Cap. 4.

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–Hola Zayn. –me saluda la mucama de Selena después de tocar el timbre de su apartamento.

– ¿Cómo estás...? oye, ¿cuál era tu nombre?– la miro algo avergonzado pero ella niega sonriendo.

–Anne. –contesta la chica y con increíbles ojos azules, me recorre por completo.

Que linda.

 –Lindo nombre. –digo. Ella se hace a un lado y me deja entrar y al estar en este, cierra la puerta. –Anne tengo que dejarle algo a Selena, pero me especificó que lo dejara en su habitación, ¿Puedo?

Por un momento me mira dudosa y asiente. –Claro, es la segunda puerta a la derecha.  Asiento y comienzo a caminar. –Gracias. 

Bien, aquí vamos...

Paso por la gigantesca sala y llego al pasillo pero antes de poder entrar en una habitación, Anne me detiene.

–Espera. –toma mi brazo. – ¿Ves eso? –me señala arriba y ahí es a donde dirijo mi mirada. Me es impresionante la estructura sobre mí. Me doy cuenta de que tiene un segundo piso, ahora.

–Bien...– asiento y Anne me señala la escalera.

–Segunda puerta a la derecha. –me recuerda. Asiento y me dirijo a las escaleras. Las subo y me paro frente a la puerta de  Selena.

Esta vez tomé la precaución de venir con tiempo, unos cincuenta a sesenta minutos antes, por si acaso. 

Abro la puerta despacio.

Puedo notar como la sombra desaparece ante la luz del pasillo. Es una habitación grande. Esta toda amueblada y tiene todos los lujos que se le pueda a ocurrir. Su cama es de madera con gran brillo, colores rústicos y muy modernos a la vez.

Me gusta.

Lleva desde un televisor con plasma hasta... unos aros que cuelgan del techo...  Algo extraño.

Interesante...

– ¡BUH! –grita alguien al estar adentro. Me doy la vuelta en un suspiro. Creí que mi corazón se pararía cuando la vi parada delante de mí. No se suponía que ella estuviera aquí a esta hora,  y ahora... ¿Qué voy a hacer? 

–Oye, ¡cálmate! ¡Malik estas pálido! ¿No vas a tener un ataque o sí?– comenta y ríe. Me parece sumamente confuso.

–Señorita, lo lamento, no era mi intención de verdad, losiento– me disculpo y ahora estoy entrando en pánico –No tenía ni idea de que estaría aquí, yo sólo vine cuando me dijo, Dios, lo siento...

–Shh...– Me callo con su dedo índice sobre mis labios, y viendo la tela desde muy cerca, es cuando me doy cuenta de que lleva una bata de baño, posiblemente este desnuda y eso me hace sentir... DIOS.–¿quieres calmarte?– retira su dedo –solo llegue antes por una situación. No e mueras, deja de temblar...

¡Que extraña es! No sé qué pensar 

Suspiro y vuelvo mi mirada a ella.

 – ¿Y? ¿Trajiste la carpeta? Espero que sí Malik o...–me pregunta viéndome, ahora recuerdo como se respira.

–Sí, claro. –Saco de mi bolso la carpeta que me dio en la dirección y se la entrego, pero no la toma.

–Mm, te pago para algo, ponla en el lugar que te pedí, Zayn... –Mi nombre en su boca suena tan...caliente. Selena se sube a su cama y enciende la TV, colocando la serie "Friends" –Mejor en el cajón de debajo de la cama, el de arriba.

Como si yo no estuviera ahí.

Camino hacia el pequeño mueble para abrir el primero de los dos cajones que tiene, y me sorprendo al ver lo que encuentro.  El cajón lleno de muchos preservativos, látigos y todos y cada uno de los tipos de juguetes sexuales que puedan existir con cada formar, edición o color. Creo que he olvidado como se respiraba, ver esto me causó grandes cambios.  Y creo que Selena lo notó, se gira y me mira con los ojos abiertos.

– Joder ¿Qué haces? 

–Yo... –Dejo caer la carpeta ahora todos los papeles están por todo el suelo.

–Te dije que la pusieras en el cajón de abajo. –comentó. Creo que nunca la he visto tan ¿molesta? 

–Usted... dijo el de arriba. –Me defiendo nervioso. 

–Te dije el segundo. –Aclara molesta. – ¿¡Quieres cerrar ese maldito cajón por favor!? ¡Ahora!

Cierro el cajón tan rápido que hace un ruido estruendoso contra la madera 

–Todo es mejor si no lo rompes, gracias.

Igual si lo daño no es como si no tuviera dinero para comprar otro. 

–Ah...–Me rasco la nuca, nervioso. –Creo que mejor me iré 

Parece que por un momento, su molestia se esfumó. – ¿Tan pronto? ¿No quieres ver la serie conmigo?– pregunta recostada ahora de su cama. 

–Lo siento, tengo que irme. –Aclaro. 

–Que lastima, pero déjame que te acompañe hasta abajo. – Dice con tono sensual. Se levanta, y cuando mueve el hombro también el hombro de la bata se mueve, dejando a la vista la piel de su cuello y hombro. No parece importarle.

Pero a ti sí. –Pensé. –No querrás que tu jefa te vea tener una erección ¿o sí?

– ¿Seguro?– me mira sonriente. Y asiento. – ¿No quieres quedarte a tomar algo? ¿Champagne, Vodka, algo? Pareces ser de esos chicos malos...

Niego con la cabeza –No, gracias. ¿Yo? No, para nada. –Miento. Me doy la vuelta pero ella me toma del brazo obligándome a voltearme.

Ríe. –Mm...si bueno, no creo que puedas salir... No irás a ningún lado aún.

Oscuros Deseos |Zaylena|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora