Capítulo 1: Febrero

1.2K 40 1
                                    

Mis ojos se abrieron cómo dos grandes platos al oír aquel infernal ruido, también denominado despertador. A tientas, busqué con la mano en la oscuridad el fatal sonido que amenazaba con destrozar mis oídos y por fin, lo apagué. La habitación se hizo en silencio, hasta después de varios segundos. La persiana de la habitación contigua subía hasta dejar paso por debajo de la puerta, a un reflejo correspondiente a la lámpara de aquella habitación. Masajeé mis ojos con cuidado y la retiré algo asqueada:

-Mierda... -Mascullé en voz baja, casi en un susurro. Al parecer anoche me había quedado dormida mientras repasaba el último trabajo realizado de Biología y no había podido retirar el maquillaje del día anterior. "Mamá debió acostarme anoche" Pensé frotando la mano en la sábana, supuestamente manchada de rímel negro. 

La puerta del dormitorio no tardó en abrirse, seguido de un "clic" correspondiente a la llave de la luz que inundó el cuarto de una luz cegadora, me rolví en la cama mientras mi madre levantaba nada cuidadosa, la persiana, Acto seguido dio los buenos días con una alegre voz y retiré las manos de mis ojos dedicándole unos buenos días en un idioma desconocido por la gran parte del mundo, Incluso parecía aquel monstruito de la Guerra de las galaxias, Chewaca. Segundos después, me incorporé con cuidado y me estiré tras la advertencia de mi madre de que el desayuno estaba servido. Las tostadas no podían quedarse frías por lo que me puse con cuidado mi bata de pelo azul, tan sumamente calentita, y me acerqué a la mesa de estudio dónde cargaba mi móvil. Mantuve pulsado el botón para poder encender el aparato con una sonrisa cansada y aún con pasos de zombie, me dirijí a la ventana abriéndola de par en par y cerrando más la bata por la helada brisa que entraba a esa hora de la mañana. El móvil comenzó a vibrar sin control alguno mostrando los mensajes de la noche anterior: "Las chicas son guerreras" ,"2ºC" ,"Ya ves, dijo el cerrajero" y "Familia" eran los grupos protagonistas de 120 mensajes que aún sonaban. También contenía el final de una conversación con Irene, quien, también estaba estudiando Biología a aquellas horas y el principio de una nueva con Iria, quien indicaba los buenos días y un "4 DAAAAAAAAAAAAAAYS" escrito con demasiadas "a" cómo para poder contarlas todas. Mi cansancio no me permitió leer el mensaje correctamente, creí leer 4 "GAAAAAAAAAAAAAAAAAYS" por lo que el mensaje me hizo gracia y solté una sonora carcajada que, definitivamente, me había despertado. Salí de la habitación tiritando de frío a causa de las tres ventanas abiertas de las tres habitaciones y de un modo que aún no he llegado a entender, comencé a bajar las escaleras a toda prisa, ¡Ah! claro, el mensaje de Iria. Caminé unos segundos más hacía la cocina y pegué un buen bote cuando noté el frió suelo bajo mis pies. 

-¡Cálzate Amaya! ¿Es que no te cansas de oírme? - Me preguntó mi madre cómo todas las mañanas mientras besaba mi mejilla. 

-Si sólo es al principio, luego te acostumbras. - Respondí alegre mientras bebía de un sorbo el zumo de naranja que estaba en la mesa de piedra negra. 

Aquel comentario provocó la risa en mi madre, quien, introducía una de esas extrañas cápsulas al aparato que se hacía llamar cafetera. De hecho, eso parecía todo menos una cafetera. Tan grande y de tantos colores y encima se habría un compartimento para el agua y otro para introducir la cápsula, siempre he pensado que eso es obra del arte moderno o... de los creadores de alguna serie de comedia americana. Cogí una pequeña banquete y comencé a devorar, literalmente, la tostada con mantequilla y mermelada de fresa que acostumbraba a desayunar mientras mi vista se perdía en la sartén que se encontraba en la vitrocerámica. Mi madre, que pareció darse cuenta, chasqueó los dedos justo delante de mi cara despertándome de mi sueño despierta de... ¿Cómo mirar una sartén? 

-Mamá... -Protesté con un trozo de tostada en la boca. 

-No preguntaré, pero estoy segura de que has mirado la sartén de esa manera porque repasabas mentalmente el trabajo de Biología. -Cogiendo el café recién hecho de aquel aparatejo extraño.

(Des)Aparecer - Dani AurynWhere stories live. Discover now