Sintió como una de sus mejillas estaban siendo tocadas por unos dedos, poco a poco fue abriendo sus ojos, veía todo borroso.
-- ¡Levi, despierta por favor! -- Una voz se escuchaba, la voz se escucha como un eco que volvia y se iba. Esa voz la reconocia perfectamente, la voz la cuál le causaba tranquilidad. -- ¿Me estás escuchando? ¿Recuerdas que pasó?
-- Mikasa... -- Levi poco a poco fue recuperando su visión al igual que su conciencia, vio hacía arriba y lo primero que se encontró fue con Mikasa, pero no era lo que esperaba.
Mikasa seguía con su ropa al igual que con su peluca, se parecía mucho a ella [ en realidad bastante ] de hace varios años. La mayor suspiró con tranquilidad y le dio una cálida sonrisa. Levantó a Levi con mucho cuidado para luego acostarlo en el sillón.
-- Mikasa, ¿en serio eres tú? ¿Oh el trabajo me está volviendo loco?
-- Soy yo, Levi. -- Le acarició el cabello con tranquilidad, el menor estaba demasiado confundido, varias preguntas llegaban a Levi y no tendrían respuesta alguna sí no le preguntaba a Mikasa.
-- ¿Porqué mierda estás vestida así?
Mikasa se sonrojo al instante, no le podía decir la verdad y tenía que actuar rápido, la vida le estaba dando una oportunidad y no la iba a aprovechar.
Tomó el suficiente valor para comenzar a actuar, su plan a continuación era desplomarse en el suelo y comenzar a llorar como un bebé escandaloso.
Se abalanzó contra el suelo y comenzó a llorar, Levi estaba aún más confundido en la situación y tenía miedo de Mikasa, era raro ver a su novia llorar y más cómo si fuera un bebé escandaloso.
-- Mikasa... yo-
-- ¡Levi es malo conmigo! ¡Muy malo! ¡Ya no me ama! -- Empezó a decir varias cosas que un niño enojado diría a su padre o madre, Mikasa era buena actuando. -- ¡Ya no te quiero! ¡Eres feo y muy malo!
-- ¡Dios mío, Mikasa, no digas eso sobre mí! ¿Qué mierda te sucede, mocosa?
-- ¡Quiero que Levi me dé cariño! ¡Quiero que Levi me dé cariño! ¡Quiero que Levi me dé cariño! ¡Levi te o-!
El escándalo de Mikasa paró gracias a un pedazo de chocolate, Levi le había metido uno a la boca y Mikasa sonrió satisfecha. Se ruborizo al sentir el sabor del chocolate combinado con la fresa, era una de las cosas más deliciosas que pudo haber probado.
-- No pensé en otra cosa, esperó estés satisfecha con eso, estos chocolates los tragué para ti, Mikasa. -- La antes mencionada abrió los ojos de felicidad y parecía cómo si le brillaban.
-- ¡Quiero, quiero, quiero! -- Agitó sus manos cómo un bebé, que irónico.
-- Agh, de acuerdo.