Caí delicadamente de trasero al suelo al escuchar mi alarma, lo cual significaba la hora en la que debía prepararme para volver al instituto.
Hoy, y siempre, es uno de esos días en los que quiero dormir las 24 hs.
Tomé una ducha y bajé rápidamente a la cocina, tomando un papel para agradecer a mi abuela haberse tomado tantas molestias.
Dejando la nota sobre la mesada me encamino nuevamente hacia las escaleras.
Hace un par de meses mi casa se incendió por un fallo en los cables eléctricos y de ella solo quedaron escombros, estábamos en una fiesta de la empresa de papa por lo cual nos enteramos dos horas más tarde de lo sucedido.
No teníamos hogar.
No teníamos nada.
Sólo nos quedo venir a lo de mi abuela Lilly.
Hoy era el día en que mis padres buscarían un nuevo lugar.
-Cambiate y baja rápido, no querrás llegar tarde.- Mi madre gritaba con su voz de megáfono, una mujer alta de tez blanca, rubia y con unos ojos avellanas hermosos.
-Ajá.
Rápidamente subí, opte por unos jeans azules y una sencilla camisa gris. Cubrí mis pestañas, algo de rímmel y decidí dejar que mi pelo se secara sólo con la brisa cálida del verano.
Tomé mi bolso y lo deslice por el barandal de la escalera, acto seguido hice lo mismo y, sin darme cuenta, mi trasero ya se encontraba en el suelo por segunda vez en el día y mi madre a mi lado negando.
-Rápido, tenemos poco tiempo.- Dijo una voz dulce detrás de ella, la de mi padre, el era un tipo alto, de tez algo bronceada, castaño y con unos ojos azules profundos, a decir verdad yo me parecía mucho a el pero en versión femenina.
Ambas asentímos y subimos gritándole adiós a mi abuela que acababa de aparecer.
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Entrando en el instituto, como era de costumbre, los que mas destacaban eran los deportistas y las perristas quiero decir porristas.
Al frenar junto a mi casillero un cuerpo se lanza sobre mi y me estampa contra el suelo por tercera vez en el día.
-Annie!-Era ella.
-Dani! Quítate de encima mío.- Le dije a la rubia de ojos azules que estaba asfixiandome.
Dani era mi mejor amiga desde que tengo memoria, hemos estado siempre juntas y estos tres meses sin ella han sido fatales.
-Sigues igual de terca!
-Y tu igual de teñida!
-Que soy rubia natural! Te he echado de menos... ¿Qué clase tienes primero?
-Yo igual, estos meses han sido horribles, inglés y tu?
-Literatura.- Dijo haciendo un puchero, un tanto deforme, y no pude evitar que una carcajada escapase de mi interior.
Y al sonar la campana una avalancha de gente hizo que desapareciera entre la multitud.
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La clase de inglés fue de lo peor, mi profesora me regaño unas tres veces por lo que debo ir a una hora de detención al finalizar las clases.
-Annie por aquí.- Dani agitó su mano y saltó desde su silla para que la viera, al ver que había logrado captar mi atención se sentó y yo comencé a caminar para su lugar.
Aunque no llegué sana y salva ya que un muchacho chocó contra mi e hizo que ambos cayéramos y derramáramos las bandejas de comida en la ropa.
-Oye imbécil fíjate por donde vas.-Dije algo cabreada.
-Cuida tu vocabulario nena, tu fíjate no deberías estorbar en mi camino.
-Yo caminaba tranquilamente cuando un idiota se cruzó en MI camino e hizo que cayera y ensuciara MI ropa.- El estúpido Playboy de Jayson Smith, uno de los mejores jugadores del equipo de fútbol, sin mencionar que era uno de los más guapos y populares chicos de la escuela, me miraba con una media sonrisa algo divertida.-Ya. Déjalo, olvide que los imbéciles no entienden jamás.
Me levanté y salí de la cafetería sin dejarlo responder.
Me puse mi ropa de gimnasia que, para mi suerte, era la próxima clase que tenía y comencé a caminar para ir al campo, pero alguien me tomó bruscamente del brazo impidiéndome salir.