Capítulo 8

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Día 4

''Tu poeta soy yo''

Era un cielo parcialmente nublado, donde criaturas de diversas especies convivían en un lugar llamado tierra, en el cual unas a otras no sabían de la existencia de manera reciproca

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Era un cielo parcialmente nublado, donde criaturas de diversas especies convivían en un lugar llamado tierra, en el cual unas a otras no sabían de la existencia de manera reciproca. Claro que esto es solo hasta que hubo un encuentro inesperado entre ellas.

Los humanos no creían en las hadas, para ellos eran simples seres inventados por los guionistas de las películas.

Las hadas vivían en un bosque subterráneo en donde para llegar había que encontrar un túnel, la cual su única entrada estaba en un árbol que, con pronunciar unas palabras mágicas este se suprimía y dejaba mostrar el inicio del camino.

Para encontrar este lugar podríamos pensar en un investigador o algo parecido, sin embargo, nuestro protagonista es un joven poeta, que se encontraba recostado boca abajo sobre la grama de su jardín y con los pies puestos sobre el tronco de un árbol.

Se encontraba escribiendo un poema de amor, y en busca de inspiración vociferaba frases...

''Ojos como perlas preciosas...'' ''Iluminad todo mi sendero''

—Que tontería esta—digo cerrando el libro de golpe ¿Se supone que este libro es el favorito de Ashley? ¿Cómo leer esto me ayudara con ella? ¡Por Dios!

Tal vez deba hablar con Nate...él siempre se le ocurren ideas buenas.

***

—Te ves espectacular hermano—dice Nate con una gran sonrisa por toda su cara.

Cuando hablé con él de lo que había leído en el libro se le ocurrió la idea de llevarme a una tienda de disfraces a buscar un disfraz de poeta. Este consiste en una camisa blanca manga larga con un chaleco negro de tela fina y de tres botones; pantalón fino gris, además de dos bufandas, una roja y otra blanca con negro, alrededor de mi cuello y no se puede quedar el sombrero de lo más ridículo sobre mi cabeza.

—Con esto estás completo—continúa hablando Nate mientras me entrega un pergamino y una pluma de escribir...él se toma muy enserio su trabajo.

—Mejor no, sigo pensando que esto no me va ayudar en nada, me veo ridículo—digo observándome en el espejo frente a mí.

—Escucha hermano, esto es lo mejor, ya verás que a mi cuñada le encanta todo—trata de convencerme este—. Solo nos llevamos el atuendo, buscas un poema del libro ese... lo memorizas y esta noche brillas.

—¡Dios! —exclamo.

—¡Nos lo llevamos! —grita Nate a la vendedora.

***

Ya solo en mi habitación del hotel, comienzo a hojear el libro buscando las letras cursivas donde siempre se encuentran los poemas, para escoger uno adecuado.

Esposos a ciegas (EAC#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora