-Yo... No. El no es nada mío. No sé de qué hablas, solo somos vecinos. -Minho se ahorró la parte de quizás, pronto amigos.

-¿Sabes quienes más eran vecinos? Romeo y Julieta. -Seungmin miró coqueto a Minho, este solo evitó su mirada.

-Ustedes dos, fuera de mí tienda. -Minho acusó con el dedo a ambos chicos, Changbin le miró horrorizado, en cambio Seungmin volvió a esconderse detrás del mostrador.

-¿Me hecharas a la calle? ¿Con este frío? -El rubio le miró con piedad, pero Minho tomó el abrigo de Changbin y se lo puso sobre los hombros mientras lo sacaba de la tienda. -¡Por lo menos invitame a la boda cuando te cases!

Minho cerró la puerta de golpe tras escuchar esa frase. Iba a matar a ese morocho que se escondía detrás del mostrador.

(...)

Esa misma tarde llegó a casa luego de su curso y se acostó en el sillón, mirando como la ventana era víctima de la lluvia que caía todavía torrencialmente. Junto sus dedos y llamó suavemente a sus gatos, alguno de los tres que tenía iba a venir. Pero en cuando sintió como solo dos bolas de pelo se sentaban en su regazo, volvió a llamar.

-¿Dori? -Minho miró por el pasillo desde donde el estaba. -Dori, lindo, ven aquí.

Pero no apareció, y eso hizo preocupar al castaño, pues hizo a un lado cuidadosamente a sus otros dos gatos y se levantó del sillón con el objetivo de encontrar al pequeño gato marrón.

-¿Dori? -Hizo un sonido con su boca, esperando que con este pudiera venir. Entró a las habitaciones de la casa e incluso al baño.-Dori, dime qué no saliste.

Se acercó a la puerta que daba al patio, buscando en las cuchas de los gatos y en el puerto de la casa. Pero no había rastros de este. Comenzó a preocuparse, si algo le pasaba a alguno de sus gatos, Minho jamás se lo perdonaría. Eran tan importantes como sus plantas.

Abrió la puerta, recibiendo el golpe de un aire frío, la lluvia se hizo más ruidosa estando bajo en techo del puerto y camino hasta el costado de este, asomando un poco su cabeza, procurando no mojarse, aunque eso en esos momentos no era muy relevante.

-¡Dori! ¡Dori, lindo, ¿Donde estas?! -Llamó, esperanzado de que viniera como si nada, pero odiaba el agua y no saldría de su escondite a menos que parara la lluvia. Y quién sabía cuando podía llegar a suceder eso.

Y entonces, en medio de todo el ruido de la lluvia, se oyó un maullido. Minho tuvo que admitir que pensó que su cabeza le estaba jugando una mala pasada, pero en cuando miró hacía la casa del vecino, notó que su pequeño gato marrón estaba en la casa de madera que descansaba abandonada en el árbol de la casa de al lado.

No lo dudo ni un segundo, su cuerpo ya están yendo a tocar la puerta de los vecinos sin ningún tipo de vergüenza, aún si se estaba mojando hasta el interior de los ojos, el buscaría a su gato.

Tocó la puerta repetidas veces, pero no obtuvo ningún tipo de respuesta. Se quedó ahí, bajo la lluvia unos minutos, pero al no recibir señal alguna de que podía entrar, en ese momento de impotencia y pánico solo pudo mirar hacía los lados y entrar por el costado izquierdo de la casa, dónde una puertita de madera separaba la parte frontal con la trasera. La abrió sin ningún problema, camino justo por debajo de la ventana de Jisung, notó que no había ninguna luz prendida o algún indicio de que estuvieran en casa, y con mucho cuidado se acercó a la casita del árbol que hacía años nadie pisaba.

Pero Jisung si estaba en casa, de hecho, había estado observando a su vecino en todo momento, pero luego de lo ocurrido el día anterior, no se animaba ni a mirarlo a la cara. Pues últimamente el castaño no dejaba sus pensamientos ni un minuto y eso comenzaba a preocuparle de que quizás le generaría problemas luego. Así que en cuanto vió a su vecino acercarse a la puerta de su casa y tocar desesperadamente, estuvo a punto de ir a abrirle, pues estaba una vez más solo en su casa, pero no tuvo tiempo, el mayor ya estaba entrando por el costado de la casa.

GARDEN - [Minsung] [FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora