La noche del primero de septiembre, Kim Taehyung regresaría de su agitador trabajo, saludando comúnmente a su vecino del frente, alimentando a su cachorro para irse a dormir, tapándose con su sabana favorita y pedir que el siguiente día fuera mejor...
Taehyung no podía mentir, debía hacer algo más inteligente, tal vez su única salvación estaba con este JungKook que parecía amarlo más que a él mismo.
El rubio esperaba que la respuesta fuera negativa, que el No estuviera lejos de la mente del castaño, pero el abrumador silencio lo torturaba con cada segundo que el reloj marcaba, el nudo de su garganta lo estaba ahogando horriblemente.
Cuando quiso salir de ese estudio al sentirse abrumado, la mano de Taehyung sosteniendo su muñeca no lo dejó.
ㅡSiéntate por favor.
Taehyung vio como el más alto mantenía una expresión de sorpresa, emoción y duda a la vez, igualmente se sentó en el sillón, quedando ambos cara a cara en una distancia considerable
ㅡLo que diré te parecerá retorcido, pero tienes que creerme, hasta el momento creo que eres el único en quién puedo confiarㅡ el rubio entrecierra sus ojos asintiendo a sus palabras ㅡHace dos días mi vida era una completa miseria, de hecho mi sábana era de otro color, con un cachorro a mis pies, miles de deudas por pagar y una rutina horrible que seguir, pero… al día siguiente desperté como si fuera algún tipo de rey, contigo, cuando anteriormente eras solo mi vecino.
ㅡTaehyung.
ㅡNo me veas como un demente, tienes que creerme, pasó algo entre los mundos y me cambiaron, por eso no me reconoces, porque no pertenezco a este universo, yo tampoco te conozco. Sí, es como una locura inimaginable pero está sucediendo, me está sucediendo y ahora mismo tengo mucho miedo porque no sé qué hacer.
ㅡ¿O sea que eres un extraterrestre o algo así?
El pelinegro sintió que su puño podía estrellarse accidentalmente en la cara del rubio. ㅡ¡No seas tonto! ¿Puedes entenderme ahora o tratar?
El rostro del moreno se veía impaciente por una respuesta, con sus ojos avellana expectantes. JungKook se estaba tomando su tiempo para procesar lo que estaba escuchando, aun creía que su novio estaba delirando, pero se veía tan confiado y casi desesperado por que le creyera…
¿Debería?
ㅡDigamos que yo te creo y no eres el Taehyung que conocemos todos aquí, que explicaría algunas actitudes, bien ¿qué crees que deberíamos hacer?
ㅡ¡Aún no lo sé! Pero te quiero pedir algo… no sé a dónde ir, no sé como es mi familia y hasta ahora solo conozco este lugar como un sitio seguro, es vergonzoso pero…
ㅡClaro que puedes vivir en esta casa, si necesitas algo puedes pedírselo a la anciana Yeo o a mí hasta que "esto" se solucione.
ㅡMuchas gracias JungKookㅡ una sonrisa sincera apareció en el rostro del pelinegro, acelerando el corazón del rubio que llevaba un determinado tiempo sin verla, apreciandola hasta que desapareció ㅡ¿Hay alguna otra habitación? ¿De huéspedes quizás?
ㅡ¿No dormirás aquí…? ¡Digo! Sí hay una que esta al lado de ésta, puedes pasar a verlaㅡ Taehyung sonrió, saliendo del estudio para ir y ver la habitación que el otro le recomendaba.
Tras un suspiro JungKook lo siguió , pensando en que prácticamente vivirá con un extraño de rostro conocido.
¿Cómo lo manejará? Aún no está seguro, tampoco estaba del todo convencido, era una situación extraña, casi irreal por no decir completamente.
Con un carraspeo llamó la atención del más bajo.
ㅡSupongo que sabes donde se encuentra Vante, el otro tú.
ㅡLa verdad no lo sé, ni siquiera me lo había preguntadoㅡ al entrar a la habitación no encontró demasiadas diferencias con un hotel de lujo, la buena iluminación, la extensa cama, los muebles que de seguro eran carísimos, pero el color de las paredes le gustaba, verde pastel. ㅡEs bonita.
ㅡA ti, digo a Vante le tocó la decoración cuando nos mudamos tiempo atrás, tiene buen gusto.
ㅡLo tiene… bueno, iré a ducharme y luego dormiré.
ㅡ¿No-no vas a cenar?
ㅡNo tengo mucho apetito, buenas noches, descansa y gracias, de verdad.
Volvió a regalarle una sonrisa esta vez pequeña, adentrándose a la habitación que le asignaron dejando al rubio en un pequeño trance de segundos, al darse la vuelta dejó salir el aire que estaba conteniendo de manera inconsciente.
Una vez más iba a cenar completamente solo y con miles de pensamientos corriendo desesperados en su cabeza.
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