LOS CAMINOS A TI

By YOYOZEPEDA

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Todos los equipos terminan por separarse, algunos más pronto que otros. Sus integrantes deben seguir su propi... More

NO MÁS SIETE
MOVING ON
SUNA
SENSEI Y ALUMNA
VOLVER A ROMPERSE
CONSECUENCIAS
KONOHA
CASI TODO
ELLOS
ELLA
EL RECUERDO DE UN TINTINEO
NIVEL CERO
PARALELOS
SENSEI-ALUMNA
KAKASHI Y SAKURA
UNA NUEVA PAREJA
LA VIDA JUNTOS
EL HOKAGE Y LA MÉDICO
PARA TI

RELACIONES.

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By YOYOZEPEDA


Kakashi estaba frente al Kazekage, se había quitado la máscara, era mejor que lo reconociera para la petición que deseaba hacerle, lo conocía y esperaba que eso inclinara la balanza a su favor. La familiaridad podría serle de gran ayuda en esa ocasión. Una cosa era desear quedarse, y decirle a Sakura que lo haría, pero primero debía reportarse con el Kage de Suna y ponerse a su disposición. Realmente era pura diplomacia y debía respetarla.

-A Sakura le gustará tenerte por aquí - declaró el Kage como afirmativa para que se quedara. El ninja que copia dejó escapar un suspiro de alivio, no es que pensara que Gaara le negara su petición, pero en las últimas horas se estaba cuestionando demasiadas cosas que antes eran obvias. Una parte de él esperaba que el Kage de Suna dijera algo como "o lamento, pero en este momento la Aldea para por una situación difícil y no es posible aceptar un ninja "extranjero", aunque sea amigo". Entonces se disculparía con su alumna y le diría que lo intentó, pero que no fue posible, volvería a Konoha y dejaría que la vida siguiera su curso. Pero no, la vida se detuvo en ese momento, en Suna, con su alumna, para tomar un respiro y continuar.

-Escribiré ahora mismo a Konoha y esperaré la respuesta mañana por la tarde. Mis dos compañeros partirán hoy mismo.

-No creo que Hokage-sama tenga alguna objeción, puedes quedarte el tiempo que desees- tampoco creía que la Quinta se negara, era casi seguro que se quedaría en Suna algunos días, en la última hora estaba pensando cada detalle y aspecto -¿Todo está bien, Kakashi?

-Sí. Muchas gracias, Kazekage-sama.

-¿Cómo está Naruto?

-Recibí una carta de Jiraiya-sama hace unas semanas en donde menciona el gran nivel de Naruto. No podría estar en mejores manos, y estoy seguro de que cuando vuelva, nos sorprenderá a todos gratamente, ya lo hace.

Gaara asintió y se quedó en silencio. Quizá lo mejor que podía hacer Kakashi era marcharse y dejarlo solo con sus pensamientos, pero el líder de Suna volvió a hablar con su tono tan acostumbrado, que incluso Kakashi reconocía.

-Naruto tuvo buenos maestros. Creo que Konoha estudia cada posible equipo para incrementar el potencial de alumno y sensei. Lee y su maestro, es sólo uno de los ejemplos, estoy seguro de que el ninja que se enfrentó con Temari en los exámenes Chunin también tuvo el sensei indicado...

-Jiraiya-sama es el principal responsable de la mejoría en Naruto. Es a él a quien debe atribuírsele el crédito.

-No lo creo. Sin embargo, imagino el reto que significó entrenar a un ninja como Naruto y como el renegado, Sasuke, y lo mucho que ayudó la presencia de Sakura.

-¿Sakura? - repitió como tonto.

-Sí, es de las ninjas que mejoran su entorno y a los que lo rodean, parece impulsarlos a mejorar. Kankuro ha cambiado mucho desde que ella está aquí, para bien; he visto tan sólo un poco de lo que Naruto está dispuesto a hacer por Sakura, apenas fue capaz de dejarla aquí. Es una excelente médico, pero es una mujer extraordinaria.

-Ya veo... - Kakashi no sabía qué decir, no es que no estuviera de acuerdo con lo que decía, era que nunca se puso a pensar en la presencia de Sakura en el equipo siete. Nunca fue su prioridad, se acostumbró a ella, disfrutó de su compañía, la protegió en cada misión juntos y habría estado feliz de seguirlo haciendo, pero nunca vio más allá de la ninja.

Para Gaara era más fácil ver sus atributos como mujer, sus edades eran similares; pero para él, catorce años más grande, parecía imposible verla como algo que no fuera su alumna.

Ahora que pensaba en el asunto, Sakura tenía un encanto especial que atrajo a Naruto, a Lee, a Kankuro, y hasta cierto punto a Sasuke, no era asunto menor que el Uchciha pudiera sentir realmente aprecio por alguien hasta el punto de preocuparse y tratar de cuidarla; como si eso no fuera suficiente, el mismo Kazekage la consideraba "una mujer extraordinaria".. Su alumna destacaba entre el gremio masculino, sólo un tonto podría pasar por alto todas esas cualidades que todos nombraban, un tonto, o alguien que fuera mayor, como él.

-Si necesita algo, no dude en pedirlo.

-Gracias, Kazekage-sama.

Kakashi salió de la oficina principal y se colocó la máscara, no se la quitaría mientras estuviera en Suna, al menos en público. El único que debía saber quién era el hombre detrás de la máscara ya lo sabía, el resto no importaba. Al salir de esa habitación en lo único que pensaba era justamente en su alumna, ¿cómo no hacerlo si hablaban tanto de ella? y justamente ahí la encontró.

Sakura estaba sentada en el pasillo con los ojos cerrados. El ninja que copia pensó que estaba pensando en alguna cosa, en los últimos sucesos del día; sin embargo, cuando se acercó, se dio cuenta de que la jovencita estaba dormida. Su melenita rosa caía sobre sus hombros, respiraba con absoluta tranquilidad y las manos caían a sus costados. Kakashi se inclinó para quedar a su altura y retiró con cuidado algunos mechones de cabello que caían sobre su rostro.

Era hermosa, eso nunca había pasado por alto para él. Sakura, cuando la conoció, era absolutamente tierna, pero esa ternura, lo sabía él, se convertiría en belleza y así fue. Podrían pasarle por alto las razones por las que algunos se flechaban por ella porque no la conocía a un nivel más personal, como Naruto o Kankuro; pero no la obviedad de su belleza, y sobretodo sus cualidades como ninja y futura médico.

Sonrió.

La médico se despertó con un pequeño sobresalto. Se quedó afuera de la oficina del Kazekage para esperar a su sensei, estaba pensando en todo lo que podría hacer ahora que lo tendría un par de días, no es que hubiera muchos lugares para visitar o pasear, el viento de la Arena impedía hacer muchas cosas al aire libre. Además no estaba segura de qué le gustaría al ex ANBU, si estaba demasiado cansado para un paseo, o si se aburriría quedándose en casa. Había tanto por planear... y entonces se quedó dormida.

La primera imagen al despertar fue una máscara ANBU que en las últimas horas le era muy familiar.

-Deberías ir a descansar - la voz de su sensei fue un susurro suave con el que intentaba no despertarla del todo.

-Sus compañeros están despiertos y listos para marcharse. Lo acompañaré a la entrada para que pueda despedirse - contestó la médico estirando los brazos para espantar los restos de sueño que le quedaban. Después le ofreció una sonrisa llena de entusiasmo.

-Lamento haber interrumpido tu día de descanso, Sakura - la médico ignoró ese último comentario, se puso de pie de un brinco y le ofreció la mano a su sensei, él la tomó después de algunos segundos.

-Será mejor que nos demos prisa.

Kakashi y Sakura caminaron tranquilamente hasta la entrada de Suna sin compartir una sola palabra. Los dos pensaban en la última vez que estuvieron en esa Aldea, cuando la médico se quedara y Kakashi no se despidiera.

El ninja observó de reojo a su alumna, sin duda que estaba recordando ese momento, lo que Naruto le dijo para justificar su ausencia. En la expresión de Sakura no había más que una ligera melancolía, pero no molestia o enojo, eso lo hizo sentir peor. Le debía una disculpa, aunque ella no la pidiera y el tiempo hubiera pasado, aunque lo recibiera de una forma tan dulce y cálida. Y estaba por hablar, pero entonces se encontró con sus dos compañeros que ya lo esperaban, de pie y con tanto ánimo como cuando salieran de Konoha. La ninja había hecho un extraordinario trabajo.

-Gracias por todo, Sakura-san - dijeron los dos al mismo tiempo, fue una casualidad que ocasionó una sonrisa entre todos los presentes, incluido Kankuro que parecía decidido a no separarse de la médico.

-Me alegra haber sido de ayuda. Es necesario que vayan al Hospital de Konoha para que sean atendidos.

-No creo que sea necesario, pero lo haremos de igual forma - dijo el ninja más herido, y que para sorpresa de Kakashi, se mostraba más hablador que de costumbre. ¿Otro enamorado? Era demasiado, ¿es que le bastaba sonreír para que se deslumbraran? - Gracias, Sakura-san.

Se despidieron de Kakashi con asentimiento de cabeza, sin decir alguna palabra, todo estaba arreglado entre ellos; así que desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Kakashi les dijo que se quedaría, pero no les dio razón alguna y ellos no lo pidieron. La razón para que su compañero se mostrara un poco más conversador de lo habitual, y la razón para que él se quedara, era la misma.

Los siguiente fue un silencio entre todos los presentes, ninguno parecía saber qué decir, Kakashi pensó que esa era la oportunidad para disculparse, pero no quería que Kankuro descubriera su identidad, no estaba seguro de si el Kazekage le dijo a su hermano quién se quedaría, quizá Sakura lo hizo, pero esperaba que no. Guardó su disculpa para otro momento.

-Es mejor que venga conmigo - la voz de Kankuro sobresaltó a Sakura que se había quedado viendo el paisaje mientras la tarde terminaba de caer - Aquí anochece pronto, le mostraré dónde se quedará, es una habitación bastante amplia, el propio Gaara...

-Gracias, Kankuro-kun - interrumpió la médico olvidándose de que un año antes estaba parada en el mismo lugar, aunque mucho menos feliz - Pero él se quedará conmigo mientras permanezca en Suna. Y tienes razón, es mejor que nos vayamos, la tarde dura muy poco y las noches son muy frías, o eso me lo parece a mí.

Sakura observó perfectamente el gesto de extrañeza que hizo Kankuro, no esperaba esa respuesta, no esperaba que el ANBU se quedara, y por supuesto que no sabía que fue petición de ella. En sus acciones no había nada reprochable, pero sí sorprendía a los que la rodeaban; los del Hospital se asombraron cuando rechazó la ayuda que le ofrecieron para atender a los ANBU de Konoha, y se sorprenderían aún más cuando supieran del permiso de cuatro días que pidió para estar tanto tiempo como fuera posible con su sensei, Gaara no pudo ocultar su asombro; Kankuro no podía estar más desencajado por todo lo que sucedía, y por lo que se enteraría. Sakura adivinaba todo lo que pasaba por la mente del hermano del Kazekage.

-De acuerdo- contestó Kankuro con una sonrisa y los dejó partir no sin antes tomar su mano y apretarla con delicadeza y ternura.

-Espero no estar causando problemas entre tú y él- la voz de su sensei sonó tranquila y relajada.

-En absoluto, sensei.

-¿Sabe que soy yo quien se queda en tu departamento?

-No, por lo menos yo no le he mencionado nada, mucho menos su identidad.

-Hazlo si eso lo deja un poco más tranquilo.

-¿A qué se refiere, sensei?

-Creo que Kankuro está pensando que detrás de esta máscara hay un ninja de tu edad, o por lo menos no tan viejo. Si le mencionas que soy tu sensei, bueno, creo que dejará de creer que soy un peligro, o que es una mala idea compartir tu departamento, o que son excesivos los abrazos o la bienvenida que me diste. Está celoso.

-Kankuro-kun no tiene porqué estar celoso- su tono fue perfectamente firme, estaba segura de haber sorprendido con esa respuesta a su sensei. La última vez que se vieron ella estaba enamorada de Sasuke y parecía tan imposible que aceptara la compañía de alguien más.

Llegaron al departamento de Sakura, un lugar que había intentado hacer suyo para no extrañar tanto la Hoja, su ambiente; pero por más que lo intentó siempre que estaba en ese lugar, le quedaba claro que no era su hogar, así que dejó de intentarlo y se adaptó. Por lo menos en esa ocasión se sentía más cerca de Konoha, y, por primera vez en mucho tiempo, pudo sonreír cuando entró a ese lugar.

Kakashi se quitó la máscara a penas entraron al departamento. Por todo el lugar podía ver pequeñas pistas de lo que ahora era Sakura, todo organizado, algunos cuadros decorativos que asemejaban a paisajes de Konoha, un aroma dulce y peculiar que pertenecía a algunos arreglos florales, las cortinas rosas... Sonrió, era imposible que no asociara ese color con su alumna.

-Ahora vuelvo, póngase cómodo, por favor.

La médico desapareció y la sonrisa de Kakashi también. No es que se arrepintiera de quedarse, pero de pronto parecía demasiada cercanía para un sensei y alumna que nunca tuvieron mucho de qué hablar, y si lo tuvieron, eso fue un año antes. Estaba parado intentando pensar en un tema de conversación, en no sentirse como un intruso que irrumpía en la rutina y en la vida amorosa de su alumna. Ese tema daba demasiado para hablar, pero no se atrevía a abordarlo, porque de nuevo, no eran tan unidos, la confianza era en las misiones, no en las conversaciones.

-Sé lo que está pensando, sensei- Sakura apareció de nuevo, vestida con una camisa ninja de Konoha, con el sello del País del Fuego en los hombros, una camisa del mismo tipo a la que él usaba cuando era el encargado del equipo siete. Su cabello caía suavemente sobre los hombros. Estaba descalza, pero eso no fue lo que llamó su atención, sino que las piernas de la médico estaban al descubierto, desde sus muslos, que apenas se cubrían con la camisa, hasta los pies. La idea de que no tuviera short debajo de esa camisa no dejaba de rondar en su mente.

-No, estoy seguro de que no.

Sakura caminó hasta uno de los sillones que conformaban una pequeña sala, y él la observó a cada paso que daba, hasta que se sentó tranquilamente.

-Estaba pensando en mi relación con Kankuro- el gesto que hizo Kakashi ocasionó una verdadera carcajada de Sakura, verla reír de esa forma lo relajó automáticamente. Esa imagen...- La última vez que nos vimos, bueno, creo que era evidente para todos que estaba enamorada de Sasuke. Un año después estoy con Kankuro, debo parecer de sentimientos tan cambiantes y ligeros que me apena.

-Te equivocas - Sakura lo observó con curiosidad mientras retiraba un mechón de cabello rosa y lo acomodaba detrás de su oreja. Kakashi se acercó para tomar asiento en la mesa de centro, como siempre, intentaba romper las reglas al ignorar los dos sillones vacíos -Conozco perfectamente todo el tiempo que le dedicaste a Sasuke, es más de lo que podría pedir considerando todos los años que lleva ausente- la verdad es que seguía teniendo curiosidad, le parecía tan imposible que estuviera con alguien más que no fuera el Uchiha.

-Hace sólo un par de meses que estamos juntos... Aquí no está el recuerdo de Sasuke, aquí nadie me lo recuerda o asume que estoy enamorada de él y eso lo hace más sencillo. No hay misiones para traerlo de vuelta, ni misiones que me conecten de alguna forma con él. Cuando te alejas un poco, la situación parece tan distinta.

-¿Qué es lo que ves ahora, Sakura?

-Que, aunque me gustaría que regresara, sigo creyendo que es lo mejor, no tengo por qué seguir enamorada de él - la médico lo observó con la mirada más tranquila que jamás le había visto cuando hablaron del Uchiha, una buena parte se había reconciliado con su pasado, con esa faceta de niña locamente enamorada, dispuesta a dejar todo atrás para acompañarlo, dar su vida por él- Fue mi compañero, parte del equipo siete, en más de una ocasión me protegió... pero no puedo enamorarme de recuerdos. O en todo caso, es preferible enamorarse de personas, no de ideales, no de recuerdos, tampoco de fantasías.

Kakashi rió, no es que la situación fuera graciosa, es que nunca se imaginó hablando de ese tema con Sakura, de sus sentimientos, del amor que le tuvo al Uchiha. Cuando estaba parado intentando pensar en algo para conversar, la vida amorosa de su alumna se le cruzó por la cabeza, pero parecía imposible abordarlo. Y ahora...

-Supongo que no somos los mismos - admitió Kakashi un poco sorprendido de la facilidad con la que su alumna abordaba el tema de Sasuke, su enamoramiento, lo explicaba y lo olvidaba.

-También usted ha cambiado - dijo Sakura con una sonrisa traviesa- Confieso que esperaba verlo leyendo alguno de sus libros.

-Debo cuidar mi imagen como ANBU - Kakashi rascó su cabellera gris y rió suavemente- No digo que no los extrañe.

Quizá el ninja que copia se equivocaba, podrían tener algo de qué hablar, alguna conversación surgiría y los cuatro días que se quedarían pasarían como un descanso agradable y no incómodo o extraño como imaginó. Era una oportunidad para conocer a Sakura, no como su alumna, porque no estaban en ninguna misión, mucho menos como mujer porque tendría que tener por lo menos diez años menos. Era su oportunidad para conocerla como colega, y estaba seguro de que descubriría algo sumamente interesante.

-Debes estar cansada, Sakura, yo me quedaré aquí, ve a dormir.

-No estará pensando en quedarse aquí- la jovencita se puso de pie- Dormirá en mi habitación, conmigo. Ya antes hemos compartido una noche, en más de una misión dormí a su lado. Me daré una ducha, hay comida en la cocina, imagino que debe estar hambriento, así que por favor coma algo.

Antes de que Kakashi pudiera decir algo, la médico desapareció. No le quedó más remedio que sonreír por dos cosas, la primera, Sakura estaba acostumbrada a dar órdenes en el Hospital y acostumbrada a ser obedecida por lo que esperaba lo mismo de él. Era un poco gracioso que incluso en la distancia adquiriera algunas características de la Quinta. La segunda, lo sencillo que decidió Sakura que compartirían la cama, y era porque así como él no la podía ver como mujer, ella tampoco podía separar al ninja del hombre. Para la médico él era, primero, un ninja, después su sensei, y por último, un ANBU.

Cuando Sakura salió de la ducha, se encontró a su sensei acostado en el suelo boca arriba; se había quitado la armadura y las sandalias. Ahora sólo vestía una camisa negra elástica y su acostumbrada máscara negra. Sonrió por esa imagen que le recordó un sentimiento doméstico, algo a lo que cualquiera podría acostumbrarse y que siempre le ocasionaría una sonrisa. Imaginó que su sensei tenía algunos rasgos distintivos y espontáneos que hacían la vida interesante.

-Me duele la espalda- dijo el ninja a modo de explicación.

-Podría darle un masaje, estoy segura de que le ayudaría mucho.

-Primero quisiera tomar un baño.

-Seguro.

Cuando la jovencita se quedó sola, se aseguró de que su sensei hubiera comido algo, y en realidad sí lo hizo. Tomó la armadura que estaba en una pequeña mesita junto a la máscara y dos espadas, y la llevó hasta su habitación. El dormitorio estaba medio organizado, había algunos libros fuera de lugar, y la cama estaba destendida, con todo lo que sucedió por la mañana, su última prioridad era hacer la cama, y Kankuro salió con la misma prisa que ella por lo que tampoco le prestó atención a la cama destendida. Él estaba dormido cuando Sakura atendió la puerta y le dijeron que Kakashi la buscaba; despertó a su pareja para explicarle lo que estaba sucediendo, aunque evitó decirle que era su sensei el que pedía su ayuda. Era un detalle innecesario y que sólo debía importarle a ella. Cuando descubrió que venía como un ANBU, entonces le pareció más importante que mantener su identidad oculta.

Ahora que tenía más tiempo, cambió las sábanas. Su corazón seguía tan intranquilo como cuando la despertaran para anunciarle la presencia del ninja que ahora se duchaba.

-Además de anochecer pronto, hace más frío del que esperaba.

Sakura se dio la vuelta para ver al ninja que acababa de salir de la ducha, su cabello seguía mojado, algunas gotas de agua escurrían por las puntas para aterrizar en los brazos del ninja. Vestía unos pantaloncillos y una camisa negra elástica. La piel de su rostro, la poca que alcanzaba a ver, estaba húmeda y fresca por el reciente baño, un poco sonrojada. Vestía lo mismo que antes de que tomara una ducha, pero lucía diferente porque estaban compartiendo una escena muy cotidiana, parte de la rutina de ambos. Era la primera vez que Sakura lo veía de esa forma. Pensar que poco antes estaba en la ducha, sin esa camisa que lo cubriera, sin los pantaloncillos...

-¿Sakura?

-Sí, me tomó un tiempo acostumbrarme - la joven se dio la vuelta justo en el momento en el que un sonrojo que comenzó en sus mejillas se extendió hasta sus orejas - Pensé que podría darle un masaje, por su espalda. Pero necesitaré que se quite la camisa y se acueste en la cama, si no es un problema para usted- esto último lo dijo completamente roja y sofocada. Sentía su rostro arder y lo peor era que no podía controlarse.

-En realidad lo apreciaría mucho. Ha sido un día largo.

Sakura le dio unos segundos a su sensei, imaginando que se estaría quitando la camisa, y que por tanto su rostro estaría al descubierto. Claro que conservaba la tentación de verlo, su curiosidad estaba más viva que nunca. La tentación de cometer una travesura y voltear en ese preciso momento, latía con fuerza en su pecho; estaba por girarse y acabar con el misterio de una vez, pero escuchó el colchón de la cama que cedía bajo el peso de su sensei.

Cuando se dio la vuelta, el ninja ya estaba recostado en la cama y su rostro oculto entre las almohadas. Su espalda estaba completamente al descubierto, era imposible no observarlo con mucho más detalle de lo habitual.

Sakura pensó que se sentiría como atender a su padre, sonaba ridículo, pero pasaron tiempo juntos, lo veía como una figura paternal. Pero ahora que veía su espalda, la sensación no podía estar más lejos de algo paternal. La espalda del ninja estaba bien definida, los años de trabajo físico se veían reflejados en cada músculo marcado, sin un gramo de más, desde su cadera hasta los hombros que se ensanchaban de una forma... ¿provocadora? La médico negó, ¿en qué se suponía que estaba pensando?, ¿cuánto tiempo se había quedado sumida en sus pensamientos? Siguió sin reacción durante un par de segundos más, la cantidad de tiempo que le tomó ver centímetro a centímetro desde la cadera del ANBU hasta los brazos que estaban sobre la cabeza. Por un momento olvidó que se trataba de su sensei, pero la cabellera gris la trajo de vuelta a la realidad.

Se aclaró la garganta y se acercó al ninja. Era la primera vez que lo tocaba de esa forma, era la primera vez que tenía la confianza para hacerlo. Estaba tenso, las manos de Sakura se deslizaron por la piel al tiempo que liberaba una diminuta cantidad de chakra, y se aseguraban de relajarlo.

-¿Qué sucedió en la misión? - preguntó Sakura concentrada en el masaje, estaba de pie junto a él, pero no era la mejor manera de hacerlo- ¿Le molesta si me subo en su espalda? creo que lo disfrutará más.

-Un improvisto, un ninja desconocido atacó. Fue mi culpa, no debimos separarnos, no fue justo que yo saliera ileso. Puedes subirte a mi espalda, pero no te detengas - respondió con la voz ronca. Sakura se subió a su espalda, esperaba que hubiera un pequeño sobresalto, sentir una tensión por la sorpresa, pero el ninja permaneció relajado. Quizá estaba acostumbrado a los masajes.

-Me alegra que resultara ileso.

-A mí me alegra que te ofrecieras a darme un masaje, es el mejor que he recibido, lo haces de maravilla.

-Estoy para servirle, sensei.

Sakura se mordió la lengua, ese comentario había sonado absolutamente sugerente. su sensei carraspeó una vez y no dijo nada. La médico continuó con su masaje en medio de un silencio tranquilo.

Cuando terminó se dio cuenta de que en algún momento su sensei se había quedado dormido. Estaba boca abajo, y ni siquiera cuando ella se bajó hubo cambio alguno, él seguía durmiendo profundamente dejando al descubierto el perfil de su rostro. Sakura se quedó embobada viendo algo que rayaba en lo prohibido. El ex ANBU tenía un perfil fino, su nariz, el contorno de sus labios, de sus mejillas, eran la prueba de lo atractivo que era. Algunos mechones de cabello gris descansaban en su rostro, lo que ofrecía un contraste entre la juventud en su rostro, y la apariencia que el color de cabello pudiera ofrecerle. Era un ninja joven y atractivo, sumamente atractivo.

La única cicatriz la tenía en su ojo izquierdo, solamente esa. 

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