I. Eruditorem.

41 3 0
                                    

Abro los ojos de golpe. Aunque la fuerte luminosidad hace que me moleste y los vuelvo a cerrar. Los abro lentamente y veo todo blanco. ¿Qué ha pasado? No se dónde estoy. Analizo el lugar conforme veo lo que hay a mi alrededor. Estoy tumbado en una cama, y hay muchas de ellas a mi alrededor, todas llenas de gente de mi edad, 17 años más o menos diría yo. A mi lado, una chica de tez pálida y cabellos negros y largos. Veo que tiene varias pecas resaltando en su blanca piel. Lleva unos pantalones blancos como su camiseta. Y veo que yo voy igual. ¿Por qué todo es blanco? Esto me recuerda a la enfermería. Entonces me viene todo a la memoria. Niña rubia, desaparece, examen biología, la enfermera...Se qué me desmayé tras la inyección. Y ahora seguramente estoy en un hospital, aunque un poco raro. Me intento levantar y me mareo, así que me siento y espero a que se me pase. Veo que al final de la larga y estrecha habitación llena de camas, se abre la puerta y veo a una mujer vestida de verde,se acerca a mi. Lleva el pelo recogido en una coleta. Es rubia y con ojos verdes. Viene sonriendo. Será mi doctora.
-buenos días Pablo, ¿como has dormido?
-muy bien, aunque estoy un poco mareado.
Ella saca una especie de bolígrafo y se aproxima a mi brazo. Hasta qué me clava su punta.
-au- digo asustado
-ay perdona, sólo estaba inyectandote un localizador, para mantenerte controlado. Bueno me presento, soy tu instructora, Marta. De hoy en adelante será quien te lleve, sí necesitas algo dispones de un pequeño mando con un botón, tan sólo aprietalo y estaré a tu lado al instante.

Estoy un poco aturdido, no entiendo nada,mi instructora...¿a caso no estoy en un hospital? ¿Qué me pasa?
-perdona, pero no entiendo nada.
-verás, es difícil de explicar, sólo confía en mi. ¿Vale?

Con eso de que no es nada bueno, me lo dice todo. Creo que tengo la solución. Fingir. Por lo menos hasta que sepa donde me encuentro.
-claro-digo como si estuviera contento.
-muy bien-dice ella sonriendo-me tengo que ir Pablo, intenta descansar. No tardaré en venir.
Veo que se aleja. Estoy enganchado a un gotero, tendré que quitármelo para poder investigar.

No para de entrar gente como Marta vestida de verde, y va a hablar con gente como yo que está en las camas. Supongo que ellos también son instructores y hacen los mismo que Marta ha hecho conmigo, tengo que encontrar el momento adecuado para levantarme, ya me he quitado el gotero. Un hilo de sangre recorre mi brazo.

Cuando se va el último instructor me levanto rápido y me dirijo a la puerta por donde había entrado Marta, no tengo mucho tiempo sí quiero recorrer este lugar.El pasillo es más largo de lo que me parecía. Así que me apresuro por sí alguien me ve. Abro la gran puerta,Y veo un pasillo transparente,por lo que puedo ver lo que hay debajo, cientos de personas vestidas de blanco, como yo aunque con rayas de colores. Unas verdes, otras azules, amarillas...
Estoy asombrado,¿dónde estoy?
Ascensores de cristal, trasparentes como el pasillo, escaleras futuristas, todo completamente nuevo y limpio entonces veo a in instructor al lado del ascensor, parece que se asombra y llama por teléfono a alguien. Seguidamente, suenan alarmas. Parece que estamos vigilados. Me asusto y cruzo corriendo el pasillo. Alejándome de la habitación donde estaba. Al final hay unas escaleras, que bajo de dos en dos para llegar más rápido. Entonces un instructor viene a lo lejos corriendo, pero he llegado a una habitación con 4 puertas, tengo que elegir una, así que abro la más cercana y salgo. Ahora estoy en el jardín y aprovecho para correr y alejarme del edificio blanco. El jardín es verde, como de cuento, con fuentes alrededor. No veo ninguna valla ni nada por el estilo, sólo bosque así que sigo corriendo, me giro y veo a unas 100 personas vestidas de verde que me persiguen, unas corren más rápido que otras. Así que acelero, a pesar de mi cansancio. Me falta el aire, no puedo respirar,Voy descalzo. Me giro y veo que el edificio, que pensaba que era pequeño, se trata de una nave, o algo más grande, enorme. Todo completamente blanco. Ahora entiendo la falta de color. Se ahorran mucho dinero en pintura.
Me giro cada poco y cada vez son más por tanto, No puedo continuar, cada vez voy más lento hasta que veo la puerta a lo lejos, una puerta de hierro rodeada de vallas muy altas. Imposible de escalar. ¿Qué hago? Creo que es imposible escapar sin saber nada de este lugar así que tendré que averiguar algo más sí realmente quiero salir de aquí. Por tanto, me dispongo a parar. Me pongo las manos en las rodillas. Me falta el aire. No puedo respirar más rápido. Al final me alcanza un instructor de piel oscura. Lleva un cilindro metálico con un botón arriba. Lo acerca a mi brazo. Aprieta el botón. Justo al lado donde mi instructora me pinchó.

Me desmayo.

EspecialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora