15. Prefería no saber

2.5K 238 84
                                    

Me despierto solo en la enorme cama, dolorido y hecho polvo me arrastro al baño para darme una muy necesaria ducha. Tardo un buen rato en quedar totalmente limpio, sobre todo en lo más profundo de mi ser. Se nos habían acabado los condones y al no comprar más, finalmente mi culo resultó ser el recipiente donde se desbordaba el pegajoso placer de mi novio.

Al pensar en Javier unido al apelativo de novio, una estúpida sonrisa se dibuja en mi rostro y no logro que desaparezca. Me pongo ropa lo más calentita posible y destrozado bajo las escaleras para preparar el desayuno. Hago unos bocadillos y café, cargado con todo, poco después llamo a la puerta de Sebas.

-Buenos días Gabriel. -Abrió la puerta y me saludó sorprendido. -No pensé que pudieras abandonar la cama.

-Buenos días. -Le respondo sin rastro de vergüenza. -¿Me dejas pasar? Voy cargado y tengo el cuerpo destrozado.

Se aleja rápidamente para dejarme acceder a su casa, mientras enciende la chimenea para calentar la enorme sala, yo pongo la mesa y me siento para empezar a desayunar en cuanto se sienta.

-¿Me cuentas que es de tu vida? -Me pregunta de repente Sebas mientras da un gran bocado a su bocadillo. -Cuéntame en general tu vida, estudios y demás hasta ahora.

-¿Por qué te interesa? -Le pregunto sorprendido.

-Me gustaría que fueramos amigos y para eso debemos saber cosas el uno del otro. -Da otro gran bocado y mastica antes de seguir hablando. -A mi vez yo también te narraré mi vida, desde que dejamos de vernos en el bar gay de Londres.

Sin más le conté lo que estudié, las prácticas que hice, los viajes que realicé, todo hasta comenzar a trabajar y encontrarme de nuevo con Javier y como mi deseo de estar con él volvió a reaparecer.

-¿Te atraía de antes? -Me preguntó curioso.

-Desde que nos veíamos en los bares de Londres. La verdad que solo tenía ojos para él, de ti ni sabía que tenías unos ojos tan hermosos, ni que eras un tío tan atractivo.

-Suele pasar, todos se quedan atontados con Javier, no tiene que decir ni mu para tener mil hombres dispuestos a entrar en su cama. -Se ríe feliz. -En esa época yo me lo tenía que currar porque hablar con alguien estando con Javier, era una pérdida de tiempo.

-Yo recuerdo que tu cama tampoco estaba vacía nunca. -Vamos recuerdo la fama de este tío perfectamente. Follaba con cualquiera, no le importaba nada si se lo pedían, su polla estaba siempre disponible para cualquier culo "hambriento".

Interrumpimos la charla y Sebas se marchó al baño mientras yo recogía y limpiaba todo. Poco después me dijo que me acostara en el gran y cómodo sofá, dándome una manta para taparme, estaba muy relajado cuando él se sentó en un sillón cerca de donde estaba yo. No le podía ver bien la cara, no me miraba, sus ojos estaban enfocados en la gran chimenea que estaba algo alejada de donde estábamos nosotros. Para mi sorpresa comenzó a hablar en voz baja y algo temblorosa.

-Recuerdo muy bien verte por los mismos bares a los que nosotros íbamos, tenías una gran fama de ser increíble en la cama y muchos hombres se lamentaban porque al acostarse ya una vez contigo, no podían repetir, que comparaban a todas sus parejas sexuales contigo y salían perdiendo. -Sonrío levemente recordando esa época. -Recuerdo la primera vez que te vi, me pareciste hermoso y muy sexy, intenté hablarte para presentarme, pero tus ojos no se despegaron de los de Javier y siempre que te vi, aunque estuvieras bien acompañado, tus ojos se mantenían pegados a él.

-Lo sé, es algo que no puedo evitar. Pero también sabía de ti y la fama que te rodeaba, es más, todos los comentarios eran de que eras soberbio en la cama. -Tras mi comentario enmudeció durante cerca de diez minutos. Pensé que no diría nada más, hasta que comenzó a contarme su historia, algo que hubiera preferido no saber.

En busca del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora