Día 2:Beso

1.7K 108 138
                                    

Pov. Narradora:

Un chico de ojos bi-color despertaba después de unas 8-9 horas de sueño...

Sus ojos se abrieron lentamente con los pequeños rayos de sol que alcanzaban a escabullirse por la ventana, después de unos segundos, logro tomar conciencia, no se encontraba en su casa, eso estaba claro.

Examinó un poco la habitación, era algo grande, pero la mayoría de cosas se encontraban en su lugar, a excepción de unos libros y cuadernos, se notaba los constantes estudios de parte del menor, sonrío un poco, y reconoció la habitación de Andrés.

Cerro sus ojos nuevamente, tranquilo y con la respiración relajada, tratando de dormir unos minutos más.

Abrió sus ojos rápidamente después de examinar y sentir perfectamente entre sus brazos, al menor, acurrucado en su pecho, con la cabeza baja y con una pequeña sonrisa en su rostro, este tenía ambas manos en el pecho de Ari, y este mismo lo sostenía de la cintura, apegando ambos cuerpos y causando cierto calor corporal, que hacía falta, pues la noche fue bastante fría, y este se conservó hasta el día de mañana.

Un sonrojo no tan notorio apareció en las mejillas del mayor, sonrío tiernamente y le dió un pequeño beso en su frente.

El menor, en un movimiento rápido eh inesperado, alzo su cabeza, como si estuviese mirando a Ari, mientras su mirada se perdía en la cara serena del menor, quien seguía durmiendo tranquilamente

La tentadora oferta de los labios entreabiertos y rojizos del menor lo hipnotizaban, la suavidad y humedad en ese momento lo hacían morderse el labio y apartar su mirada, tratando de sacar esa loca idea de su cabeza, y con un sonrojo ya más notable.

La idea dió vueltas por su cabeza durante mucho tiempo, pero, técnicamente, el menor seguía dormido, y parecía simplemente irresistible.

Andrés era su mejor amigo, podría arruinar todos los años de amistad en solo un abrir y cerrar de ojos, y estaba realmente nervioso por eso. Pero, ¿quién sabe? Ayer recibió la noticia de que tenía preferencias sexuales distintas a las que él creía; ¿eso habría ciertas posibilidades? ¿Qué tan posible era que le gustara a su mejor amigo? ¿Estaba dispuesto a comprobarlo?

Él no tenía una respuesta, pero su cuerpo no pudo evitar actuar por si solo.

No se contuvo más, y le dió un tierno beso en los labios, disfrutando del sabor de estos.

Sus labios eran tan suaves y dulces, era una sensación más que adictiva.

Y mientras, por la mente de Andrés...

Despertó unos minutos atrás, aunque sus ojos seguían cerrados, tratando de dormir nuevamente.

En cuanto despertó, recordó todo lo que había pasado el anterior día, y la paranoia de no encajar regresaba a él.

Abrió ligeramente sus ojos, solo para encontrarse con la mirada del mayor, que parecía examinarlo, una sonrisa y un pequeño sonrojo también se mostraba en sus mejillas.

Cerro de nueva cuenta sus ojos, tratando de fingir estar dormido; aunque, podía ver ligeramente, pues no estaban del todo cerrados sus párpados.

El chico pelirrojo, se acercaba lentamente al rostro del menor, quien, por más que intentaba, no pudo mover ni un músculo; se paralizó, y no específicamente por miedo, más bien, estaba muy nervioso.

El menor era reconocido por fijarse en cada mínimo detalle, y no era para menos.

Las respiraciones de ambos comenzaron a mezclarse en el aire, creando un ambiente cálido entre ambos. El tenue aire que soltaban de sus narices chocaba con la comisura superior de sus labios.

30 días de OTP spartorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora