Sin embargo, al siguiente día, Wendy seguía igual, triste, sombría. Pasé por su lado queriendo decirle algo, ¿tal vez algún chiste?, no fui capaz.
Hey, Wendy:
No estés triste, por favor... Te contaré un dato interesante, ¿sabías que las nutrias duermen con las manos juntas para no perderse? A mí me parece adorable, y me parece que es un claro ejemplo que necesitamos de los demás para no irnos o pasarlo mal.
Tal vez porque acabas de llegar sientes que nada encaja aquí, yo he estado toda mi vida y siento lo mismo, pero con el tiempo te darás cuenta que no es tan malo, y que de vez en cuando, cosas buenas pasan... tú llegaste, por ejemplo.
Eres tan genial.
Bueno, tal vez fui muy obvio.
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Hey, Wendy.
Short StoryEn persona la insultaba, molestaba, me la pasaba junto a ella para hacerle pasar un mal rato y le hacia la vida imposible a aquella niña nueva. En anónimo era su amigo, le hacia cumplidos, y le demostraba en letras todo lo que me daba vergüenza deci...