9 REGLAS (L. S.)

By GEORGIAROSE230710

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Es 1986. El dueño del hospital psiquiátrico WAHNSINN, Louis Tomlinson, recibe a noticia de que miles de manic... More

Prólogo
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO XIII
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVIII
CAPÍTULO XIX
CAPÍTULO XX
CAPÍTULO FINAL
EPÍLOGO
Parte II (Especial O.S.)
ꕥ Nota ꕥ

CAPÍTULO XI

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By GEORGIAROSE230710

-Harry, me tengo que - Harry no dejaba a Louis hablar, sólo continuaba besándolo de una manera tan húmeda que era complicado para el castaño apartarse, sus sentidos se encontraban nublados, sólo necesitaba estar en los labios de Harry para sentirse completo - me tengo que ir corazón.

- No - respondió con su voz grave mientras atrapaba la boca de Louis con sutileza, mordiendo su labio inferior - no quiero. No te vayas.

- Oye - el rizado continuaba evitando que Louis hablara, ciñendo cada vez más sus caderas con sus fuertes manos - por favor Harry, vendré más tarde, tengo algunos asuntos que atender.

Harry suspiró en seña de derrota, besando la mejilla del hombre y soltándolo finalmente. Vio como Louis se retiró con tranquilidad mientras que él sintió un vacío a su lado, necesitaba a Louis a su lado para estar completamente bien, pero no quería obligarlo a tenerlo con él todo el tiempo, aunque de veras deseaba que se quedara hasta la noche, quería saber lo que era despertar a su lado, escuchar su voz ronca por la mañana, lo necesitaba.

Se levantó minutos después y volteó a su mesa. Vio que había un vaso con agua derramada en el suelo, pensó entonces que Louis la había tirado cuando entró a la habitación e intuyó que había tomado su medicamento, aunque en realidad no recordaba haberlo hecho, simplemente no vio la pastilla en la mesa y no le tomó importancia al asunto.

Quiso buscar a Niall, sintió la necesidad de agradecerle por lo que había hecho por él, todavía le causaba un poco de gracia recordar al pobre rubio con la cara roja intentando golpear al otro paciente, sus golpes torpes casi lo hacían carcajear. Caminó por toda el área pero no lo visualizó por ningún lado.

- Oye - Harry se acercó a un enfermero - ¿Sabes dónde está Horan?

- Aislamiento - expresó secamente.

- ¡¿Qué?! No, sácalo de ahí.

- No puedo, golpeó a un paciente, se quedará ahí hasta mañana. Lo tuvimos que sedar.

- Louis - dijo repentinamente - Louis quiere que lo saquen.

- ¿El señor Tomlinson? - preguntó con confusión - ¿Por qué el señor Tomlinson pediría eso?

- Ve y pregúntale - expresó demandante - no pierdes nada haciéndolo.

El enfermero rodó los ojos pero le hizo caso al rizado, caminando con pocas ganas hacia el despacho de Louis. Harry se quedó justo en el mismo lugar, esperando la respuesta del hombre. Un par de minutos después este llega, negando con la cabeza y caminando hacia unas puertas corredizas, abriéndolas e introduciéndose enseguida. Harry se acercó a las puertas pero se fijó que no podía entrar él, por lo que se quedó justo en frente esperando a que el enfermero saliera.

Segundos después el enfermero salió junto a Niall, el cual se encontraba aún adormilado por el sedante, pero al ver a Harry abrió sus ojos con sorpresa y se abalanzó hacia él para abrazarlo. Harry correspondió el abrazo al instante, pero lo soltó segundos después, soltando una leve sonrisa.

- Hasta que sonríes grandote, gracias por sacarme.

- Te la debía - respondió ocultando su sonrisa con su mano.

- Bueno Horan, de regreso a su habitación - expresó el enfermero, tomando del brazo a Niall con sutileza. Niall se despidió con una amplia sonrisa de Harry mientras le seguía el paso al enfermero que intentaba regresarlo a su cuarto.

El rizado salió al patio, sintiendo el calor pegando en su piel. Hoy se sentía extrañamente normal, no había tenido esa presión sobre sus hombros, sentía sus sentimientos más positivos, totalmente raro para él, pues sólo había experimentado aquello con Louis desde que sucedió el incidente años atrás. Cerró sus ojos al sentir una cálida brisa arroparlo en medio del patio, olvidó por completo donde se encontraba, qué es lo que hacía ahí. Sólo era él en medio de la nada y se sentía extremadamente bien. Tanto que le asustaba.

Pasó el resto de la tarde disfrutando de aquellos buenos sentimientos, caminando alrededor del área e ignorando a cualquier persona que se le parara enfrente, pero comenzaba a oscurecer y probablemente Louis iría a despedirse antes de hacer su caminata. Cuanto amaba verlo caminar en la noche, el saber que todos en el hospital podían verlo por sus ventanillas en las noches pero que no podían tocarlo como él lo hacía lo ponía de buen humor.

Regresó finalmente a su habitación después de cenar junto a Niall, el cual se había recuperado del sedante por completo, ambos mantuvieron una corta conversación y regresaron a sus respectivas áreas. El problema surgió cuando el ojiverde llegó a su habitación, encontrándose con un Liam molesto.

- Harry - espetó - ¿Por qué no tomaste tu medicamento?

-¿Qué? Si lo tomé Liam - gruñó mientras se acercaba a su cama para acostarse, pero Liam lo detuvo, mostrándole su mano sosteniendo una píldora - ¿Qué es eso?

- La encontré en el suelo, tómala.

Liam se la entregó a Harry y se retiró casi al instante. En ese momento Harry comenzó a hiperventilar, sus manos comenzaron a temblar y sentía que le faltaba el aire, no había tomado la Ziprasidona, no la tenía en su sistema, Gemma aparecería. Gemma, ya la sentía cerca, presentía aquellos delicados pasos acercarse a él, replicarle por lo que había hecho con ella, tenía miedo, mucho miedo.

- No, no, no - expresó temeroso abrazando sus propias piernas mientras se mantenía acostado en la cama, aún con la pastilla en mano - no quiero... no Gemma.

Gracias al temblor de sus manos, la pastilla cayó torpemente al suelo una vez más, pero Harry estaba tan concentrado en hacer que sus voces no regresaran que no se percató de aquello y sólo empuñó sus ojos con fuerza, sintiendo como pequeñas lágrimas intentaban escapar de sus esmeraldas.

El agobio regresó con inmensidad a su ser, sabía que era demasiado bello para ser real, esa libertad que su cerebro le había mostrado debió haber sido mera alucinación suya por no haber tomado la pastilla. ¿Oh no?

Se sentía tan desesperado que se arropó en sus sábanas, ya escuchando de nueva cuenta las voces que aprisionaban a su mente, quería gritar, quería golpear algo, se sentía devastado y encerrado en su propia cabeza. Hasta que sintió un delicado tacto cubrirlo con sus manos.

- ¡NO GEMMA! ¡NO, NO! - gritó desesperado, empujando a la persona que lo intentaba tomar.

- ¡Harry! ¡Soy yo! - los esmeraldas de Harry se abrieron al instante, encontrándose con el rostro de Louis, el cual se encontraba asustado, con su labio temblando y su piel pálida - ven acá.

Louis se subió a la cama, arropando a Harry con sus brazos, intentando apretarlo hacia su cuerpo para apaciguar el temblor que cubría su sistema. El psicólogo acarició suavemente sus rizos y besó su frente mientras escuchaba los sollozos de Harry intentar detenerse.

- Tranquilo, tranquilo, ya pasa - susurró en su oído mientras acomodaba su cabeza en su pecho con suavidad - estoy contigo.

- Volverá - dijo en un sollozo ahogado - no quiero que vuelva Lou.

- Estoy contigo, no te hará daño.

El rizado se hundió en el pecho de Louis, oliéndolo e intentando no pensar en Gemma; apretaba con fuerza a Louis, el cual se mantuvo en un absoluto silencio mientras esperaba a que Harry se calmara, o en su defecto, que se quedara dormido.


Harry caminaba apurado, con una maleta en mano y sus cortos rizos desalineados, dándole un aire fresco al joven. Su rostro era de preocupación y angustia, llegó a la entrada de una mansión enorme, con una puerta de madera fina que retenía la atención de cualquiera que pasara por el sitio. La casa Styles era enorme, elegante y demasiado cara, sin embargo para Harry estar en ella era agobiante, no podía estar ahí mucho tiempo y agradecía sus constantes viajes a Alemania, donde pasaba el tiempo con sus amigos y con el hermano de su padre.

Sin embargo esa no era la cuestión, el ambiente del sitio era extraño, aunque el cielo se encontraba despejado tenía la vista un poco nublada, había un aroma en el aire un tanto familiar. Harry se acercó con desespero a la puerta y tocó con golpes duros. La puerta se abrió segundos después.

Era ella. Su cabello estaba revuelto, tenía una pijama color beige y unas pantuflas color rosado opaco, mantenía el seño fruncido por la luz que le pegaba en el rostro, pero sus ojos se abrieron completamente al ver a su hermano del otro lado de la puerta.

- ¿Qué haces aquí Harry? - su voz se escuchaba distorsionada - Pensé que llegarías la próxima semana.

Harry contenía su respiración, sus manos temblaban y su tic nervioso se acrecentaba con los segundos - Descubrí algo Gemma. Algo malo.

Gemma abrió la puerta completamente, dejando pasar a su hermano y cerrándola justo cuando este ingresó a la casa. El sitio estaba un tanto borroso en la imagen del rizado, intentaba concentrar su mirada en algo, pero simplemente era imposible.

- Bueno, ¿Me dirás o no? Tengo que ir con papá a la oficina hoy, además me tengo que ver con alguien - la voz de la chica se sentía más distante de lo normal, estaba desesperada, pero no de la misma manera en la que Harry se sentía.

- Es sobre Bernd.


Harry despertó de manera agitada, intentando recobrar la respiración, su cuerpo estaba empapado en sudor y sentía sus manos temblorosas; sin embargo cuando volteó a su lado, se encontró con la imagen más bella de todo el mundo. Louis se encontraba en un profundo sueño, aún con su traje del día pasado, con sus piernas cruzadas y abrazando con su brazo derecho la cintura de Harry.

Louis despertó segundos después, con un rostro de preocupación - Mierda, ¿Me quedé dormido aquí? - Harry sintió una electricidad traspasar su cuerpo entero al escuchar la voz de un Louis recién levantado - me duele el pecho, dormiste encima de mi toda la noche de seguro.

Louis se sentó en la cama y soltó un pequeño gemido ronco por el sueño que cargaba, recargando su frente en el hombro de Harry - ¿Tienes sueño aún?

- Un poco, ven - Louis tomó la mandíbula de Harry para acercarlo a él y besarlo en los labios con sutileza - se siente bien despertar contigo.

- Lo sé - respondió antes de robarle un segundo beso, pero al sentir su cuerpo aún tembloroso mejor decidió apartarse.

- ¿Me dirás lo que te sucede?

Harry no respondió, se volvió a acostar en la cama y tomó a Louis del brazo para que hiciera lo mismo. El psicólogo no protestó y apoyó su cabeza en el pecho del ojiverde mientras acariciaba su estómago por debajo de su camisa. Así se la pasaron por un par de minutos, Harry intentando mantener la cordura, oliendo los cabellos de Louis y sintiendo sus caricias, hasta que este decidió levantarse de nuevo de la cama.

- Lo siento, tengo que subir, sólo tranquilízate un poco, ¿Está bien? Te veo en un rato más - Harry asintió mientras se acercaba para besarlo en la sien, haciendo que Louis sonriera levemente antes de irse.

Ya sentía sus sentidos tan ajenos a si mismo, no comprendía algo aún, era simplemente extraño. Se quedó acostado en la cama un rato, pero decidió voltear al suelo y visualizó la píldora de ayer. Con las yemas de sus dedos la tomó y la observó por unos instantes. Extraño, ¿Cómo se sintió tan bien mientras pensaba que si la tomó? ¿Por qué los efectos de no tomarla llegaron justo cuando Liam le mostró que no la había tomado?

Entonces decidió probar algo.


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Louis llegó hasta la planta alta, encontrándose con Caroline, la cual se encontraba extrañamente ansiosa, jugueteaba con sus propias manos y al notar la presencia de Tomlinson se paró en seguida de su asiento, agachando su cabeza con temor - ¿Señorita Flecker? ¿Sucede algo?

- Lo siento señor - expresó temerosa, señalando su oficina.

Louis observó confundido a la secretaria y abrió su puerta con lentitud, asomando la cabeza y encontrándose con su aún esposa. Lilian se encontraba con sus ojos hinchados y rojos, su labio temblaba y sus cabellos se encontraban totalmente despeinados.

- ¿Qué tienes? - preguntó confundido, metiéndose de lleno en su oficina, intentó tocarle sus brazos, sin embargo ella se apartó bruscamente.

- ¡¿Qué que tengo Louis?! Mírate, sólo mírate por un momento - Lilian observó su cuello y en ese instante quebró de nuevo en llanto - ya dime con quién me engañas y terminemos con esto Louis.

El castaño se quedó en un absoluto silencio, intentando buscar una respuesta acertada, una que no acabara con todo lo que estaba planeando. Lilian lo observaba con odio y angustia y esperaba cruzada de brazos a que Louis hablara.

- ¡Louis! - la puerta se abrió - ¿Cómo que dormiste con Harry... - Liam paró en seco al ver a la mujer - Lilian...

Louis entornó sus ojos para después pasarse las manos a su rostro. Pudo escuchar perfectamente como los sollozos de su esposa se escucharon aún más fuerte y sus tacones retumbaron por el suelo, yéndose del sitio inmediatamente y cerrando la puerta de un portazo.

- ¡¿Pero qué mierda te pasa Liam?! - gritó furioso sacándose las manos del rostro, sus ojos lagrimeaban y sentía sus piernas temblorosas - ¡Por tu culpa ahora me quitarán el hospital!

- ¿Yo qué iba a saber que ella estaría aquí? Además te dije que le dijeras, no es mi culpa que le hayas sido infiel con ese...

- Dices algo despectivo de él y te juro que te despido en este instante Liam - expresó entre dientes. Liam sólo se quedó en silencio y mientras negaba con la cabeza se retiró, dejando a Louis solo.

El hombre llegó a su escritorio, se sentó y las lágrimas salieron por sus azules. No podía contener el llanto, sus sollozos incrementaron con los segundos y posó su rostro en el escritorio. Se sentía horrible, la peor persona, sabía que Lilian le contaría a su padre, finalmente se divorciarían y Albert haría hasta lo imposible por destruirlo, quitarle el hospital y manchar su nombre. Claro, ¿Cómo puede ser que Louis Tomlinson le sea infiel a su hija con un hombre? Pero muy en sus adentros sabía perfectamente que lo que más le pesaba no era perder su patrimonio, su esposa o hasta su imagen. Lo que más le dolía era saber que perdería a Harry si el hospital caía en manos de los Dubois. Tendría que entregar la carta de Bernd y todo estaría acabado.

Al cabo de un par de horas donde lo único que pudo hacer el psicólogo fue observar con sus ojos llenos de lágrimas el expediente que tenía de Harry, tocaron su puerta. Louis ordenó que pasara con un hilo de voz. Flecker apareció entonces.

- Señor, hay alguien afuera que quiere hablar con el señor Styles.

- ¿Bernd? - preguntó al instante.

- No, es un hombre que dice ser su amigo.

Louis se confundió demasiado y salió del despacho aún con el rostro rojo por el llanto. Entonces se encontró con un hombre de tez completamente blanca, camisa a cuadros y con cabellos rojizos.

- Buenos días - expresó aquel hombre - ¿Usted es el dueño del sitio? Soy Ed.

- ¿Ed?

- Sheeran, soy amigo de Harry, vengo a verlo. Sé que no tengo cita, pero es urgente.

- Harry no mencionó ninguna amistad jamás. Hablaré con él, espere aquí un momento.

Louis dejó al hombre con la palabra en la boca y corrió hacia los pasillos en busca de Harry. Le iba a doler verlo, pensar en lo que acababa de pasar, sin embargo le confundió la visita de aquél hombre y tal vez aquello podría distraerlo un poco. La habitación de Harry se encontraba vacía, por lo que llegó a la sala y se encontró a Harry charlando con Niall. Su rostro se encontraba más relajado y podía notar como intentaba con todas sus fuerzas no sonreír ante la profunda conversación que el rubio tenía con él, pero al notar la presencia de Louis sus labios terminaron por curvearse completamente.

- Uy no, ya llegó tu novia - expresó Niall al ver a Louis. El psicólogo entornó sus ojos y observó asustado a Harry - lo, lo siento señor, sólo bromeaba.

- Está bien Horan - respondió Louis intentando evadir el tema - Harry, ¿Puedes venir?

Cuando finalmente estuvieron solos, Harry miró con preocupación a Louis y posó ambas manos en sus mejillas - ¿Qué pasa? ¿Lloraste?

- Estoy bien - mintió - pero hay alguien que te quiere ver. Se llama Ed creo.

- ¡Ed! Al fin. Llévame con él por favor.

- ¿Quién es?

- ¿Celoso de nuevo? - Harry intentó hacerlo reír, sin éxito aparente - oye no estés triste mi klein.

- ¿Klein? ¿En serio me llamarás pequeño?

- Lo eres, y me pone feliz que aprendas más alemán - respondió robándole un beso en sus labios. Louis se desmoronó con ese beso y comenzó a llorar de nuevo, soltando gruesas lágrimas que llegaron hasta sus bocas - Lou, dime lo que pasa.

- Primero veamos lo que tu amigo quiere decirte y luego hablamos, ¿Está bien? - Harry asintió levemente y besó la mejilla de Louis.

- Está bien klein.

- Harry, por favor - el psicólogo rió, haciendo que Harry sonriera al ver que cumplió su cometido.

Ambos se encaminaron hasta la sala de visitas, el mismo sitio donde Harry se vio con Zayn la última vez. Louis le indicó al rizado que se sentara y que él iría por Ed, a lo que Harry sólo asintió. El hombre caminó de regreso hasta la entrada, donde se encontró con el pelirrojo - ¿Entonces? ¿Puedo pasar?

- Acompáñeme por favor - expresó con el rostro alzado. Ed le siguió el paso a Louis hasta llegar de regreso a la sala de visitas, donde el psicólogo abrió la puerta e introdujo al hombre, este se notaba algo nervioso e intentó contenerse al ver a Harry.

- Gracias Lou... Louis - se corrigió Harry intentando que el castaño se retirara del sitio para que no escuchara lo que Ed tenía por decirle.

- Oh - expresó Louis al darse cuenta que el ojiverde no lo quería ahí - saldré del hospital, dejaré que un enfermero custodie, ¿Está bien?

- Si, gracias - repitió Harry intentando no sonreír. Louis abandonó el sitio y en seguida la mirada del rizado se fijó en el pelirrojo - ¿Y bien?

- Aún no me la creo que haya hecho esto por ti - dijo con timidez - ayer lo busqué y al parecer se está quedando a vivir indefinidamente en tu casa, ¿Lo sabías?

- Creo que una vez lo mencionó.

- Bueno, pues fui a tu casa. No me lo vas a creer Harry. Tus papás saben lo que pasó, Zayn también, pero no han dicho nada porque quieren hacer una pelea con los medios. Sabían que Louis no dejaría escapar una oportunidad para notarse frente a la prensa y con lo que dijo ayer probablemente Bernd empiece a decir cosas en contra del hospital y de Tomlinson.

- Scheisse... pero eso no me dice la razón por la que Zayn no me dijo nada.

- Me dijo que no le importaba mucho, quería mantener compostura con Louis. Mencionó algo de que era muy egocéntrico pero que le cayó un poco bien cuando charló con él.

- Louis es bueno. Él no merece que lo traten como muñeco de feria, y menos mi padre.

- Lo hará Harry, no puedes hacer nada al respecto.

- Es que - Harry hundió su rostro entre sus ásperas manos - ¿Por qué elegí a él?

- ¿Qué?

- ¿Por qué me tuve que enamorar? Ahora dolerá cuando mi papá intente acabar con él.

- Harry, ¿Qué mierda dices? No me digas que...

- Si, si, di lo que quieras, no importa. En serio gracias por avisarme. Me dio gusto verte.

Ed sólo asintió levemente y llegó hasta la puerta para abrirla. Se encontró con un enfermero de complexión robusta y se despidió de él estrechando su mano. El enfermero entonces entró a la sala para acercarse a Harry - bueno, hora de regresar a su habitación.

Los verdes de Harry se encontraban cristalinos, intentando con todas sus fuerzas no quebrar en llanto y siguió al hombre hasta que ambos se encontraban en la entrada de su habitación. Harry se acostó de inmediato en la cama y cerró sus ojos intentando pensar en algo que no sea Louis, pero era prácticamente imposible, su mente lo inundaba en recuerdos, recuerdos tristes, felices, quería llorar, quería gritar de impotencia, pero simplemente no le salía.

- Sabes que Bernd no lo dejará en paz ahora, ¿Cierto? - ahora la voz de Gemma sonaba más distante, extraña. Harry la buscó por la habitación pero ella no se encontraba ahí, sólo era su voz.

- Lo sé, no quiero que le haga nada.

Pasaron un par de horas hasta que Louis llegó a la habitación. Su rostro estaba serio, sus azules se encontraban hinchados y tenía su nariz rojiza. Ya no tenía el traje que se había puesto desde ayer, sino que portaba una sudadera y unos pantalones deportivos color beige. En cuanto vio a Harry, el psicólogo se abalanzó a sus brazos y el llanto recobró en su interior, sollozando en lo bajo mientras se acomodaba entre sus piernas. Harry también quería llorar, pero necesitaba saber lo que le sucedía a su persona.

- ¿Lou?

- No quiero - sollozó - no quiero perderte.

- ¿Perderme? - Harry estaba confundido, ¿Louis sabía lo de Bernd?

- Lilian lo sabe Harry. Su padre es dueño de la mitad de los bancos en Londres. Me quitará el hospital por puro orgullo cuando me separe de ella.

- ¿Sabe? ¿Sabe qué?

- Sabe lo de nosotros - Harry intentó ahogar un grito, sin embargo Louis lo notó - no me sueltes, no lo hagas.

- No lo haré - respondió abrazando con más fuerza al ojiazul. Ahora temía contarle lo que Ed le dijo, sería demasiado para él tener que enfrentarse con ambos hombres. Sentía una tremenda impotencia no poder hacer nada, no poder ayudarlo.

- ¿Y Ed? ¿Qué te dijo? - Louis quería evadir el tema un momento, necesitaba distraerse de sus problemas.

- Nada importante Klein.

- ¿Sabes? Ya no me molesta tanto ese apodo - Louis subió un poco su rostro para encontrarse con el de Harry.

Ambos se encontraban tan tristes, pero la presencia del otro sanaba aquel horrible malestar en sus corazones. Harry se acercó para besarlo, necesitaba el calor de sus labios, el sabor tan dulce que siempre tenía, era necesario para olvidar que su Louis estaba a punto de meterse en batalla con su horrible familia, y al parecer con la de su esposa también.

Harry le sacó la sudadera a Louis con delicadeza, notando como tenía debajo una delgada camiseta blanca, la cual no tardó en ser removida de su cuerpo de igual manera. El rizado comenzó a besar cada parte de su cuerpo, dirigiéndose hasta sus pantalones para quitárselos de igual manera - bueno, no es divertido si tu estás vestido.

- Me alegra que bromees - dijo con una sonrisa mientras también se quitaba la ropa - ¿Entonces Lou? - Louis se retiró las lágrimas del rostro y sonrió por un momento, entendiendo a lo que el rizado se refería.

Louis colocó sus suaves manos en el pecho de Harry, haciendo que este se tumbara en la cama; luego acercó sus dedos a la boca del rizado y este los atrapó, jugueteando con ellos usando su lengua, Louis rió por la manera en la que Harry movía su boca pero segundos después soltó ambos dedos. El castaño sonrió un poco y los acercó a la entrada de Harry, introduciendo su índice poco a poco.

- Scheisse - gimió Harry apretando las sábanas con ambas manos. La vista de Louis era extremadamente excitante, tanto que sintió a su miembro erguirse al instante, por lo que retiró el dedo en seguida, haciendo que Harry suspirara - ¿Ya? Pero si... ¡Louis!

Louis no esperó un segundo más para introducirse de lleno en Harry mientras colocaba ambas manos en su pecho. Ahora los gemidos de Harry eran más roncos, más necesitados, y a Louis le encantaba oírlos. El castaño no fue cuidadoso, salía y entraba con fuertes estocadas mientras Harry intentaba buscar sus labios para besarlo.

Ambos se encontraban inmersos en el acto, besándose de una manera tan caliente y estallando en esa electricidad que los caracterizaba cuando estaban juntos. Era adictivo, completamente adictivo, y les encantaba. Louis no duró mucho y se vino en cuestión de pocos minutos, al igual que Harry, que tampoco pudo contenerse.

Luego de un par de minutos donde ambos trataron de recobrar sus sentidos, se acostaron en la cama aún desnudos - nunca me había venido tan rápido Lou, jamás.

- Ya, pues siempre hay una primera vez - respondió mientras le daba pequeños besos en la comisura de sus labios.

- No pensaba que este cuerpo tan pequeño fuera dueño de algo tan grande - la seriedad con la que Harry se expresó hizo estallar en risa a Louis.

Ambos decidieron quedarse ahí, simplemente sintiéndose el uno al otro. Era su única escapatoria ante los inminentes problemas que estaban por acecharlos, juntos se sentían libres y a salvo de todo a su alrededor.

Porque los problemas aún no comenzaban.



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Nota de la autora:

Hola jeje soy yo.

Nomás venía a comentarles que pues el Martes les vengo manejando el cumpleaños de Zayn, pero también es el mío (tengo el honor de poder decir que comparto cumpleaños con bebé Zayn) entonces pues a lo mejor puede que me retrase en escribir durante ese día porque pues... es mi cumpleaños jajaja, así que una disculpa si el siguiente capítulo llega un poquiiiito tarde, pero se los compensaré porque va a estar fuertesón, así que prepárense.

Besitos a todxs.

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