Capitulo 24

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MARTINA:

-Si Lorenzo, ya lo sé...- ruedo mis ojos.

Llevaba haciendo una videollamada con mi hermano por más de media hora, y en lo único en que se basaba nuestra conversación era en;

"Acuérdate de abrigarte bien, que te puede agarrar pulmonia"

"El doctor te dijo que bebieras mucha leche, que tienes falta de calcio"

"No salgas de casa sola y obedece a Mateo"

-Bueno Mar, te amo, recuérdalo siempre, ah, y mamá te llamara más tarde, manténte atenta- asiento bostezando, estaba agotada.

-Te amo, ¡Te esperamos en casa!- lo despido para colgar la llamada. Alguien entra a paso perezoso a la habitación, y en la forma de caminar ya sé que se trata de Mateo.

-Menos mal, casi me dejo dormir de pie- me volteo alzando una ceja.

-¿Acaso llevas todo el tiempo escondido tras la puerta?- pregunto cruzando mis brazos.

Este se deja caer sobre mi cama tomando una almohada-

-Obvio...- espeta con total tranquilidad.

Asiento para volver a dirigir mi mirada al celular. Mateo ya me lo había quitado dos veces. La primera, aquella vez que discutimos en la cocina y la otra vez fue tiempo después de la fiesta a la que acudí sin su concentimiento. si, me quito el teléfono, porque según él, "no tengo responsabilidad sobre el y no le doy un buen uso". En fin, estúpideces.

-Ah, Mateo, hoy va a venir un amigo- espeto con la mirada puesta aún en mi celular.

Un silencio se hace presente en la conversación y ahora llevo mi mirada hacia él, esperando una respuesta.

-Las puertas de esta casa no están abiertas a quién no conozca- dice con total seriedad.

-Venga ya Mateo, ¿debe jugar un parchis contigo para que lo dejes entrar a casa?- espeto vacilona.

Él me dedica una mirada fulminante.

-Que chistosa, ¿nunca te han dicho para trabajar de payaso en un circo?- expresa con sarcasmo provocando que ruede mis ojos con molestia.

-De todas maneras ya está a punto de llegar a casa- me levanto de la silla para acercarme a la puerta pero Mateo se interpone obstruyéndome el paso.

-Hazte a un lado, Mateo- doy un pequeño empujón en su pecho.

-¿No crees que es un poco cruel de tu parte dejar durmiendo a tu amigo en mitad de la calle? Ya que, obviamente, no va a entrar a casa- dice que con obviedad.

Cruzo mis brazos molesta y vuelvo a empujar su pecho pero no sirve de nada ya que sigue en el mismo lugar, intacto.

-¡Mateo!-me quejo haciendo un pequeño puchero con mi boca. Mateo rueda sus ojos.

-Hacemos algo, estamos los tres juntos... así no habrá problema- impone con entusiasmo.

Frunzo mi ceño.

-Eres un idiota...- susurro. Este sacude mi cabello.

-Nos la vamos a pasar genial...- me dedica una sonrisa.

Y maldita en la hora que dije lo siguiente.

-El problema eres tú, Mateo, lo invite para coger- doy una sonrisa disimulads

La expresión de Mateo se vuelve una totalmente diferente, ahora es una de enojo. Apreta co fuerza su mandíbula.

-Cagaste...- me susurra cerca de los labios, para luego abrir la puerta con fuerza dirigiéndose escaleras abajo.

Una notificación se hace ver en mi pantalla.

FEDE

Ya estoy en la puerta, linda

Mierda.





La Martina cagó ah

Nay🦋

𝐄𝐃𝐀𝐃𝐄𝐒-𝙏𝙍𝙐𝙀𝙉𝙊[✔️]Where stories live. Discover now