El Misterio de los Dagger ©...

By lavirgeneterna

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BILOGÍA "LOS DAGGER" PRIMER LIBRO Eider Gastrell no cree en el amor, o al menos lo hacía. Eider Gastrell es... More

Sinopsis
Antes de leer
Personajes
Booktrailer
Soundtrack
Prólogo
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~25 DECLARACIÓN DE DEVON
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Epílogo
ACLARACIÓN FINAL
IMPORTANTE
¡Watty 2021!

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By lavirgeneterna


Vyce POV

Tengo a mi bebé en un brazo mientras con el otro abro la puerta.

Al entrar, la casa está decorada con globos de color rosa y un cartel con las palabras "Bienvenida a casa". Mis ojos se llenan de lágrimas y volteo a ver a mi familia.

Todos, sin excepción, me miran con una sonrisita en los labios.

―Todos lo sabían. -susurro.- ¡Todos lo sabían! -repito esta vez gritando, con una gran sonrisa en mi boca.- Gracias, es muy hermoso. Mira Aly, mira la sorpresa que te dio tu familia.

Recorro el lugar de un lado a otro, mostrándole a Aly los colores y globos. Ella observa todo con sus enormes ojos grises y una pequeña sonrisa en sus labios.

Camino hacia la habitación que preparamos Eider y yo. Abro la puerta y la habitación color melón queda expuesta ante nosotros.

―Por eso no nos dejabas entrar. -dice Fiore detrás de mí.- Es espectacular.

―Queríamos darle una sorpresa a todos. A la pequeña y a ustedes.

La habitación tiene una gran ventana cubierta por cortinas finas color melón. Unos estantes blancos y una repisa llena de peluches. En el medio, tiene una cuna, sin embargo, sigue quedando espacio para una cama. Pero eso lo compraré más adelante.

Coloco a Aly en su cuna y le acerco el peluche que le regaló Minerva.

Ella juega feliz mientras los demás observan la habitación.

Por un momento, siento el abrazo de Eider.

Mis ojos se envuelven en lágrimas y unas cuantas caen.

Ash voltea hacia mí con una enorme sonrisa, pero al verme, se acerca y me envuelve con sus brazos.

En ese momento me rompo.

Mis piernas tiemblan mientras me aferro a ella. Mis lágrimas desaparecen en su hombro, mojando su camisa.

―Gael, ayúdame. -dice y es ahí cuando caigo en cuenta que estoy dejando todo mi peso en ella. Siento los brazos de Gael sostenerme y logro mantenerme de pie.

―Lo siento, lo siento. -digo y seco mis lágrimas.

―Vyce, no tienes que pretender ser fuerte todo el tiempo. Lo eres, claro que sí. Pero, como todo ser humano, tienes tus momentos de debilidad. Y es completamente normal, hijo. -dice Minerva.- Y es preferible que tengas esos momentos de debilidad junto a tu familia, que te puede ayudar y aconsejar, en vez de estar solo y hacer cosas imperdonables.

Bajo mi mirada. Tiene razón.

Un teléfono sonando, interrumpe.

―Disculpen. -dice Gael y sale de la habitación.

―Si necesitas alguna cosa nos puedes decir. -dice Thiago.- Incluso nos puedes pedir alguna cosa de Eider, como ropa o alguna foto... si quieres. -añade al ver que guardo silencio.

―Gracias... Me gustaría quedarme con algunas fotos de ella. -digo y siento mis mejillas calentarse.

―Por supuesto. -dice Minerva.

Gael entra por la puerta y me mira fijamente.

―Mañana... es el funeral de Eider. -dice y siento mi mundo venirse abajo por segunda vez.

***

Duele. Duele mucho.

Mis ojos arden y se sienten pesados. Observo como poco a poco van tapando la tumba donde está mi novia. El funeral ya terminó, sin embargo aquí sigo. No tengo idea de por qué no me dejaron ver su cuerpo antes de enterrarla, pero no pude hacerlo. Y tampoco vi que alguien más lo hiciera. Fiore está a mi lado y Gael del otro, esperando para irnos a casa nuevamente. No me quiero ir a casa, quiero estar aquí con ella. La pequeña Alyssa se quedó con Ash.

Siento la mano de Fiore tomar la mía. Giro mi cabeza para verlo. Sus mejillas están empapadas y sus ojos hinchados. Su nariz está roja y su rostro pálido. Sin embargo, me da una media sonrisa.

―Sabes que este no era su lugar. -me murmura, haciendo que recuerde la vez que le dije que Eider era muy buena para pertenecer a este mundo. Muy buena para ser real.

Aprieto su mano y observo como la tierra ya tapa su tumba.

―¿Podemos ir a un bar que quede cerca? -susurro.

―Vyce... -advierte Gael. Bajo mi vista y aprieto mis ojos.

―Por favor... -suplico y mi voz se rompe. Gael permanece en silencio unos segundos.

―Bien. Vamos. -abro mis ojos ya inundados nuevamente. Me quiero mover, pero mis pies se mantienen estáticos. Mi vista no abandona su tumba en ningún momento.

¿Qué haré ahora?

Fiore jala de mi mano, haciendo que me mueva. Empiezo a caminar en reversa. Veo como lentamente, su tumba se va alejando cada vez más. Tomo una gran respiración y me giro.

Avanzamos hacia el auto de Gael.

―¿Vendrás? -le pregunto a Fiore. Él lo piensa un momento y finalmente asiente.

―Creo que también lo necesito.

***

No logro mantener mi vista enfocada. No sé qué hora es, ni tampoco sabría en dónde estoy de no ser por el chico que está detrás de la barra observándome con picardía. Es lindo.

―Te quiere follar. -me dice Fiore con voz inestable. Está igual de ebrio que yo.- ¡Oye chico! ¡Solo tienes que acercarte y decirle que le quieres chupar hasta el alma! -le grita al chico. Observo cómo sus mejillas se sonrojan levemente y una sonrisa aparece en sus labios.

Se acerca a mí, toma mi camisa en un puño y me acerca a él.

―¿Quieres que nos vayamos a un lugar más privado? -susurra y chupa mi lóbulo.

Me separo un poco y lo observo. Asiento con la cabeza y me coloco de pie. Gael al ver que me levanto se acerca a mí.

―¿A dónde vas? -dice por encima de la música que suena en el bar.

―Por ahí. -digo y siento mi estómago revolverse. Toma mi muñeca, frenándome.

―¿Es tu novio? -pregunta el chico de la barra. Gael lo mira con ganas de asesinarlo.

―Soy su jodido hermano y tú eres un estúpido chico que se aprovecha de personas tan ebrias como él.

El chico lo mira con indignación y empieza a gritarle. Las venas del cuello de Gael se marcan.

―Gael... -digo pero ninguno de los dos me escucha.- Gael... -el chico empuja el pecho de mi hermano, haciendo que de unos pasos hacia atrás. Su puño estampa en su cara y la sangre empieza a salir por su nariz.

Me acerco al chico que ni sé su nombre y le devuelvo el golpe. Cae de culo al suelo y siento el vómito en mi garganta. Apoyo mis manos en mis rodillas y abro la boca para que salga. El vómito salpica por todos lados y siento mis piernas debilitarse.

―Mierda, Vyce. Fue una muy mala idea venir a acá. -dice. Mis rodillas tocan el suelo.

Veo su rostro y noto la desesperación que hay en sus ojos. Gael busca con la mirada a Fiore y no lo consigue.

Mis ojos se llenan de lágrimas por la culpa que siento.

―Lo siento. -digo y me abrazo las piernas. Gael toma mi rostro entre sus manos.

―No, no. No llores. No te disculpes. Todo está bien. Está bien, Vyce. -dice rápidamente. En su voz se nota el nerviosismo.

La gente se empieza a juntar en nuestro alrededor. Otros trabajadores se acercan y Gael les pide unas toallas para limpiar el vómito.

Gael me ayuda a colocarme de pie y busca con su mirada alrededor del lugar.

―¿Los puedo ayudar en algo? -dice una chica de pelo largo y negro.

―Estoy buscando a un amigo... pero no lo consigo. -dice Gael mientras busca.

―Yo me quedaré con él. Anda a buscarlo. -ofrece la chica. Gael me mira y da un repaso a la chica con sus ojos.

―Anda... Anda a buscar a... Fiore. -digo. Las palabras pesan en mi boca. Cuesta sacarlas. Gael asiente y se aleja.

Me siento en una de las sillas de la barra y observo mi camisa llena de vómito.

―¿Qué te sucedió? -pregunta la chica y se sienta en la silla a mi lado.

―Estoy ebrio. Deberías saber eso si ves que estoy en un bar.

―Yo estoy en un bar y no estoy ebria. -dice y encoge sus hombros

―¿Cómo te llamas? -la observo. Sus ojos se llenan de confusión con el cambio de tema tan repentino.

―Mérida -dice.

―Bien, Mérida -digo con desprecio. ¿Por qué actúo así? Ella solo quiere ayudar.- Me importa muy poco si tú no estás ebria, yo sí lo estoy porque... Duele.

―¿Qué duele? -pregunta.

―Hablas mucho. -esa es mi respuesta.

―Ya lo encontré. -dice la voz de Gael detrás de mí. Tiene a Fiore colgando de su brazo.- Gracias por ayudarnos. -le dice a Mérida.- ¿Puedes caminar, Vyce?

―Lo intentaré. -digo. Gael empieza a caminar con Fiore y yo volteo hacia la chica.- Gracias, Mérida.

―De nada, Vyce.

Empiezo a caminar, aunque me tambaleo un poco. Al salir del bar, logro ver al chico de la barra con un trozo de papel en su nariz. Nuestras miradas se conectan y sigo notando la picardía de antes.

Me guiña un ojo y una sonrisa aparece en sus labios, mostrándome sus dientes perfectos.

Lo ignoro y entro en el auto de Gael. En los asientos traseros, Fiore está dormido.

―¿Crees que Devon pagará? -pregunto de repente.

―Ya está pagando. Ese lugar no debe ser nada bonito. -dice después de un largo silencio.

―No. Me refiero a que si sufrirá. ¿Sentirá aunque sea un poco del dolor que estamos sintiendo nosotros ahora?. -otro silencio crece dentro del auto.

―Si no sufre, lo haremos sufrir. -dice. Me da una mirada rápida y sigue conduciendo. 

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