Epílogo.

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POV's Annie.

Desperté con la cara toda mojada.

Un brazo mío se hallaba esposado a la cama y agradecí que fuese solo uno.

Ella estaba sentada en una silla y tenía algo en sus manos, algo que no pude ver.

-Como no despertabas, tuve que tirarte agua.-Dijo mirándome sonriente.

Loca. Desquiciada. Quería gritarle, pero sabia que no me convenía, no en este estado.

-Sabes? He planeado esto prácticamente desde que te conocí y, ahora que esta sucediendo, me emociona tanto que no se por donde comenzar. Tengo tantas ideas, pero creo que elegí la mejor.

Y en ese preciso momento pude ver la larga y fina "cuerda" negra que sostenía. Y no era precisamente una cuerda.

-Nos, en realidad, me divertiré mucho.

******

POV's Jayson.

Intenté acurrucarme al lado de Annie pero al tocar vi que estaba vacío.

Abrí mis ojos y me asusté al ver un oso de peluche mirándome.

Sostenía un corazón que decía "Annie" y, al levantarlo, vi dos sobres blancos.

Una decía "Jayson" y la otra "Todos y Dani."

Me senté en la cama y, asustado, tomé el sobre con mi nombre.

Querido Jayson:

******

POV's Dani

Estaba yendo hacia mi casa cuando vi algo que me inquietó bastante.

El auto de Annie estaba aparcado frente a su antigua casa.

Bajé de la bicicleta y espíe por la ventanilla.

Las llaves estaban en contacto.

-Annie!- Grité. Pero no hubo respuesta.- Ann?

Me adentré en aquel lugar que, a pesar de ser de día, permanecía oscuro.

Fui a la cocina y encontré un papel de Rocklets en el suelo, aún le quedaban dos.

Aquí ha habido alguien.

Seguí inspeccionando la casa pero no había nadie allí.

¿Entonces por qué el auto de mi amiga estaba allí? Y, algo más importante, ¿por qué había dejado las llaves en contacto sabiendo que podrían robarle el coche?

Algo no estaba bien.

Y fue por ello que, subiendo a mi bici, comencé a pedalear lo más rápido que pude hacia lo de Jayson.

******

POV's Annie.

Una fina línea de sangre descendía por mi pantorrilla, mientras muchas lágrimas inundaban mi rostro.

Lo único que tenía eran los chocolates en mi brasier.

Las últimas palabras que me dijo fueron.

-Nos vemos en cuatro días. Si aguantas.

Y se fue.

Dejándome indefensa; sucia; lastimada y temerosa.

Como en su rostro se veía que le encantaba verme.

No creo haber hecho nada tan malo como para merecerme esto.

-Si fue por la vez que olvidé darle de comer al Sr. Mofletes, yo me había ido tres días a lo de Dani y pensé que Patric se daría cuenta que el bicho debía comer.- Dije mirando hacia el techo.

Viviendo con el Playboy. #VCEP1 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora