¡Sonrió! No me lo soñé. Leyó la carta y sus hombros se movieron un poco como casi una risa. Intenté no ponerme a bailar ahí mismo y escribí:
Hey, Wendy:
Me contaron por ahí que sonríes leyendo mis notas.
Me hace bien saber que te hacen feliz, y tomo eso como una disculpa por haberme robado tu lectura actual ¿verdad?
ESTÁS LEYENDO
Hey, Wendy.
Short StoryEn persona la insultaba, molestaba, me la pasaba junto a ella para hacerle pasar un mal rato y le hacia la vida imposible a aquella niña nueva. En anónimo era su amigo, le hacia cumplidos, y le demostraba en letras todo lo que me daba vergüenza deci...