☆VI.

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Lunes.

Un día algo aburrido y monótono para algunas personas... Pero para Heeseung era un buen día, pues empezaba bien la semana al ver GOING SEVENTEEN, arte en su máximo esplendor; era como él lo describía.

Las clases seguían y aburrían, aún no iba a la escuela, pero era aburrido el sólo pensar en vestir uniforme bien arreglado, con cargar su mochila con sus útiles, en ver a algunos de sus compañeros que no le agradaba mucho y odiaba estar rodeado de mucha gente.

Pero la vida sigue y con ella todos esos sacrificios que uno hace para poder estudiar e irse del país, sí, así pensaba Heeseung.

"Seung, moviendole. Llegaremos tarde" Donghyuck miraba cómo su hermano no tenía ganas de ir a la escuela.

"Déjame aquí, no me siento bien" Heeseung estaba hecho burrito con sus sábanas, y mantas extras, en su cama. Su cabeza dolía y estómago también, además de tener un pequeño malestar en la garganta.

"¿Seguro?" Minho entró a la habitación después de escuchar que su hermanito no se encontraba bien. "Wait, estás ardiendo"

"Eso lo sé" Donghyuck miraba sus uñas mientras posaba.

"No es tiempo para bromear. Le llamaré a alguno de tus amigos para que vengan a cuidarte."

"¿Por qué no se queda algunos de ustedes?" el menor de los tres hablaba con dificultad por sus malestares.

"Porque Donghyuck tiene dos proyectos que entregar y yo tengo tres exámenes" Minho decía mientras buscaba algo en su celular.

"Bueno, pero no le llames a Niki o Sunoo, ellos tienen una cita hoy en la tarde y no quiero que alguno de los dos se enferme" Minho sonrió y asintió ante las palabras de Heeseung.

Minho salió de la habitación mientras hablaba con alguien por teléfono y minutos después regresó, para entonces Donghyuck le dijo que no hiciera ruido pues Heeseung se había quedado dormido de nuevo.

"Descansa, Hee" Minho dejó un corto beso en la frente de su hermanito y Donghyuck imitó la acción del mayor, así fue como algo inseguros se fueron de la casa; pues la persona a la cual llamó, le dijo que tardaría unos minutos en  llegar.

Heeseung ya no sentía tanto malestar y pudo empezar a abrir los ojos, con algo de dificultad pues la luz que entraba por la ventana no era de mucha ayuda en esos momentos, al abrir mejor los ojos pudo visualizar una persona entrando con una tela en la mano a la habitación.

"Seungie, ¿cómo te sientes?, ¿aún duele algo?, ¿quieres comer? Mmmmh, ya no tienes fiebre, que bueno"

"¿Jay?"  Heeseung estaba algo aturdido, pues su mejor amigo había hablado muy rápido, haciendo que no pudiera procesar muy bien la información que generaban las palabras del menor.

"No, soy el fantasma de tu amigo Jay y te voy a comer" dicho eso el menor empezó a generar cosquillas en el cuerpo del mayor, el cual no tardó en empezar a moverse desesperadamente por la sensación de picazón con su abdomen.

"J-jay, basta, me haré pipí" Heeseung decía entre risas, risas que hacían que el menor sonriera divertido y encantado.

"Bien, bien" Jay le dedicó su típica sonrisa de lado, esa que volvía algo loco al corazón de Heeseung. "No aguantas nada" dijo con un tono divertido.

"Ja, ja, ja, ja" Heeseung rió amargamente en forma de burla hacia Jay. "Gracias por quedarte conmigo" Heeseung tenía sinceridad en sus palabras y Jay lo sabía muy bien.

"No es nada, siempre estoy para ti en las buenas y en las malas, jamás lo olvides." Jay guiñó su ojo izquierdo y Heeseung soltó una pequeña risita.

El mayor de los dos abrió sus brazos e hizo un ademán con sus manos; dando a entender que quería un abrazo por parte de Jay, al ver que el menor no se acercaba optó por hacer un puchero, sabía que a eso no se podría resistir Jay.

Y es que Heeseung era un bebé berrinchudo, mimado y demasiado tierno cuando estaba con Jay.

Jay sabía que Heeseung era así cuando sólo estaban ellos dos, siempre pedía mimos, abrazos y que Jay le cocinara; y Jay hacia todas esas cosas gustoso de ver la gran sonrisa de Heeseung cuando hacía cada cosa que él quería.

Este día no fue la excepción, pues el puchero derritió al menor en un sólo par de segundos; se subió a la cama de Heeseung, gateo hacia el menor y lo abrazó dulcemente.

"Tengo sueño, ¿Podemos dormir?" Heeseung puso su cabeza en el cuello de Jay y empezó a respirar trsnquilamente; eso tranquilizó de más a Jay.

"No lo sé, debes de desayunar algo, aunque viendo la hora seria que ya es hora de la comida porque dormiste toda la mañana" Jay se acomodó en las sábanas y cobijó a Heeseung.

"Por favor, son cinco minutos" Heeseung puso su cabeza en el pecho del mayor. "Di que si, o sino te obligó con un beso" Heeseung adormilado era tierno, pero desvergonzado, esa etapa le daba gracia y le gustaba mucho a Jay.

"Já, inténtalo" Jay lo decía de broma, sabía que aún en ese estado Heeseung no lo haría.

Que equivocado estaba cuando sintió lo suave y dulce que eran los labios de Heeseung, los cuales estaban sobre los suyos. Heeseung se separó del beso.

"¿Ya me dejaras dormir?" Heeseung se acomodó de nuevo en el pecho de Jay.

"Bien, pero sólo quince minutos y vamos a comer, ¿trato?"

"Trato."

Jay abrazó por la cadera a Heeseung y se acomodaron, estaban calentitos, sus respiraciones eran tranquilas al igual que los latidos de su corazón; eso hacía más relajado el ambiente, y así fue el cómo tranquilos cayeron dormidos abrazados uno del otro.

Heeseung ya no se sentía enfermo.

Jay ya no se sentía triste y estresado.

Los dos se sentían tranquilos y extrañamente felices.

Holidays. || JaySeung.Where stories live. Discover now