Capítulo catorce.

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CODY NEILL.

     Cierro los ojos, mientras el vapor de la ducha caliente abre mis fosas nasales. La mojadura de ayer, no fue nada fructífero para mi cuerpo, el cual ya me está pasando factura. Me desperté fatal, pero realmente fatal. Hace tanto tiempo no me enfermo que me es inevitable pensar en lo bien que estaba sintiéndome antes y no lo supe aprovechar.

     En la mañana desperté con la sensación de tener los ojos encapotados, tal y como te despiertas al día siguiente de una noche llorosa. Además, mi nariz no dejaba fluir el aire. Mi voz estaba ronca, gracias a la inflamación de mi garganta. Y ahora estoy aquí, sentado a los pies de la cama mientras termino de calzarme las pantuflas.

   Me incorporo, caminando hacia la cocina. Prepararme una taza de té con limón es mi principal tarea. Es tanto el malestar corporal que apenas puedo caminar sin fatigarme como si hubiera corrido una maratón. No tengo nada de hambre, solo pienso en recostarme. Debería estar estudiando, pero no tengo ni la mente ni las ganas para hacerlo.

    Mi madre me envía mensajes a cada rato preguntándome como estoy, si he mejorado. No suelo ser una persona que se enferme con facilidad, pero fue iluso de mi parte pensar que manejar debajo de la lluvia en un día helado, no pasaría cuentas.

     Con la taza de té en la mano y un pedazo de galleta en la otra, subo a mi habitación, nuevamente. Mi padre dice que hay que abrir las ventanas y cambiar las sábanas cuando uno se enferma, porque sino los gérmenes permanecerán en el mismo lugar, atrasando la recuperación. Pero honestamente, con el frío que hay, la potencia del viento que hace crujir las ramas de los árboles y que apenas tengo fuerzas para sostener la taza, definitivamente no haré nada de lo que recomienda.

     Estar bajo los efectos de la calidez de mi hogar, es lo único que necesito.

     Enciendo el computador, colocando una película en el. Hasta que la pantalla de mi móvil deja a la vista un mensaje.

Ali :p

Cómo estás?

     Desde ayer no platico con ella y no, no le he dicho que estoy enfermo.

Codyyy!

Fatal. Me he agarrado una gripe de aquellas. Soy más mocos que persona :c

     Bien, eso ha sonado asqueroso.

     El sonido de notificación no vuelve a sonar, así que termino de recostarme al asumir que no obtendré respuesta.

     Elegí una película de suspenso, para que me mantenga más interesado en llegar al final. Es difícil que una película de misterio no te aburra en el medio, pero logré encontrar una que desde el principio promete un motón. Sin embargo, no fue suficiente para mantenerme despierto, y no lo digo porque sea mala, simplemente mis ojos comenzaron a resultar más pesados y aunque luché durante unos minutos para quedarme despierto, el calor de la cama, la comodidad de la almohada y el resfrío, hicieron que por un momento me quede dormido.

     Al poco tiempo, despierto de un salto, producto de soñar que iba al baño. Una vez, cuando era pequeño, soñé con una noche calurosa. Estábamos mi familia y yo acampando. Tenía mi propia carpa y ellos la suya, la cuestión es que me levanté en el medio de la madrugada, dónde todo aquel lindo panorama que reflejaba el camping a media tarde, se volvió turbia en aquella hora. Fui corriendo al "baño" que quedaba no muy lejos de dónde estábamos. Pero cuando solté el pis, desperté asustado al sentir aquel líquido encima de mi cama.

     Suelto un suspiro de cansancio al escuchar el timbre de la casa. Mis ganas de ver a alguien son cero, de hecho, solo quería volver a recostarme a terminar aquella película a la que no pude llegar al final.

10 razones, Bell.Where stories live. Discover now