Los golpes fuertes en la puerta no cesaban, eran tan fastidiosos que optó por arroparse más con las frazadas, se tapó los oídos tratando de dormir un poco más, pero parecía imposible.
—– ¡Namjoon! ¡Namjoon! —– Más toques —– ¡Namjoon! ¡Ábreme la puerta! —– el castaño gruñó "¿Que no pueden dejar dormir?" la respuesta fue un persistente y claro no; finalmente cesó, pero Namjoon sabía que no porque se había rendido, con toda pereza se levantó rodando las sabanas del suelo lejos de la ventana, sentándose esperó la travesura. La ventana tembló un poco y luego fue abierta de golpe —– ¡Namjoon! —– dijo con total alegría, la sonrisa del menor se esfumó cuando quedó en el aire, cayendo y dándose fuerte contra el suelo, las "lágrimas" no tardaron el salir junto con el lloriqueo —– Nammie~ Nammie-hyung~ malo~ —– El mayor estaba de pie riéndose, mientras buscaba sus implementos de aseo —– ¡Hyung!
—– Ya deja de gritar.
—– ¿Qué sucede? —– Entró la abuela Nana.
—– Abuela, Jungkook iba a lanzarse encima de mí, de nuevo —– el menor de 15 años se cruzó de brazos abultando sus labios.
—– Jungkook —– hizo una mueca —– Te dije que no le hicieras eso a tu hermano. Debes respetarlo.
—– Le estaba tocando la puerta y no salía. Apuesto a que ya no me quieres —– los ojitos se le cristalizaron, su labio inferior tembló y Namjoon negó "¿Cómo puede ser tan tierno?" pensó, su hermano podía ser tierno cuando quería, caprichoso en casos, pero también inteligente, serio y enfocado en sus tareas.
El mayor suspiró para luego arrodillarse frente al menor.
—– Claro que te quiero, Jungkook...
—– Mentira.
—– No es mentira, es verdad.
—– Me prometiste que me llevarías a la escuela que está más lejos. Ahora, ahora no puedo —– Namjoon resopló, se le había olvidado por completo.
—– Lo siento Kook, me quedé dormido.
—– Ya no importa —– se levantó sacudiendo sus ropas y saliendo de la pequeña cabaña.
—– Ya se molestó.
—– Nam... Sabías que hoy Jungkook empezaría a estudiar en la escuela mayor.
—– Lo sé abuela, se me pasó. Anoche llegué tarde, me quedé pasada las 11 en la tienda y me sentía muy agotado, de verdad lo siento, no volverá a ocurrir.
—– Namjoon, sé que eres el naturista del pueblo —– dijo su abuela acercándose para tomar algunas tazas de la mesa —– pero tienes que prestar atención a tu hermano. Él necesita de ti, tú le enseñas hábitos y costumbres varoniles, aparte de algo que como su abuela y anciana no puedo.
—– Me voy —– entró Jungkook con su bolso oscuro cargado de unas pequeñas tablas de madera, plumas y un bote de tinta.
Llevaba puesto un pantalón ancho de color café junto con su camisa negra, sus correas enganchadas en el pantalón pasándose por los hombros de forma cruzada. Se acercó a su abuela para darle un beso en la mejilla y luego miró a Namjoon bufándole.
—– Jungkook espérame ¿Con quién vas?
—– Me voy con Yugyeom —– salió con su melena negra alborotada, sus puños cerrados y pisando lo más fuerte que podía. Namjoon iba a ir detrás de él pero la abuela nana le jaló por la camisa.
—– Eh, eh, eh ¿A dónde vas con esas fachas mañaneras?
—– Abuela, Jungkook va solo a la escuela.
—– Va con Yugyeom, Tiene 15 años Namjoon, no es un bebé. Anda a bañarte y a cepillarte esos dientes que sigo de pie por misericordia de los dioses —– Namjoon bufó.
—– Que exagerada, abuela.
—– Anda, anda.
Namjoon salió con un tazón grande donde llevaba su botella de flor de cayena, un shampoo que el mismo había hecho, su panela de jabón hecha de néctar de manzana y su pasta de dientes.
Con su toalla colgando en su hombro y la ropa de cambio se dirigió al río detrás de su cabaña, escondido entre varios árboles, unas piedras rodean parte del río dejando libre la corriente que fluye libremente. Un paisaje digno de ver, hermoso, un regalo de la propia naturaleza, las aguas limpias dejan ver las piedras en el fondo.
Namjoon, colocó las cosas en una piedra mientras se despojaba de su ropa, acercándose a la orilla tocó el agua con sus pies.
—– Madre santa, está fría —– respiró varias veces —– 1...2...3 ¡Ah! —– gritó y dio un salto entrando directo en el agua sintiendo cómo el frío recorría cada parte de su cuerpo sin pedir permiso.
Luego de un rato, se adaptó al agua y salió de ella salpicando, escurrió su cabello castaño con sutileza destilando el agua de sus hebras.
Los rayos del sol reflejaban su piel bronceada, su cuerpo notablemente formado con músculos bien trabajados sin llegar a ser exagerados, solo teniendo las marcas delineadas justas en esa piel bronceada, el agua cubría todo su cuerpo dejando descubierto de su pecho hacia arriba.
—– Buenas vistas me regalas Namjoon —– El nombrado se volteó, viendo a su amigo, Hoseok —– Oh, delantera. Mucho mejor, me aburría de ver tu espalda.
—– ¿Qué hace el gran príncipe Hoseok por estos lares? —– dijo Namjoon acercándose a la orilla.
Oh, no —– se tapó sus ojos —– Quédate ahí. Me tientas a ver más a fondo, Namjoon, pero no. ¿Qué necesitas?
—– Jabón y Shampoo —– dijo sonriendo.
—– Extiende tus manos —– El castaño extendió sus manos y en segundos aparecieron ambas botellas —– Lo sé, soy espectacular.
—– No era lo que iba a decir pero, si tú lo dices —– El pelirrojo rodó sus ojos -- No respondiste mi pregunta.
—– Bueno, Yoongi andaba fastidioso lanzando rayos allá arriba, creo que la vejez le está pegando muy fuerte. Le pedí sus plumas doradas y no quiso prestármelas.
—– ¿Por eso bajaste?
Sí. Además quería verte, a mi Papá le interesó eso que me echaste en el cabello ¿Cómo se llama?
—– Orina de gato.
—– Orina de —– el pelirrojo abrió sus ojos —– ¿¡Orina de Gato, Kim Namjoon!?
—– No, tonto. Cuidado y te da un ataque y se nos muere la deidad —– enjuagó su cabello con el líquido de cayena, había trabajado mucho en ella leyendo las funciones y maneras de hacerla.
—– Por los dioses, no sé quién de ustedes me mandará al descanso eterno rápido si tú o Yoongi, ¿Crees que es un juego? Me dio tremendo susto, casi —– guardó silencio y aspiró fuerte —– Eso... ese olor... Eso me echaste.
—– ¿Ya terminaste de fanfarronear?
—– Sí, ¿Cómo se llama eso?
—– Es la flor de cayena. Llevaba semanas trabajando en ella, no conseguía el espesor necesario pero ayer lo conseguí. Tras horas en el fuego y un poco de limón que cortó la consistencia liquida volviéndola espesa —– el pelirrojo se sentó en las piedras con cuidado de no ensuciar su preciada túnica color carmesí.
—– Las plantas mágicas de nuestro reino no son así, son como decirlo, más... mágicas.
—– Supongo —– Se encogió de hombros —– Lo celestial es más fácil —– Se sumergió se en el río quitando el shampoo de su cabello.
—– Hey, que ser hijo de un dios no es fácil.
—– No parece, solo peleas con Yoongi por tontas plumas y cuando terminan molestos te vienes a la tierra.
—– Vaya... hace espuma —– dijo Hoseok, señalando como el jabón hacía espuma en el cuerpo del castaño —– Pensé que solo lo hacían las algas.
—– Las algas sirven para tintar el cabello.
—– ¿En serio?
—– Se supone que tú eres celestial, deberías saber más.
—– No se puede cargar con tanta celestialidad, Namjoon. Además yo no estoy a cargo de eso, para eso están las talladoras —– Sonrió —– Eres inteligente, Nam, has estudiado mucho.
—– Cada día trato de aprender. Muchas personas necesitan de mi ayuda y conocimiento, para mí, es un honor brindárselos.
—– Deberías ser un príncipe. Eres... perfecto.
—– No. No lo soy. Tampoco quiero serlo, la fama, riqueza y las peleas con plumas no son lo mío —– dijo sonriendo, para luego cepillar sus dientes.
—– Hay cosas aquí que allá se anhela tener. Mientras que ustedes, anhelan algo que allá se tiene. Ustedes viven libres de maldiciones, poderes, guerras y cargos. Tienen armonía, familia, trabajas para tener, luchas por lo que quieres. Allá, todo está resuelto.
—– Hoseok, sé agradecido. Si naciste siendo hijo de un dios, está bien. Tal vez la vida, el destino, los dioses o quién sea, sabía que no soportarías estar en la tierra, estás hecho para estar allá y no aquí —– Hoseok sonrió radiante. Le gustaba cuando Namjoon lo aconsejaba, se sentía rejuvenecido.
—– Gracias Nam, por la dosis sabia de hoy.
—– No es nada ¿Me pasas la toalla? Debo irme a trabajar.
—– Yo también debo irme, pasaré en la puesta del sol.
—– Lleva una túnica menos llamativa, la otra vez, las campesinas casi me destrozan la tienda cuando llegaste con tus plumas egipcias.
—– Lo siento. Es que se las había quitado a Yoongi, a poco no se me veían bien —– Namjoon rodó los ojos saliendo del río —– Dios padre ayúdame a no cometer un pecado —– se tapó los ojos y corrió en dirección opuesta.
—– Adiós —– Namjoon secó su cuerpo y colocó su ropa para cumplir con su deber.
Su deber como naturista...
Olvidando la botella de cayena en la piedra.