Cap. 3

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Puede que si me sirva esa información, pero no pienso usarla, solo tenerla... debajo de la manga. No sé cuándo podría servirme.

Baje hasta mi auto y subí, introduje las llaves y conduje hasta el Starbucks más cercano, me baje y compre un café. Sí, es de noche y ¿qué? Con Selena de jefa, la única medicina es el café.

Volví al auto y en antes de llegar a casa ya me había acabado el café, nada anormal en mí, podía hacerlo con dos o más vasos. Me bajé luego de guardar el auto en mi garaje y entre por la puerta de la cocina, deje mis llaves en la barra y saque agua del refrigerador, coloque mi saco junto a las llaves y camine hasta mi habitación en el segundo piso. Estaba desordenado, el escritorio mantenía todo tipos de papeles regados por todos lados, la papelera a punto de desbordarse de basura, más papeles, mi cama con más libros y ropa por doblar, todas unas tareas largas que no haría hoy. Me senté en mi cama y luego de sacar mis zapatos y mis pantalones, me subí a la cama arrojando los libros al suelo y comencé a doblar la ropa para al finalizar, dejarla acomodada en el borde de la alfombra. Saque mi camisa y corbata y me dispuse a dormir con una pregunta.

¿Qué estará pensando Selena?

Llegue a sala de profesores y Liam se encontraba bebiendo una taza de café con un parte de galletas. Moví la cabeza en manera de saludo y este hizo lo mismo. – ¿Cómo te fue con la reina roja? –pregunto gracioso.

–No me dijo nada– contesté. Liam me miró impresionado y solo me encogí de hombros. –Y me hice amigo de su mucama.

Liam me miro pervertido y negué gracioso. –Me dio cierta información.

– ¿En serio? –me miro atónito y se levantó, recostándose de la barra que se encontraba a mi lado. Asentí.

–Al parecer Selena no es... lesbiana– susurre y Liam me miro como si hubiese visto un espanto.

– ¡¿Qué?! Imposible...– mira hacia el fondo de la sala y se acomoda la corbata. –Impresionante– dijo algo alegre.

– ¿A qué vino todo ese tema de Selena? –pregunte interesado mientras me sentaba en una mesa después de tomar mi taza de café, Liam me siguió y se sentó a mi lado. Después de todo él tenía más tiempo que yo aquí.

–Se dice que cada tarde después de clases, Selena entraba al baño de mujeres, no al de su oficina sino al de las estudiantes y luego a diario llegaba una chica diferente y entraba a los minutos después de ella. LA puerta se cerraba con seguro y cuando Selena y la chica salían, estaban sudadas. –Me aclara y lo miro atónito.

– ¿Pero hay pruebas? –pregunto y Liam asiente.

–Cierra la puerta. –dijo. Lo mire desconcertado pero me levanté y lo hice para luego volver a mi silla. –Bien, esto no puede salir de aquí.

Metió la mano en el bolsillo interno de su saco y sacó su teléfono, entro en galería y luego colocó un video. Le dio reproducir y el video así lo hizo.

–Sh...– decía el chico detrás de la cámara mientras que el otro grababa con su teléfono. –Nos van a escuchar.

Los chicos caminaban por lo que parecían los pasillos de la escuela en la tarde. De repente apreció Selena a la vista de la cámara y los que grababan se escondieron. Selena no los noto y continuó caminando. La siguieron pero en un momento la perdieron de vista y se dirigieron a la puerta del baño de chicas, la puerta estaba medio abierta. Se escuchaban gritos provenientes del baño.

El chico que graba ríe y el otro se gira a ver a la cámara con una sonrisa. –Vamos a ver que hacen.

Se escuchan gemidos a medida que entreabren la puerta pero sin ser notorios, se puede ver por la cámara a una chica subida a los lavamanos, de perfil y con sus piernas abiertas mientras una mano se introducía en su entrepierna. LA chica inclinaba su cabeza hacia atrás mientras gemía de placer.

Oscuros Deseos |Zaylena|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora