amaba. Él continuó hacia su sur haciéndole sentir aquellas cosquillas y espasmos que ya casi ni recordaba, nervios, temor, ansiedad, desesperación, lo estaba comprobando una vez más, él podía llevarla hasta el cielo. Para Richard era cumplir su sueños, sus añoranzas, sus ruegos, esperanzas, todo, todo lo que había anhelado desde su separación, se estaba cumpliendo. Incontables noches había repasado y buscado en la memoria su perfume , quería disfrutar cada segundo de ese roce de sus manos al tocar esa suave y olorosa piel de seda, quería besar cada centímetro de ese cuerpo que había deseado por años, una y otra vez. Ninguna otra mujer había podido hacer que la olvidara y si alguna vez tuvo sexo con la Duquesa cara de Cerdo fue borracho, casi inconsciente y porque la regordeta mujer se le trepó encima y él  hizo el acto maquinalmente, con los ojos cerrados murmurando otro nombre:

Eli, Eli mi amada Eli. por eso la Duquesa la odiaba tanto, solo pudo estar con él para procrear, cuando estaba perdido en sus recuerdos, amando a otro mujer mientras la tomaba, estaba dentro de ella, toda una noble y prefería soñar que era la americana indecente la que compartía su lecho y encima había tenido que soportar la humillación de escuchar el nombre de otra mujer en los labios de su marido, mientras ella lo montaba para chantarle el hijo de su amante.

Ahora estaba con la mujer de sus sueños y noches perturbadoras, llenas de amor y celos, ahora podía besar cada poro, cada gota de sudor, quería bebérsela toda y escuchar sus gemidos de placer. Sí podía sentirla temblar bajo su cuerpo, estremecerse toda, pronunciaba su nombre, loca de placer, la estaba haciendo suya nuevamente, porque ese vientre le había dado un hijo, un hermoso varón del que estaba orgulloso, su mejor hijo. Aquel vientre, aquel cuerpo era suyo, lo había recuperado y lo iba a tomar. Se posicionó delicadamente sobre la mujer que aún temblaba y la penetró:

-Mía, eres mía amor, dímelo

-Ah, ah, ah..... soy tuya

Murmuró suavemente mientras cruzaba las manos sobre la espalda del aún gallardo y poderoso Duque de Granchester.

La entrega y las caricias se prolongaron, una y otra vez hasta que llegaron al éxtasis. Cansados y agotados, húmedos y felices.

-Te ves tan bella cuando sonríes, en realidad eres bella siempre.

-Adulador.

-En realidad estarás acostumbrada a que te mencionen lo hermosa que eres.

-No si viene de tus labios, no me cansaré de oírte decir que soy bella y que me amas.

-Te amo, te amo, te amo, mil veces, un millón.-Ahora mi querida señora tendremos que casarnos pronto o Terence me matará.

-Oh no, no puede enterarse de esto.

-Claro que no, pero mi querida señora, pero  ahora no me negará el poder repetir  ésta  felicidad plena que ahora estoy sintiendo.

-Mmmm no lo sé, depende.

-Depende de .....

-De cómo se porte el Sr. Duque

-Me portaré muy bien, es más me declaro tu sirviente. Haré lo que quiera, lo que me pida. Ud. Me ha embrujado.

-Vaya , no empieza bien su Gracia me acaba de decir bruja.

.No, claro que no, su magia sólo puede ser blanca. Es Ud. Un hada mi señora.

-Hada suena mejor que bruja.

-¿Podría entonces concederme un deseo?

-Seré benevolente, ¿Cuál deseo?

-Volver a hacerle el amor.

-Deseo concedido.

Después de esa noche le pidieron a la nana que se fuera de descanso por dos días, y se dedicaron a cuidar de Alexander por las mañanas y a hacer el amor por las noches. Alguna vez lo hicieron por la tarde cuando Alexander tomaba su siesta, no pudieron contenerse y lo terminaron amándose  en el sillón, sentían que estaban haciendo la peor travesura, parecía que estaban viviendo una segunda juventud.

El Duque continuó cortejando a Eleonor con joyas, cenas, paseos y conversaciones sobre todo familiares. Decidió informar a Terence que se casaría nuevamente con su madre, obviamente Terence ya lo sospechaba, la cuestión era si hacían una faustuosa fiesta o se decidían por algo más íntimo. Eleonor era una actriz muy conocida podría tener una lista de  por lo menos doscientos invitados y el Duque no se quedaba atrás. Terry y su padre tuvieron ésta conversación sobre el tema:

Padre realmente quieres invitar a toda esa gente que solo sabe hablar mal de nosotros, gastar un montón de dinero en una grandiosa fiesta para que cuchicheen y critiquen a mi madre por todo.

-Eli merece una grandiosa fiesta

-¿Le has preguntado lo que realmente le gustaría?

-No, pero supongo que una famosa actriz como ella querrá lucir su belleza.

-Padre, yo creo que sería mejor una fiesta íntima con las personas que realmente los aprecian.

_Si fuera así tendría pocos invitados.

_Jajajaja tiene Ud. muchos aduladores señor Duque, que fingirían amarlo. Aunque siendo sincero, no creo que ni mis hermanos querrían estar cerca, odian y desprecian a mi madre tanto como la finada Duquesa

-Yo los mantendría controlados

-No creo que quiera arriesgarse a que mi madre pase un mal momento el día de su boda, mejor que sea una ceremonia privada, como la mía. Recuerde que mi matrimonio casi fue arruinado por seres tan miserables y poca cosa como los Lagan y Ud. Tiene enemigos mucho más inteligentes y peligrosos, es la política, ya sabe.

-Tal vez tengas razón. Tengo que consultarlo con Eli.

En ese instante Eleonor y Candy hacían su aparición y no pudieron evitar escuchar las últimas palabras del Duque.

-¿Qué tienes que consultarme querido Richard?

_Ah, la flores más hermosas están aquí. Querida Eli, estaba pensando en cómo sería nuestro matrimonio y Terence me preguntaba si realmente te gustaría una gran fiesta, celebrar por todo lo alto, como te mereces.

-Bueno, se que por tu alto cargo en la nobleza debes organizar una gran reunión.

_No , no es así Eli, quiero que ésta fiesta sea un momento agradable para nosotros, algo para recordar, para contarle a nuestros nietos lo felices que fuimos.

-Richard ya somos motivos de habladurías, lo sé aunque trates de ignorarlo. La verdad preferiría un matrimonio solo entre nosotros, los cuatro, tal vez Mary si nos quiere acompañar. No tengo amistades sinceras en Gran Bretaña y en el mundo del teatro hay más envidia que verdadera admiración y cariño.

-En el mundo de la política y la nobleza no es tan diferente Eli.

-Entonces hagamos nuestro matrimonio en privado.

Pensé que te gustaría lucir un hermoso vestido de novia y que todas las hipócritas mujeres de la nobleza inglesa envidiaran lo hermosa que eres

-Bueno aún puedo lucir un hermoso vestido con las personas que realmente quiero.

-Entonces será más fácil organizar todo ¿Te parece bien el próximo mes?

-Lo que tome conseguir el vestido.

-Te consigo el mejor mañana mismo.

-Creo que un mes será suficiente Richard.

Terry- ¿Tan apurado estás papá?

Richard_ Tanto como tu cuando querías desposar a Candice.

Candy_Terry, deja de molestar,  creo que la fecha es perfecta.

Durante el mes de los preparativos, el segundo hijo del Duque se fue a estudiar a Francia puesto que no querían estar cerca de la futura esposa de su padre; puesto que sabían era madre de Terence y a la cual la duquesa cara de cerdo había sabido inculcarles odio y desprecio, los otros hijos del Duque estaban internados en el Real colegio San Pablo.

Eleonor se quedó dueña y señora del palacio de los Granchester pero no le gustaba, así que no fue a vivir allí hasta después de la boda, entonces decidió mudarse a un departamento pequeño cerca del río Támesis , propiedad del Duque, allí sin que mediaran ojos indiscretos se dedicaron a amarse regularmente hasta que se casaron en una ceremonia privada, con amigos muy cercanos y a la que asistió el rey y su esposa, quienes estuvieron de acuerdo con la privacidad del acontecimiento, para que no se desatara un escándalo de chismes e intrigas. Obviamente la noticia se dio a conocer después cuando el mismo rey felicitó públicamente a su primo, en una cena en honor a los flamantes esposos después que  regresaron de su luna de miel.

Eleonor lució particularmente hermosa y elegante el día de su boda, esto hizo que el monarca comprendiera porque Richard no había dejado de amar nunca a la bella mujer y porqué Terence era tan hermoso a comparación con los otros hijos del Duque, quienes asistieron al matrimonio, el último hijo  contento, la segunda resignada y el primogénito de la Duquesa cara de cerdo, exactamente con la misma cara de desprecio que ella ponía, pero mudo, casi no habló en la reunión y se dedicó a beber, antes de que dijera una estupidez fue sacado de la reunión por Terence sin que ninguno de los ilustres, pero pocos invitados  se diera cuenta.

Por fin habían logrado casarse y formar un hogar. Eleonor y el Duque también merecían ser felices.

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