11. Vacaciones

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Me desperté por la mañana, la claridad en el dormitorio me informaba que era tarde, estaba solo en la cama, pero de fuera me llegaban susurros y algún otro ruido, por el olor supuse estaban preparando el desayuno. Me levanté para salir de la cama, anoche cuando me desvanecí los chicos se encargaron de dejarme bien limpio. Introduje con delicadeza un dedo en mi ano, estaba suave y sentía algunas molestias, pero podría soportar otro día de increíble placer con los dos lujuriosos chicos.

Desnudo como estaba, abrí la puerta con suavidad y lo que vi me hizo sonreír. Aitor tenía atrapado entre sus brazos a un avergonzado Gotzon, no les oía pero era obvio que Aitor se estaba burlando y que quería molestar a su amigo, entonces Gotzon le sonrió y lamió con descaro los labios de Aitor y con la mano en la nuca de este hizo que sus bocas se pegaran en un ardiente beso.

-Buenos días chicos. -Les dije sorprendiendolos y haciendo que se separen. -Les veo muy animados.

-Buenos días. -Los dos se acercaron a mí. -¿Cómo te sientes?

-Hambriento. -Me dejo enredar por ellos y nos besamos los tres, nuestras lenguas se entrelazan durante largos segundos. -Después podríamos regresar a la cama, tenemos mucho que disfrutar ummmmmmmm.

Gotzon me metió uno de sus dedos, cuando miro a mi espalda está arrodillado y me abre para ver mi interior, luego eleva la mirada y nos ve a los dos mirándolo sorprendidos, su sonrisa se atenúa, descarado y juguetón lame uno de sus dedos y me lo introduce con cuidado, jadeo y me aferro a Aitor mientras siento su dureza en mi vientre.

-Gabriel, desayunamos un poco más tarde.

Regrese a mi casa por la noche, fue un fin de semana realmente maravilloso, no hubo momento en el que alguna polla no estuviera bien clavada en mí. Aitor desenfrenado entraba a momentos en Gotzon y en mí, disfrute del trenecito que hicimos, me encantó ver muy de cerca como la polla de Aitor expandía el mundo de Gotzon y mi lengua estaba por ahí disfrutando de como Gotzon se dejaba hacer más y más cosas.


Varias semanas más tardes nos volvimos a encontrar en el mismo bar, necesité todo ese tiempo para poder recuperarme del exceso, ir a clase y seguir con mi vida normal fue un auténtico suplicio la primera semana, después solo esperar a se quitaran todas las marcas y molestias del cuerpo, cuando ya estuve perfectamente fue cuando salí y nos encontramos los tres.

-Gabriel, hace tiempo que no te vemos. -Gotzon me palmeó la espalda sonriendo. -¿Cómo has estado?

-Pues no muy allá, pero ahora estoy perfecto para ir de caza. 

Nos pasamos una hora o así hablando, les miraba sorprendido porque yo estuve hablando de unos y otros hombres que entraban, pero ninguno de ellos parecía interesado en los exquisitos especímenes que entraban, en cierto momento un amigo de ellos les susurró algo y tras unas cuantas preguntas y respuestas se alejó, los dos se miraron y negaron a la vez cuando sus manos se juntaron.

-Un momento, esperen ahí. -Grité de repente sorprendiéndolos. -¿Están saliendo?

-Sí. -Gotzon no podía dejar de sonreír muy feliz. -Nos gustamos de hace mucho pero nunca nos permitimos pensar en nosotros de otra manera que no fuera amigos, por los muros que habíamos alzado.

-Enhorabuena, que sean muy felices. -Me sorprende y mucho que la gente se enamore. Nunca lo he hecho, dudo que lo haga.

-Por cierto Gabriel, hay algo que nos acaban de ofrecer, pero nosotros pasamos. -Aitor busca algo en el móvil. 

-Nos acaban de ofrecer participar en una orgía, ya hemos ido alguna vez que otra en el pasado. -Gotzon me informa. -¿Te apetece probar? habrán chicos y chicas.

En busca del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora