Antes de empezar quiero decirles que el segundo episodio de Isa Morgenstern y su podcast ya está en youtube! También está en la parte de arriba del número del capítulo.
Vayan a darle amor💜
Ahora si
Disfruten!
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He estado muy ansiosa.
Desde que se fue Esteban, mis manos no han parado de temblar. Trato de procesar lo que hablamos, me parece tan irreal la idea de si voy a escapar definitivamente de Michael, es un sueño que espero se haga realidad.
Michael no ha regresado, no se cuanto tiempo ha pasado, pero debo suponer que ha sido mucho, se siente que ha sido mucho. Honestamente no sé cómo voy a mirarle a la cara, después de todo lo que me confesó Esteban.
Max vino.
Y yo tuve ni idea.
Obviamente Michael no me diría, no le conviene, pero de algún modo me siento traicionada...y lo de las cámaras. Sacudo mi cabeza, lo de las cámaras me tiene los pelos de punta, es demasiado. No creí que Michael llegara a poner cámaras en la habitación, aunque a este punto nada puede sorprenderme. No se si me estará viendo en este momento y eso me desespera.
Me abrazo a mi misma y camino hasta el sofá. Esteban me dijo que Michael no estaba en la oficina, así que no tenía nada de qué preocuparme, tal vez todavía estaba ocupado en lo que sea que planeo Esteban
Esteban, Esteban, Esteban...¿De verdad puedo confiar en ti?
Suspiro.
No estoy segura de nada, pero tendré que dejar mi desconfianza a un lado si quiero escapar de aquí.
Muevo mi pierna en signo de nerviosismo. Michael puede venir en cualquier momento y no se si tendré la locura suficiente para fingir, ya lo he hecho, si, pero esta vez se siente muy diferente. No, tengo que desaparecer toda inseguridad de mi mente, tengo que hacer esto, mi mente tendrá que olvidar todo, es la única opción. Jugaré su juego, seré su sueño.
Esta vez no caeré, seré fuerte, a pesar que aveces me siento culpable por no corresponderle.
Cierro los por un momento y respiro hondo.
La puerta se abre.
Elevo mi rostro y sonrío.
Michael entra por la puerta.
-Lo siento, princesa...-suspira mientras cierra la puerta- No pensé que tardaría tanto...
-No te preocupes...-digo con voz suave. Michael se voltea al terminar de cerrar la puerta y me mira.
Sonríe.
-Eres muy hermosa- dice de la nada. Bajo mi cabeza por la fingida vergüenza.
-Gracias...-susurro. Escucho sus pasos acercándose a mí. Sigo con mi cabeza baja cuando se arrodilla frente a mi. Toma mi barbilla y eleva mi rostro. Estamos tan cerca. El nerviosismo quiere volver a salir. Trago.
-¿Todo bien?- pregunta mirándome atentamente, observo sus ojos y asiento.
-Si...-trato de sonreír de nuevo- ¿Te gustaría hacer algo?
Michael me mira con brillo en sus ojos.
-¿Qué tienes en mente, amor?- su mano va a mi mejilla. Tiemblo un poco, acerca tanto su rostro que nuestras narices se tocan.
Tengo muchas ganas de apartarme.
Pero solo cierro los ojos.
-Bue...Bueno...yo- mi voz es entrecortada, no puedo hablar. Llevo mi mano a la suya, la aprieto un poco. A pesar que tengo los ojos cerrados, puedo sentir su mirada- Yo...
-Tengo una idea...-dice en susurro. Aprieto mis ojos con fuerza. Me besa.
Trato de relajar mi cuerpo. Sentir sus labios siempre ha sido extraño para mi, sus besos son suaves, con cariño, pero se sienten tan mal.
Hace mucho me hubiera apartado, pero sé que no puedo hacerlo. Solo tengo que esperar un poco más, solo un poco más.
Su beso se intensifica poco a poco, sus manos están en mis mejillas, duele un poco su agarre. Michael hace que me levante, suelto un jadeo de sorpresa por el repentino movimiento. Mis piernas tiemblan ya que sé a dónde me está guiando. Separa sus labios por un momento, su respiración es acelerada, igual que la mía.
-Eres... lo mejor... que me ha pasado-dice entrecortadamente. Abro mis ojos cuando mis piernas tocan la cama- tan...bella...
Al terminar de hablar, pensé que volvería a besarme, pero me equivoco. Deja un beso en mi mejilla, luego en mi mandíbula, sus besos bajaron por un cuello. Mi piel se eriza sin querer evitarlo.
Michael hace el intento de empujarme para caer en la cama, coloco mis brazos alrededor de su cuello para impedir caer.
-¿Qué...sucede?- pregunta con su respiración todavía acelerada. Por su pregunta puedo intuir que mi cara de miedo es muy obvia.
-Yo...-Lo miro a los ojos. Él está esperando mi respuesta. Sin saber que decir, lo abrazo con fuerza escondiendo mi rostro en su cuello- Lo siento...no me siento preparada.
Cierro mis ojos con fuerza al esperar su reacción. Lo abrazo un poco más hacia mi.
El silencio me saca de los nervios. Abro y cierro mi boca sin saber qué hacer o qué decir.
-Michael...-susurro.
-¿Va a seguir con eso?- un escalofrío pasa por mi cuerpo al escuchar su voz, está enfadado, está controlandose. Su cuerpo está tenso- ¡¿Hasta cuando vas a seguir con eso?!
Jadeo cuando de repente me empuja con violencia, caigo con fuerza en la cama.
Mi corazón quiere salirse de mi pecho.
Lo miro con miedo.
Su rostro está lleno de furia. No pensé que fuera a tomarse lo que dije tan mal, teniendo en cuenta que lo estaba abrazando, no me había alejado de él. Me había aferrado a él con todas mis fuerzas y aun asi, explotó.
-Michael...
-¡Cállate!- Grita horriblemente. Se ve tan enojado-¡¿Por qué siempre tienes que evitar lo malditamente inevitable!?- con mis manos me hago hacia atrás, me intimida- Estas aqui, sola, ¡conmigo!- se acerca hasta quedar a los pies de la cama. Solo lo miro- Solo somos nosotros dos, amor...solo me tienes a mi- Cierro mis ojos por un momento al escuchar eso último- ¡Yo te amo!
Abro mis ojos.
Su rostro está rojo; rabia y frustración se ven claramente. No me atrevo a decir ni una palabra de inmediato. El pecho de Michael sube y baja con mucha fuerza, se escucha claramente su entrecortada respiración.
-Michael...-digo su nombre para empezar. Sus manos están apretadas en puños, su mirada es baja. Su pecho sube y baja rápidamente todavía- Michael...
Trato de decir su nombre suavemente, como una caricia, para que sepa que no voy a decirle nada mal, por más que quiera hacerlo. Él tarda un poco en elevar su mirada, pero cuando lo hace, me doy cuenta que sus ojos están rojos, ¿lloró?
Muerdo mi labio inferior, signo de mi duda. Michael solo me mira, con esos ojos llenos de rabia, llenos de...locura. Decido colocarme de rodillas en la cama, una manera de estar parada.
-Yo...lo siento- Digo mirándolo a los ojos. Comienzo a acercarme- No quise que te molestaras- ya me encontraba más cerca, a centímetros. Me mira atento- Lo que pasa es que yo...no me siento cómoda, ya sabes...-entrelazo sus manos con las mías- Siento...que no es el mejor lugar- Muestro una pequeña sonrisa- Es un momento especial y este lugar...
Michael abre su boca, sus ojos se mueven de un lado para el otro viendo mi rostro. Antes de que pueda decir algo, mis manos que estaban con las suyas, las llevo a su cuello y lo rodeo. Nuestros rostros vuelven a quedar cerca.
Siento en mi cuerpo muchas sensaciones que son difíciles de explicar, siento nerviosismo, adrenalina, no sé...no sé cómo esto saldrá.
-Cuando estemos...los dos solos- comienzo. Mi mandíbula tiembla un poco- cuando nos vayamos lejos como tú dices...-llevo una de mis manos a su mejilla, la acaricio suavemente- Estaré...contigo, solo contigo- Acerco aun mas mi rostro. Nuestras narices se tocan. No puedo evitar tensar mi cuerpo- Será especial.
Quiebro la pequeña separación entre nosotros, beso sus labios.
Cierro mis ojos con fuerza, sin poder evitarlo.
El beso no dura mucho, apenas había sido un pequeño roze. Espero que esto sea suficiente, tengo que tenerlo tranquilo, sin ninguna intención. Eso lo mantendrá ilusionado, lo hará esperar, un momento que no va a llegar, porque el plan va a ser un éxito y voy a estar lo más lejos posible de él, para siempre. Seré feliz.
Solo tengo que fingir, no es nuevo para mi de todas formas.
Me separo de Michael, lo miro atenta. Honestamente no sé cómo va a reaccionar. Bajo mi mano de su mejilla; pongo ambas de mis manos a mis costados.
-Aisa...-Le presto atención, toda la atención que puedo dar- Solo estoy yo para ti -una de sus manos va a mi mejilla ahora. Espero que esto vaya de la forma que quiero.
-Lo sé...-trato de sonreír de nuevo- Lo sé.
Michael sonríe.
-Tienes razón, princesa- Me da otro pequeño beso-Supongo que no lo había visto de esa manera
¿Cómo rayos logré esto?
No puedo creer que Aisa me haya besado.
Se sintió magnífico.
La manera en la que se acercó a mí, la manera en que me dijo lo que siempre escuchar salir de sus hermosos labios. Fue como un sueño, por un momento me había planteado si tenía a la verdadera Aisa o si la persona que me acarició era esa fantasía que me había acompañado en mis momentos de soledad.
Amo la idea que ella por fin se haya rendido. Todo este tiempo, todos los sacrificios no fueron en vano, por fin puede darse cuenta. Me aseguré de mirarla atenta, me aseguré que sus bellas palabras no fueran mentira. No quiero ni imaginar que me este engañando de nuevo...no, no puedo pensar así.
Tengo que confiar en mi princesa.
Acarició su cabello lentamente. Se encuentra descansando en mi pecho; nunca habíamos estado más unidos, ni siquiera en nuestra. Lo que sucede, es que Aisa en ese momento no entendía, no sabía qué era lo mejor. Ahora si lo entiende, ahora está dispuesta a ser feliz a mi lado.
Yo no he podido ocultar mi felicidad, me encuentro hablando y hablando, no puedo parar. Le digo con emoción todas mis ideas, del futuro, cuando vivamos juntos, solos. Desde cuando lleguemos hasta que nos casemos. No menciono la palabra casamiento, no quiero que Aisa se altere, ya que sé que es muy joven y tal vez le impacte un poco, pero luego lo aceptará.
Al final siempre reina el amor.
Su cabello es tan suave, no puedo parar de acariciarlo. Toda ella es hermosa; no hay nada que pueda compararse. Bueno, algo místico, un ángel.
No puedo creer cómo todo cambió, cómo logré tener lo que quería. Nunca me había sentido más acompañado, y sé que muy pronto yo me sentiré amado. Solo espero que Aisa no lo arruine; he trabajado mucho para tenerla a mi lado. No quisiera estar enojado con ella.
No quiero volver a sentir la rabia que me daba cuando ella priorizaba a su hermano y no a mi, o cuando su mente no aceptaba que no tenía escapatoria, que no podía huir de mi.
-Michael...-su voz me hace verla- Me...me esta lastimando.
No me había dado cuenta que la repentina molestia se había reflejado en mi mano causando que tomara el cabello de Aisa con un poco de fuerza. Lo solté lentamente.
-Lo siento, princesa...no me di cuenta- Susurro. La aparto de mi pecho para que ponga su cabeza en la almohada. Lentamente me acomodo para hacer lo mismo y recostarme de un lado para poder verla; quedamos cara a cara. La observo, no puedo parar de verla.
Aisa me mira con expectativa, tal vez piensa que haré algo. Una sensación de malestar llega a mi pecho, a pesar de todo, todavía veo miedo en sus ojos. No tanto como antes, tal vez trata de ocultarlo. Aparto su cabello y acaricio su mejilla.
-Me encanta poder estar así de cerca contigo, princesa- susurro, ya que no es necesario elevar mi voz por la cercanía- Me encanta que solo seamos tú y yo...nadie más- Acaricio su rostro lentamente, paso mis dedos acariciando con mucha suavidad, Aisa es tan delicada, a veces me da miedo tocarla. Ella tiene que ser admirada.
Antes sentía que no tenía derecho a tocarla, pero cin todo lo que he hecho, me lo he ganado. Quiero demostrarle todo mi amor.
Quiero demostrarle que la amo, no quiero tener que volver a golpearla. Nunca le he hecho daño, todo lo que sucede es para ayudarla, para ayudar nuestra relación.
Ya nadie puede separarnos.
Todo es perfecto.
Solo tengo que esperar a hasta que todo esté resuelto por aquí y luego nos iremos.
-¿Estas feliz, princesa?- pregunto sin evitarlo. Aisa me mira por un momento , luego un pequeña sonrisa aparece en sus labios. Hermosa.
-Si, Michael...si.
-Me alegro- digo mirando su cuello. Acaricio allí- Después de todo, solo me tienes a mi...-la veo al terminar de hablar.
-Lo sé- contesta sin mirarme- Siempre dices eso.
-Porque es verdad, mi amor- Sonrío- Tu hermano ni siquiera ha hecho el intento de saber donde estas.
Miento. Tengo que hacerle creer a Aisa que Max no ha molestado; tal vez así esté un poco más decidida a estar solo conmigo.
Aisa me mira seria al terminar de hablar, su expresión cambia totalmente. Sin decir nada se levanta y se sienta. La miro sorprendido por su arrebato. Aprieto mi mandíbula
-¿Por qué te pones así?- pregunto empezando a enojarme.
Aisa se encuentra sentada en la cama, evitando. no puedo ver su rostro ya que está de espalda. Está un poco encorvada y apoya sus manos en la cama.
-Es que...-no sabe qué decir. Veo cómo su cuerpo se tensa. No me hagas enojar, Aisa- Es que...me duele que...Max no quiera saber nada de mi.
-Oh, princesa- Me parte el corazón cuando comienza a llorar. Ella no debería llorar por ese monstruo que nos quería ver separados. Me arrodillo en la cama y me acerco a ella. La abrazo por la espalda. Su sollozos se hacen un poco más fuerte- Sé que te duele, princesa, pero no pienses más en él.
-Es mi hermano.
-Piensa en nosotros- continuo sin prestar atención a lo que dice- Piensa en mi. No malgastes tu amor en personas que no lo merecen, Aisa. Yo soy el único que te quiere de verdad, ¿acaso no ves todo lo que hago por ti?
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Holaaaaaa
Capítulo largo!
Qué les pareció?
Aisaaaa😏 podrá fingir?
Espero que les haya gustado💜
Muchísimas gracias por leer! Vayan a escuchar el segundo episodio mi podcast! El video se encuentra en la parte de multimedia, arriba del número del capítulo
Por cierto, acabo de leer el nuevo capítulo de Insania de Ariana Godoy y quede así😮
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YouTube: Isa Morgenstern