—Por las tardes trabaja ayudando a su hermana en una cafetería del centro. Allí suelo quedar con Sara para ponernos al día de nuestras cosas.

—Yo siempre he pensado que harías buena pareja con Sara… —tanteé mirándolo de reojo.

—Uff, no lo creo. Solo somos amigos.

Volví a poner los ojos en blanco, pues sabía que cuando Shawn empezaba así no habría manera de hacerlo cambiar de opinión. Era un cabeza cuadrada.

—Bueno, volviendo al tema. Trabaja en una cafetería ayudando a su hermana, ¿qué más?

—Sé que por las mañanas trabaja en una tienda de ropa que está a un par de calles de mi departamento. Ahí la vi por primera vez, y después, esa misma tarde, quedé con Sara en la cafetería y me la volví a encontrar. Como si fuera una señal.

— ¿Nunca has hablado con ella?

—No. Nos atendió su hermana.

— ¿Cómo sabes que era su hermana?

—Porque presté atención y la llamó hermanita. Además, se parecen bastante.

—De acuerdo… ¿algo más?

—Es muy alegre, siempre está sonriendo, y tiene una sonrisa tan bonita…

—Ahí quería llegar. ¿Cómo es físicamente? ¿Del tipo bien dotada o chica normal?

—Normal. No es muy alta, tiene la piel morena clara, el cabello largo y negro y una cara muy dulce. Es delgada pero no está en los huesos y, por lo que me he podido fijar, no es de las que destacan por sus atributos. Definitivamente no es tu tipo, Lau.

—Mejor, porque así, si decido ayudarte, no habrá peligro alguno de que termine enamorándome de ella, ¿no? —bromeé dándole un codazo a mi amigo.

— ¿Tú, enamorándote? ¡Já! Antes se congelará el infierno.

—Eso me temo, amigo. Yo estoy demasiado feliz con mis distracciones de fin de semana. Me gusta  simplemente con una mujer hermosa, un poco de sexo sin compromiso y un par de pastillas contra la resaca el domingo por la mañana. Eso es vida, claro que si.

Shawn se echó a reír y después me miró fijamente.

— ¿Me vas a ayudar con ella?

Le devolví la mirada y, terminando mi café, asentí.

—Claro. Todo porque consigas a tu princesa y a la futura madre de tus hijos.

—No es necesario que corras tanto. Solo quiero conocerla, el resto vendrá solo.

—Está bien, pero nunca se sabe —me puse en pie y él me imitó, caminando a mi lado—. Me pasaré esta tarde por el café a ver qué encuentro.

—Está bien, pero no la asustes demasiado.

—¿Disculpa?, yo a las mujeres no las asusto, precisamente.

—En ese caso, sé amable con ella, pero no en exceso. No vaya a ser que la que se enamore sea ella.

Sonreí sin poder evitarlo.

Something (Adaptación Camren) Kde žijí příběhy. Začni objevovat