Estúpido John® |COMPLETA| en edición.

C A P I T U L O 3 5

(NOTA; RECUERDEN DAR REPRODUCIR A LA CANCIÓN).

Camino con desesperación en el pequeño pasillo de los baños y el lavamanos, esperando que la prueba de negativo.

Se que no puede ser posible aunque yo no me haya cuidado a la hora de tener sexo con John, no puedo estar embarazada ya que mi vientre no puede alojar una pequeña vida.

Los milagros existen, ¿Será posible...?

—Le he puesto seguro —avisa Violeta.— ¿Usaron protección?

—No, pero no es posible que yo pueda estarlo —repito en voz alta— es algo ilógico.

Ella frunce el seño al no entender mis palabras, pero asiente conforme ya que sabe que no me detendré a explicarle sobre mis traumas que me ha dejado mi relación anterior.

—Esperemos la prueba entonces —dice, se sube al lavamanos para sentarse— podemos ir a un médico, creo que hay una clínica privada que no está muy lejos del hotel ¿Vamos mañana antes de salir a España?

Me iré, necesito hacerlo hoy mismo.

—No hace falta —murmuro sin dejar de caminar.

—Debes parar, solo lograrás que te dé vuelta la cabeza. —observa mis pasos.

Me detengo, me recargo sobre el pilar y cierro mis ojos para esperar un poco más. Pasan unos minutos y la prueba ya está lista.

—¿Quieres que la vea yo primero? —se ofrece con una sonrisa titubeante.

—No, puedo hacerlo yo —me acerco a la prueba que está boca abajo. Al levantarla mis manos tiemblan un poco, el estar embarazada complica todos mis planes y justo ahora no tengo una buena alimentación al igual que he ingerido demasiado alcohol.

Negativo.

—¿Y bien? —alza la voz, con desesperación en ella.

—Negativo —susurro. Arrojo la prueba al cesto de basura.

Una pequeña parte de mi tenía la esperanza que estuviese embarazada, pero no, no fue así. De igual manera ya sabía que ese sería el resultado así que no debo sentir mal.

—¿Te encuentras bien? —formula un pregunta cargada de incomodidad— Puede que tus defensas estén algo bajas, sino has comido cómo se debe.

—Si lo sé, llegue a pensar por un momento que estaba embarazada —mi voz sale rota.

—Savoy yo...

—¿Jess, cariño estás bien? —la voz de John interrumpe.

—¿Le has dicho algo? —pregunto en voz baja a Violeta.

—No salí de este lugar y le dije a mi asistente que si alguien preguntaba tenía que responder que era mía —dice evitando rodar los ojos.

—Saldré primero y tú lo harás después —mando.

—Esta bien.

Doy unos cuantos pasos para llegar a la puerta, pongo mi mano en la perilla de la puerta y al abrirla el pronunció mi nombre;

—Jessica, ¿Ocurre algo?

Es una pregunta que ha estado haciendo desde los últimos días y comienza a molestarme.

—Solo estaba mareada —doy un paso afuera y cierro la puerta del baño.

—¿Estabas sola? —pregunta, señala con su cabeza la puerta.