Papeleo, papeleo y más papeleo.Era infinito. La concentración que debías tener provocaba mucho estrés. Aún más si tenias adelante a tu jefe, quien volteaba a mirarte de vez en cuando.
Si, demasiado estrés. Ser su secretaria no era fácil.
─ Permiso. ─ Jooheon, un empleado del lugar, tocó la puerta y se adentró a la oficina. ─ Señor Lee, necesito que firme unos papeles.
─ Claro. ─ el chico se acercó al escritorio y dejó los papeles sobre él. ─ ¿Algo más?
─ No señor. ─ Jooheon dirigió la mirada hacia mi, yo le sonreí, en modo de saludo. ─ Si me disculpa.
Observé como se dirigía hacia mi.
─ Hey, ¿te gustaría salir después del trabajo? Conozco una bonita cafetería aqui cerca. ─ te preguntó, en un susurro.
Hoseok levantó una ceja, alcanzó a escuchar su propuesta y no le había gustado para nada.
─ Jooheon. ─ le habló al chico. Este inmediatamente se enderezó y se giro hacia su jefe. ─ En el trabajo no se anda coqueteando, ¿te lo han dicho?
─ No coqueteaba señor, solo... ─ se calló en cuanto vio la intensa mirada de Hoseok. ─ Me retiro, con permiso.
Todo ese tiempo te quedaste callada. Ni pudiste responderle al pobre chico.
¿Acaso eso habían sido celos? Nunca habías visto a tu jefe así.
─ Señor, ¿que fue eso? ─ interrogaste al hombre detrás del escritorio.
Hoseok levantó la mirada, confundido.
─ ¿Que de qué? ─ reíste por su reacción.
─ Me refería a Jooheon.
Enseguida su rostro se desfiguró.
─ Ah, él. Simple, te invitó a salir en horario laboral. ─ comenzó a escribir en un papel.
─ Tampoco me refiero a eso. ─ le sonreíste divertida.
Conectaron miradas, los intensos ojos de Hoseok hicieron que apartaras la vista, dejando como resultado tus mejillas coloradas.
─ ¿A que te refieres entonces?
─ Bueno, usted sonaba algo, ¿Celoso? ─ lo observaste de reojo, mordiendo tus labios.
La cara de Hoseok fue un poema.
─ ¿Que estás diciendo? ¿Yo? ¿Celoso? ─ se hecho a reír, pero luego se puso serio. ─ Bueno sí.
Abriste tus ojos sorprendida.
─ ¿En serio dijiste...?
─ ¿Tienes hambre? Estoy hambriento. ─ interrumpió tu pregunta, levantándose de su asiento. ─ Salgamos a comer, hay una cafetería por aquí cerca.
─ ¿La que mencionó Jooheon? ─ murmuraste. Hoseok se asustó.
─ ¿Él la mencionó? ─ fingió no acordarse.
─ Hoseok...
─ Es "Señor Lee" para tí. ─ te señaló con dedo acusador.
─ ¡Pero me estás tuteando! ─ caminaste hasta donde estaba y lo enfrentaste. ─ ¡Y ya deja de cambiar de tema cada dos segundos!
Ambos se calmaron, luego Hoseok rompió el silencio.
─ ¿Entonces...aceptas? ─ te preguntó.
Te cruzaste de brazos, mirándolo confundida.
─ ¿No era que "En el trabajo no se anda coqueteando" ?
─ ¿Yo dije eso? ─ miró hacia un costado, evitando tu mirada.
─ Palabras textuales.
Suspiró, rendido. Enredó sus brazos en tu cintura y te besó, con tanta energía, que tus pies se despegaron del piso.
─ Olvídate de lo que dije, era mi modo celoso hablando, no le hagas caso. ─ respondió en tus labios.
Asentiste, algo aturdida por el repentino beso. Hoseok festejo internamente.
─ ¿Nos vamos?
─ Pero, todavía no terminó el horario laboral. ─ le respondes.
─ Tranquila, yo me encargo, vamos. ─ juntaron sus cosas y se encaminaron a la puerta de la oficina. ─ Un segundo...¿desde cuándo dejamos de hablarnos por usted ?
─ Desde que me confesaste que estabas celoso. ─ comentaste con naturalidad.
Hoseok se quedo recapitulando, parecía que estaba en un viaje astral.
─ Cierto. Mala mía... ─ terminó de decir, para después sacarte de allí.
•••
¡Gracias por leer, votar y comentar!