𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔
Cambridge, Inglaterra. 9:34 A.M.
Christopher estaba sentado, comiendo la mitad de su desayuno cuando escucho el chirrido de las ruedas del tren, cosa que le extraño enormemente, se suponía que el tren de Birmingham debía de llegar a las 10, no antes, era mas probable que llegase minutos tardes que anticipados, siguió masticando con las miradas de desprecio sobre él.
No sabia si la señorita Scar iba a estar ahí, esperaba enormemente que no, ansiaba que se demorase lo que fuera en llegar a la ciudad, mas sabiendo que ella pronto hablaría con él, sintiéndose un fracaso al haber fallado en todas las misiones que ella le encomendó de forma amable, se sentía de por si bastante mal por hacer que se llevaran a sus hijos y que estos estuviesen trabajando en la casa de algún rico despreciable que los esté tratando como la mierda.
-¿por qué llego tan temprano?- escucho un grito a la lejanía, siguió con la mirada en su pan, sin querer cuestionarse demasiado.
Tenia ordenes directas de la Solomons de quedarse entre la estación 8 y 9, nadie había querido sentarse a su lado mientras comía, por lo que negó mientras volvía a morder su emparedado, con el bullicio de fondo.
No mentiría al decir que se sentía más cómodo trabajando con la mujer Solomons que con el hombre, pero era bastante sencillo decir el porqué de ello. Scarlett le trataba con mucha familiaridad, no es que Alfred no lo hiciera, solo que ella era más directa, decía la verdad con todos los peligros que podía haber, Alfie era mas disperso, hablaba y hablaba engatusando con sus palabras y anécdotas, por lo que aceptaba sin saber verdaderamente que es lo que decía de hacer y si es que le cubrirían la espalda.
Tomó jugo de manzana en aquel vaso propio, sintiendo el miedo y nerviosismo subir por su columna, tenia temor de decirle a su jefa que no fue lo suficiente y que esta le hiciera algo malo, o que perdiera el puesto que tanto le había conseguir, ni hablar de la protección que tenia solo por ser uno de sus hombres.
-¡Chris!- su llamado le sorprendió, pillándolo desprevenido cuando vio su sonrisa perfecta, junto con los labios brillantes.
-señorita Scarlett- pronuncio cuidadosamente, sintiendo el miedo calar por sus hombros- perdón, no sabia que iba a llegar tan temprano, no he desayunado- susurro con vergüenza impropia.
-¿Cuánto te queda por comer?- le mostro la mitad del pan, e hizo una mueca que dio inicio a su temor.
-¿puedes comer cuando este en una reunión? Mientras más rápido resolvamos esto mejor, luego tengo que resolver otros temas.
"otros temas" ¿eso le incluía a él?
Asintió, bebiendo el jugo restante de un solo trago, guardando el pan en una servilleta que Michelle le había bordado en su rato de ocio.
Su mujer, ¿Cómo estará? ¿la habrán vendido como lo hicieron los americanos? ¿seguirá siquiera en Londres?
-bien, iremos primero con Michael- iba caminando con rapidez natural, llevándolo a dar grandes zancadas detrás suyo- ¿por qué caminas detrás de mi?
Si hay una cosa que molestaba a Scarlett era el hecho de sentirse perseguida, que la siguieran como un perro, por ello siempre intentaba estar al lado de las personas. No detrás y definitivamente no adelante por la incomodidad de que pudieran hacerle algo.
-No me había dado cuenta, lo lamento- Ella asintió despreocupada, teniendo otras cosas en mente.
-No te preocupes, pero hay que apresurarse a llegar a esas casas con colores asquerosos- demasiados colores claros y extravagantes, creaban una armonía que lograría empalagar a cualquiera- bien, entrare a su casa y convenceré a su madre con palabras bonitas, cosas que quiere oír para dejar salir a Michael, será sencillo, después iremos a ver los caballos que Charlie me menciono, dijo que iban a estar subastándolos, ¿sabes de eso?
-si, iba a ser un poco lejos, a fueras de la ciudad- la mujer asintió.
-¿Cómo están Maggie y Michelle?- pensó en mentirle descaradamente, en hacerle creer que tenia todo bajo control, pero no podía por alguna razón, como si ella pudiese darle algo para quitarle la culpa.
-bien- su lengua lo traiciono, y siguió haciéndolo sin su pensamiento racional escogiendo que palabras decir- los niños están bien, están aprendiendo a multiplicar.
Intento por todos los motivos del mundo que su voz saliese normal, sin ningún tipo de entonación triste o ahogada.
-me alegro.
No hablo más, y la calma momentánea lo rodeo, escucho a la judía tararear algún tipo de canción inventada, o quizás estaba tan desconectado del mundo que era una canción que sonaba en la radio local. Siguieron caminando bajo ese constante silencio, siendo los pájaros o los autos quienes no hacían escalofriante el momento, mas para el afrodescendiente quien apretaba sus puños buscando relajarse.
La fuente que daba la bienvenida a la villa los recibió con amabilidad, y los niños corrieron cuando vieron al hombre corpulento caminando al lado de la agradable maestra de matemáticas que daba clases particulares al niño Henry.
Comenzó a quitarse el abrigo caro, junto con las joyas que adornaban sus manos, tres de los cuatro anillos que usaba seguido, mas la pulsera de plata que había recibido en su primera navidad con Polly.
-¿Por qué...?
-les hice creer que enseño matemáticas en una universidad, que me había interesado en el potencial que tenia Michael, y quería darle clases privadas como adelanto de la exigencia que pedía la universidad de Londres- decía con naturalidad su mentira, y Christopher se pregunto si es que habría hecho lo mismo con Alfie, mintiéndole mientras seguía con las reglas morales que daba el judaísmo.
El por primera vez estaba viviendo la experiencia de mentirle a su jefe, y su cuerpo sudaba como cordero en el horno.
-¿le creyeron?
-¿Quién no lo haría?
Sabiendo que no seria bien recibido espero a unas dos casas del edificio en el que Scarlett se acercaba con familiaridad.
Se apoyó viendo a ambos lados, esperando que nadie le gritara por estar comiendo mientras esperaba a Solomons.
...
Quince.
Quince fueron los minutos que estuvo en aquella casa, había visto el perro de la familia salir corriendo, junto con un niño que no debía de tener mas de 6 años, después una mujer pequeña tomaba la mano de su jefa, con mucha fuerza que incomodaba a Scarlett. Después a un adolescente que debía de llegarle al pectoral, quien le miraba curioso, pero una sonrisa adornaba sus labios con felicidad.
-¡que te vaya bien querida! ¡Henry estará impaciente mientras tanto!- movieron la mano exageradamente, mientras seguían gritando agradecimientos hacia la mujer.
Vieron la fuente con el agua relajando el ambiente, la fémina se arreglo con la misma rapidez que un leopardo caza a su presa.
-vamos, Chris, siguiente parada. Vamos a buscar al mejor jodido caballo para Curly- sonrío de lado, causándole una sonrisa natural al hombre.
Se sentía extraño, no pensaba que fuera tan fácil mentirle a Solomons, mas con sus ojos que parecieran verlo todo aun sin siquiera estar en el lugar de los hechos.
-por mientras, podríamos hablar para no estar todo el rato en silencio- sentencio, mientras esperaba que Christopher se quedase a su lado y no atrás- por ejemplo: el porque me mientes sobre Michelle y Maggie- lo dijo con normalidad, la misma que le asustaba.
Los Solomons podían hacer una amenaza mientras hablaban, y aun así parecer totalmente desinteresados en hacerla, lo había vivido con Alfie, ahora lo estaba haciendo con Scarlett. Y sintió su espina dorsal colocarse en alerta.
-yo...- se sintió basura mientras la acompañaba.
-tenemos 10 minutos para hablar, quizás menos, depende de cuan puntual sea Harry- llegaron hasta un lugar desconocido para él, sintiéndose indefenso ante su mirada directa y aparentemente filosa.
-sucedió mientras yo estaba limpiando la sangre en el callejón, Mich no podía hacerlo porque le habían dolido las manos por tanto encerar pisos y no quería que Maggs se preocupara por hacerlo, estaba abajo...- su voz se fue apaciguando, recordando los gritos de sus hijos, el sonido seco de los golpes que recibió, para finalizarlo con los gritos de Alfie, maldiciéndolo mientras que caía en la frontera de Italia- yo no...
El silencio de la fémina le obligo a continuar, mas con el reino de los muertos riéndose de su incompetencia, clamando por su muerte cercana.
Sus manos temblaron delante de su abdomen, viéndose vulnerable ante ella, como un cachorro asustado de los truenos.
-pude haber hecho más, lo sé, soy mucho mas grande que ellos, y aun así deje que me dieran una golpiza solo por limpiar la sangre que habían dejado unos malditos bravucones, pero eso deba un aspecto terrible a nuestro edificio, ¿Qué hubieran dicho de nosotros? ¿Y si nos desahuciaban por pensar que era nuestra culpa? No sería la primera vez- tomo aire recordando los ojitos miedosos de sus hijos, dándose el tiempo de tragar saliva e intentar calmar su respiración- no cuide a Michelle, menos lo hice con Margareth, y por mi culpa se llevaron a mis niños, lo sé, se que te falle porque nunca te lo dije, pero pensaba que podías matarme. ¡no quería morir!- comenzó a sollozar desconsoladamente, sintiendo el miedo subir por sus venas, bombardeando todo su cuerpo con ese mismo sentimiento.
-¿por qué me mentiste?- había dulzura en su voz, y desconfió de aquel tono, limpiando sus sudadas palmas contra el pantalón de trabajo que llevaba.
-no... yo... yo no...- luego pensó, quería sinceridad, y no mentiría bajo la mirada atenta- tenía miedo- afirmo, buscando cualquier otro punto que no fuera su rostro, viendo como a uno de sus laterales había un arma.
Había un arma.
¿lo mataría?
Sus ojos se cristalizaron sin poder evitarlo, moriría a manos de su salvadora, y no sabía si era una muerte justa ante su acto, ¿se merecía morir acaso? El nudo en su garganta creció hasta tal punto en el que le dificultó empezar la siguiente oración.
-tienes miedo- confirmo- pero... no importa- silencio en el inframundo y las almas que estaban gritando por la vida de Christopher se callaron, sin saber que significaban esas palabras saliendo de la boca de la diosa- la gente comete errores, Chris, el tuyo fue pecar de inocente. No importan las apariencias, no importan si hiciste lo que fuera para detener a esos bastardos, ya no importa, porque fue pasado- la tranquilidad en su voz comenzaba a asustarlo, no creía que no tomara represalias al respecto.
Tomo aire, viendo algo detrás de él, dejándolo respirar con falsa tranquilidad.
-no te conviene ni te convendrá mentirme nuevamente, Christopher- su nombre saliendo como un castigo era lo peor- Maggie es como mi madre, lo sabes mejor que nadie porque ella misma te lo ha contado, y las dejaste a manos de los italianos, por una maldita gota de sangre en la calle- soltó con burla, sin creérselo- si no cuidas ni a tu propia familia, ¿Cómo puedo confiar en que protegerás a la mía?
-no volverá a pasar- prometio con los labios húmedos, aún con su espalda tensa.
-porque me asegurare de que así sea- observo fijamente sus ojos, y negó, agacho la cabeza con humillación- Maggie volverá conmigo, fue mi culpa haberme alejado en primer lugar, Michelle debe estar en casa a las 6, esta ayudando a Edgar Hopkins, ¿lo conoces?- asintió débil, escuchando el motor a unos metros- periodo de prueba, Edgar aun no soporta a la gente de color, por lo que estoy intentando que vea la eficacia de Michelle y le pueda pagar- volvió a levantar la vista, notando como Scar acomodaba uno de sus anillos.
-no sé cómo pagárselo- agradeció, queriendo abrazarla o demostrar físicamente su agradecimiento, pero su sudor podía incomodarle, no pasaría por esa vergüenza.
A pesar de todo, aún faltaban sus hijos, pero le había perdonado la vida, había visto sus ojos flamear mientras lo miraba, pedir por sus hijos seria muy desesperado, y no quería faltarle el respeto pidiéndole enseguida otra cosa.
-no lo harás- volvía a tener el tono de voz habitual, quizás aquello debía de tranquilizarlo- pero, no se si es que pueda volver a confiar en ti con tanta facilidad, después de todo me mentiste- negó inmediatamente, no quería retroceder en su relación- la fragilidad de la confianza, es sorprendente, ¿no?
Un claxon sonó demasiado cerca, asustándole, obligando a desviar su atención de la Solomons.
-espero que hagas algo para recuperar mi confianza en ti, Chris, eres un buen hombre. Un buen hombre que actúa como un estúpido. No lo vuelvas a hacer.
Asintió, sintiendo una mezcla de emociones dentro de sí, sin saber que sentir hasta el momento, lo único claro que tenia es que haría lo imposible para no tener esa mirada encima de él otra vez.
-ahora a ver caballos, estuve esperando una maldita semana.
...
Se acercó a la ventana trasera del vehículo, notando lo ansioso que estaba Christopher por ir a Londres y a Harry no queriendo ir a la capital, le resultaba divertida la situación, más sabiendo el motivo de ambas razones.
Ya iban a llegar a Birmingham, tenían dos caballos, dos de los buenos. Scarlett le había pedido al moreno su honestidad sobre los caballos que pasaban, que dijese por cuales era bueno arriesgar y por cuales no había ni siquiera que atreverse a pujar.
Había notado al hombre callado durante toda la tarde, y no era de esperar menos, le había retado con suavidad, o al menos eso pensaba ella, puesto que en sus ojos se veía el brillo antes de que llorase, pensó un momento si es que Maggie tuvo que estar así después de haberse venido a Europa, con miedo de cualquier error cometido ante su padre.
Ni siquiera sabía con exactitud qué fue lo que desató la inseguridad y temor en él, había preguntado queriendo que le dijese su versión de los hecho, y cuando le mintió prefirió esperar, esperar hasta que el mismo confesara lo sucedido. Conste pasaba el tiempo notaba que aquel miedo crecía, se había dado cuenta, y cuando lo enfrento con voz tranquila todo en Christopher demostraba miedo de ella.
¿Qué creía que haría? ¿Matarlo? ¿Despedirlo y joderle toda la vida? Se cuestionó bastante todo lo sucedido, no creía que ella crease temor sólo con mirar a alguien, y le disgustó saber que Chris le tenía miedo.
Pero más escalofriante fue el pensar en castigarlo de alguna forma, tener el pensamiento de ser su juez y verdugo, con el arma quemando a su lateral, impulsándola a darle una lección.
-la señorita May era una corredora, ¿no?- pregunto Davis queriendo interrumpir el silencio.
-May Carleton, su apellido paterno sigue usándolo como deportista, pero se caso con un sir llamado James Hopkins- Harry se pregunto si es que Scar había conseguido algún poder que le permitiese saber la vida de todos solo con verlos, no recuerda haberla investigado, y no creía que se lo pidiera a uno de los judíos que estaban en Candem, quizás a los de Southam.
-era muy... muy egoísta, no se si pueda describirla así- la timidez abundaba en su ser, no sabia si estaba bien hablar a las espaldas de otros, a veces lo hacía sin darse cuenta, pero esta vez tenia consciencia de que podría ser malo hablar mal de la mujer.
-arrogante quizá- concordó Scarlett- Harry pasa por la estación, Christopher quiere ir a Londres, e irse en auto no le servirá. Eh, Chris, dile al de la ventanilla que vienes de mi parte, si te pide un numero di el 26- el hombre asintió, sin tomar atención a la conversación que los otros mantenían, estaba centrado en su mujer y en como le revelaría que, por segunda vez, le deba la vida a Scarlett Solomons.
A penas faltaba una cuadra cuando vieron la estación de trenes, y el moreno bajo despidiéndose con rapidez, saliendo del auto para correr y rezar a la espera de que el tren aun no partiera.
-26 es el cumpleaños de Alfie- Scar asintió aparentando no darse cuenta de ello.
-era el único numero disponible, sino hubiese escogido el 19- silencio de parte del contrario- es el día que mi padre llevo a Maggie a casa, ella parece recordarlo siempre, como si fuera su aniversario- añadió con nostalgia.
Mientras conducía a casa de Louisa, pensó un segundo en donde es que se quería dirigir realmente.
-me retracto, vamos al Garrinson, tengo que hablar con Arthur o John para informarle de la subasta para las próximas semanas- Harry se alegro de que soltara aquella información con normalidad, como lo hubiese hecho años atrás, confiando plenamente en él, haciéndolo sentir como un amigo.
Scar recordó a la mujer, May, le daba gracia mas que celos o incomodidad. Recuerda verla junto con su mayordomo, le susurraba muy notoriamente que caballo era mejor o peor, y eso la llevo a apostar junto ella como una especie de competencia. Infantil, pero le dio risa cuando los dueños del lugar no sabían que hacer ante las pujas arriba de 500 libras.
-Scarlett Gray- recuerda haberle dicho, adueñándose por unos minutos del apellido de Pol, pero sabia que ella no diría nada sobre si era verdad o no.
En otras palabras, no sospecharía de ella.
-solo quiero desearte suerte en el próximo derby, creo que será algo complicado conociendo como reaccionan algunas personas- hizo un gesto a los hombres que la miraban despectivamente desde el otro lado del lugar, causando una sonrisa en el rostro de la mujer.
Scar recuerda haber dicho que su sonrisa era bonita, como cumplido sincero, sin esperar algo de su parte, porque realmente no quería causar conflictos con ella, no la conocía y solamente esperaba presentarse ante la esposa de James sin tener ningún conflicto mental, porque ella no era culpable de que Hopkins se volviera la mierda que ahora simula ser, ¿o debería decir es?
Sus ojos eran de un color miel del que cualquiera podría quedar admirado, entendió al segundo porque él no había hecho nada por volver a la panadería o para estar junto a ella, por más que le prometiera que nunca la dejaría. Y contrario a lo que pensaba, no se sintió mal, porque parecía ser sincera, parecía ser realmente agradable, y eso le basto para dejar ir al fantasma de su primer amor, del cual aún mantenía un poco de rencor que intentaba ignorar.
Volvió a al presente cuando escucho las risas lejanas, sonrió aun sin saber que pasaba dentro, aunque prefiriese el bar que estaba mas arriba, de aquel pub siempre escuchaba carcajadas desbordantes o a los borrachos cantar una balada antigua.
-hoy fue el Shelby a la fábrica- susurro, frenando cada vez mas cerca del pub- Alfie se vio verdaderamente interesado en él, hablaron por una hora, quizás un poco menos, pero sabía que llegaría tarde a Cambridge, por lo que tome el auto y me fui lo más rápido posible.
-¿no sabes de que hablaron?- no pensaba preocuparse de ese asunto hasta mañana, sin embargo, aprovecharía que Harry le dijese todo lo que vio.
-no, pero Alfie lo insulto y apunto con un arma, fue escalofriante cuando a Shelby le salió sangre de la nariz- Scar sonrió levemente, de Alfie podía esperarse aquel actuar- pero al final todo se calmó, no sé qué habrá hecho Shelby después de eso, te lo diré cuando lo sepa.
-gracias, Harry- pensó bien sus palabras- ya volveré a Londres y arreglare todo eso, especialmente la mente de Alfred.
Alfred.
Era extraño para el judío escuchar el nombre del líder saliendo de sus labios de forma tan fría.
-nos vemos luego, recuerda ir a buscar los autos el jueves, los pagaré el lunes de la próxima semana, uno lo dejas en frente de la biblioteca, podrías ponerle alguna cinta para que se vea bonito, será un regalo- Davis asintió, viendo por le retrovisor a la mujer- descansa, Harry.
-eh, Scarlett, ¿por qué Chris tenia tanto miedo?
La diosa sonrío. Aún teniendo en repetición el momento, la emoción que le corrió y el calor cerca de sus costillas.
-no lo sé.
Entro al pub y los saludos vinieron a ella con rapidez, hombres borrachos diciendo lo hermosa que se veía, sin llegar a excederse por la presencia de los blinders, mujeres viéndola de reojo y Herbert sacando una botella de Whisky, entregándosela apenas se acerco a la barra.
-Isiah, John, Arthur y Finn están dentro, dijeron que nadie podía pasar, pero creo que tú eres una excepción.
Asintió sin mucho que agregar, entro sin golpear a la habitación y vio a los 4 jugando seriamente a las cartas.
-dulzura, ¿Qué tal?- desde hace tiempo no veía a Arthur concentrado y sin expresión en su rostro, pero entendió el contexto en el que se encontraba- Johnboy dijo que quería hablar contigo cuando llegases de tu viaje, podrías llevártelo.
-hijo de puta- soltó el rubio, dejando unas cartas sobre la mesa para sonreírle- es verdad lo que dice, pero el bastardo quiere que me vaya porque le estoy ganando, no soporta perder ante su hermano menor.
-cállate imbécil.
-también lo está haciendo con nosotros- bromeó Isiah.
-dos partidas quedando último ya es una señal, Arthur, creo qu...
-¡eso es una puta mentira de mierda! ¡si tu no fueras un imbécil no estaríamos aquí!- agarro a John por el cuello, aprisionándolo contra el respaldar del asiento- ¡di esa mierda otra vez y te mato con mis manos, bastardo infeliz!
La mujer observo a los adolescentes, quienes parecían tener sueño y estar con incomodidad, el de bigote seguía gritando insultos dirigidos al rubio, quien comenzó a calmarlo con confusión.
-¿Finn?- el menor alzo la vista- ¿puedes llevar a Arthur a dormir? Isiah por favor acompáñalo, no podrá solo.
Arthur se acerco a Scarlett, aun rojo por la colera de las cartas, se acerco mucho, demasiado, para susurrarle con voz llena de rabia.
-vamos a ver, dulzura mía- Solomons en ningún momento desvió la mirada, sintiendo el calor en su espalda de incomodidad, los hermanos ya estaban por alejarlo con violencia de su lado, cuando ella los detuvo con un gesto- ya estoy grande para que una puta mujer me diga que mierda hacer, yo voy a hacer lo que me de la puta gana y tu no me vas a detener, ¿entendido, pedazo de mierda?
Scar mantuvo silencio por unos segundos, sin saber que responder ante la cercanía excesiva y el aliento alcohólico del mayor.
-no soy ninguna puta ni un pedazo de mierda, y ahora mismo si sigues insultándome no voy a pensar en que eres un maldito Peaky blinder y te voy a dar un jodido disparo en la entrepierna- su voz seguía sorprendentemente normal, y su mirada seria confirmo lo que decía- te doy tres segundos para alejarte o lo hago.
-sorpréndeme con ese disparo, Scarlett.
-uno.
-Arthur, ella solo quiere...
-¡me importa una mierda lo que ella quiera, John! ¡ella no es mi puta madre!
-dos.
-¡recuerda lo que dijo Tommy sobre esto!
-Tommy no está aquí, Finn, y el no puede protegerte siempre.
-tres.
-¡vamos a ver como Scarlett Solomons me va a matar! ¡dispara, dulzura!
Scar saco su arma, apuntó al objetivo y respiró, Arthur la observaba incitándola a hacerlo, sin creer que fuera capaz.
Golpe directo en su entrepierna, el mayor se agacho unos segundos por el dolor, le siguió un golpe seco en su nuca, empuñando la pistola que le había dado fuerza para dejarlo inconsciente.
-¿qué le paso?- frunció el ceño confundida, relajando su corazón ante la amenaza, John suspiro, tomo la botella que Scarlett tenia en su mano y salieron de la habitación, con Arthur en brazos de los menores.
Afuera seguían bebiendo con normalidad, por lo que a nadie le extraño ver al bigotudo saliendo inconsciente del cuarto, podría haberse desmayado por el alcohol, la judía guardo su arma antes de salir, actuando para no levantar sospechas, riéndose de una supuesta broma, los otros le siguieron el juego, hasta que una calle mas abajo el silencio los rodeo.
-mato a un niño, lo mato con sus manos. Estaban practicando, ni siquiera había un premio por el cual luchar.
Isiah hablo con temor e inseguridad, mientras se apoyaban en una pared para descansar.
-ha estado como un demonio todo el día, se enoja y... y da miedo, no sabemos si es que se descontrolara como sucedió recién, parece estar bien y de la nada el...- Fin suspiro, acomodando el brazo del mayor- íbamos a decirle a Tommy, pero se fue y no lo hemos visto, hay que decírselo a tía Pol también.
John interrumpió, queriendo hablar antes de que fuese tarde.
-primero hay que decírselo a Tommy, luego a Polly, esta ocupada ahora. Finn, deja a Arthur en su habitación, luego procura no meterte en problemas, yo hablare con Scar.
-¿respecto a qué?
-y si alguien pregunta, se cayó en el Garrinson, es lo único que tienes que decir- los adolescentes siguieron, el de pecas la observo- tengo muchas preguntas.
-¿Polly no te había dicho que deberías comenzar a responder esas preguntas tú sólo?
-respecto a ti, Scar, no puedo suponer sobre ti porque tendría más dudas.